Quito (Ecuador). 24.09.95. En vísperas de inaugurar un nuevo
año lectivo, siempre hay golpes para los padres de familia.
Los reajustes son, a veces, inalcanzables para el presupuesto
de el mayor número de estudiantes, cuyo nivel de vida se
disuelve en la crisis económica.

En los colegios fiscales es imposible conseguir cupos, aunque
no son tan gratuitos, como señala la Constitución. Las
autoridades de cada plantel se dan modos para cobrar, unos más
otros menos, por diveros valores.

La razón de fondo es que la partida para educación cayó del
30% al 14% del presupuesto.

Desde luego que estas tarifas son mínimas, si se las compara
con los costos de la educación particular. Un plantel fiscal
de prestigio cobra entre 50 y 80 mil sucres la matrícula. Los
otros entre 10 y 50 mil sucres.

En estos proliferan las colas. Muchos padres de familia pasan
hasta tres días, con sus respectivas noches, enrollados en los
muros de los colegios para conseguir un cupo. "Como que en el
país el derecho a la educación ya es un privilegio".

Educación privada

Aquí manda el dinero. El principio que se aplica es: "la
educación es una inversión rentable". Un estudiante bien
preparado asegura un futuro promisorio. El resultado final es
la obtención de un cargo digno y bien remunerado. Los más
pudientes van al exterior, por su puesto.

En Pichincha existen 350 colegios particulares. De estos, 30
cobran pensiones que fluctuan entre los 200 mil y los 320 mil
sucres mensuales.
Son los "de lujo". La matrícula es aparte y llega a los 215
mil sucres.
El colegio más caro de Quito es el Liceo John Dalton. El costo
de su pensión es de 317.201 sucres por mes. La matrícula, para
el año lectivo 94-95, costó 198.250 sucres.

Le sigue el colegio Emile Jacques Dalcroze con una pensión
mensual de 294.613 sucres. La matrícula costó 184.133 sucres.
Luego vienen el Alemán con 292.801 sucres de pensión, el
Intisana con 285.896 sucres, entre los que van a la cabeza.
Los 26 colegios restantes del grupo "de lujo", cobran
pensiones entre los 200 y los 280 mil sucres por mes. Sus
matrículas superan los 150 mil sucres.

Los otros, de menor categoría, tienen pensiones que fluctuan
entre los 30 y los 200 mil sucres mensuales. De la misma
forma, las matrículas oscilan entre los 20 y los 150 mil
sucres. El costo del transporte se mueve en la banda de 50 a
80 mil sucres mensuales, por alumno, tanto para los colegios
particulares como fiscales.

Para estudiar, como mínimo 150 mil al mes

Los estudios revelan que los gastos de matrícula en los
planteles fiscales son un tercio inferior a los privados.

El gasto, entre las familias más pobres del país, es de 20 mil
sucres mensuales, por alumno. Las familias que poseen mayores
ingresos invierten hasta 150 mil sucres mensuales, por alumno.
Todo depende que el alumno estudie en colegios de mayor
prestigio. Allí se incluyen transporte, útiles escolares y
uniformes.

Cada familia, con dos estudiantes, gasta alrededor de 600 mil
sucres anuales en educación, o sea unos 125 dólares, por
alumno, en promedio.

Esto revela que la educación fiscal nunca ha sido gratuita,
pues, los padres contribuyen con varios rubros. En realidad,
la educación fiscal siempre ha sido pagada, colectiva e
individualmente, pero a través del sistema tributario. Los que
más pagan impuestos subsidian a los de menores ingresos,
quienes, por su pobreza, pagan menos impuestos.

Pero el sistema fiscal vigente, mediocre por falta de
recursos, induce a las familias de mayores ingresos a
matricular a sus hijos en colegios privados, dejando al Estado
que se encargue de los pobres.

Tasas de escolaridad

Según cifras del ministerio de Educación, el 81% de los niños
que entran a primero terminan el sexto grado, incluyendo a un
9% de repitentes.

En 1993 habían 193 mil niños matriculados en primer grado, el
50% del total de alumnos de 6 años. Sin embargo, en sexto
grado solo habían 70 mil niños matriculados. Las cifras
demuestran que hay un problema serio de repetición a nivel
primario.

Las estadísticas dicen que el 14% de los niños matriculados en
las escuelas primarias repitieron el año en 1990. Esta tasa de
repetición entre las familias más pobres sube al 50%.

La deserción es mayor en el sector rural, 33%. Este fenómeno
está asociado con la pobreza, pues existen presiones de los
padres por incorporar a los hijos a actividades productivas.

Para quienes continúan los estudios secundarios, la baja
calidad de la educación primaria fiscal se refleja en su
rendimiento. Esto se debe a la escasez de materiales
didácticos y la baja calidad de libros de texto.

Financiamiento público

El Estado invierte unos 80 dólares anuales por alumno, aunque
el presupuesto para la educación ha disminuido en los últimos
años. La partida presupuestaria, con relación al Producto
Interno Bruto (PIB) cayó del 4.6% en 1981 al 2.7% en 1993.

Para que el presupuesto educativo suba a un equivalente del 6%
del PIB, el Gobierno tendría que quitarle fondos a otros
sectores.

El problema de fondo es que existe una preferencia
presupuestaria para la educación superior, debido a la presión
política universitaria. El costo fiscal por cada estudiante
universitario es de 518 dólares, seis veces más que el gasto
estatal por un estudiante escolar (80 dólares).

Se busca alternativas

Existe un proyecto aprobado en 1990 que contempla:
capacitación de 8.400 maestros de primaria y 3.000 de ciclo
básico; producir materiales didácticos, a bajo costo, en
español, quichua y otras lenguas aborígenes; construir 80
centros educativos matrices y 23 institutos pedagógicos, a los
que se debe dotar de equipos y bibliotecas.

El BID concedió un préstamo de 44 millones de dólares para
este proyecto, pero solo se ha desembolsado el 10%, debido a
la lenta iniciación de las obras y a la falta de contratación
de servicios de consultoría.

La deficiente calidad de la educación fiscal es otro problema
que quita el sueño a los padres de familia. La consulta
nacional "Ecuador siglo XXI" (UNICEF) y otros foros de amplia
difusión elaboraron un proyecto básico de desarrollo,
eficiencia y calidad de la educación que persigue varios
objetivos:

Mejorar la calidad de la educación básica de los niños de las
zonas urbano-marginales, disminuyendo las tasas de deserción y
repitencia.

Elevar la eficiencia a través del fortalecimiento de los
procesos administrativos, capacidad de programación y
elaboración presupuestaria.

Delegar responsabilidades a las direcciones provinciales y a
los centros educativos matrices.

Mejorar la distribución de recursos y el diseño de programas
en los sectores de capacitación y educación.

Este proyecto tiene un costo de 90 millones de dólares,
financiado con un préstamo del Banco Mundial. Su meta es
organizar redes de centros educativos matrices (CEM); crear 55
redes descentralizadas con un plantel matriz y unas 25
escuelas subsidiarias. Se estima que estos centros
beneficiarán a más de 350 mil estudiantes de las zonas
urbano-marginales pobres.

Además, ampliar y mejorar la infraestructura escolar
existente; aplicar una medición sistemática de logros y
aprendizaje, mediante pruebas objetivas y destrezas básicas de
lenguaje y matemáticas; elaborar textos escolares de educación
primaria y ciclo básico; capacitar a los maestros y aplicar un
fortalecimiento institucional. (Diario HOY) (8A)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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