Guayaquil. 7 mar 2001. El manejo de los medios de comunicación
influye en la sensación de seguridad. Los datos reflejan otra
realidad en Esmeraldas, SucumbÃos, Los RÃos y Carchi.
En septiembre del 2000 el sociólogo e investigador Marco Arteaga
decÃa en una entrevista a este Diario que "la realidad que pintan
los medios de comunicación no es la misma que vivimos los
guayaquileños".
Esa lectura se puede aplicar para el resto de ciudades y
provincias del paÃs después de conocer el diagnóstico sobre
"Seguridad Ciudadana en el Ecuador", trabajado por la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), a pedido del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID)
Provincias como Esmeraldas (33,6), SucumbÃos (33,0), Los RÃos
(30,5), y Carchi (18,8), aparecen en 1999 con las tasas más altas
de muertes por homicidios. Estas regiones han mantenido esa
tendencia en la última década, y solo se han alternado los tres
primeros lugares, desde 1990.
Mientras a comienzos de los 90, Los RÃos aparecÃa en el primer
lugar de los homicidios, en el 96 fue superada por Esmeraldas, que
se ha mantenido los últimos años como la provincia más violenta
del paÃs.
Ese estudio revela que las historias de violencia que se presentan
en los medios de comunicación no reflejan la realidad para algunas
provincias como Guayas, que siempre está en primera plana de
hechos más violentos, pese a que en el escalafón de tasas más
altas por homicidios aparece en quinto lugar, por encima de
Pichincha, que le sigue en el sexto, y por debajo de Carchi, que
está en cuarto.
Las tasas se sacan del número de muertes por cada 100 mil
habitantes.Para los investigadores, es mucho más objetivo trabajar
sobre tasas y no sobre valores absolutos, pues "resultan
mentirosos".
Esmeraldas y SucumbÃos últimamente se difunden como provincias
donde ha crecido la violencia atado a la coyuntura de la
influencia del Plan Colombia; las investigaciones demuestran que
persisten cifras similares de homicidios los últimos años.
"La percepción que la población tiene sobre la violencia siempre
es diferente a la realidad.Los datos de muertes hacen diferenciar
la violencia de la percepción que hay en la gente, que depende
mucho del manejo de los medios", observa Edison Palomeque, uno de
los siete investigadores de la Flacso que participó en la
elaboración del estudio.
"Este es un tema que obliga a repensar a los medios".Un ejemplo
reciente es el fallecimiento de los inmigrantes en España: "en
Ecuador fue manejado como crónica roja, casi querÃan entrevistar a
los muertos, mientras en España fue un tema de derecho de minorÃas
de inmigrantes".
Pichincha, según Palomeque, ha sido un caso contrario a lo que se
ha reflejado en la mayorÃa de medios de comunicación del
paÃs.Entre 1990 y 1999, según el estudio, el incremento porcentual
más significativo de la tasa de muertes por homicidios se observa
en las provincias de Pichincha (140,8%), Chimborazo (135,8%),
Tungurahua (108.8%), Carchi (96,2%) e Imbabura (95,4%).
El diagnóstico de la Flacso incluye variables como las muertes por
homicidios, los suicidios, y los accidentes de tránsito, asà como
el análisis de las denuncias y detenciones por delitos contra la
propiedad.
El estudio sobre violencia intrafamiliar estará listo en una
semana.En el tema de suicidios Cañar y Azuay aparecen con las
tasas más altas del paÃs, pero los investigadores no se atreven a
asegurar que esté relacionado con el tema de la migración
internacional, pero es una hipótesis que tiene que analizarse
detenidamente en el tema.
Mientras en accidentes de transporte las provincias que aparecen
con las tasas más altas son Cañar, Carchi, Cotopaxi, Tungurahua,
Imbabura, Pichincha, que en el eje vial de la Panamericana.Entre
las conclusiones se menciona que hay un incremento significativo
de la tasa de muertes por homicidios de 43,1 por ciento entre 1990
y1999, sobre todo en las áreas urbanas y entre la población de 15
y 49 años de edad, en su mayorÃa hombres.Pero la tasa de muertes
por accidentes de transporte se redujo en 27,5 por ciento en el
mismo perÃodo.
Las denuncias y detenidos
Para analizar las denuncias y detenciones por delitos contra la
propiedad para la investigación de la Flacso se reagrupó la
clasificación que maneja la PolicÃa para los diferentes delitos.
AsÃ, de una lista de más de 20 delitos, se redujo a tres tipos:
denuncias y detenidos por robo en pequeña escala (arranches,
carterismo, robo de accesorios); robo y asalto (domicilios,
vehÃculos y carreteras), y asalto a negocios (bancos y comercio)
Entre las provincias hay diferentes patrones de denuncias y
detenidos.Además hay una clasificación de cuatriclases de
provincias, según los patrones de denuncias y detenciones.
Carlos Arcos, investigador de la Flacso, explica que mientras en
Pichincha una tasa alta de denuncias por robo a pequeña escala es
de 466,1, por encima de la tasa nacional que es de 209,6.En Guayas
esta tasa está por debajo en 132,2.
En Guayas, la tasa más alta es de detenidos por robo y asalto
(260,6) frente al registro de denuncias por este tipo, que es de
309 frente a la tasa nacional de 244,4.Guayas y Pinchincha
aparecen en una clasificación independiente cada una, mientras el
resto de provincias se agrupan entre los valores medios.
Los parámetros difieren
Entre las conclusiones, el diagnóstico menciona que la correlación
entre tasas de muertes por homicidio e indicadores de pobreza,
indigencia y vulnerabilidad social, es baja, excepto para un grupo
limitado de cantones.
Además, existe una alta heterogeneidad de la situación cantonal,
con relación a los homicidios.
Por estos motivos se requiere de polÃticas diferenciadas para
enfrentar la inseguridad, de acuerdo a los parámetros registrados
en cada localidad.
Las muertes por armas de fuego (homicidios y acciones de intención
no determinada en los registros) tienen una incidencia muy alta
entre los hombres, comprendidos entre los 15 y 40 años.
En los delitos contra las personas, especialmente en homicidios,
se observa una probabilidad de subregistro, ya que las denuncias
son más numerosas que las muertes que registra el Instituto
Nacional de EstadÃstica y Censos (INEC)
Hay un déficit institucional, porque las detenciones son
inferiores a las denuncias y muertes por homicidios que las cifras
del INEC.También hay impunidad porque los procesos son inferiores
a las denuncias y a las muertes por homicidio. (Texto tomado de El
Comercio)