Quito. 15 feb 2002. El montañista, que llegó a la cumbre del Aconcagua,
se recupera en el hospital Metropolitano de Quito.
Santiago Quintero, el montañista al que se le congelaron los pies luego
de coronar en solitario el Aconcagua, tiene clara una verdad: las
primeras falanges de los dedos están perdidas y deberán ser amputadas...
pero su fe es inmensa.
El deportista convalece en la habitación 117 del hospital Metropolitano,
gracias al esfuerzo de sus padres, Rafael Quintero y Erika Silva, y la
gente del andinismo ecuatoriano, de las federaciones nacional y de
Pichincha.
Santiago les retribuye con una dosis inmensa de optimismo. Mientras
recibe visitas de amigos de su niñez, familiares y gente que alguna
vez lo ha visto, su abuela Luisa de Silva le entrega un tesoro: las fotos
que él tomó en el Aconcagua. En la habitación no puede haber tristeza,
Quintero contiene una lágrima y habla con su novia, Claudia Echeverry.
Santiago tiene momentos de dolor, aunque se restablece rápido. Pero
prefiere que sea así porque si no los sintiera, significaría que sus pies
no luchan por salvarse. Poco a poco hay más irrigación sanguínea, la
clave para su recuperación.
La batalla es doble: la recuperación física y la sicológica. La primera
tiene pendientes a todos porque el proceso puede tomar meses. En la
segunda, Quintero da cátedra. Piensa estar lo más pronto en las montañas,
con su ascensionismo extremo, que lo ha llevado a ser el mejor de
Latinoamérica.
El tratamiento
El médico Mario Durán, encargado de su caso, le quitará las vendas
para observar la evolución de los pies. El galeno, el especialista
vascular más importante del país, formará un grupo interdisciplinario
integrado por un cirujano plástico, un especialista en mircrocirugía, y
un traumatólogo.
El proceso de recuperación de Santiago será largo. Por ello, la
Concentración Deportiva de Pichincha está organizando una campaña de
solidaridad para ver si se contrata a un médico norteamericano
especialista o, en su defecto, se lo trasladaría a Zaragoza, España.
Santiago recibió apoyo de TAME y de HOY para viajar a Chile y, luego, a
su aventura en Argentina. Se gestiona la posibilidad de la entrega del
boleto a España.
Si permanece en el hospital Metropolitano, tendrá los mejores cuidados
del grupo que dirige Mario Durán. La habitación 117 espera por los amigos
y la gente altruista para que lo apoyen ahora, cuando más lo necesita.
Eso sí: no olvide llevar un paquete de galletas Muecas, su golosina
preferida.
A salvar medio pie
Mario Durán es el médico que atiende a Santiago Quintero desde que
ingresó al hospital Metropolitano. Su misión ha consistido en rehabilitar
las extremidades.
En un principio, Quintero debía realizarse una arteriografía, un examen
que Durán considera que no precisa el paciente.
Desde ese momento, el galeno optó por un tratamiento novedoso en una
cámara hiperbárica, llena de oxígeno, que obliga a las células a
reanimarse.
El hecho de que Quintero aún mantenga la esperanza de salvar sus pies se
debe al tratamiento de Durán porque, además, se ha controlado la
posibilidad de una infección, que es lo más peligroso en este momento de
su tratamiento.
"Ahora intentamos salvar la mayor parte del pie, es lo que más nos
interesa, porque con eso tendrá la oportunidad de seguir con su actividad
de montañista. Las falanges no se las pudo salvar", dice Durán, que tiene
el reconocimiento de los padres de Quintero. (JRI) (Diario Hoy)