Quito (Ecuador). 25 dic 95. El sistema financiero se acerca a
una crisis. Algunas de sus instituciones más débiles han
quebrado o están sujetas a una masiva transmisión de fondos.
Las autoridades han tomado una posición firme u obstinada,
dependiendo del criterio del observador, concerniente al tema.
Están dispuestas a permitir que quiebren algunas
instituciones, si ese es el precio a pagarse para la
estabilidad cambiaria y el cumplimiento de los objetivos
inflacionarios.

Los miembros de la Junta Monetaria, vinculados al sector
privado y opuestos a este criterio, creen que las
instituciones financieras son independientes y si alguna
incurriere en el incumplimiento de sus pagos podría halar a
las otras, desencadenando un efecto dominó.

Mientras tanto el Presidente tiene poco tiempo y voluntad
política para todo lo que no sea salvar su cargo.

En este ambiente, un análisis de la actual situación del
sistema financiero es indispensable. El analista Walter
Spurrier profundiza, en este espacio, varios criterios
alrededor de esta necesidad.

Créditos restringidos

La expansión crediticia de los últimos tres años en el país ha
llegado a un abrupto fin.

Desde 1993, el índice de crédito de la banca privada al PIB ha
estado en constante elevación. El programa económico,
caracterizado por la reducción inflacionaria y por un tipo de
cambio fijo, motivó el ingreso de fondos al sistema.

Pero el influjo de capitales financieros privados no ha estado
acompañado de la inversión a largo plazo; inversión que
hubiese permitido aprovechar las oportunidades de
privatización. El poco capital que ha ingresado al país
proviene de la venta de las acciones de dos compañías de
cemento y la privatización parcial de la comercialización de
combustibles.

La desaceleración es difícil para un sistema bancario. Las
instituciones crediticias comienzan a competir por los escasos
depósitos, elevando las tasas de interés. Un menor influjo de
capitales significa una menor oferta de dólares en el mercado
de divisas y, por lo tanto, presión sobre la cotización del
sucre.

Para defender la moneda, el BCE vende dólares y retira sucres
del medio circulante: existe menos liquidez.

Medidas y ajustes al programa

A fines de octubre las autoridades monetarias diseñaron una
nueva banda cambiaria que garantizaba una depreciación más
rápida del sucre para 1996. Prometieron intervenir en el
mercado cambiario para asegurar que esta depreciación tuviese
lugar de una manera paulatina.

Pero a los pocos días demandaron dólares y llevaron al sucre
al piso de la banda (o el dólar al tope de la banda, como se
ve el caso desde la perspectiva ecuatoriana).

El 13 de noviembre la Superintendencia de Bancos declaró una
moratoria de 3 años en la conformación de nuevas instituciones
financieras. Las sociedades financieras deseosas de
convertirse en bancos deben cumplir con un patrimonio técnico
de al menos 3 millones de UVC, lo que en la actualidad
significa 52,9 miles de millones de sucres, esto es
US$ 18,2 millones de dólares.

Al 31 de octubre, solo 10 bancos tenían un patrimonio técnico
superior a los 3 millones de UVC. La última sociedad
financiera cuya conversión a banco fue autorizada antes que
entre en efecto este requisito fue Financiera del Occidente,
en diciembre 11.

El deterioro de la liquidez y los créditos emergentes

Un día después de la bancarrota de Cavalgsa, la Junta
Monetaria comenzó a aprobar operaciones de Tesorería, un total
de S/.200 mil millones en el resto de la semana, a doce
financieras y 8 bancos.

Como siguiente paso para combatir la falta de liquidez, el 6
de diciembre la Junta Monetaria autorizó al BCE conceder a las
instituciones financieras créditos de emergencia de hasta 60
días, por hasta el 100% de su patrimonio, fundamentándose en
que existen problemas de liquidez tal como se estipula en el
art. 24 de la Ley de Régimen Monetario.

Posteriormente, se establecieron requisitos para instituciones
que recurran a estos fondos. Se incluyó una prohibición a la
expansión del crédito, a no ser aquel proveniente de la CFN o
líneas internacionales.

Ante la constante de crisis: fusiones

Las medidas de las autoridades económicas no impidieron que
algunas sociedades financieras incumplan con sus acreeedores.
El 10 de diciembre el Superintendente de Bancos, Mauro
Intriago, tomó a 5 de éstas: Ecuafactor, Defactor, Parfinsa,
Comoditicorp y Finanser y ofició un matrimonio a punta de
cañón. Las cinco debían fusionarse y conformar un nuevo banco:
Banco Mercantil Unido (BMU).

Intriago volcó sus esfuerzos a diseñar un reglamento para las
fusiones bajo condiciones de emergencia. Las instituciones se
fusionarán bajo estas circunstancias:

-Podrán no pagar sus captaciones a su vencimiento,
prorrogándolas.

- Deberán incrementar inmediatamente el capital social con
capital fresco, en 0,6 millones de UVC (S/. 10,6 miles de
millones de sucres), y alcanzar el nivel de 3 millones de UVC
del patrimonio técnico en 180 días.

-No podrán incrementar sus activos de riesgo hasta que no se
cumpla con el requisito de patrimonio técnico.

Podrían darse nuevas fusiones

Mientras tanto, otras sociedades financieras estuvieron
prestas a plantear su fusión con bancos, presumiblemente sus
acreedores: Solinversiones con Austro; De la Reserva con
Préstamos. Sin embargo, queda por ver si estas fusiones se
perfeccionan.

Que sepamos, estas fusiones no fueron aprobadas antes de que
entre en efecto el reglamento de fusiones emergentes, y dicho
reglamento obliga a que el banco que absorba una sociedad
financiera cumpla con el requisito de 3 millones UVC en 180
días.

No todas las sociedades financieras optaron por la opción de
fusionarse. Intermil, una de las mayores en activos, cerró sus
puertas y huyeron sus administradores. Ya no pueden las
autoridades sostener que la pérdida para los depositantes se
circunscribe a intermediarios financieros no autorizados.

Quizás Intermil extendió una línea de crédito a Cavalgsa u
otra de las casas de valores, con lo que su problema sería más
de solvencia que de liquidez.

En lo que va de la crisis financiera, las autoridades se han
mantenido duras. Si bien han concedido créditos de liquidez a
instituciones, ha sido a altas tasas de interés. Se han
rehusado a bajar el encaje bancario.

Permiten a las instituciones financieras mantener el 20% de
encaje en certificados de Tesorería fortaleciendo las
utilidades de la banca, pero no su liquidez.

Los gruñidos se tornan audibles

Los voceros de muchos bancos -especialmente los más grandes-
han apoyado abiertamente la política de reducir agresivamente
el número de sociedades financieras. Lo que no significa que
están unánimemente felices con la política para generar
liquidez.

Entre tanto en la Junta Monetaria, algunos miembros próximos a
los sectores empresariales proponen que se abandonen las metas
de inflación y de tipo de cambio del plan económico. Sugieren
que se de prioridad a las metas de crecimiento, que no se
cumplirán bajo la actual política. Este cambio en metas
significaría una política monetaria más dadivosa que pondría
fin a la crisis del sistema financiero.

También parecería probable que el actual Superintendente de
Bancos apoye este criterio. Las opiniones son, entonces,
polarizadas.

Los principales escenarios

Las autoridades no ceden en su posición. Los bancos pasan por
un período de pronunciada iliquidez, algunos reestructuran sus
créditos gracias a la línea de la CFN. Ciertas sociedades
financieras, incluso cierto pequeños bancos, quiebran. Para el
segundo trimestre del próximo año la economía, y por lo tanto
el sistema financiero, se habrían acostumbrado a no crecer. Se
cumpliría con los objetivos de inflación y tipo de cambio,
pero no habría un crecimiento económico significativo.

Quiebra un banco importante, o varios tienen que recibir
masivas infusiones de fondos para impedir un pánico bancario.
En cuyo caso, lo que probablemente pasaría es lo que han
observado especialistas (Hausmann y Gavin) de otros países:
"Si se ven obligados a escoger entre el sistema bancario y el
régimen cambiario, las autoridades siempre salvarán a los
bancos".

Las carteras no son reveladoras

Los problemas bancarios no son evidentes en sus índices de
cartera vencida. Este solo alcanza 3,6% a octubre 31, y 2,0%
neto de reservas para incobrables. Lo que significa una
insignificante alza de 0,4% en el mes y evidencia que los
préstamos se están refinanciando.

Para hablar de varios ejemplos, en octubre el Banco del
Progreso tuvo un enorme incremento en depósitos, 7,2%, y
supera por un mínimo margen a Filanbanco para constituirse en
el mayor del sistema de acuerdo a esta medida. Los
depositantes demostraron una clara preferencia por Progreso y
Popular, con los índices más bajos de gastos operativos a
depósitos y también por Producción con su reputación de banco
conservador.

Las sociedades financieras también tuvieron un crecimiento de
depósitos, en 5,4%, tanto Invesplan como Amerafin tuvieron
enormes tasas de cercimiento.

El índice margen bruto/ingreso de intermediación es, mientras
tanto, decidor. Indica cuánto es lo que generan para los
bancos las transacciones en sí: deben generar algo, ya que
presumiblemente los bancos cobran por créditos más de lo que
pagan por depósitos.

El margen bruto para la banca cae 4,7 puntos en un mes -a
22,7%- mostrando que no han podido pasar a sus clientes la
totalidad del costo adicional de sus fondos, pero la situación
supera la ocurrida en marzo (19,6%). (Economía) (Diario HOY)
(7A)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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