UNIVERSIDADES
Guayaquil. 22 jun 99. Los directivos buscan alternativas para
evitar la masiva deserción estudiantil a través de rebajas en las
matrículas y las pensiones, y el sistema de becas

La crisis que vive el país ha llevado a que las universidades,
escuelas y centros de estudios superiores revisen sus sistemas
de enseñanza y busquen alternativas para evitar la deserción
estudiantil.

Las medidas adoptadas por los directivos de las universidades de
Guayaquil, Católica, Espíritu Santo, Casa Grande, Laica Vicente
Rocafuerte y la Escuela Superior Politécnica del Litoral, van
desde analizar el cierre temporal de ciertas carreras, por la
saturación del mercado laboral, hasta bajar el costo de las
pensiones y aumentar las becas. La Universidad de Guayaquil,
dirigida por el rector León Roldós Aguilera, ha diseñado un plan
para favorecer a los mejores estudiantes de los colegios fiscales
a través de descuentos en las matrículas. Los bachilleres que se
graduaron con notas de entre 9.50 y 10 puntos no pagarán la
matrícula, pero sí lo harán quienes hubiesen obtenido
calificaciones inferiores a los ocho puntos.

A más de la exoneración total del pago, el plan contempla rebajas
del 25% a los bachilleres con calificación entre 9.0 y 9.49; del
50% a quienes tienen entre 8.50 y 8.59, y del 75% a los
estudiantes que hayan obtenido entre 8.0 y 8.49 puntos en sus
calificaciones.

Las ampliaciones

La Universidad de Guayaquil, además, ha dispuesto el mejoramiento
y la ampliación de las bibliotecas con la finalidad de que todos
tengan acceso a consultar y estudiar en los salones y así evitar
las compras de libros.

Según León Roldós, el número de estudiantes de primer año ha
aumentado considerablemente con relación al año pasado y ha
obligado a hacer una rigurosa selección porque la Universidad no
es una fábrica y hay que poner límites a las cosas.


La crisis también ha obligado al traslado de estudiantes de las
universidades privadas a la de Guayaquil, por la imposibilidad
de pagar pensiones.

La rectora de la recién creada Universidad Casa Grande -antes
Escuela de Comunicación Mónica Herrera-, Marcia Gilbert de Babra,
confirma que varios estudiantes han abandonado sus estudios por
falta de dinero, que está estancada la ampliación de sus
instalaciones y que existen limitaciones para el equipamiento.

Influencias positivas

No obstante, la señora Gilbert cree que la crisis tiene
influencias positivas porque se convierte en un desafío para las
instituciones de educación superior que deben ver cómo readecuan
sus programas educativos y mejoran las técnicas de enseñanza.

Para Marcia Gilbert, la crisis ha agudizado el sentimiento de
solidaridad y la necesidad de sacar adelante al país, por lo que
es partidaria de una mayor participación educativa que cree
conciencia en los jóvenes para que asuman una actitud positiva
y busquen soluciones.

El rector de la Universidad Espíritu Santo, Carlos Ortega
Maldonado, apoya esta postura y considera que hemos vivido años
de educación en función del número sin preocuparnos del
resultado. Pero la crisis económica que vive el país ha afectado
el crecimiento de este centro universitario, que tenía proyectado
en este año iniciar la construcción de su campus en la vía a
Samborondón, en donde se profundizaría en la investigación y en
el aporte a la comunidad.

El proyecto, que tiene un costo superior a los 15 millones de
dólares, ha sido pospuesto hasta que se logre conseguir un
financiamiento blando, a largo plazo, de algún organismo
internacional.

Sensibilidad en las cobranzas

Carlos Ortega dice que, mientras tanto, la Universidad Espíritu
Santo continuará trabajando en la estructuración del proyecto y
ha centrado sus esfuerzos en ayudar a los alumnos a continuar sus
estudios. Una de las medidas adoptadas es ser más sensibles en
las cobranzas de las matrículas y pensiones, para evitar
deserciones.

Ortega Maldonado, que ve como única solución a la crisis
económica el que se logre una moratoria crediticia para el sector
empresarial y que se convierta al círculo vicioso en virtuoso,
no obstante, está preocupado porque la crisis ha llevado a
limitar la implementación de las bibliotecas y la compra de los
equipos para los laboratorios. También el problema económico ha
detenido los planes de actualización tecnológica, pues los costos
de reposición son muy altos en el área de informática y de
audiovisuales.

La Universidad Católica de Guayaquil tampoco ha escapado de las
garras de la crisis . Pedro Tutivén, encargado del rectorado
desde hace un mes, asegura que la capacidad estudiantil de la
Universidad Católica se ha visto afectada en un 5% a pesar de la
baja en el nivel de pensiones.

La disminución de los ingresos ha llevado a este centro de
estudios superiores a detener las investigaciones científicas
tecnológicas y la preparación del personal docente, así como
estancar el crecimiento de la infraestructura interna de la
comunidad universitaria.

Investigaciones, en papeles

Si no tenemos financiamiento del Estado o de organismos
internacionales, nuestros programas solamente estarán dirigidos
al campo educativo, ha dicho el ingeniero Pedro Tutivén, que
asegura que los objetivos de las investigaciones en el área
médica, económica y agrícola quedaron en papeles.

La Católica de Guayaquil, a diferencia de otros de estudios
superiores incluida la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, ya
no hará cambios en los programas de estudios de sus unidades
académicas, puesto que estos ya fueron hechos el año pasado tras
el resultado de un estudio de mercado.

Según Tutivén, la Universidad Católica está lista para enfrentar
al próximo siglo con la educación en electrónica virtual, un
centro de cómputo donde se estudia la electrónica robótica y la
electrónica médica a través de simulación de fallas. Además, ha
incorporado las maestrías en energía molecular, en medicina, en
ingeniería civil, derecho, estudios sociales y sicología.

Víctor Bastidas

Rector de la ESPOL

Es conveniente cerrar carreras

La Escuela Superior Politécnica del Litoral, Espol, ha entrado
de lleno a un cambio en la educación universitaria y ha comenzado
a hacer una revisión curricular de todas las carreras de pregrado
y postgrado. También ha decidido rediseñar el sistema de
calificaciones y la forma de dar las clases a través de la
incorporación de los métodos modernos, entre ellos el Internet,
en todas las unidades académicas.

¿Qué planes tiene la Espol en el campo educativo?

Estamos haciendo una revisión de las carreras. Creemos que es
conveniente cerrar algunas carreras temporalmente porque el
mercado ocupacional está saturado, pero en cambio existen otras
oportunidades, otras carreras, otras especializaciones en las que
incursionará la Politécnica.

¿Ya han seleccionado las carreras que van a suspenderse?

Eso es muy temprano decirlo porque recién se están haciendo los
estudios. También estamos revisando el sistema de ingreso con el
propósito de poder calificar y seleccionar mejor a los
bachilleres que aspiran a estudiar en la Politécnica. Se ha
incorporado ya en este año, a más de un examen de conocimientos,
un examen de aptitud. Si un bachiller no tiene los suficientes
conocimientos, pero posee la aptitud y la inclinación por seguir
carreras técnicas, se permite que el estudiante ingrese.

¿Qué opciones se les ha dado a los estudiantes para que puedan
estudiar en medio de esta crisis que vive el país?

Hay un sistema de becas que le permite al estudiante que no pague
la matrícula, el registro, que de paso es muy pequeño. En algunas
carreras incluso el valor es simbólico. En otros casos, en las
carreras que las llamamos autofinanciadas, hay que pagar un
poquito más, pero el promedio por semestre es de dos o tres
millones de sucres. Además hay el pago diferenciado. El
estudiante que más tiene más paga, y el estudiante que pertenece
a una familia de escasos recursos económicos, paga menos. Tenemos
un compromiso con los habitantes de la Península de Santa Elena
y estamos becando a todos los estudiantes a ese sector.

¿Por qué a los estudiantes de la Península de Santa Elena?

Porque nosotros estamos explotando los pozos petroleros de Ancón
y de aquí, de acuerdo al compromiso, tenemos que destinar el 30%
de esos recursos para obras de educación, de investigación y de
desarrollo social.

El país está en crisis. ¿Qué medidas ha tomado la Espol para
mantenerse estable?

Creemos que es la hora de un acuerdo nacional a favor del país
para salir adelante. Es necesario que se entienda la complejidad
de la crisis y conviene dar mensajes de optimismo, porque yo
estoy convencido de que cuando hay épocas de crisis, es la
ocasión para que aparezcan oportunidades. Yo creo que sí hay
muchas oportunidades en el caso educativo, en el caso del trabajo
que hace la Espol. Estamos apuntando a analizar las series de
oportunidades que hay en el campo de la investigación en la
prestación de servicios, de alianzas estratégicas con el sector
productivo para sacar adelante muchos proyectos para beneficio
del país.

¿La crisis ha llevado a la deserción de estudiantes en la Espol?
La información que tenemos es que la crisis no nos ha afectado
en cuanto al número de estudiantes que están cursando las
carreras. (Texto tomado de El Expreso)
EXPLORED
en Ciudad UNIVERSIDADES Guayaquil

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