Quito. 09.04.95. En la mayorÃa de los paÃses cualquier persona
cree ser un experto en encuestas polÃticas, pero son muy pocos
los que en realidad han estudiado el tema. Habiendo trabajado
tantos años en el asunto, sabemos que existen algunas reglas
curiosas que se repiten en toda elección.
Jamás un candidato que "gana" una encuesta la critica.
Generalmente quien la encabeza cree que es buena o, si es muy
simplón, que aunque la encuesta es mala, está obligada a
reconocer sus éxitos. En todo caso, crea lo que crea, si está
ganando nunca la critica. No recordamos el nombre de ningún
candidato que haya ganado las elecciones en esta década y que
se haya dedicado a luchar con las encuestas.
De la misma manera, pocos son los polÃticos que aceptan los
resultados negativos de una encuesta. La primera frase que se
le ocurre al polÃtico al que no le gusta el resultado de una
encuesta es "pero cómo hicieron la muestra ?". Después trata
de discutir con cualquier argumento la validez del trabajo.
Sin embargo, a lo largo de más de una década, ningún candidato
que se dedicó a combatir a las encuestas ganó las elecciones.
Está generalizado el mito de que la publicación de encuestas
determina el resultado de los procesos electorales. No hay
ningún consultor profesional ni autor medianamente importante
que crea que mecánicamente la gente "vota al triunfador". No
hay tampoco ninguna razón coherente para que esto sea asÃ. Hay
en cambio estudios y opiniones tan serias como la de Joe
Napolitan, el consultor más famoso del mundo, que defiende lo
contrario. Esta superstición está sin embargo generalizada.
Asà mismo cuando usted pregunta a la gente acerca del
presidente ideal, puede cometer tonterÃas si emplea mal la
información. El Presidente ideal no existe. No es cierto que
la gente vive pensando en un arquetipo de Presidente al que
busca, entre otras cosas porque la mayorÃa de los electores no
se interesan en la polÃtica, ni busca objetivos polÃticos con
mayor entusiasmo.
En todo caso, la descripción del Presidente ideal es un dato
que, manejado profesionalmente, puede ser útil para quienes
trabajan en polÃtica, o para quienes quieren conocer mejor
nuestro paÃs.
EL COLOR QUE LO PREFIERA...
En la encuesta aplicada por Informe Confidencial el 11 de
marzo, preguntamos a los ciudadanos de Quito y Guayaquil si
preferÃan un Presidente indio, negro, mestizo o blanco. Un 47%
de los quiteños y un 24% de los guayaquileños no expresaron
ninguna preferencia en esta pregunta. Los demás escogieron a
un ciudadano de una u otra raza.
Llama la atención que los menos favorecidos en la encuesta son
los indios, en un momento en que se ha publicitado tanto su
aporte en la defensa del paÃs. Sólo un 3% de quiteños y un 6%
de guayaquileños prefiere un Presidente indÃgena. Esto tiene
que ver con la racista actitud de "benévolo paternalismo" a la
que nos hemos referido en otros artÃculos. La gran mayorÃa de
la población tiene hacia los indios una actitud compasiva. Los
consideran casi una especie en extinción. Creen que hay que
protegerlos, pero no les creen capases de gobernarse a si
mismos, y peor al paÃs.
Es curioso también que los blancos y los mestizos empaten en
preferencias en un paÃs en el que hay tan pocos blancos y en
el que casi todos somos mestizos. Es otro sÃntoma del racismo
que subyace en buena parte de la población y que hace que
tendamos a valorar menos lo nuestro y a tratar de asimilarnos
a los norteamericanos o europeos.
¿SERIO Y ENCORBATADO O ALEGRE Y CON JEANS?
El sentido del humor del posible Presidente no tiene
importancia para un 29% de capitalinos y un 9% de porteños.
Curiosamente en Guayaquil la mayorÃa quiere un Presidente
serio, mientras en Quito le piden un poco más de humor. Si
pensamos en los lÃderes regionales de las dos ciudades,
podemos constatar que esta preferencia se ha reflejado en las
últimas votaciones. Los primeros personeros de Quito en los
últimos años, han tenido mucho más sentido del humor que los
del Puerto Principal.
PRIMA LA FORMALIDAD
Finalmente, es amplia la mayorÃa de ciudadanos que prefiere un
Presidente de terno y corbata a una persona que vista de
manera informal. Este es un dato que se ha repetido a lo largo
de los años y que se ha concretado en preferencias
electorales. Las imágenes de Roldós, Hurtado, Febres Cordero,
Borja y Sixto están más asociadas con el terno que con la ropa
informal.
Curiosamente, los tres candidatos que encabezan sólidamente
las actuales encuestas contradicen el gusto de los electores
con frecuencia. Nebot aparece casi siempre con guayabera,
Vargas con su atuendo militar y Paz con sus cuellos de
tortuga. El tiempo nos dirá si este factor influye en la
próxima elección.
SERRANO O COSTEÃO
Se vuelve a cumplir una de las viejas reglas: cuando el
Presidente es de una región el regionalismos se agudiza en la
región contraria.
Durante el Gobierno del Presidente Febres Cordero nuestras
encuestas registraron que el regionalismo se incrementó en la
Sierra y se calmó en la Costa. Después de los gobiernos
serranos del Presidente Borja y del Presidente Durán Ballén,
el regionalismo se ha agudizado en la Costa.
En Quito no expresan ninguna preferencia regional el 46% de
los encuestados. En Guayaquil no toman partido solamente el
24%.
En la Capital, un 45% prefiere un nuevo Presidente de su
región y en Guayaquil un 63% toma la misma actitud.
El tema regional siempre ha tenido y tendrá peso en la
polÃtica. Casi todos los partidos polÃticos que han existido
han sido regionales. Las votaciones en las elecciones
presidenciales siempre han tenido un corte regional marcado.
Por lo que se ve, tendrá mayor peso en la Costa en las
elecciones de 1996.
EL PROXIMO PRESIDENTE DEBE SER?
QUITO GUAYAQUIL
SERRANO 45 12
COSTEÃO 9 63
INDIFERENTE 44 24
NSC 2 0
SERIO 34 53
CON SENTIDO
DEL HUMOR 37 38
INDIFERENTE 27 9
NSC 2 0
ALGUIEN QUE
USA CORBATA 48 64
QUE VISTA ROPA
INFORMAL 15 21
INDIFERENTE 35 14
NSC 2 0 (7A)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 04/Septiembre/1995 | 00:00