Quito. 24 ene 2000. Los farmacéuticos piden un incremento del 46
por ciento, en 3 meses, para compensar la devaluación. El
Ministerio plantea un alza progresiva en 6.

Al aumento indiscriminado en los precios de los medicamentos se
sumó un problema más: el desabastecimiento.

Patricia Viteri, una joven quiteña, buscaba el fármaco Ventolin
en aerosol para su hermana que es asmática. Pero no tuvo suerte.

"He recorrido siete farmacias y en todas sucede lo mismo. Me
dicen que no lo tienen; por último en esta solo me indican el
precio (92 mil sucres) y que llegará la próxima semana".

Esta escena se repite en todos los lugares de expendio de
fármacos de Quito con diferentes tipos de medicinas:
antibióticos, analgésicos, vitaminas...

La respuesta del desabastecimiento la dan los propietarios de las
boticas: las distribuidoras no despachan conforme a los pedidos.
"Si solicitamos 10 frascos de tempra, por ejemplo, apenas nos
dejan cuatro", señala Ana Banda, de la farmacia Foch. Situaciones
similares se han presentado en las otras farmacias que este
Diario visitó el jueves último.

A la provisión irregular se suma el corte del crédito. "Los
distribuidores ya no dejan a crédito, todo es al contado. Antes
teníamos hasta 45 días para pagar las medicinas", afirma Gabriela
Ponce, propietaria de la Farmacia Amazonas.

Pero la situación se complica aún más: algunos laboratorios no
despachan ni siquiera cantidades mínimas, como es el caso de
Life. "Ellos no dejan absolutamente nada y las pocas medicinas
que llegan de otros laboratorios, tienen un incremento de precios
superior al 50 por ciento comparados al mes anterior", dice Juan
Carlos Santa María, de la Farmacia Mariscal.

Este problema obligó a los boticarios a comprar apenas dos o tres
unidades de las medicinas, cuando lo normal era realizar pedidos
por docenas para garantizar que no falten.

Jorge Serrano, presidente de la Asociación Latinoamericana de
Laboratorios Farmacéuticos (Alafar), justifica el
desabastecimiento. "Los laboratorios no están importando porque
no conocen en qué condiciones se recuperará la inversión".

Además, argüyen el derecho a una utilidad justa (superior al 20
por ciento) ya que la última alza de las medicinas (octubre del
99) contemplaba un dólar de 14 500 sucres y solo involucró al 65
por ciento de los productos.

"No existe solución a la vista ya que el dólar a 25 mil sucres
encarece los costos si se considera que el 80 por ciento de los
insumos son importados".

La propuesta de los laboratorios es un alza gradual para ajustar
los costos: un incremento del 46 por ciento en tres etapas, una
en enero, la siguiente en 30 días y la tercera en 60.

"Esta es una propuesta para buscar consensos en el Ministerio de
la Producción, Industrias y Salud", añadió.

El aumento se basa en el mecanismo por el cual se autorizan las
alzas: el decreto 1076 que establece correcciones de los precios
realizando un promedio entre la devaluación y la inflación. Estos
valores corresponden al 72 y 20 por ciento respectivamente.

Cuando este Diario le preguntó sobre el derecho que tienen los
ecuatorianos de acceder a la salud, Serrano respondió que el
Estado debe velar por los intereses del pueblo y se refirió al
proyecto de medicinas genéricas del Ministerio de Salud, las que
se comercializarían con un descuento del 45 por ciento. Para que
esto sea posible cada laboratorio debe aportar con tres productos
hasta completar el cuadro básico de 430 medicinas.

De su parte, el Ministerio informó que el Consejo de Precios se
reunirá en esta semana. La propuesta, según el director general
de Salud, Ramiro Echeverría, es que el aumento que solicita la
industria farmacéutica se realice en forma progresiva, durante
seis meses.

El segundo planteamiento será no aprobar reajustes generalizados,
"creemos en la necesidad de hacer una revisión producto por
producto y de acuerdo como se vayan presentando las solicitudes,
pues cada fármaco tiene sus características", dijo Echeverría.

Las sanciones todavía no llegan

El director general de Salud, Ramiro Echeverría, informó que el
Ministerio sí está adoptando acciones para controlar el alza
indiscriminada de medicamentos. Hace tres semanas y basado en la
Ley 60 -reformatoria del artículo 235 del Código de la Salud- el
Ministerio dispuso que todos los directores provinciales realicen
un estricto control de los precios de las medicinas y sancionen
a los distribuidores, farmacias, boticas y laboratorios que
comercialicen los fármacos a precios que no sean los legalmente
autorizados.

El plazo para que los directores presenten un informe de las
medidas adoptadas venció el 17 de enero. Echeverría indicó que
máximo en esta semana dará a conocer la lista de los infractores.

Las sanciones son: una multa de 20 a 100 salarios mínimos vitales
para las farmacias y de 500 a 2 000 SMV para los laboratorios.
Si son reincidentes se retirará el permiso de funcionamiento.

Lamentablemente, dijo Echeverría, el año pasado esta acción de
control se frenó por el decreto ejecutivo 1481 firmado por el
gobierno de Alarcón (junio del 98). En noviembre del 98 se
comprobó que 12 laboratorios incumplieron los precios oficiales
y cuando la Comisaría de Salud notificó de la sanción las
empresas apelaron.

De los 12 casos, tres sanciones fueron ejecutoriadas, una de
ellas fue un embargo, y el resto siguen el trámite de apelación.

Echeverría comentó que el precio de las medicinas depende del
dólar, "tanto para importar productos terminados -que representan
el 80 por ciento de los fármacos de consumo- como para la
fabricación e importación de materia prima -que es el 20 por
ciento- el dólar juega su papel". (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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