Quito. 17.09.95. El dÃa que se descubrieron en el baúl de un
automóvil Mercedes Benz último modelo, los cadáveres de Martha
Jaque, Ximena EspÃn Jaque y SofÃa Verónica Jurado Jaque, las
desgraciadas mujeres asesinadas en un lujoso departamento de
un edificio localizado en la avenida González Suárez, en
Quito, una de sus amigas resumÃa en medio del dolor la
inquietud general de la gente: "¿Quién fue el asesino? ¿Cómo
pueden existir personas asÃ, sin sentimientos..?"
Detrás de unas preguntas tan simples -incluso después de
identificado el sospechoso del triple crimen- se enreda casi
siempre un laberinto en el que suelen perderse los esfuerzos
de muchos estudiosos de la conducta social del ser humano.
"Muchas veces los asesinos pueden estar tomando café
tranquilamente al lado de personas afectadas por la tragedia y
no dar ninguna señal delatora", explicó a HOY uno de los
investigadores especiales de este caso.
Y es que casi siempre el interés de los expertos se centra en
conocer los indicios que pueden catalogar este tipo de
comportamientos, llegar al mecanismo que dispara la bestia
escondida en las profundidades de cada persona.
Indicios caracterÃsticos
"Generalmente -añade el oficial-, estos sicópatas pueden
ofrecer indicios caraterÃsticos que los catalogan en cuatro
tipos siquiátricos: el impulsivo, el explosivo, el atÃmico o
frÃo y el paranoide o fanático. Los cuatro tienen una gran
resistencia a elaborar sentimientos de culpa".
Pero socialmente las cosas no parecen tan terminantes como en
los estudios clÃnicos. Al ciudadano normal le resulta muy
difÃcil adivinar dónde está el potencial asesino.
El detective -un hombre curtido en la investigacuón de este
tipo de delitos y quien por obvias razones prefiere mantenerse
en el anonimato-, trata de aproximarse al perfil de este tipo
de delincuentes: "El retrato robot del asesino en este tipo de
casos coincide, solo a veces, con el perfil realizado por
sicólogos y siquiatras. Se trata de individuos introvertidos,
que han sufrido algún tipo de trauma en su infancia o
juventud. O son personas solitarias o con familia que
manifiestan una doble personalidad. Más también los hay que
son delincuentes habituales, extrovertidos, que suelen
amenazar a los demás por cualquier cosa y hasta con
antecedentes, que saben lo que les espera".
No hay prototipo
En otras palabras, la realidad demuestra que no existe un
perfil que sea el prototipo. Los hay cultos, brutales,
introvertidos, jóvenes maduros, tipos atléticos y débiles,
valientes que se asustan al darse cuenta de la muerte que han
causado y otros que niegan su acción por todos los medios.
Por ahora, de acuerdo con los datos que se conocen sobre el
caso que nos ocupa, solo hubo la salvajada por la salvajada. O
como dice el entrevistado: "El individuo al estar en grupo y
no querer parecer anónimo se vuelve, de pronto, más agresivo y
más violento".
"Muchas veces -agrega- tienen una gran represión y unas
tensiones sexuales terribles".
Otras veces, el impulso criminal es frÃo, según comenta el
sabueso: "Se trata de individuos cuyos intereses personales
son su único móvil. Tranquilos y calculadores, si pertenecen a
un nivel cultural alto, y brutales si son de nivel cultural
bajo".
De otro lado, en opinión del experto, la frontera sicológica
entre los sicópatas impulsivos y los explosivos la marcan los
agentes exteriores, tales como el alcohol o las drogas e
incluso las pelÃculas violentas, sobre todo si se las dan de
supermachos. Son personas que se encienden con facilidad en
crisis de cólera muy agresiva".
Persona agresiva
Analizando el crimen de Martha, Ximena y SofÃa Verónica, al
parecer el alcoholismo convirtió al deportista Marcelo Vargas
en una persona agresiva que actuaba por impulsos, sin medir su
fuerza. Irreflexivo y de conducta atropellada.
La PolicÃa sostiene que la noche del crimen Vargas comenzó a
acosar sexualmente a la menor de las mujeres, aprovechando la
ausencia momentánea de las otras dos que habÃan salido a
comprar más licor para la fiesta que tenian y que iba a ser la
última y la peor de sus vidas, a lo que la chica se resistió.
La niña logró agarrar la pistola láser de su ofensor y éste se
molestó, para enseguida -en un estado de excitación nerviosa-
arrebatar el arma a su vÃctima y acabar de una vez por todas
con ella. Enseguida llegarÃan las familiares -una de ellas
también habrÃa tenido relaciones con Vargas- y el hombre,
igualmente, decidió eliminarlas. Además de disparos, también
asestó puñaladas a sus amigas. Luego, pasadas varias horas,
trató de deshacerse de los cadáveres. El resto ya lo conocen
los lectores.
FUERZA, NEGOCIOS Y CONFLICTOS
- Marcelo Vargas Montenegro, de 50 años, extiende la mano para
saludar, pero cuando lo hace oprime la de su oponente, como
para demostrar que tiene fuerza.
- Esconde la mirada tras un par de gafas oscuras, para que no
se note que tiene un defecto en el ojo derecho. Dicen que
también perdió su dentadura natural, a consecuencia de una
pelea hace un buen tiempo.
- Estando adolescente decidió embarcarse para Hong Kong donde
aprendió todas las técnicas de las artes marciales, en lo cual
es "lo máximo", según sus amigos.
- Ha suministrado numerosos guardaespaldas a altos
funcionarios públicos y privados y ha sido instructor de artes
marciales de la PolicÃa, por lo cual goza de la amistad de
"gente importante".
- Ofreció su gimnasio para el entrenamiento del boxeador
Segundo Mercado, en diciembre pasado, cuando el púgil se
preparaba para su enfrentamiento con el estadounidense Bernard
Hopkins.
- Trabó gran amistad con el empresario norteamericano Don
King cuando éste estuvo en Ecuador y, al parecer, realizó
algunos negocios con él.
- En una época se decidió por el negocio de compra y venta de
autos costosos. Se comenta que también negociaba con
esmeraldas.
- No pocas veces tuvo altercados con los periodistas. En una
ocasión amenazó a un reportero de este diario por no publicar
a tiempo una aclaración, sobre un asunto en el que aparecÃa
involucrado.
- Cuando entrenaba a Mercado, prohibió el ingreso de los
reporteros gráficos de este diario al gimnasio y hubo otro
altercado.
- La antropologÃa criminal no es exacta. Exteriormente, dicen
los entendidos, todos los asesinos encajan en caracterÃsticas
sicopáticas parecidas: suelen ser personas pobres en
sentimientos de amistad y ternura hacia los demás, aunque
aparentan lo contrario. No pocas veces amenazan a quiens les
ofenden o critican. Son de carácter impulsivo y mentalidad
primitiva.
UNA NOTA PREMONITORIA
N. de la R.:
En diciembre pasado, cuando Segundo Mercado se aprestaba a
disputar un tÃtulo mundial, los periodistas de HOY tuvieron un
altercado con Marcelo Vargas. Sobre el particular, el editor
de Deportes publicó entonces la siguiente nota que hot parece
premonitoria.
Hace apenas tres dÃas comentábamos en esta misma columna sobre
el peligro que viene representando la amenaza creciente a los
periodistas.
Ahora tenemos que insistir en ello, para denunciar
directamente el atropello de que han sido vÃctimas reporteros
de este diario, por el simple hecho de tratar de recabar
información para darla a conocer a la opinión pública.
Pues bien: un "señor" que en su prepotencia se cree el dueño
del mundo, ha impedido que los representantes de HOY cumplan
su labor en el gimnasio donde viene entrenando el boxeador
Segundo Mercado. Y ha dado una orden en tal sentido a sus
empleados. "Con los de ese periódico, nada de nada. Ni
siquiera hay que dejarlos entrar", es la consigna.
Todo se origina, al parecer, porque no hemos nombrado a su
negocio en ninguna de nuestras crónicas.
Denunciamos, pues, la groserÃa del sujeto en mención -que
desdice mucho, cuando precisamente todo el paÃs está pendiente
de un acontecimiento como es la consecución de un tÃtulo
mundial-. Y como el sujeto de marras quiere que se le nombre,
pues aquà lo hacemos con mucho gusto: se llama Marcelo Vargas.
Cuidado con él. (Diario HOY) (6A)