Quito. 12.03.95. "Los repentinos ataques de medios de
comunicación oficialistas al general Vladimiro López Trigoso,
jefe hasta la semana pasada de la Quinta División de Infantería
de Selva (DIS), han terminado de destruir la ficción de una
victoria militar" sobre Ecuador, sostiene el articulista Fernando
Rospigliosi, en el último número de la revista peruana "Caretas".

Agrega esos ataques a López Trigoso provienen del gobierno, y
respalda su afirmación en que ellos han sido "formulados desde el
diario fujimorista "Expreso" y desde el intachablemente
gobiernista Panorama de Canal 5.

Tras señalar que un ataque de esa naturaleza "contra un general
del Ejército que ha estado dirigiendo un frente de batalla en un
conflicto bélico", en otras circunstancias "hubiera ocasionado no
sólo un inmediato y enérgico desmentido de su institución, sino
también un juicio y probablemente una condena a cualquier medio
de prensa que se hubiese atrevido a publicarlas", concluye que
puede proceder así sólo "quien se sabe respaldado desde el
poder".

Se pregunta "¿por qué el gobierno lo ataca de esa manera si es
evidente que con ello contribuye a derrumbar su propia mentira
del triunfo militar?".

Afirma que una primera razón podría ser que "la farsa de la
victoria es ya insostenible".

"Las evidencias que el cese del fuego y el acuerdo de paz se
hicieron con tropas ecuatorianas posesionadas de parte del
territorio peruano, tanto en la Cordillera del Cóndor como en la
confluencia Yaupi-Santiago, son abrumadoras. Hasta los medios de
prensa oficialistas lo reconocen.

Peor aún si se acerca el momento en que los garantes van a entrar
a la zona de conflicto y comprobar quién esta realmente en
Tihuinza y otros puntos del territorio peruano", agrega.

La segunda razón, según el articulista, es que "si el mito de la
victoria militar se está derrumbando y la cruda realidad de la
derrota va evidenciándose, hay que encontrar a supuestos
culpables del desastre para encubrir a los verdaderos
responsables: Alberto Fujimori, Nicolás Hermoza y Vladimiro
Montesinos, los que han tenido en sus manos la conducción directa
de la política exterior, militar y de inteligencia durante los
últimos años".

Según Rospigliosi, a ello se debe el "apresuramiento en crear la
VI Región Militar y poner al frente a Luis Pérez Documet, un
general que no es precisamente brillante ni capaz, cuya principal
característica es su incondicionalidad a la cúpula cívico
militar" y que en tales circunstancias "no vacilará en impedir o
desviar cualquier investigación seria" sobre el desastre militar.

Respecto a este oficial dice que "debería ser uno de los
investigados si fueran ciertas las acusaciones contra López
Trigoso, porque la Quinta División dependía directamente del
Comando Conjunto, en el cual Pérez Documet era jefe de Estado
Mayor".

Para "redondear la faena, agrega, Pérez Documet le cierra las
puertas al periodismo en Bagua y El Milagro. De esta manera van
desapareciendo las noticias de los medios..., y a la vez impiden
cualquier filtración incómoda de los oficiales y soldados
indignados por la forma cómo se está tratando a López Trigoso".

Así, concluye, "los responsables del más grande desastre militar
peruano desde 1879, están tratando de borrar las huellas y
ocultar sus culpas".

LAS PERIPECIAS DE LAS TROPAS PERUANAS

Caretas" publica también una crónica de los antecedentes y el
contexto en el que el mando militar peruano envió a sus tropas al
combate con Ecuador, la que en la parte correspondiente a las
condiciones que encontraron en la selva dice:

"La sorpresiva destitución del general Vladimiro López Trigoso...
ha sorprendido a la opinión pública y causado profundo malestar
en las fuerzas armadas.

A López Trigoso se le atribuyen errores en el abastecimiento de
las tropas a su cargo y desinterés por su situación. Todo indica
que, en efecto, ha habido serios problemas logísticos durante el
conflicto, pero no todos son responsabilidad del comandante de la
Quinta División de Infantería de Selva.

En realidad, la principal responsabilidad recaería en aquellos
que lanzaron las tropas al combate sin calcular que la
resistencia del invasor sería durísima. Después, empezaron a
enviar apresuradamente tropas al frente, acumulando muchos
efectivos cuyo abastecimiento se torna difícil.

Fuentes militares consultadas por CARETAS, explicaron que la
logística es particularmente compleja en esa zona. Las raciones
de campaña envasadas duran apenas de tres a cinco días, y en la
Cordillera del Cóndor las patrullas pasaban más tiempo internadas
en la selva. Adicionalmente, existía la dificultad de encontrar a
las tropas una vez que se adentraban en el bosque. Y, por si
fuera poco, a los pocos días de iniciadas las hostilidades, la
artillería antiaérea del enemigo obligó a restringir al mínimo
los vuelos de helicópteros peruanos.

Problemas similares se plantean para el abastecimiento de
municiones. Aún si el general López Trigoso hubiera tenido
responsabilidad, ésta sería compartida con su inmediato superior.
Administrativamente, la Quinta División dependía directamente del
Ejército, comandado por el general Nicolás Hermoza Ríos.

Desde el punto de vista operativo, la división se vinculaba
directamente al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

El presidente del Comando Conjunto es el mismo Nicolás Hermoza, y
el jefe de Estado Mayor era Luis Pérez Documet. ¿Cómo se explica
que los críticos se ceben solamente con el general López Trigoso
pasando por alto la cadena de mando?".

HABLA P. DE CUELLAR

Sobre el tema al candidato presidencial y ex-secretario de la
ONU, Javier Pérez de Cuéllar, entre otras cosas dijo lo
siguiente:

- Al Presidente (Fujimori) no se le ha ocurrido nada mejor que
decir que el Perú se había preparado durante el gobierno militar
para una ofensiva contra Chile. ¿Cómo podemos decir una cosa así
y darle al Ecuador una arma fabulosa para que pueda argumentar
que el Perú tiene una tradición agresiva? ¿Por qué ofender a un
país garante en los momentos que estamos tan necesitados de su
apoyo?

- Lo ideal sería, resulte elegido quien sea, que se iniciara una
negociación con un gobierno estable y que inicie su acción
elegido democráticamente.

- Es probable que el gobierno lo que quiera es que no se mueva
nada hasta el 9 de abril, como cree que va a ganar en la primera
vuelta, considera que volvería a recuperar poder.

- Tenemos un panorama confuso. No hay una certeza a nivel
nacional que este conflicto haya constituido para el Perú una
victoria diplomática o militar. Como nos mantienen en la
ignorancia, es difícil saber con qué fortaleza negociadora llega
nuestro país.

- Cuando Ecuador dijo que aceptaba la vigencia del Protocolo,
creímos que era un gran triunfo diplomático. Y no es tanto eso.
Mientras ellos digan que es vigente pero inaplicable, no veo
realmente cuál es la ventaja.

- Los garantes una vez tomaron una decisión de admirable firmeza
y desde entonces han estado tal vez un poco maniatados por su
preocupación de aparecer totalmente neutrales e imparciales. Esa
obsesión ha dificultado un poco una acción mas enérgica y eso que
muchos de ellos tienen todas las razones del mundo, como Chile o
Brasil, para defender la inviolabilidad de los tratados.

- Siempre será para ellos difícil sostener la posición
ecuatoriana. Sería, por decirlo así, diplomáticamente suicida que
esos países pongan en duda una modificación del protocolo que no
está aprobado por el Perú.

- La única manera de resolver este problema es a través de la
negociación y que ésta lleve a la reactivación de la Comisión
Mixta Demarcadora de Límites. Allí los técnicos estudiarán sobre
el terreno qué fórmula puede haber para culminar la colocación de
los hitos. (7A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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