Guayaquil. 13 jun 99. Los ecuatorianos viven momentos de
incertidumbre por la falta de seguridad social y de servicios
públicos eficientes como salud, educación, transporte, agua
potable, energía electrica, etc. Además se está perdiendo la
confianza en las instituciones del Estado y en la función
pública.

A estos hechos incuestionales se suma la paralización del aparto
productivo que generó una crisis en el sistema financiero
nacional. Hay que reconocer que se vive una depresión economica,
antes no soportada en el Ecuador.

Las renuncias de Jorge Egas Peñas, Daniel Cañizares y James
McPherson, como Superintendente de bancos, Intendente general de
bancos y gerente general de la Agencia de Garantía de Depósitos
respectivamente, a pocos días de conocer los resultados de las
auditorías externas contratadas a con costo superior de 5
millones de dólares, no ayudan a la seria situación económica y
de desconfianza que vivimos y más bien acelera un proceso que
podría culminar con un estallido social.

La creación de la Junta Bancaria, se consideró necesaria y
oportuna para dotar a la Superintendencia de Bancos de un
organismo superior para conocer y resolver aspectos
trascendentales del funcionamiento de las instituciones del
sistema financiero, especialmente para resolver sobre los casos
no especificados en la ley y dictar las resoluciones generales.

La Junta bancaria esta conformada por cinco miembros: el
Superintendente de Bancos que la preside; el gerente general de
Banco Central; dos por la extinta Junta Monetaria y el quinto era
designado por los 4 restantes. La nueva Constitución política del
Estado, promulgada en 1.998, eliminó la Junta Monetaria y la
sustituyó por el directorio del Banco Central (BC), lo cual según
los analistas resta poder de decisión al Superintendente de
bancos y su independencia ante el BC.

La conformación de la AGD también originó conflictos de la misma
naturaleza. A criterio de los expertos, la Superintendencia de
Bancos no debe formar parte del directorio, pues ésta entidad de
derecho público, autónoma y dotada de personería jurídica propia,
es un organismo que deberá asumir la responsabilidad en todos los
procesos de sanemiento o restructuración de las entidades
financieras, Para ello deberá manejar recursos del sector público
y necesariamente la Superintendencia de bancos debe ejercer
supervisión y control.

Carga regionalista

Pero las entidades financieras y bancarias de Guayaquil, y la
propia ciudadania, están convencidas que la situación global que
enfrentan, tiene una carga regionalista generada desde el
gobierno central y se estima que sería el detonante para una
reacción de protesta muy difícil de acallar.

En la última semana, los clientes del Banco del Progreso
realizaron dos marchas pacíficas y entre uno de los puntos que
exigen es que el Estado entrege la concesión para el servicio
eléctrico a Emelec, para que se venda la empresa y se logre
capitalizar el referido banco.

El ex candidato presidencial, Carlos Solórzano Constantine,
estimó que el golpe financiero que soporta Guayaquil y el país,
fue dado por el presidente Mahuad por intermedio de la ministra
de Finanzas, Ana Lucía Armijos, a la cual calificó de "nefasta".

A criterio de Solórzano las decisiones tomadas por el actual
régimen, no han hecho más que crear el caos y consecuentemente
será difícil lograr que las personas vuelvan a tener confianza
en depósitos sus dineros en los bancos. "Guayaquil y el país
podrá salir adelante siempre y cuando se prescinda del gobierno
actual y de todo su equipo, incluso del vicepresidente de la
República y el titular del Congreso, que si bien son
guayaquileños, actualmente para la opinión ciudadana están
quemados", dijo.

Solórzano dijo también que los problemas del país se dan con
mayor fuerza cuando existen políticos que no dejan gobernar a
nadie, es decir, no dejan actuar al Presidente de la República
que ha ganado ese derecho en las urnas.

"El Ecuador y todas sus regiones no podrán salir adelante en la
forma como va es indudable que a los señores de la Sierra se las
ha pasado la mano y al Gobierno considerando que son pocos los
representantes de la costa en los estamentos del Estado", dijo.

" Nave al garete"

Leopoldo Baquerizo Adum, el diputado más votado en las últimas
elecciones, atribuyó los problemas que afectan a las entidades
financieras y bancarias de Guayaquil, a las decisiones tomadas
por la Ministra de Finanzas, Ana Lucía Armijos. "Hemos
retrocedido, no hemos ganado nada en el tiempo. El Ecuador
prácticamente es un barco que viaja al garete, lamentablemente",
dijo.

Baquerizo sostuvo que el Gobierno si quiere servir a Guayaquil
y a toda la Costa, debe iniciar la reconstrucción del Ministerio
de Finanzas considerando que ninguna política económica caminará
mientras no se reactive el aparato productivo.

Las recriminaciones de Baquerizo apuntaron a la Ministra Armijos,
quien según él, es la causante de todos los problemas económicos,
de Guayaquil y del Ecuador, porque su prioridad principal es
pagar la deuda externa y contentar a unos cuantos amigos de
Quito.

"Guayaquileños afectados"

Para Omar Maluk, director del Instituto de Economía de la ESPOL,
la ministra Ana Lucía Armijos trata de tener un control monetario
en la economía del país.

Puntualizó que existe un ingrediente regionalista de esta
situación y por ello los guayaquileños son los que más sienten
el efecto de la crisis. "Pero el regionalismo no sólo es en la
ministra de Finanzas, sino también en el resto de funcionarios
que están cerca del presidente Mahuad".

Destacó Maluk que para los guayaquileños, el asunto es fuerte
porque habrá bajos precios en los productos que se exportan, más
empresas cerrarán debido a la contracción monetaria y recesión
económica, además que la tasa desempleo aumentará mucho más.

Advirtió que si los bancos quiteños son los que sobrevivirán,
tendremos que "peregrinar" en busca de créditos a Quito.

Frente a este panorama indicó que la banca costeña tiene como
única salida, la unión. "Podrían unirse Filanbanco, Continental,
Progreso, Amazonas y hacer un solo banco costeño, bajar sus
costos medios, ser más eficientes y salir adelante. Si se crean
algunos bancos en la Sierra y uno o dos en la costa, nuestros
costos serán menores y el crédito para las empresas costeñas
sería mayor", señaló.

Explicó que se debe competir pero amparados en fusiones
estratégicas para obtener mejores resultados.



REFLEXIONES

Catársis en el sistema financiero

El estado agónico en que se encuentra la banca ecuatoriana, en
especial la guayaquileña, que tiene sus principales causas en los
efectos desvastadores del Fenómeno del Niño y en la enloquecida
y frenética actividad empresarial de los banqueros que, como
regla general, tambien se dedicaron a la ostentación y a la
inversión improductiva, a vista y paciencia de los gobiernos de
turno, parece estar llegando a un punto de catarsis que solo
afectará a una región del País, precisamente a la región, mas
afectada por los desastres naturales y por la política
regionalmente privilegiadora y centralista del sistema.

Los Bancos intervenidos, en reestructuración o acogidos por la
Agencia de Garantía de Depósitos, tienen sus oficinas principales
o su mayor capital accionario en la ciudad de Guayaquil; sus
actividades se han desarrollado principalmente en ésta ciudad,
y en el caso de los grandes Bancos, esa actividad ha trascendido
del estricto limíte financiero, realizando obras sociales,
culturales o educativas. En estas instituciones han trabajado y
trabajan guayaquileños, que forman parte de una comunidad honrada
y entregada honestamente a sus labores.

Los directivos o propietarios de los Bancos, que han cometido
infracciones a la Ley, o han abusado de la confianza de sus
clientes, deben ser ejemplarmente sancionados. No podemos admitir
que se ampare o se proteja a nadie en particular, por encumbrado
que sea. Que el peso de la vindicta pública caiga sobre los
responsables de los malos manejos financieros.Pero el Estado, con
sus organismos de Poder y Control, no puede soslayar una realidad
que late en el corazón de todos los guayaquileños, y es la de que
estas instituciones financieras, en una u en otra forma han
generado riqueza y trabajo en el País, pero especialmente en
nuestra ciudad y que un cierre de sus actividades gravitará
indefectiblemente no sólo en el desarrollo de una Guayaquil, sino
hasta en la paz y en la unidad de la República.

Porque ni la "inteligencia" ni la voraz burocracia quiteña, que
ha sido injusta, en el trato de los depósitos del sector público,
con la banca costeña, podrán apaciguar la indignación de un
pueblo que está llegando a los límites de su paciencia ante el
abuso permanente de quienes la han postergado y han creado
privilegiados en la participación del Erario Nacional..

La crisis que hoy padece la República se inició hace largo
tiempo, pero se agrava con los gobiernos quiteños de Durán
Ballén, Alarcón Rivera y con el de Abdalá Bucaram, este último
que llegó al solio presidencial por el permanente egoismo de la
dirigencia política serrana y que hoy, con un Presidente, que es
el más conspicuo representante de sus intereses, maquinan un
golpe de gracia a la productividad, al trabajo fecundo y a la
iniciativa que se generan en la costa.

El Gobierno debe saber que no se trata de seis o más
administradores de Bancos, cuyos malos manejos, si los hubiere,
debieron haber sido oportunamente prevenidos y sancionados y que
hoy se trata de una colectividad injustamente perjudicada por los
detentadores y usufructuarios de la riqueza y el trabajo de los
ecuatorianos.

Guayas y las provincias costeñas, generan, con su trabajo, con
su iniciativa, con sus recursos humanos y financieros, una gran
parte de la riqueza nacional y la mayoría de Las divisas que
ingresan al país.

Solo banano y camarón son muy superiores a la producción
exportable del petróleo. Pero además el atún, el cacao y el café
son otros renglones de la misma naturaleza y del mismo beneficio
para el Ecuador.

Estas actividades proveen de trabajo a millones de compatriotas,
tanto en la explotación directa de Las plantaciones, como en Las
fuentes colaterales que se derivan de esta actividad. Y esta
producción es renovable, es decir no terminará, como algún día
ha de terminar la explotación del petróleo. Día que no se halla
muy distante.

¿Cómo es posible que teniendo tanta importancia para el Ecuador
de hoy y del futuro, la economía costeña se halle tan deprimida
y tan menospreciada por quienes, gozando de canongías doradas,
creen que cumplen con sus obligaciones postergando, con insensato
e injustificable rencor, a todo cuanto se relaciona con Guayaquil
y la Costa.?

La unidad nacional, el progreso y el desarrollo del Ecuador deben
tener, como un imperativo categórico, la justicia retributiva.
Y Guayaquil, a pesar de las postergaciones, no pide más que eso.

Perjuicio a dos bancos

A juicio del ex diputado Juan José Illingworth, con la reciente
salida de las autoridades de control financiero y bancario, se
puso en evidencia la entrega absoluta del poder a la quiteñidad.
"Creo que se vienen movimientos sociales mucho más graves que los
del 22 de marzo", aseguró.

Illingworth dijo que el Presidente de la República está jugando
con fuego y que su criterio los costeños no permitirán que se los
atropelle de una manera tan radical y totalitaria como lo está
haciendo la Ministra Ana Lucía Armijos. "Ella es una persona tan
fría, que desconoce el sentimiento de solidaridad humana y
mezclado a un Presidente de la República, desvinculado del sector
productivo, es una mezcla letal para el Ecuador, porque está
llevando la economía al caos".

Agregó era evidente que se está tratando de hacerle mal a dos
bancos guayaquileños, por parte de quienes consiguieron formar
parte de las autoridades económicas, como premio a los aportes
de campaña. (Texto tomado de El Expreso)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

Otras Noticias del día 13/Junio/1999

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el