Quito (Ecuador). 30 sep 95. Si fuera por la legendaria
Catedral de Quito y lo avanzado de la hora, podría decirse que
la reunión plenaria de las máximas autoridades del país en
Carondelet surgió entre gallos y medianoche, este jueves 28 de
septiembre, a escasas 72 horas del juicio político contra el
vicepresidente de la República Alberto Dahik, acusado de
cohecho e irregular manejo de una cuenta reservada del
Gobierno.

Fueron horas de intenso ajetreo, caracterizado por un ir y
venir de funcionarios, desfile de vehículos oficiales,
guardaespaldas y amontonamientos de curiosos reporteros.

La sorpresiva reunión había sido convocada por el presidente
de la República, Sixto Durán Ballén, para las 16h30. Como
invitados aparecían los principales dignatarios de los tres
poderes del Estado, además de las Fuerzas Armadas, Iglesia,
Frente Económico y uno que otro personaje vinculados con el
partido de Gobierno, el Conservador, y con Alberto Dahik.

Alarcón, el primero en llegar

La cita, sin embargo, sufrió una inesperada demora. Fueron dos
horas y 45 minutos de tardanza porque no todos los personajes
invitados se encontraron a la hora señalada. Uno de los
primeros en llegar a Palacio fue el presidente del Congreso
Fabián Alarcón, quizá el más puntual, quien reiteró que acudía
al llamado del presidente con la disposición de hablar de lo
que sea menos del juicio político contra el vicepresidente
Dahik, porque el tema no era negociable.

En todo caso la reunión se instaló a las 19h15, en medio del
bullicio natural del centro histórico, afectado a esas horas
por un gran apagón, y en medio de toda suerte de rumores que
pintaban lúgubre el panorama de un segundo mandatario acechado
cada vez más por el fantasma de la Corte Suprema de Justicia,
ante el riesgo de verse envuelto en un caso de peculado, tras
las declaraciones hechas en la mañana por el gerente del Banco
del Pacífico, quien sostuvo que las cuentas de los fondos
reservados de la Vicepresidencia nunca tuvieron un tratamiento
de cuentas especiales, tal cual señala el argumento de defensa
oficial.
Previamente a la hora de la reunión llegaron al Palacio de
Gobierno los ministros de Estado, asesores del vicepresidente,
diputados conservadores y la señora de Dahik.

A puerta cerrada

Las discusiones se efectuaron a puerta cerrada. El movimiento
de los empleados de Palacio era elocuente y en la Sala de
Prensa se dispuso un turno especial ante la afluencia de
reporteros.

Como a las 21h15 la Sala de Prensa emitió un escueto
comunicado en el que se informó sobre quiénes eran los
asistentes a la reunión, quién la convocó, y se aclaraba que
la cita se enmarcaba dentro de "un profundo respeto a la
independencia que debe caracterizar a la relación de los tres
poderes del Estado y con el fin de recuperar el clima de
tranquilidad. Es un llamado de serenidad", se enfatizó.

Declaraciones a la salida

En soletas los periodistas insistieron en aguardar a los
ilustres convocados. Fue el presidente del Congreso quien
apareció a eso de las 22h15 para confirmar la clausura de la
reunión y algunos detalles de la misma pidiendo disculpas por
no ser muy explícito.

En su ampliación aseguró que el maratónico diálogo no era el
primero ni sería el último. Se analizó, dijo, la situación
política del país, mas no la situación política del
vicepresidente, ante la necesidad de que todos los sectores
del Estado y de la sociedad marchemos conjuntamente, más allá
de la coyuntura actual (los juicios al vicepresidente), para
darle al país respuestas concretas sobre los problemas
nacionales, un clima de confianza y sin dejar de lado ningún
juicio para sancionar actos de corrupción.

Alarcón no solo que reiteró que el lunes venidero el Congreso
Nacional realizará el juicio político al vicepresidente, sino
que dijo desconocer "la eventual renuncia del segundo
mandatario".

La Iglesia y las Fuerzas Armadas han sido adeptas a que se
establezca un clima de unidad nacional con objetivos claros y
absoluto apego al orden constitucional, acotó.

Cuando eran las 23h50 el último auto oficial abandonaba las
inmediaciones del Palacio de Gobierno dejando atrás una
jornada de intenso e inusual ajetreo. Y también una serie de
interrogantes: ¿Cuál fue el objeto real de la reunión? ¿Se
intentaría echar tierra sobre el asunto? ¿Renunciaría el
vicepresidente? ¿Dirá éste todo lo que sabe sobre otros casos
de corrupción? ¿Asistirá Dahik al Congreso? ¿Cuál será el
desenlace del juicio político? ¿Cómo continuará el juicio
penal en la Corte Suprema? ¿Se conocerá algún día el contenido
de los cheques de esas cuentas reputadas como reservadas?

A la convocatoria asistieron el vicepresidente Alberto Dahik;
el presidente de la Función Judicial, Carlos Solórzano, (quien
sustancia un juicio contra Dahik); el presidente del Congreso,
Fabián Alarcón, (quien presidirá el juicio político contra el
segundo mandatario); el ministro de Defensa, Alfonso Alarcón;
los jefes de las ramas militares, Paco Moncayo, Fernando
Martínez de la Vega y Jorge Donoso; el delegado de la Iglesia,
Antonio Arregui; el contralor, Juan Carlos Faidutti (parte en
el proceso judicial de Dahik); el superintendente de Bancos
encargado, José Iturralde (parte en el proceso); el ministro
de Gobierno, Abraham Romero; el gerente del Banco Central,
Augusto de la Torre; la presidenta de la Junta Monetaria, Ana
Lucía Armijos; y, el diputado gobiernista Freddy Bravo, entre
otros personajes cercanos al vicepresidente.

REACCIONES

- El asesor personal del vicepresidente de la República, Jorge
Zavala Egas, dijo al abandonar la reunión que en lo que a él
concierne preparaba los argumentos jurídicos para la defensa
del segundo mandatario en el Congreso. Se negó a aceptar
tácitamente que el vicepresidente esconda un "as" bajo la
manga durante el juicio.

- Yo respondo por la parte jurídica y no por la política,
acotó Zavala, para quien en todo juicio se presentan
sorpresas. Evidentemente el vicepresidente presentará
objeciones al Parlamento, dijo, y expresó que la salida a la
crisis es enfrentando el juicio político y que el Congreso se
pronuncie porque es la manera constitucional de hacerlo.

- Los días y las horas siguen su marcha y vamos hacia el
juicio político del lunes. Es una realidad del momento, es un
juicio político sin precedentes en el país, manifestó de su
parte el diputado conservador Freddy Bravo.

- El vicepresidente no tiene por qué renunciar ya que tiene
una responsabilidad frente el pueblo ecuatoriano en respeto a
la Constitución, agregó Bravo.

- Existen legítimas preocupaciones por el juicio, además
estrategias y recopilación de documentos. Más importante que
hacer una estrategia pensando en el mareo es hacer una
estrategia pensando en el país, reflexionó.

- Han habido algunos episodios luego del conflicto que han
hecho suponer una ruptura de la unidad nacional, esta reunión
podría ser considerada como uno de los tantos intentos de
llamado a la unidad, y puede considerarse importante,
puntualizó. (Política) (Diario HOY) (2A)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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