Quito. 20 ene 2000. En general, la dolarización no produce
incremento en los precios, en una economía de libre mercado. Más
bien, señalan las autoridades económicas, debe existir una
tendencia a la baja.

Sin embargo, el nerviosismo por el cambio de modelo hizo que se
produzca especulación. Ante esto, el Gobierno advirtió a los
productores que liberalizará la importación de algunos productos
para que los precios bajen mediante un incremento en la oferta.
Además, se controla a los comerciantes para que no haya
especulación (recuadro y columna).

Mañana se reunirá el Comexi para analizar la baja de aranceles
a la importación de productos como: cemento, hierro, aceite,
harina y azúcar. La decisión se tomó luego de la reunión que
tuvieron, el lunes pasado, 60 representantes del sector
industrial con el ministro de la Producción, Juan Falconi Puig.

La lógica del Gobierno es que con la dolarización las empresas
dejan de tener la incertidumbre de la variación del dólar, por
lo que los precios no deberían afectarse. El ministro de
Finanzas, Alfredo Arízaga, sostiene que cuando el país tenía un
esquema de libre flotación los industriales y comerciantes
calculaban sus costos en base a las expectativas que se tenían
sobre la cotización del dólar a fin de mes.

De igual manera, también era necesario una mayor provisión para
la reposición de inventario (compra de nueva materia prima).
"Muchas empresas hicieron el cálculo de sus costos en valores
superiores a los 25 mil. Pero ahora la divisa estadounidense se
cotiza en ese valor. Entonces, debemos esperar que con la
dolarización los precios bajen".

Para Patricio Izurieta, presidente de la Federación de Cámaras
Binacionales de Comercio (Fecabe), la medida de revisar los
aranceles puede afectar "mortalmente" al sector productivo. "No
creo que el país deba destrozar su producción local por esta
coyuntura (refiriéndose al alza de los precios)".

La Cámara de Agricultura de la Primera Zona coincide con esta
visión. "La eventual aceptación gubernamental de imponer tarifa
cero para la importación de productos terminados y materias
primas, determinará la quiebra del sector agropecuario, el cierre
de pequeñas agroindustrias y, entre otros efectos, aumentará la
desocupación".

Hace dos semanas, como recuerda Izurieta, el mismo Ministro de
la Producción señaló que el sector productivo está en la quiebra.
De allí, que los empresarios no creen que la salida sea abrirle
una mayor competencia en medio de su crisis. Pero además se
pregunta: si se baja el arancel y se permite la importación de
los productos, ¿quién va a realizar las importaciones, el
Gobierno o los mismos comerciantes que son cuestionados por el
Estado?

El problema es que por un lado están los consumidores que sufren
un abuso en el alza de precios y el Gobierno amenaza con bajar
aranceles el incremento en la competitividad del mercado interno,
y por otro, los empresarios sostienen una medida de ese tipo
liquidaría al sector productivo. Mas una fuente cercana al
proceso de dolarización sostiene que con el nuevo esquema
cambiario se desnudan las falencias de la economía ecuatoriana.

Las cifras refuerzan este concepto. Un ejemplo es el caso del
azúcar que se expende en el mercado local a 440 dólares la
tonelada, mientras que Brasil lo vende a 170 dólares. "Que
coloquen el azúcar a los países que no se pueden autoabastecer",
dice Miguel Pérez Quintero, presidente de la Federación Nacional
de Azucareros (Fenazúcar).

Ecuador solo importa cuando tiene que cubrir un déficit pero, aún
así, exporta a EE.UU. la cuota de 11 mil toneladas con un precio
preferencial de USD 550 el quintal. Los maiceros tienen una
situación similar. Venden en USD 178 la tonelada en el país
mientras el precio internacional se cotiza en USD 121. EE.UU. es
el que más vende el grano a nivel internacional porque destina
seis millones de dólares anuales como subsidio para la siembra
y cosecha.

Entretanto, el arroz se comercia en el mercado interno a 280 mil
sucres por cada quintal, lo que equivale a USD 11, valor muy
superior al del mercado mundial que vende la misma cantidad en
USD 2,76. Además, los precios están a la baja. El valor de la
gramínea ha decrecido en un 20 por ciento por las buenas
perspectivas de cosecha en Asia, Brasil y los propios EE.UU.
"Sería un absurdo liberar los aranceles porque el Ecuador no
puede competir con esos precios", dijo Gustavo Marún, miembro del
Comité Consultivo del Arroz.

En medio de esto, existe el problema de la restricción de
créditos para el sector productivo. Por ello, la expectativa se
centra en los recursos para la siembra de ciclo corto, tal como
lo ofreció el presidente Jamil Mahuad en su última intervención.

"El año anterior producimos el 30 por ciento de lo normal, por
falta de dinero: 80 mil hectáreas", comentó César Herrera,
presidente de la Federación Nacional de Maiceros (Fenamaíz). Por
eso, ninguno de los productores temen ser clausurados. "Si hay
especuladores son los intermediarios mayoristas y minoristas. Por
ejemplo, dice Pérez, el precio en Ingenio se redujo en un 21 por
ciento los últimos tres años, de 22 a 17 dólares el saco de 110
libras". La ganancia de los mayoristas es de 10 mil sucres por
saco y de los minoristas 40 mil por saco.

Otra razón por la que no comparten la idea de la liberalización
arancelaria es que otros países que no cuentan con un mecanismo
como la franja andina de precios, que es un apoyo a los
productores locales, como Argentina y Chile, también han aplicado
aranceles para garantizar a sus productores. Pablo Rizzo,
presidente de Sociedad Agrícola cree que la presión para quitar
las tarifas viene de gremios como la Asociación de Importadores
de Azúcar (Ainca), que abastece 5 por ciento del consumo local.

La Cámara de Agricultura de la Primera Zona va más allá y señala
que una tarifa cero sacudirá a la integración. "Pondría en
entredicho mecanismos como la franja de precios, destinada a
controlar la volatilidad de precios internacionales de productos
como arroz, azúcar, carne, lácteos, entre otros".

Sin embargo, Izurieta cree que esto no sucederá. "La política
comercial externa se la puede jugar subiendo y bajando aranceles,
siempre y cuando el arancel no supere un techo de la OMC. Pero,
conceptualmente, bajar aranceles para afectar al precio no es una
postura justa con el sector industrial".

Dos clausuras en Guayas

Redacción Guayaquil

La Intendencia de Policía de Guayas cerró la fábrica de lácteos
Parmalat, la noche del martes, porque en una semana subió el
litro de leche de 4 800 a 6 500 y luego a 8 000 sucres.

El operativo, de al menos 15 policías dirigidos por el intendente
Juan Manuel Bermúdez, clausuró la planta que no podrá reabrir
hasta que fije el precio de venta al público a siete mil sucres
y no a 7 200 el litro, como propusieron funcionarios de Parmalat.

Otra industria que optó por bajar sus precios es Acerías
Nacionales (Andec), que al verse amenazada con un cierre de su
fábrica prefirió enviar una propuesta a la Intendencia, la cual
hasta ayer, a las 14:00, no era aceptada.

Los operativos de ayer se centraron en la clausura de una bodega
de víveres ubicada en la calle 27 y Vacas Galindo, en el suburbio
de Guayaquil, que almacenaba 250 sacos de arroz con tres libras
menos cada uno y aceite La Favorita comprado con fecha anterior
al anuncio de la dolarización.

El objetivo, según Bermúdez, es proteger al consumidor final. Por
eso, dijo, a partir de hoy se expondrá la lista de precios
oficiales de los productos de primera necesidad en cada tienda
y camiones despachadores.

Para el cumplimiento de esta disposición, indicó, se requiere la
participación ciudadana, aparte de que sigue vigente la
posibilidad de demandar ante la Intendencia las alzas de precios
desde el 9 de este mes. Las denuncias, además, serán verificadas
para proceder a una posterior clausura.

El diputado socialcristiano Jaime Nebot también investiga los
casos de especulación. Por eso acudió ayer al Juzgado Décimo
Segundo de lo Penal de Guayas, para denunciar injustificadas
alzas de precios de las empresas Nestlé, Cemento Nacional,
Azucarera Valdez, Distribuidora del Pacífico, Industrial
Molinera, Jabonería Nacional, Industrias Ales, Molinos Corazón
de Oro, entre otras.

Según declaraciones de antier, Nebot denunció que la procesadora
de productos lácteos, Nestlé, por ejemplo, incrementó el paquete
de cinco kilogramos de leche en polvo de 230 000 a 337 500 sucres
en un lapso de apenas veinte días. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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