Quito. 10 ene 2000. La expectativa del país forzó al Gobierno a
tratar un tema profundo, recurriendo a "decisiones drámáticas":
la dolarización de la economía. La historia no era nueva, pero
es claro que en las últimas 48 horas estuvo cargada de un
dramatismo político pocas veces vivido en el país.

Todo empezó el fin de semana último, cuando el presidente Mahuad
dio luz verde al tema, luego de haber dudado hasta el último
momento por la dolarización.

Las intevenciones de Pablo Better (miércoles 5 de enero) y de
Virgina Fierro (viernes 7) fueron el preludio de la tormenta.
Para el Gobierno quedó claro que el Presidente del Directorio del
Banco Central y su Gerente General estaban en primera fila en
contra de la dolarización. Se sumaba la opinión de Enrique
Chávez. De los 3 miembros restantes del Directorio, solo Mario
Prado había definido previamente su posición a favor de la
dolarización. En cambio Modesto Correa dudaba y recién dijo sí
el sábado 8, al igual que Mauricio Pareja. Ayer, domingo, bien
en la mañana, luego de contabilizar los votos (3 a favor; 2 en
contra), el Gobierno aceleró la marcha. Pero a las 16:00 cayó el
baldazo de agua fría: Modesto Correa dijo no; el Presidente se
quedó sin piso. Y fue cuando se preparó la estrategia de
salvataje político del Gobierno. ¿Qué hacer? La idea que se
manejó en Carondelet era más o menos clara en medio de la
excitación y desconcierto que reinaba en la sede del Gobierno:
no perder la iniciativa, a pesar del traspié vivido y la
"traición" del Banco Central. En ese momento se resolvió la
convocatoria al Congreso extraordinario para mañana, con el
propósito de descabezar al Directorio del Instituto Emisor y
nombrar uno que diga sí a la dolarización.

Previamente, el único vocal del Central que se había jugado a la
dolarización presentó su renuncia irrevocable a su cargo al
Congreso Nacional. En su carta, Prado se lamenta de que "ha sido
imposible lograr acuerdos mínimos al interior del Directorio del
Banco Central, que como el resto de la institucionalidad se ha
bloqueado".

Desde el punto de vista económico, ¿qué es lo que plantea el
Presidente con el esquema de la dolarización? La idea es ir a un
cambio el modelo monetario, en función de frenar la escalada de
desconfianza. Esta desconfianza permitió que el dólar se aprecie
(gane valor) frente al sucre, cuatro y medio veces desde que
inició la administración de Mahuad. Es decir, ahora, el sucre
vale algo más de la quinta parte de lo que valía el viernes 7 de
agosto de 1998, a tres días de que Mahuad asuma el poder.

En sí, este esquema es sencillo y se ratificó un rumor que tomó
mayor fuerza durante toda la semana anterior y que, incluso,
provocó choques entre las autoridades económicas y monetarias.

Se trata de un periodo de transición para sacar de circulación
al sucre. Solo al el cierre de esta edición fue posible conocer
detalles sobre la dolarización. El tipo de cambio quedaría
controlado a un precio fijo, a una paridad de 25 mil sucres por
unidad. Esta fue la decisión anunciada anoche por Mahuad en la
cadena radiotelevisada a todo el país.

La dolarización implica el uso de la Reserva Monetaria líquida,
que se calcula en alrededor de 500 millones de dólares. En ese
escenario, estos recursos reemplazan a los sucres que circulan
en el país. El Banco Central del Ecuador cambia estos dólares de
la Reserva por todos los sucres del mercado, a la cotización que
se defina para el efecto. Es decir, el Instituto Emisor deja de
tener las reservas en su poder y estas pasan a manos y a
propiedad de los habitantes ecuatorianos.

Luego, el Central desaparece, pues la emisión de sucres, que es
el papel fundamental de esta entidad, ya no es necesaria para la
economía. Una vez que esto acontece, los bienes, servicios y todo
lo que es objeto de compra y venta tiene su valor en dólares. En
otras palabras, el sucre desaparece y los precios se marcan en
dólares y toda transacción que se hacía en sucres, con el nuevo
modelo, se hace en dólares.

Para analistas, técnicos y funcionarios cercanos al proceso
económico que vive el país, el proceso de cambio de modelo
requiere de algunas condiciones para que la economía nacional se
adapte.

Las condiciones que se proponían ayer implicaban, a más del uso
de la Reserva líquida y del dólar a 25 mil sucres, el que no
exista un indexación de los sueldos. Es decir, que los ingresos
de los ecuatorianos no se modifiquen, sino que simplemente se
paguen en dólares por el equivalente en sucres, al momento en que
se establece el modelo.

Tampoco se preveía el incremento de los precios de las gasolinas,
gas, electricidad, al menos hasta julio, para cuando está
prevista la eliminación de subsidios. Cabe señalar que en toda
dolarización, la tendencia de los precios es a
internacionalizarse, puesto que el dólar es una moneda mundial.

Por ejemplo, si un importador compra bienes en dólares, solo
tiene que añadirle el costo de internarlo en el país y venderlo
en dólares. Al público, estos bienes llegarán, además, con el
costo de distribución. De allí que el nuevo esquema no incluye
la recuperación del poder adquisitivo.

No obstante, todas las metas macroeconómicas deben modificarse
y, obviamente, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) se retrasa.

Este organismo no ha visto prudente dolarizar si no existen las
condiciones adecuadas. Por ejemplo, si bien se entraría con
ciertas ventajas para competir frente a otros países, pues los
costos actuales de alimentos y mano de obra, para citar dos
casos, son menores que en otras naciones, el impulso que tomó la
inflación en estos últimos meses tendrá todavía cierto nivel. Eso
puede implicar que los precios en dólares también mantengan
incrementos.

Otro punto aún no definido es que con el Central desaperecen los
recursos que se pensaba otorgar a la Agencia de Garantía de
Depósitos (AGD) para que devuelva los depósitos congelados y las
inversiones de los clientes de bancos bajo su manejo. Tampoco
quienes arreglaron una sucretización de deudas se benefician,
pues deben pagar en dólares.

Por otro lado, son necesarias reformas que debe aprobar el
Congreso, al menos a: la Ley de Régimen Monetario; la de
Instituciones Financieras; la de Régimen Tributario Interno; la
que crea la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD). También se
debería revisar el Código del Trabajo y dar paso a la unificación
salarial. Esta flexibilización laboral, no significa la pérdida
de derechos adquiridos del trabajadores ni la cancelación de los
contratos colectivos.

De la mano iría la reforma al Instituto Ecuatoriano de Seguridad
Social en cuanto a las aportaciones de los afiliados para
garantizar su funcionamiento.

INFORME

LA CRISIS POLITICA Y ECONOMICA

El nuevo esquema cambiario, el cronograma de descongelamiento,
el envío de una ley económica urgente al Congreso, el control
del orden público en las próximas movilizaciones y la renuncia
del Gabinete en pleno, fueron los ejes de la cadena de radio y
televisión de anoche. El Presidente reconoció sus errores y
estuvo enérgico.

Mahuad se juega a la dolarización

El presidente Jamil Mahuad decidió jugarse el todo por el todo
para enfrentar la crisis política y económica del país. Anoche
hizo cuatro anuncios, en los que espera obtener respaldo en las
próximas horas. Lo acompañaron en su intervención los ministros
de Estado.

* El camino a la dolarización

Tras dos meses de análisis, he llegado a la conclusión de que la
dolarización es conveniente y necesaria. Nuestros estudios dicen
que la cotización del dólar debe ser 25 mil sucres. Esto
permitirá que el precio del dólar no cambie más, que las tasas
de interés queden a niveles internacionales de 8 y 12 por ciento,
las activas y pasivas. La inflación, en un año, caerá a niveles
internacionales de 10 por ciento o menos. Los sueldos en sucres
podrán transformarse a dólares y que no caerán cada día. Los
capitales extranjeros vendrán porque sí se puede invertir, llevar
contabilidad, transar operaciones en dólares, ya no hay riesgo
de que se traiga un dólar cuando cuesta pocos sucres y termine
costando miles de sucres. Los combustibles mantendrán el mismo
precio hasta julio, cuando se producirá un incremento.

Entraremos a un descongelamiento programado de los depósitos a
plazo fijo, que empezarán a devolverse desde marzo. Quienes
tengan hasta 100 millones de sucres o 4 mil dólares, a un tipo
de cambio de 25 mil sucres, si están en bancos abiertos, se les
devolverá al momento que se venza la póliza. Si están en bancos
cerrados, serán devueltos en un año, ganando en tasas de interés
internacionales. Si los depósitos son mayores, se pagarán a
través de bonos dólares, ganando intereses internacionales
también.

El Gobierno hará un gran sacrificio fiscal. No gastará más de lo
que ingrese. Nuestra moneda seguirá circulando libremente y se
podrá transar en sucres toda operación. Esto quiere decir que el
Banco Central y el Gobierno garantizan que cada vez que ustedes
quieran comprar un dólar, si pagan 25 mil sucres, lo van a tener.
Y ese precio quedará congelado.

El Banco Central tiene una Reserva Monetaria para adquirir todos
los sucres en circulación en el país. Esta es una decisión
técnica y por eso le pido al Banco Central que mañana (hoy) se
reúna y tome esta decisión. Sino lo hace, convoqué a un Congreso
extraordinario para el martes a las 10:00, para que trate la
remoción o aceptación de las renuncias de los miembros del
Directorio del Banco que no estén de acuerdo. Vamos a ponernos
de acuerdo en el país. Necesitamos un camino y vamos a trabajar
en él.

* Reformas urgentes al Congreso

Tenemos votos suficientes en el Congreso Nacional para avanzar
con las reformas legales que un proceso de dolarización y de
modernización del Estado requieren. Necesitamos una ley que baje
las tasas de interés, que permita contratar por horas a
trabajadores y ofrecer más empleo. Otra que permita que el
Oleoducto de Crudos Pesados empiece a construirse en los próximos
meses. Necesitamos leyes que permitan invertir en los sectores
petrolero, eléctrico y de telecomunicaciones. También la ley de
seguridad social para que el seguro amplíe su cobertura a los más
desprotegidos. Esto requiere apoyo del Congreso. Debemos trabajar
en acuerdos que no van más allá del compromiso patriótico de
votar las leyes que el país requiere. ¿Cómo gobernar si no
tenemos leyes que nos lo permitan? Para cumplir este objetivo
enviaré una ley económica urgente en los próximos días, para que
en el lapso de un mes que prevé la Constitución, la tramite y
apruebe.

* FF.AA. y Policía pondrán orden

Somos demócratas, respetamos la Constitución, las leyes, los
derechos humanos, creemos en la libertad individual y colectiva.
Pero ni ustedes ni el Gobierno ni las FF. AA. ni la Policía,
podemos permitir que bajo cualquier pretexto, bandera, ideología
o planteamiento, tengamos vandalismo, falta de respeto a la
propiedad o la vida. En nombre del Gobierno, como Presidente,
quiero garantizar que con las FF. AA. y la Policía, mantendremos
la disciplina. Será un orden democrático y justo, pero con mano
firme y dentro de la Constitución y la ley.

* Cambios en el Gabinete

Los ministros de Estado me presentaron una renuncia colectiva.
Los próximos días anunciaré cambios que apuntan a la apertura,
la necesidad de que amplios sectores estén representados. Se me
critica por actuar con mucha lentitud. Acepto y reconozco ese
error si lo cometí. Dije que había que apretar el acelerador y
lo demuestré desde este mes. Se me critica injustamente de no
tomar decisiones. Si lo hubiere hecho, lo reconozco y lo
corregiré. Pero he tomado muchas decisiones con gran valentía,
diciendo la verdad. Hoy tomo la decisión trascendental de
dolarizar porque el país no necesita paños tibios sino ir al
fondo del problema, proponer soluciones transformativas y eso
hacemos. Esta crisis es muy dura. Resulta terriblemente difícil
gobernar un país con tanta división, intereses de grupo, sin
visión de nación, donde tantos hablan de la provincia, la región,
el sector económico, el movimiento sindical y no ven el interés
de todo el país. Tengo que ver por esto, que representar el
objetivo nacional, que decidir proyectos como estos que a la
economía le hacen bien. Por su puesto, con cada decisión hay
sectores que ganan o se ven afectados, pero siempre el bien común
obliga a pensar en la mayoría y el futuro del país. Son
decisiones históricas, trascendentales, necesarias. Estoy
dispuesto a asumir esos riesgos y trabajar para que el país
salga. En esta crisis no los voy a abandonar, tengo que sufrir
con ustedes. Más allá de nuestras limitaciones está el futuro que
convoco a vislumbrar y luchar para conseguirlo. Por su apoyo,
atención y fe en el país, gracias. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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