Guayaquil. 04 ene 2000. En 60 días cada municipio deberá presentar
el diagnóstico ambiental de su zona. Esta región es estratégica,
conserva 120 mil hectáreas de manglar.

Grandes árboles rodean las casas levantadas en un área firme de
la isla Santay, frente a Guayaquil. A escasos metros, las aguas
del río Guayas bañan una playa arcillosa donde las garzas clavan
sus picos en busca de comida.

El canto de varias aves se mezcla con las voces de 53 niños que,
junto a sus padres, comparten el área ocupada de las 2 179
hectáreas de la isla, un 44 por ciento de esa extensión es bosque
de árboles de mangle.

La lista de flora y fauna en la isla es atractiva para los
ecologistas: 45 especies de plantas, 12 de mamíferos, 81 de aves,
ocho de reptiles y dos de anfibios, pero para algunos urbanistas
su extensión y cercanía a Guayaquil, la colocan como estratégica
para el futuro desarrollo de la ciudad.

Los mismos pobladores, calculados en 182 personas, quieren esas
comodidades con la que se cuenta a pocos metros de donde ellos
viven. No por gusto algunos sueñan con que alguna vez sea un
aeropuerto, una nueva ciudadela o zona de centros comerciales.

Estos pobladores no solo viven alejados del barullo urbano,
también de mejores posibilidades de trabajo, servicios de salud,
luz eléctrica, educación. Hace pocos meses la construcción de una
escuela fue un acontecimiento.

Tal como la escuela, poco a poco llegarán otras comodidades, una
posibilidad que preocupa a los ecologistas, no porque consideren
que estos ecuatorianos no tengan derechos, si no porque el
ecosistema está en más riesgo.

Este detalle, precisamente, genera un conflicto cuando se trata
de conjugar los conceptos de progreso y conservación, en áreas
consideradas de reserva. La isla Santay, como las de Santa Clara,
Puná, el archipiélago de Jambelí y la reserva de Churute, son
parte de la riqueza de la biorregión del Golfo de Guayaquil al
igual que cuenca hidrográfica de influencia.

Bajo este contexto se firmó un convenio entre la Subsecretaría
de Desarrollo Sostenible y 13 municipios de la región, para la
conservación del Golfo de Guayaquil.

Este documento compromete a los cabildos a unirse a las acciones
de gestión ambiental emprendidas por el Ministerio del Ambiente
para fomentar la conservación de los recursos naturales y el
mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes. Hay plazos:
uno de los primeros retos será elaborar un diagnóstico en cada
cantón. Éste debe estar listo 60 días.

La decisión llevará a que en cada municipio se conforme una
unidad de gestión ambiental y que a partir de septiembre de este
año se cuenten con ordenanzas claras sobre el tema. El
financiamiento está respaldado por el Banco Mundial, a través del
proyecto Patra. Se estima una inversión de 180 mil dólares en
cada uno de los ejes o sectores. Los representantes de los 13
cantones se comprometieron para en corto plazo mejorar la calidad
de agua.

Marcel Feraud, subsecretario de Desarrollo Sostenible, aseguró
que la recuperación de la biorregión, un territorio en el que se
levantan 27 de las 50 ciudades más grandes del Ecuador, es el
objetivo principal. La región presenta un lamentable deterioro
por las descargas de aguas servidas, destrucción de la
vegetación, falta de educación y conciencia ambiental de los
cuatro millones de habitantes.

"Estamos trabajando en la creación de un centro de biodiversidad
marina, para contar con una base de datos sobre la riqueza
marina. Ya tenemos mil 500 especies identificadas", dijo
Guillermo Morán, director de Patra.

La bióloga Alicia Jaramillo coincidió con la apreciación de Morán
y agregó que en el Golfo de Guayaquil se encuentra la más rica
concentración de recursos, tales como las 120 mil hectáreas de
manglar de las 149 mil que quedan en el país. 20 000 más están
en la reserva de Santiago-Cayapas-Mataje, la diferencia está en
el resto de los estuarios.

Pero no todo es conservación, en el Golfo de Guayaquil se
concentran los más graves problemas ambientales, porque cerca del
80 por ciento de los desechos domésticos de las provincias
costeras se arroja directamente en el Golfo. Solo Guayaquil
aporta con el 54 por ciento de la contaminación.

Jorge Espinoza, especialista en manglar del Programa de Manejo
de Recursos Costero (PMRC), afirmó que entre los principales
problemas de destrucción de mangle están la construcción de
camaroneras, expansión urbana, la agricultura y ganadería.

"En la parte norte de San Lorenzo en Esmeraldas contamos con una
rica producción de mangle, a pesar que el 92 por ciento se
conserva, no deja de preocupar que 19 mil hectáreas ya fueron
taladas", dijo Prado. El recurso bosque también esta amenazado,
en Ecuador existe un millón 200 mil hectáreas de bosque húmedo
tropical, sin embargo se talan cerca de 200 mil hectáreas año.

Otro de los problemas es el hacinamiento, especialmente de
Guayaquil, acrecentado en los últimos dos años por el fenómeno
El Niño. A los municipios se pretende dividirlos en cuatro ejes.
El eje de la península de Santa Elena con municipios como
Salinas, La Libertad y Santa Elena. El de Guayaquil con Daule,
Nobol y Durán. El de Quevedo, con Valencia y Buena Fe. El de El
Oro, con Machala, Pasaje y Santa Rosa.

¿De qué se habla cuando se dice biorregión estratégica...?

La biorregión del golfo de Guayaquil es la zona más importante
del Ecuador y de la costa sudamericana del Pacífico, con solo
18,7 por ciento de la extensión territorial del país, ahí se
asienta el 45 por ciento de la población, en ella están 27 de las
50 ciudades más pobladas, entre ellas Guayaquil.

Es dueña del más grande potencial agropecuario del Ecuador y de
la costa del Pacífico, en ella se cultiva el 67 por ciento de la
producción del país, el 88 por ciento del banano, igual
porcentaje de camarón y el 50 por ciento de la producción
industrial, explicó Marcel Feraud, subsecretario de Desarrollo
Sostenible.

La extensión es de 13 701 kilómetros cuadrados. De éstos, once
mil 711 son de superficie de agua y 1 990 de islas e islotes. El
área directa sobre el golfo de Guayaquil la conforman las 23
cuencas hidrográficas que desaguan en el golfo, de un total de
79 que tiene el país. Son 200 kilómetros de largo desde la
península de Santa Elena, en Ecuador, hasta Máncora, en Perú.
Penetra al litoral hasta en 120 kilómetros. Tiene dos
ecosistemas: el Estero Salado, de 60 kilómetros de largo y una
profundidad promedio de 9.45 metros; y el río Guayas, con 90
kilómetros de largo. Ambos conductos de agua se comunican entre
sí. Uno de los principales problemas de los cantones Durán y El
Empalme es la basura y la contaminación por pesticidas,
respectivamente. En el caso de El Empalme, los lechuguines de la
presa Daule-Peripa son una amenaza. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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