Quito (Ecuador). 30 sep 95. El inicio de las reformas
económicas son las privatizaciones, ha dicho. Sin embargo,
"los gobiernos deben asegurarse que la privatización sea
transparente para que los inversionistas comprueben que la
competencia es justa y honesta, y para demostrar al pueblo de
su país, y a los críticos de la reforma económica, que el
gobierno está obteniendo el mejor precio de venta en estas
propiedades", señaló enfáticamente.
Refiriéndose a la necesidad de reformas económicas y sociales
indicó que, gran parte de la reestructuración económica ya se
ha realizado.
El acceso pendiente de Ecuador a la Organización Mundial de
comercio, la exitosa negociación de su deuda comercial, el
acuerdo bilateral sobre inversiones con los Estados Unidos,
son algunos de los logros que lo han convertido en un lugar
más atractivo para la inversión extranjera. Haber acordado
ciertos servicios en el marco de libre comercio el pacto
Andino, es otro paso importante. Y con la pronta ratificación
del acuerdo de Propiedad Intelectual, se dará un incentivo más
a la inversión en industrias de alta tecnología y habrá mayor
intercambio tecnológico con Ecuador.
Perú y Colombia se consolidan
Perú, es el país de más rápido crecimiento económico en el
mundo en 1994 y lo será en América Latina en 1995. La piedra
angular de este crecimiento lo constituye un plan agresivo
para atraer capitales foráneos. En primer lugar, el gobierno
se ha embarcado en un importante programa de privatización,
con el objeto de vender todas las empresas estatales restantes
para fines 1996. Desde 1991, el gobierno ha privatizado casi
90 empresas, por un total de más de 3.5 cinco billones de
dólares. Sólo en 1994, Perú vendió 29 compañías por un total
de 2.6 billones de dólares. La privatización ha sido crucial.
Además, ha propiciado un ambiente en el que los inversionistas
se sientan a gusto. El gobierno del Presidente Fujimori ha
desmantelado virtualmente todos los monopolios existentes en
todos los sectores de la economía, inclusive en el área de
servicios públicos; ha emprendido profundas reformas
estructurales para mejorar la eficiencia de las asignaciones
para mercados de capital y promover la competencia. Se han
modernizado los procedimientos burocráticos, se ha
liberalizado el código del trabajo.
La economía colombiana
La economía colombiana ha cambiado dramáticamente a casi cinco
años del lanzamiento del programa de "apertura". Con la
liberación de importaciones y otros controles y la
privatización de muchas compañías estatales, ha llegado la
expansión económica, nuevas inversiones domésticas y
extranjeras, y crecientes vínculos comerciales con Estados
Unidos. El programa de privatizaciones ha incluído la venta de
puertos, aeropuertos, carreteras, plantas eléctricas,
compañías navieras, una cadena de gasolineras, compañías
agroindustriales, concesiones de telecomunicaciones, y bancos.
Adicionalmente, entre 1992 y 1996, se han reducido aranceles y
los obstáculos no tarifarios han sido virtualmente eliminados.
A más de disminuir drásticamente los aranceles y vender
compañías estatales, Colombia ha estimulando la inversión
foránea dando a las compañías extranjeras el mismo trato que a
las colombianas. También ha fortalecido las leyes sobre
propiedad intelectual. Como resultado, Colombia ha
experimentado un crecimiento real 5.7% en 1994. Además, 3.500
millones de dólares provenientes de las privatizaciones
contínuas serán utilizados para el programa de "salto social"
diseñado para mejorar el nivel de vida de los pobres de
Colombia.
Chile y Bolivia avanzan
Sin embargo, hay mucho más que hacer para alcanzar y competir
con los demás países que han estado realizando reformas
similares y que ahora están más adelantados en el proceso.
Chile ha estado involucrado en reformas económicas y
modernización por algunos años. Se han creado 500 mil nuevas
plazas de empleo.
Su Producto Interno Bruto está creciendo más rápido que su
gasto público. El ingreso percápita está subiendo. Los
beneficios directos de estas reformas ha sido el de liberar
recursos gubernamentales para poder dirigirlos hacia otras
áreas. Entre 1990 y 1995, el gobierno chileno incrementó su
presupuesto para salud en un 80%.
Bolivia está tratando de alcanzar resultados similares, por un
camino diferente. Ha formulado un audaz plan de capitalización
diseñado para atraer al país los beneficios de la
privatización, sin entregar completamente sus compañías a
inversionistas privados. Las seis mayores corporaciones
estatales están a la venta, incluyendo la aerolínea nacional y
la compañía eléctrica estatal. Bajo este plan, el gobierno
boliviano ya no tendrá que sostener compañías compañías
estatales improductivas, estará en capacidad de invertir el
dinero previamente dedicado a subsidiar estas compañías en
salud pública, educación e infraestructura. Se considera que
este proceso creará quinientos mil nuevos empleos y esa
riqueza, a su vez, mejorará el nivel de vida de todos los
bolivianos.
Cuidar de los menos aventajados
Si bien muchos críticos no niegan la necesidad de reformas,
subrayan el costo social que éstas acarrean. Están en lo
correcto, existe un costo social que no podemos ignorarlo y
que los Estados Unidos comparte. La justicia social equivale a
estabilidad y justamente la estabilidad es un gran atractivo
para los inversionistas.
Es evidente, al respecto, que los países han llegado a un
callejón sin salida en el tratamiento de los problemas
sociales. A pesar de que las condiciones generales de salud y
las tasas de analfabetismo han mejorado a través de los años,
hay un punto a partir del cual las condiciones continúan
iguales.
Desmonopolización y focalización
La mejor provisión de servicios sociales depende, en todo
caso, de la eliminación de monopolios y la creación de
competencia es tan importante en el sector social como lo es
en el mundo industrial. Esto permite colocar en primer lugar a
los individuos.
El sistema chileno de seguridad social, ya reformado, es un
ejemplo de ello. Los bonos para vivienda o educación cumplen
otro papel similar. Es una manera de alejarse de los subsidios
generalizados que ayudan a la gente que menos lo necesita.
Reforma económica y social
Lo que es claro, en todo caso, es que mano a mano con la
reforma económica, debe establecerse una nueva relación entre
el sector privado y público. Los dos deben encontrar una nueva
manera de trabajar juntos, de formar una nueva sociedad para
beneficio de la comunidad, no solo para el crecimiento
económico, sino también para asegurar que habrá un sistema
efectivo de provisión de servicios sociales. No es una tarea
fácil, significa una nueva manera de pensar, y requiere
consenso, pero el tratamiento de la pobreza crítica y las
necesidades sociales debe ir más allá de la política. Requiere
invertir en los recursos humanos. En ese sentido "tenemos
mucha esperanza de que el Ecuador continúe en el camino de la
reforma económica y social. Una reforma social que reconozca
la responsabilidad que tiene el gobierno de cuidar a sus
ciudadanos menos aventajados; y una reforma económica que
estimule la inversión, la creación de empleos, y que lleve los
beneficios de este crecimiento a un número mayor de
ecuatorianos"- ha dicho. (Economía) (Diario HOY) (6A)