Madrid. 09.03.95. La caída en picado, por cuarto día
consecutivo, del dólar estadounidense con respecto al marco
alemán y el yen japonés, está amenazando la estabilidad y
crecimiento económico de las monedas de los países
industrializados. del resto de las monedas de los países
industrializados y amenaza la estabilidad y el crecimiento
económico de muchos de ellos.

Lo ocurrido hoy en el mercado de Nueva York, donde el dólar
volvió a alcanzar niveles históricamente bajos al cotizarse a
89,20 yenes y 1,3698 marco, ha puesto en evidencia la
globalización de la sensibilidad de los mercados de capitales
a los acontecimientos y escándalos políticos y, en
consecuencia, lo determinante que resulta para la confianza de
los inversores.

Como era de esperar, el hundimiento del dólar ha arrastrado a
la Bolsa de Valores neoyorquina y al mercado de bonos del
Tesoro, donde se teme que la Reserva Federal suba los tipos de
interés para respaldar a la moneda, tras el fracaso de las
últimas intervenciones.

En contraste con la caída del dólar, atribuida en gran parte a
los problemas financieros y políticos en México y a la falta
de consenso parlamentario estadounidense para aprobar un
presupuesto que permita reducir el déficit del país, el marco
alemán seguía reforzándose a la sombra de los escándalos e
incertidumbre política en algunos países europeos, entre ellos
España e Italia.

La imagen del dólar como moneda de referencia y puerto seguro
para las inversiones se difumina creando una gran
incertidumbre en los mercados que presencian el surgimiento
del marco alemán como la futura moneda líder.

Se trata de un período de cambios en una situación sin
precedentes, aseguran algunos analistas que consideran que la
confianza es el elemento clave de los bandazos monetarios
internacionales.

En este nuevo período, la confianza viene dada no sólo por la
salud y crecimiento económicos de un país sino de su
estabilidad política y el consenso nacional sobre las
directrices económicas y financieras.

La situación por la que atraviesa la moneda referencia de la
economía mundial está teniendo su repercusión inmediata en
países de economía avanzada como Francia, Italia, España y
otros, donde el hundimiento del dólar está provocando grandes
desajustes y en algunos casos, como España y Portugal,
devaluaciones no deseadas.

En España, la peseta se depreció hoy 1,45 unidades frente al
marco y 1,42 respecto del dólar, los precios de la deuda
descendieron, y la bolsa concluyó con un nuevo mínimo anual,
empujada por la tensión existente en los mercados de divisas
internacionales.

También en París, el franco francés volvió hoy a bajar con
respecto al marco alemán, donde la divisa alemana se cambiaba
al final de la jornada a 3,5790 francos.

Algunos analistas destacan que las devaluaciones de la peseta
y del escudo han contribuido a aumentar la presión sobre el
franco que, pese a todo, se mantiene lejos del límite de
fluctuación dentro del Sistema Monetario Europeo (SME).

Curiosamente, el Comité Monetario de la Unión Europea (UE),
organismo que decide la política monetaria de la UE, suspendió
su reunión de rutina prevista para mañana, miércoles, en
Bruselas para no levantar expectativas que aumenten las
turbulencias de los mercados monetarios.

También en economías emergentes como la de Chile, las
violentas caídas del dólar tendrán su impacto, aunque en este
caso mucho más moderado en el corto plazo que el sufrido por
las divisas europeas, más encorsetadas y dependientes de sus
respectivas monedas entre sí.

Las razones de este menor efecto se deben, en el frente
interno, a las cotizaciones de monedas con que se fija la
paridad cambiaria, la banda de precios del dólar y los
mecanismos de flotación sucia para conseguir dicho efecto.

En cualquier caso, la globalización de los mercados hace que
la falta de confianza en un país, a raíz de escándalos o
incertidumbre política, repercuta en otras regiones y países
de forma global, creándose situaciones no deseadas por ninguno
de los afectados e intercambiandose ayudas financieras de
apoyos de los bancos centrales no previstas en los códigos de
conducta políticos.

JAPON

Los grandes patronos japoneses, aterrorizados por la caída
acelerada del dólar, pidieron este miércoles medidas enérgicas
y coordinadas para detener una espiral infernal que, según
algunos de ellos, podría desestabilizar a la economía mundial.

"Podríamos estar asistiendo al comienzo de una crisis que
amenaza con perturbar a la economía del mundo entero", declaró
Tadahiro Sekimoto, presidente honorario del gigante de la
electrónica NEC, mientras el dólar se hundía el miércoles por
debajo de los 89 yenes en los mercados cambiarios de Tokio, un
récord histórico desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

"Es necesario tomar medidas urgentes", ya que ahora existe "un
peligro real de que la recuperación de la economía nipona se
vea gravemente afectada", agregó.

Según Sekimoto, esta tormenta monetaria exige soluciones a
escala mundial como la búsqueda de márgenes de fluctuación
autoritarios que podrían imponer instituciones internacionales
como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE).

Para Hiroshi Okuda, vicepresidente de Toyota, el número uno de
la industria automotriz nipona, el alza del yen "fue mucho más
allá de las facultades de adaptación de la industria" en
Japón. "Se trata de un fenómeno extraordinario y estamos muy
preocupados", declaró.

La única reacción posible para Toyota es acelerar la
instalación de fábricas en el extranjero para minimizar los
efectos del alza del yen, pero las consecuencias a corto plazo
de ese fenómeno para Japón serán "una desindustrialización muy
real", advirtió Okuda, quien pidió al gobierno que lance "una
política monetaria coordinada" con otros países.

El segundo constructor de automóviles japoneses, Nissan, se
expresó en términos similares. "Si permanecemos a ese nivel
(de paridad del dólar), el impacto será considerable, no sólo
sobre los negocios de Nissan, sino sobre toda la economía
japonesa", estimó Takagi Koichi, su director general.

Nissan afirmó que perdía 10.000 millones de yenes de
facturación en el mundo por toda baja de 1 yen en el valor del
dólar.

Las más afectadas en Japón por la caída del billete verde son
las empresas pequeñas y medianas, que no tienen medios para
instalar unidades de producción en el exterior y para las
cuales el encarecimiento de sus exportaciones es un golpe
duro.

Los líderes de la industria nipona --ya sea en los sectores de
la industria automotriz como en la electrónica para el gran
público iniciaron hace años un proceso de deslocalización en
Estados Unidos, Europa y cada vez más en Asia. Para ellos, el
efecto sobre su competitividad es menor.

Los numerosos dirigentes de empresas que exigían una baja de
las tasas de interés se vieron decepcionados el miércoles,
cuando el gobernador del Banco de Japón, Yasuo Matsushita,
descartó semejante medida en lo inmediato.

Según un estudio del gran diario económico japonés Nihon
Keizai, publicado el miércoles, un dólar a 90 yenes
desaceleraría considerablemente el crecimiento del PIB nipón
este año, que caería a 2%, contra 2,6% si el dólar se mantiene
a 100 yenes.(EFE) (9A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 03/Septiembre/1995

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el