Quito. 28 jun 99. Candidato al Premio Nobel de la Paz en 1994,
monseñor Emilio Stehle ha realizado en Santo Domingo de los
Colorados una mayor cantidad de obras que el Gobierno, Prefecto
y Alcalde. Pero en Colombia lo acusan de beneficiarse de los
secuestros de la guerrilla. Ésta es su historia

El Salvador, 1989. En uno de los últimos ataques violentos de la
guerrilla, el hotel Sheraton de la capital estaba sitiado y en
su interior algunos turistas norteamericanos se encontraban
hospedados. Ellos tenían un tiempo límite para salir o los
guerrilleros atacarían. Monseñor Emilio Lorenzo Stehle consiguió
un aplazamiento y un salvoconducto para que puedan abandonar el
hotel. Una turista, no obstante, se encontraba incapacitada para
movilizarse por su cuenta, monseñor Stehle no dudó en cargarla
en sus hombros y al intentar saltar una barricada, él cayó
pesadamente y se lastimó su columna, por lo que necesitó dos
operaciones posteriores. El sacrificio valió la pena, pues la paz
finalmente llegó a El Salvador y monseñor Stehle por su
intervención fue postulado al Premio Nobel de la Paz.

La reseña deja claro que Emilio Stehle, alemán de 72 años, actual
obispo de Santo Domingo de los Colorados, tiene experiencia en
temas de guerrillas. No obstante, el último capítulo de sus
mediaciones es amargo: el presidente de Colombia Andrés Pastrana
le prohibió el ingreso a este país acusándolo de beneficiarse
económicamente de los secuestros de los subversivos. "Esta
calumnia lo ha puesto mal", dice el vicario Vicente Pérez, su
colaborador en Santo Domingo desde hace varios años.

NO MÁS A COLOMBIA

La decisión de Pastrana ha desatado una gran polémica en el país
del norte. "Una mayoría aplaude la enérgica condena de Pastrana
al Ejército de Liberación Nacional, ELN. ¡Terroristas! Y cómplice
todo aquel que abogue por la liberación de sus secuestrados",
escribe María Teresa Ronderos en la revista La Nota. "Es un
santo", publica por su parte María Isabel Rueda, de la revista
Semana. "A monseñor Stehle la santidad le brota por todos lados.
Por eso me parece que con respecto a este sacerdote alemán el
gobierno se equivocó de manera grave, graduándolo de demonio".

En realidad, el pasado de monseñor Stehle está estrechamente
vinculado con Colombia, a donde llegó en 1957, recién ordenado
sacerdote. Entonces, conoció a Camilo Torres, el famoso sacerdote
guerrillero con quien entabló una cercana amistad. En 1965,
Torres ingresó en las filas del grupo guerrillero de Fabio
Vázquez, reconocido en la actualidad como Ejército de Liberación
Nacional. La amistad con Torres hizo posible que Stehle actúe
como mediador. Su capacidad de convencimiento a los insurgentes
traspasó las fronteras colombianas y por ello fue invitado a
participar de los diálogos de paz en El Salvador.

La colaboración de monseñor Stehle en los secuestros siempre fue
bien recibida por los gobiernos colombianos. Excepto en febrero
de este año, cuando solicitó autorización para gestionar el
rescate de ocho personas y éste fue negado. Stehle prefirió
entonces trabajar por su cuenta y tuvo éxito, pues consiguió la
liberación de 17 personas, previo el pago del rescate respectivo.


Lo último ocurrió en mayo, cuando consiguió la liberación de
María Aline Oganesoff, quien había estado seis meses en
cautiverio. A espaldas de los agentes antisecuestros, Stehle
negoció con los captores y aunque consiguió la libertad de la
mujer, surgieron sospechas de que el sacerdote hizo que la
familia pagara una cifra de dinero superior a la pactada
inicialmente. Por esto, el uno de junio, el zar antisecuestros
de Colombia José Escobar y el comandante del Ejército, Jorge
Enrique Mora expresaron su preocupación por "la manera
aparentemente irregular como monseñor Stehle intermediaba para
el rescate de personas secuestradas por el ELN y las FARC". El
presidente Pastrana fue más claro: "Tenemos conocimiento que
miembros de la Iglesia Católica, no colombianos, están negociando
secuestros", y ese mismo día prohibió que el obispo alemán
ingrese a suelo colombiano. Según la revista Cambio, Pastrana se
comunicó con el secretario privado del papa Juan Pablo II en el
Vaticano, expresándole su preocupación por lo cual el sacerdote
fue llamado a Roma para brindar explicaciones.

EL MEJOR ALCALDE

En estos días monseñor Stehle no se encuentra en Santo Domingo.
Está trabajando en Alemania, en la Acción Episcopal Adveniat
-organización de católicos alemanes que financian obras en
América Latina-, de la que fue su director por 10 años. En la
ciudad de los Colorados, el apoyo a Stehle es unánime. "Las
acusaciones en su contra son inadmisibles", expresa el alcalde
Holger Velasteguí, quien prepara un gran recibimiento para el
sacerdote en los primeros días de julio.

Monseñor Stehle llegó a Santo Domingo en 1983. Primero fue obispo
auxiliar y en 1987 fue designado obispo titular. El trabajo en
estos años ha sido fecundo. "Es el mejor presidente y el mejor
alcalde que hemos tenido en nuestra historia", dice una vendedora
de periódicos. Stehle, con fondos conseguidos por él y
provenientes de Alemania, tiene una larga lista de obras.
Construyó la catedral de la ciudad, más de 200 iglesias y
capillas, la casa del obispado, un albergue para niños de la
calle, dos asilos de ancianos, un centro para minusválidos, una
casa para niños huérfanos, un instituto pedagógico, una extensión
universitaria y 100 viviendas populares. Pero lo que más llama
la atención es su intervención en obras de responsabilidad del
Gobierno y Alcaldía, como el adoquinamiento y alcantarillado de
dos calles, la creación de un parque ecológico, readecuación de
la cárcel y el cementerio, reorganización del parque central y
hasta la construcción de seis puentes, uno de ellos de más de 150
metros de hormigón armado. "Es como una autoridad pública que no
necesita presentarse a elecciones, porque todo el mundo confía
en él", es una de las descripciones que consta en un libro
publicado en su honor en 1996, a propósito de sus 70 años de
vida.

POLÉMICA

De la acusación en Colombia no hay ninguna prueba concreta de que
monseñor Stehle ganó dinero por su intermediación en los
secuestros. "La presión viene por parte de los militares, porque
ellos nunca han aceptado que el Gobierno les dé a los
guerrilleros territorios libres. Por eso renunciaron las altas
autoridades militares y los que llegaron presionan a Pastrana.
Le exigen cortar las relaciones con la guerrilla y como monseñor
era un vínculo de mediación, ahora es un chivo expiatorio", dice
el vicario Vicente Pérez.

La opinión es compartida por los habitantes de Santo Domingo,
quienes exigen al presidente Pastrana revoque su decisión, lo
mismo que pide María Isabel Rueda, columnista de la revista
Semana, para quien su argumento más contundente es "que santos
no mandan todos los días a la Tierra".

1926. Nace en Mulhausen, Alemania, Emilio Lorenzo Stehle.

1942. Es enrolado en el Ejército alemán.

1945-1947. Es prisionero de guerra en Francia. Inicia sus
estudios de Teología.

1951. Se ordena de sacerdote.

1957. Llega a Colombia, designado párroco de los alemanes
residentes en este país. Inicia sus contactos con la guerrilla.

1979. Es nombrado director de la Acción Episcopal Adveniat de
Alemania.

1983. Asume como Obispo Auxiliar de Quito y llega a Santo Domingo
de los Colorados.

1980 a 1992. Participa activamente como mediador en el proceso
de paz en El Salvador.

1994. Candidato a Premio Nobel de la Paz por su actuación en El
Salvador.

1996. Es designado primer obispo de la nueva diócesis de Santo
Domingo.

1999. Es mediador en los secuestros del grupo guerrillero ELN.
El Presidente Pastrana le prohibe ingresar a Colombia.

Stehle llegó a Colombia en 1957 y comenzó una relación cercana
con Camilo Torres, el sacerdote guerrillero del ELN . (Texto
tomado de La Revista Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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