Guayaquil. 09.05.95. WINSTON SPENCER CHURCHILL, (1874-1965)
Sin duda, una de las figuras decisivas de la segunda guerra.
Desde los albores del siglo XX, participó activamente en la
polÃtica inglesa y desempeñó posiciones de notable
importancia.
Desde el advenimiento del nazismo en Alemania comenzó a
señalar con acento profético a Hitler como el más temible
enemigo de las potencias occidentales de Europa. Pocos lo
escucharon, pero él siguió adelante con sus prédicas mostrando
una tozudez de profeta. Condenó acremente las concesiones de
Chamberlain y Daladier ante Hitler y una vez iniciado el
conflicto, la aplastante ofensiva que dio a los nazis el
virtual dominio de Europa en 1940, demostró en forma dramática
que Churchill no habÃa hecho cosa distinta de predecir
realidades.
En 1951, con 77 años a cuestas, le sobraron energÃas para
ganar otras elecciones y volver a dirigir el gobierno como
primer ministro, tarea que desempeñó con maestrÃa y pulso
firme hasta 1954, cuando a los 80 años de edad, cedió el
puesto a su amigo y discÃpulo Anthony Eden.
BERNARD LAW MONTGOMERY, (1887-1976)
El más grande estratega militar inglés de la guerra. Fue el
único capaz de enfrentarse con éxito al genial Rommel en la
guerra del desierto. Posteriormente regresó a Europa, donde
actuó en forma brillante al lado del supremo comandante
Eisenhower en la conducción de las fuerzas
anglo-norteamericanas a partir de la invasión a NormandÃa.
CHARLES DE GAULLE, (1890-1970)
Francia se desmoronaba de la manera más oprobiosa en 1940;
mientras el mariscal Petain, héroe de Verdun en la primera
guerra, se convertÃa en un abyecto monigote de Hitler, el
general Charles de Gaulle, pregonero y personero solitario de
la dignidad francesa, se trasladó a Inglaterra para animar y
dirigir desde allà la resistencia de los patriotas
franceses-contra la ocupación nazi. Entró victorioso en ParÃs
en 1944 y formó un gobierno provisional. Más tarde volvió a
ocupar la Presidencia, dio a Francia una nueva Constitución y,
enfrentándose con su ya legendaria entereza a ultraderechistas
y terroristas sin entrañas, liquidó los restos del vasto
imperio colonial francés.
CHIANG KAI-SHEK, (1887-1975)
Mao Tse-Tung (1893-1976) Enemigos mortales durante años, pese
a lo cual, ante el poder avasallante de los invasores
japoneses que estaban a punto de doblegar definitivamente a
China, unieron fuerzas para hacer frente al enemigo común. El
resultado de esta alianza fue positivo en el más alto grado
para la liberación nacional del yugo extranjero, pero una vez
concluida la guerra mundial y abatido el Japón, las viejas
enemistades revivieron y vino el conflicto civil, cuyo ganador
absoluto fue Mao en 1949.
BENITO MUSSOLINI, (1883-1945)
El supremo inspirador y maestro de todas las ideologÃas de
extrema derecha del siglo XX en todo el mundo empezando por el
Nazismo y la Falange española. En 1922, a la cabeza de la
guacherna fascista, organizó la célebre marcha sobre Roma, que
lo llevó al poder supremo. Su amigo y compinche Hitler lo
admiró siempre sin reservas aunque ya iniciada la guerra le
resultó mucho más lastre que un aliado útil. Obsesionado con
la idea de revivir el imperio romano invadió Abisinia y empleó
contra sus indefensos habitantes una notable variedad de gases
letales. Liberado por un grupo de audaces pilotos alemanes,
volvió a gobernar una república tÃtere en el norte de Italia.
Huyó de nuevo pero fue recapturado por guerrilleros que lo
asesinaron junto con su fiel amante Claretta Petacci.
ADOLFO HITLER, (1889-1945)
Una de las figuras centrales de la contienda. Fundó el
nacional-socialismo y llegó al poder en 1933 por las vÃas
democráticas. Proclamó la superioridad racial de los alemanes
sobre el resto de los pueblos del mundo, emprendió la
persecución contra los judÃos que habrÃa de concluir en el
holocausto, expuso la necesidad inaplazable de vengar las
iniquidades de Versalles contra el pueblo alemán y puso en
marcha una severa polÃtica anticomunista que le valió en buena
parte las simpatÃas occidentales. El 1 de septiembre de 1939
invadió a Polonia y la aplastó en 27 dÃas ante la
impasibilidad de los anglo-franceses que, no obstante haberle
declarado la guerra" no hicieron cosa alguna por salvar a su
aliado. A partir de abril de 1940, y mostrando un genio
militar con escasos pares en la historia, en una serie de
ataques fulminantes, subyugó a Dinamarca Noruega y los PaÃses
Bajos, para concluir con la invasión a Francia, que fue toda
una obra maestra de estrategia bélica.
En 1941, luego de la arrolladora invasión a Yugoslavia y
Grecia, Hitler llegó a consolidar el mito de su
invencibilidad. Para su desgracia, en junio de ese año cometió
el fatal error de invadir la inmensa Rusia. La catástrofe de
sus fuerzas en Moscú en diciembre marcó el principio del fin.
Vino luego el colapso de Stalingrado (febrero de 1943). La
invasión aliada a Italia y la posterior a NormandÃa cerraron
los brazos de la tenaza hasta el terrible 30 de abril de 1945
cuando, mientras los soldados soviéticos izaban su bandera en
la Puerta de Brandeburgo y en el Reichstag, Hitler se
suicidaba junto con su esposa Eva Braun en el bunker de la
CancillerÃa berlinesa.
ERWIN ROMMEL, (1891-1845)
Consagrado por los analistas ingleses y norteamericanos como
el más genial estratega de la Segunda Guerra Mundial. Su mayor
proeza fue la campaña victoriosa que adelantó en el norte del
Africa que, sin duda alguna lo habrÃa llevado a la conquista
del canal de Suez si le hubiesen llegado los refuerzos que con
tanto apremio exigió en forma reiterada. Perdida para Alemania
esa región, Rommel fue trasladado a Europa con el fin de
colaborar en la lucha por contener el aluvión
anglo-norteamericano. No se sabe hasta qué punto llegó su
simple simpatÃa o su apoyo a los conjurados que el 20 de julio
de 1944 trataron sin éxito de eliminar a Hitler, con la
esperanza de lograr una paz medianamente decorosa. El hecho es
que fue involucrado en el caso. Pero como era evidente que
para Hitler resultaba imposible colgar de una cuerda de nylon
a un héroe nacional como ya lo habÃa hecho con los demás
conspiradores, le envió unos emisarios para que de la manera
más cordial y persuasiva lo invitaran a suicidarse. Era claro
que no habÃa otra alternativa. El mariscal Erwin Rommel,
mostrando la misma impavidez ante la muerte de sus dÃas de
gloria en el "Africa Corps", se despidió de su esposa, se
metió en un refugio lejos de su casa e ingirió un veneno
eficaz. Los nazis le tributaron un homenaje póstumo que
revistió caracterÃsticas de apoteosis, luego de difundir la
noticia de que el héroe habÃa fallecido a causa de un colapso
cardÃaco.
JOSEPH GOEBBELS, (1897-1945)
Tiene ante la historia el muy dudoso honor de haber sido el
creador de los esquemas fundamentales de la propaganda masiva
de la que, a partir de entonces, se han valido los regÃmenes
totalitarios para alienar y embrutecer a las masas que los
siguen y obedecen como grandes rebaños de bestias amaestradas.
Acuño consignas escuetas y repetitivas, persiguió sin piedad
todas las formas nobles y excelsas de la cultura y, por
supuesto se ensaño con sin igual sevicia con los hombres
pensantes que se opusieron a la barbarie nazi. Fue un
elocuente orador y un diestro manipulador de multitudes. Casi
simultáneamente con Hitler, eliminó a sus hijo, que eran
numerosos todos niños, y luego se dio muerte junto con su
mujer.
JOSIF ZHUGASHVILI, STALIN (1879-1953)
Sucedió a Lenin a su muerte en 1924 luego de haber sido uno de
sus más cercanos colaboradores. Convencido de que el proyecto
de la revolución universal ya habÃa pasado a ser una total
utopÃa, se concentró en la construcción y robustecimiento del
llamado socialismo en un solo paÃs. Su ejercicio del poder
absoluto, la forma en que lo practicó recuerda con rasgos de
asombrosa similitud a Pedro el Grande. A partir de la invasión
nazi, asumió todas las palancas de la defensa nacional y la
condujo con el éxito arrollador que es bien conocido. Cuando
los ejércitos alemanes pisaban los suburbios de Moscú en
diciembre de 1941, Stalin trasladó el Gobierno a zonas más
seguras del este y permaneció solo tras los muros del Kremlin,
decidido a repeler a los invasores o morir en su sitio.
Ocurrió lo primero. Luego, pese a los altibajos, siguió
dirigiendo la guerra hasta la victoria de Stalingrado que fue
el comienzo de una serie que sólo vino a concluir en BerlÃn.
El dÃa de los festejos de la victoria, en mayo de 1945, un
grupo destacado de oficiales del Ejército encabezó el desfile
militar por la plaza Roja, y al aproximarse al Kremlin, donde
se hallaba Stalin con el alto gobierno, barrió el piso de la
plaza con cientos de pendones nazis tomados al enemigo a lo
largo de la guerra. Imposible pedir una compensación más
satisfactoria para cuatro años de angustias y padecimientos.
VYACHESLAV MOLOTOV, (1890-1986)
Fiel colaborador de Stalin desempeñó durante dos perÃodos,
incluida toda la segunda guerra, la dirección de los
exteriores de la URSS. Como canciller, firmó con su homólogo
Ribberntrop el pacto ruso germano de no agresión que los nazis
violarÃan inicuamente en junio 1941.
GRIGORY ZHUKOV, (1890...)
Brillante estratega soviético. Fue el cerebro de las acciones
decisivas llevadas a cabo hasta la toma de BerlÃn por el
Ejército Rojo en 1945.
JOZIP BROZ, LLAMADO TITO, (1892-1980)
Gracias a su gesta militar y a su habilidad polÃtica, logró
transformar una fuerza de guerrilleros en un ejército
comunista de liberación nacional. Los ocupantes de Yugoslavia
jamás pudieron someterlo, a pesar de las siete expediciones
punitivas organizadas por alemanes, italianos y tropas de
gobiernos tÃteres. Se reunió con Stalin en 1944, permitió la
entrada del Ejército Rojo a Yugoslavia y entró en Belgrado en
1945. Después de la guerra tuvo serias diferencias con la URSS
por alejarse de la doctrina de Stalin. Gobernó a Yugoslavia
hasta la muerte.
FRANKLIN DELANO ROOSEVELT, (1882-1945)
Al tomar posesión de la Presidencia de los Estados Unidos,
Roosevelt encontró una economÃa al borde la bancarrota y una
explosiva situación social. Gracias a sus admirables medidas
económicas, al cabo de poco tiempo esa gran potencia tomada de
nuevo el rumbo de la prosperidad. Fue reelegido en 1936 en
unas elecciones en las que obtuvo un triunfo sin precedente.
Otra vez fue reelegido en 1940, derrotando ampliamente al
candidato republicano Wendell Wilkie. Convencido de que su
paÃs deberÃa desempeñar una posición rectora dentro del
concierto universal, combatió duramente a los aislacionistas
hasta que el ataque nipón a Pearl Harbor los dejó fuera de
combate. Aliado con la Gran Bretaña y la URSS, alcanzó a
divisar la tierra prometida de la victoria final, pero no
alcanzó a pisarla. La muerte le arrebató ese privilegio el 12
de abril de 1945, cuando faltaba menos de un mes para el
derrumbamiento de los nazis y cuatro para el descalabro final
del Imperio japonés.
DOUGLAS McARTHUR, (1880-1964)
Fue el héroe supremo de la guerra del PacÃfico. Vencido en
Filipinas por los japoneses, juró volver y lo hizo como
consecuencia de una brillante serie de soberbias operaciones
estratégicas. Presidió la firma de la capitulación nipona a
bordo del acorazado "Missouri" en septiembre de 1945 y luego
se instaló en el Japón como suprema autoridad y comandante de
las fuerzas de ocupación. Más tarde dirigió las fuerzas de la
ONU en la guerra de Corea. Fue entonces cuando exigió el uso
de la bomba atómica contra la China comunista para liquidar de
una vez el conflicto. Aterrado de tamaña imprudencia, el
presidente Harry Truman lo destituyó sin contemplaciones ni
consideraciones a su aureola de héroe nacional. Es muy posible
que este incidente hubiese influido en el fracaso de sus
aspiraciones presidenciales, que a la sazón ya eran evidentes.
DWIGHT DAVID EISENHOWER, (1890-1969)
Fue el héroe supremo de la guerra del PacÃfico. Vencido en
Filipinas por los japoneses, juró volver y lo hizo como
consecuencia de una brillante serie de soberbias operaciones
estratégicas. Presidió la firma de la capitulación nipona a
bordo del acorazado "Missouri" en septiembre de 1945 y luego
se instaló en el Japón como suprema autoridad y comandante de
las fuerzas de ocupación. Más tarde dirigió las fuerzas de la
ONU en la guerra de Corea. Fue entonces cuando exigió el uso
de la bomba atómica contra la China comunista par liquidar de
una vez el conflicto. Aterrado de tamaña imprudencia, el
presidente Harry Truman lo destituyó sin contemplaciones ni
consideraciones a su aureola de héroe nacional. Es muy posible
que este incidente hubiese influido en el fracaso de sus
aspiraciones presidenciales, que a la sazón ya eran evidentes.
DWIGHT DAVID EISENHOWER, (1890-1969)
Militar de brillantes ejecutorias. Su consagración fue el
éxito con que condujo las operaciones aliadas en el frente
occidental a partir de la invasión a NormandÃa. El prestigio
allà ganado le abrió amplio camino en la polÃtica, gracias al
cual fue elegido presidente de los Estados Unidos en 1952 y
reelegido en 1956.
HIDEKI TOJO, (1884-1948)
Como primer ministro dirigió las operaciones bélicas desde
1941 hasta el final. Fue ejecutado luego de un juicio: más una
venganza que un acto de justicia. (EXPRESO. P.24)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 05/Septiembre/1995 | 00:00