Quito (Ecuador). 31 dic 95. Con rasgos de cansancio en el
rostro, una visión optimista del futuro del país, una clara
inteligencia... y un vaso de jugo de naranja, Ana Lucía
Armijos se sentó en la mesa de su despacho personal para
responder a un cuestionario que había sido planificado con
anticipación y que, gracias a su disposición, cambio de rumbo
por completo.

En una espera previa de una hora, más de una decena de
personas fueron atendidas por la funcionaria, el teléfono
sonaba insistentemente, "feliz año" dirían muchas de ellos,
pero otras -la mayoría- traerían para Ana Lucía Armijos
consultas, decisiones, reclamos, problemas y reuniones.

Documentos en orden, cifras a mano, secretarias despiertas y
la presencia de su asistente en relaciones públicas fueron el
ambiente del diálogo.

Tomar vaciones, sin tomar ninguna decisión inmediata respecto
a su futuro profesional, será lo primero que la presidenta de
la Junta Monetaria hará al finalizar sus funciones y abandonar
la oficina desde la cual ha enfrentado la situación económica
del país.

El Gobierno ha renovado, con las medidas anunciadas hace pocos
días, su apoyo al programa macroeconómic. Al continuar con un
énfasis en el control del tipo de cambio, la inflación y el
gasto público, ¿desaparece, definitivamente, la posibilidad de
una devaluación?

En las últimas tres semanas ha habido una gran especulación
respecto a la posibilidad de una macrodevaluación en forma
insistente. Las autoridades económicas, el 29 de octubre,
cuando se lanzó el programa macroeconómico fueron muy claras
en advertir que se hacía un ajuste cambiario y una ampliación
de la banda que se consideraba necesario y adecuado para
adaptarnos a una nueva situación: una reducción del flujo de
capitales de corto plazo hacia el país. Reducción originada en
la crisis financiera mexicana y en los problemas internos del
país. Ese ajuste fue suficiente, no creemos que hay las
condiciones ni las razones para ir a una devaluación
adicional.

Una decisión de ese tipo no traería ningún beneficio económico
y solamente afectaría a los sectores con ingresos fijos: la
mayor parte de la población ecuatoriana.
¿Cuáles son los objetivos de estas últimas medidas y qué
resultados se esperan de su aplicación?

El mercado ha reaccionado positivamente: el tipo de cambio se
ha colocado con algunos puntos por debajo de la banda. El
anuncio de la creación de mecanismos de reactivación económica
a través de la línea de redescuento de la Corporación
Financiera que sumaría un billón de sucres pretende que el
sector productivo refinancie sus deudas en la banca privada,
reestructure sus deudas y aquellos que se han visto más
afectados por la crisis energética puedan ampliar el plazo de
sus operaciones.

Una vez reestructurado el crédito entre el sector productivo y
el sistema financiero, éste puede redescontar en la CFN. De
esta manera, no solamente se da un alivio a los sectores
productivos, sino que la banca disminuye su cartera vencida
-que no es exorbitante, pero que ha superado el nivel que ha
tenido en los últimos dos años-.

La reestructuración de Petroecuador y del directorio de INECEL
son medidas políticas que complementan lo económico y que
permiten avisorar una reactivación de los sectores
productivos.

¿Cómo se espera que reaccione el sistema financiero el momento
en que las líneas de crédito empiecen a funcionar?

Deberá reestructurar las deudas al sector productivo,
redescontar en la CFN y asegurarse que los recursos hayan sido
destinados a los sectores productivos. Hay otras líneas de
crédito de la CFN que más allá de reestructurar las deudas
permitirán nuevas inversiones para la producción. La línea de
crédito tendrá una tasa de interés igual a la pasiva
referencial del sistema más dos puntos de la CFN. La pasiva
referencial no está determinada por la CFN ni el Banco
Central, es la tasa pasiva promedio de las captaciones de todo
el sistema financiero.

Ahí también está la responsabilidad del sistema financiero;
mientras menor sea la tasa pasiva menor será la tasa activa
que se cobre a estas operaciones de reestructuración de
pasivos del sector productivo.

El sistema financiero, en general, es corresponsable de las
tasas de interés como lo es también el gobierno. Nosotros
hemos adoptado todas la medidas necesarias que nos lleven a
una disminución de las tasas de interés. Esperamos una
respuesta positiva del sistema financiero nacional. Los
recursos tienen un destino específico: los sectores
productivos.

Algunos analistas no han descartado la posibilidad de una
mayor liquidez derivaría en mayor especulación. ¿Podría
ocurrir aquello?

En las últimas semanas, el tipo de cambio se mantuvo siempre
en el techo. No puede romper porque el Banco Central
interviene vendiendo dólares. La parte de liquidez que se
restituye el sector financiero es para nuevos recursos para la
producción. Romper las expectativas de una nueva devaluación
es importante para bajar las tasas de interés, y esta tarea no
le corresponde solo al gobierno, es una tarea compartida con
el sistema financiero y con los sectores productivos.

¿Cuál es el diagnóstico que usted haría del sistema financiero
en el país?

El sistema financiero ha atravesado una crisis puntual que se
desató hace pocas semanas, originada en la quiebra de tres
casas de valores que origina un problema a las sociedades
financieras y a los bancos.

Algunos de éstos cerraron las líneas de crédito a las
financieras creando un problema de liquidez. Las autoridades
económicas tomaron medidas inmediatas para agilitar las
operaciones de tesorería del Banco Central. Se superó la
crisis puntual.

El sistema financiero se ha fortalecido en el último año y
medio como consecuencia de la aplicación de la nueva Ley de
Instituciones Financieras que permitió la creación de la Junta
Bancaria. Hay una fuerte capitalización de la banca -sobre
todo en 1995- cuando por regulación bancaria la mayor parte de
las utilidades que se lograron en 1994 pasaron a capitalizar
las instituciones financieras. La ley pone límites para el
crédito que se destina a un solo sujeto de crédito para evitar
la concentración.

La auditoría externa permanente -de acuerdo a la nueva ley-
tiene una responsabilidad profunda en el análisis de cartera
de cada una de las instituciones. Ahora existe en cada banco o
institución financiera las comisiones que determinan y hacen
el análisis.

Estas nuevas regulaciones ¿permitirán a corto plazo solucionar
los problemas del sector financiero?
Desde luego el perfeccionamiento de las leyes se va haciendo
en el tiempo y la implementación de las mismas también. Hay
que reconocer el esfuerzo que ha realizado el sistema
financiero. Cuando existe incertidumbre e inestabilidad -como
efectivamente ha habido en 1995- el ahorrista tiende a ahorrar
a muy corto plazo, ha habido una disminución en el plazo de
captación de las instituciones financieras frente al plazo de
las colocaciones. Ello ha determinado un desfase de liquidez
que obliga a las instituciones financieras a salir en busca
de recursos a cualquier precio. Ese incremento en el costo de
la captación ha determinado que el margen entre las activas y
las pasivas vuelva a incrementarse y que se ubique ahora
alrededor de 11 puntos, cuando en un momento dado bajó hasta 8
puntos. El sistema financiero todavía puede hacer un esfuerzo
adicional para reducir sus costos operativos y administrativos
y disminuir así la brecha entre tasa activa y pasiva.

El problema del sistema financiero es un problema puntual. La
prolongada crisis energética ha determinado que algunos
sectores de la producción no estén en capacidad de cumplir con
sus deudas; la cartera vencida del sistema financiero se ha
incrementado. Pero no es motivo de alarma si tomamos en cuenta
que al 30 de septiembre esa cartera vencida es inferior al 3
por ciento. Ahora se ha incrementado alrededor del 5 por
ciento como consecuencia de la crisis que hemos tenido.

Un círculo difícil de romper

La presidenta de la Junta Monetaria cree que el problema de
las tasas de interés es complejo y responde a una serie de
factores. La incertidumbre de 1995 ha generado una expectativa
de devaluación permanente: el incremento del riesgo cambiario
resultante deriva en una elevación de las tasas de interés. La
reducción del flujo de capitales provocada por el incremento
del riesgo país exige que, para atraer inversiones, se deba
pagar una prima: las tasas de interés suben. El ahorrista se
ha concentrado en el corto plazo: crea un hueco de liquidez en
el sistema financiero que presiona sobre las tasas de interés.
La presencia de demasiados intermediarios financieros ejerce
presión en el sistema.

"El público piensa", resalta Armijos, "que el factor más
importante para bajar las tasas de interés es la liquidez". La
liquidez es solo uno de los factores, aclara. Y esto queda
demostrado: en los últimos meses el Banco Central ha acudido
con recursos para el sistema financiero y sin embargo las
tasas no han reaccionado. Muchos de esos recursos se
destinaron a la compra de dólares. Las mismas instituciones
financieras al comprar dólares permiten que el Banco Central
absorba sucres y nuevamente se cree la iliquidez y se
mantengan altas tasas de interés.

"Un programa económico lo diseña e implementa un gobierno;
pero para que tenga éxito se necesita del apoyo del resto. Y
lo que hemos logrado es también resultado del aporte de los
distintos sectores", concluye Armijos.

Cifras revelan los resultados de un modelo cuestionado

El año 1995 ha sido un año de crisis con altos costos para el
país. Y al lamentar la crisis que ha enfrentado el país,
recalca que ahora lo importante es que la autoridad permita
que esos costos no recaigan en un solo sector. El Gobierno si
ha tenido un elemento de compensación social: la preocupación
permanente en reducir la inflación.

¿Tenemos ya cifras concretas que nos permitan evaluar los
resultados de la aplicación del programa macroeconómico?

Si bien hemos terminado este año con una reserva menor a la
de 1994, hay que reconocer que tenemos una reserva solvente de
alrededor de 1.600 millones de dólares.

Tenemos un comercio exterior que ha crecido en forma
importante; al mes de octubre tenemos exportaciones totales
por 3.870 millones de dólares. Terminaremos el año con un
monto superior a los 4.000 millones. Desde la década de los 70
nunca hemos superado los 2.800 millones de dólares. Si
analizamos la estructura de ese comercio, vemos que las
exportaciones no petroleras tienen el mayor peso. Las
exportaciones no tradicionales superarían los 800 millones de
dólares -que en la década pasada nunca superaron los 200
millones-.

Si analizamos cualitativamente el sector externo podemos
observar una diversificación importante en las exportaciones
no tradicionales.

Cuando en el 90 no teníamos más de 200 rubros de exportación,
ahora tenemos casi 900.

El superávit comercial -excluyendo el conflicto bélico- es de
510 millones de dólares. Será superior al del año anterior.

¿Qué ha sucedido con el salario?

El salario real ha mejorado: mientras en agosto de 1992, el
salario nominal llegaba a 107.000, tendremos un salario -a
partir del 1 de enero- de 380.000 sucres. En términos reales
-restada la inflación- partiendo de agosto del 92 hemos tenido
un mejoramiento en términos reales del 48%. Son indicadores
positivos que reflejan una mejor capacidad de compra.

Son cifras positivas, ¿han existido metas frustradas?

Reconocemos que hemos tenido una crisis financiera puntual,
que se ha visto agravada por el conflicto bélico, por una
crisis política y energética que no permitió que las tasas de
interés bajaran. El gobierno en su programa para 1996
replanteó sus metas pensando, precisamente, en todos estos
factores adversos. Planteó metas alcanzables, realistas y
pragmáticas.

Si bien el crecimiento económico para 1995 será inferior al
que nos habíamos planteado, no obstante tendremos un
crecimiento económico superior al crecimiento de la población,
por lo tanto no habrá en términos per cápita un deterioro de
la economía.

¿Qué rumbo tomará, entonces, el modelo económico del gobierno
de Durán Ballén en estos últimos meses?

Las medidas que han sido planteadas van a permitir la
reactivación y van a cambiar las expectativas de los sectores
productivos. Hemos tenido una crisis profunda. El Gobierno
mantendrá su modelo económico, se trata de un programa que
necesita consolidarse a largo plazo en el país. (Política)
(Diario HOY) (3A)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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