Quito. 24 mar 2001. El martes anterior tuvo lugar otro episodio en el que
dos congresistas protagonizaron bochornosos incidentes. Mutuas
acusaciones se lanzaron. Ellos deben presentar sus argumentos a la
Comisión de Excusas

Infamante", "calumniador", "acosador sexual", fueron solo algunos de
los principales calificativos que usó el presidente del Congreso
Nacional, Hugo Quevedo, en contra del presidente de la Comisión de
Fiscalización, Carlos González, ante 63 parlamentarios, desde su curul
de diputado, en el Pleno del Parlamento, y enfocado por luces
incandescentes de las cámaras de televisión. La razón: la divulgación de
un contrato que había realizado la Presidencia del Congreso con la
imprenta Megagraf para elaborar calendarios que fueron repartidos entre
los diputados. Algunos prefirieron devolverlos, porque creían que era un
gasto superfluo.

El incidente ocurrió justo el día en que los legisladores debían
instalarse en sesión permanente para discutir en primer debate el
proyecto de Ley de Reforma Tributaria. Pero lo que podría parecer un
incidente aislado, ha estado precedido de una serie de pequeños
enfrentamientos que se hicieron evidentes cuando la Comisión de
Fiscalización se propuso investigar de oficio el tema de los videos 869
y 1 232, grabados por el ex jefe del Servicio de Inteligencia del Perú,
Vladimiro Montesinos.

La denuncia sobre los calendarios llegó a la Comisión de Fiscalización a
las 11:05, del 6 de febrero anterior, según consta en el sello de
recibido. No tenía firma y hablaba a nombre de unos empleados del
Congreso Nacional.

Francis Abad, presidente de esa Asociación, que representa a 254
trabajadores con nombramiento, aseguró que ellos no fueron los autores
de la denuncia, pero exigieron una investigación, debido a la gravedad
de las mismas.

Los calendarios de la discordia

Carlos González dijo que el ataque del presidente del Congreso es la
factura que le pasan los banqueros a quien investigó y atacó por
defraudar los dineros de los ahorristas. Hugo Quevedo dijo que las
denuncias del presidente de la Comisión de Fiscalización respondían a un
plan para atentar contra "la majestad del Congreso" y desestabilizar la
democracia.

Según el texto de la denuncia, que ahora investiga una subcomisión de
la Comisión de Fiscalización, el contrato de los calendarios ascendía a
$118 mil. "El sobreprecio es de aproximadamente $50 mil. La empresa, en
agradecimiento le regaló a Hugo Quevedo Júnior esferográficos en el que
se encontraba impreso: "Hugo Quevedo Jr. Diputado por el Oro 2003
(sic)", dice el texto causante de la polémica. "¿Dónde está el
sobreprecio?", replicó Hugo Quevedo, que habló desde su curul,
acompañado de su hijo.

Según la factura que presentó el presidente del Congreso, solo se había
pagado $14 mil por la elaboración de 75 mil calendarios. Luego
rectificó, aseguró que eran $13 875, con los descuentos. Lo extraño es
que después apareció otra factura por $19 mil, por unos calendarios para
pared que se había olvidado mencionar. (JT)

Los escándalos

- Las mutuas inculpaciones de Carlos González y Hugo Quevedo pasaron a
la Comisión de Excusas y Calificaciones.

- Los legisladores tienen 15 días para fundamentar las mutuas
acusaciones vertidas en la sesión del martes anterior.

- La denuncia sobre la contratación con sobreprecio de unos calendarios
por la Presidencia del Congreso llegó hace un mes a la Comisión
Anticorrupción.

- Francis Abad, de la Asociación de Empleados del Congreso Nacional,
pidió a la Comisión Anticorrupción y a la de Fiscalización, sobre todo
aclarar las denuncias de piponazgo hechas públicas en la sesión del
martes anterior.

- El primer enfrentamiento entre González y Quevedo se produjo durante
la investigación de los videos grabados por el ex jefe del Servicio de
Inteligencia peruano, Vladimiro Montesinos.

- El presidente del Congreso no autorizó el viaje de González a Perú
para investigar los famosos vladivideos.

- Varias preguntas siguen sin respuesta.

- ¿Por qué el presidente del Congreso realizó personalmente la
contratación para la elaboración de calendarios?

- ¿Por qué Quevedo Montero omitió la factura de los calendarios de
pared?

- ¿Existen otras facturas que no se han hecho públicas? (JT)

¿Hacia dónde camina la publicidad moderna?

El presidente del Congreso, Hugo Quevedo, dijo que en su período se
gasta en publicidad un promedio de $13 mil mensuales. La cifra fue
presentada como un logro de su administración en relación con la de su
antecesor, Juan José Pons.

"Si los calendarios cuestan $60 mil, como dice (Carlos) González, he
demostrado con documentos que al Congreso le costaron $14 mil", dijo el
presidente del Congreso, Hugo Quevedo, en su intervención del martes
anterior.

Cuando el diputado Carlos González mostró unos calendarios para pared
que no constaban en la primera factura exhibida por el presidente del
Congreso ante el Pleno, Quevedo reconoció que por esos se había pagado
$19 550.

Es decir, que la suma gastada en calendarios llegaba ya a los $33 mil.
Este último contrato, al parecer, se había realizado con la Imprenta y
Encuadernadora Ana María.

El presidente del Congreso recordó que en el Presupuesto del Congreso
(un secreto de Estado, según el presidente de la Asociación de Empleados
de ese organismo, Francis Abad) existe un rubro para publicidad del que
gastó la administración anterior, la de Juan José Pons, un promedio de
$33 mil mensual, mientras que en el período de Quevedo solo se ha
gastado $13 mil mensual, dijo textualmente en su intervención del martes
anterior, ante las cámaras de televisión, que grabaron todo el
escándalo.

Según el oficio 1055-DGF-CN-2001, del 19 de marzo anterior, el director
general Financiero, Ramiro Acosta Aldaz (que mostró Hugo Quevedo en la
sesión del martes para mostrar la austeridad) certificó que en la
administración de Juan José Pons, el Congreso gastó en publicidad un
promedio mensual de $33 653, durante dos años, mientras que en los seis
meses de la administración de Quevedo Montero, el promedio (según el
certificado del Departamento Financiero) que se gastó en el rubro de
publicidad es de $11 834.

Es decir, lo que el presidente del Congreso dijo es que él ha gastado
en publicidad $71 004, mientras que su antecesor invirtió en ese rubro
$807 672.

Ahora, según las declaraciones de Hugo Quevedo Montero, resulta que la
mitad del presupuesto asignado parala publicidad del Parlamento (la
elaboración de calendarios para repartirlos entre legisladores,
periodistas y empleados, sería parte de la publicidad del Congreso
Nacional) se gastó en hacer calendarios de bolsillo para escritorio y
para la pared. (JT)

La majestad y el honor

En los calendarios de pared, que Hugo Quevedo omitió mencionar en la
sesión del martes anterior, se ordenó reproducir íntegramente el
artículo 23 de la Constitución Política y una cita célebre de Juan
Montalvo

El presidente del Congreso llegó temprano a la sesión del martes
anterior. Pidió a Secretaría pasar lista. Contestaron 43 diputados, y en
el ínterin ingresaron 20 más. La sesión se instaló con 63 legisladores.

En ese momento pidió al vicepresidente, José Cordero, que presida la
sesión y bajó a su curul. Al concluir su intervención, luego de informar
que se enteró de las acusaciones que se hacían en su contra cuando
estaba en San Cristóbal, en las islas Galápagos, acompañado de los
parlamentarios Julio Noboa y Aníbal Nieto, ya estaban presentes en la
sala 83 legisladores.

Con insistencia se habló de que la denuncia de Carlos González
violentaba el derecho a la honra. Esa es, al parecer, una de las
principales preocupaciones del presidente de la legislatura, porque ese
es uno de los incisos del artículo 23 de la Constitución que fue
reproducido en los calendarios para pared, mandados a confeccionar por
Hugo Quevedo Montero.

El artículo 23 y una cita de Juan Montalvo

En una cartulina con un fondo crema, en colores blanco, rojo y verde,
con el sello de Ecuador bajo la leyenda: H. Congreso Nacional, en el
calendario para pared se reproducen íntegramente los derechos civiles.
El inciso octavo del artículo 23 garantiza a la personas: el derecho a
la honra, a la buena reputación y a la intimidad personal y familiar. A
su alrededor están los 12 meses del año y abajo se lee una cita de Juan
Montalvo: La ciencia de los pueblos consiste en conocer sus derechos y
cumplir sus deberes: el que no cumple sus deberes es pueblo corrompido;
el que no conoce sus derechos, esclavo; y el que no conoce sus derechos
ni practica sus deberes, bárbaro. Pueblo, huye de la corrupción, la
esclavitud y la barbarie; porque la barbarie, la esclavitud y la
corrupción son la desgracia de los pueblos.

En el calendario para escritorio, destaca una leyenda que es un llamado
a la unidad por un nuevo Ecuador. La ilustración así lo muestra. Fuerza
del Congreso, de la Presidencia y de la Corte Suprema de Justicia se
ven, en actitud de estar corriendo con los brazos abiertos, tres
figuras: del Palacio Legislativo, sale un hombre con el pelo ondulado y
vestido con un impecable terno; de Carondelet, el que sale es una
persona calva, igual con terno, y de la Corte Suprema otro hombre
togado, con pelo ondulado, corre con los brazos abiertos.

El presidente del Congreso Nacional aseguró que con los calendarios se
pretendía difundir el trabajo que ha realizado ese órgano Legislativo en
favor del país. (JT)

El capítulo del acosador

González aseguró que cuando recibió la denuncia solicitó la información
a Quevedo, pero que pasaron 40 días sin que pudiera recibir una
respuesta.

El presidente de la Comisión de Fiscalización, Carlos González, pidió la
palabra luego de la intervención del presidente del Congreso, Hugo
Quevedo Montero, en la sesión del Parlamento del martes anterior.

"Soy acosador sí, pero de los corruptos. Siquiatra, de nadie", dijo
González y procedió a leer la denuncia que había llegado a la Comisión
de Fiscalización. Sentado junto al presidente del Congreso estaba su
hijo, Hugo Quevedo Junior, quien pasa la mayor parte de su tiempo en el
despacho presidencial. Al parecer, es un asesor sin sueldo. No consta en
el rol de pagos del Congreso Nacional.

Según Carlos González, si él hubiera proporcionado la denuncia la
hubiera divulgado completa. En el mismo documento sin firma de
responsabilidad, hecho público en el pleno del Parlamento, además de la
denuncia del contrato para elaborar calendarios se hablaba de una serie
de funcionarios que trabajan en el Parlamento, a pesar de tener relación
de parentesco con Quevedo Montero.

La denuncia leída en el pleno habla de la emisión de más de cien
tarjetas VIP TAME, "aparte de las que solo se emiten a los
legisladores". Lo que reconoció Hugo Quevedo es que sí existen
familiares suyos que trabajan en el Congreso.

La denuncia sin firma de responsabilidad hablaba de que "la doctora
Carmen Madero Lagos, Asesora 3, es tía de Hugo Quevedo Junior; el señor
Segundo Madero Lagos, Asesor 3, es tío de Hugo Quevedo Jr.".

El presidente del Congreso, en declaraciones públicas, reconoció que las
personas aludidas en la denuncia son sus cuñados, pero insistió que eso
no es nepotismo. (JT)

La guerra de baja intensidad

Las denuncias, los desmentidos, rumores y acusaciones revelaron una
guerra de baja intensidad que se desarrolla en el interior del Congreso.
De parte de Hugo Quevedo, inmediatamente, se puso el vicepresidente de
la Comisión de Fiscalización, Adolfo Bucaram.

El legislador roldosista ya tuvo un enfrentamiento con Carlos González
por la investigación parlamentaria sobre la implicación de diputados,
periodistas y oficiales del Ejército en sobornos para apoyar la firma
del acuerdo de paz entre Perú y Ecuador.

Bucaram calificó como insignificante el trabajo fiscalizador de Carlos
González y dijo que este se ha tomado el nombre de la Comisión de
Fiscalización para enviar comunicaciones a los organismos de control del
país, solicitando favores.

Igual actitud asumió el diputado independiente Ronald Andrade, quien
aseguró que el presidente de la Comisión de Fiscalización ha actuado con
ligereza en sus investigaciones y que no existen resultados concretos de
sus investigaciones. "Personalmente, creo que ante la ausencia de
resultados fiscalizadores e investigativos, el diputado Carlos González
debe renunciar", dijo.

Carlos González acudió el miércoles anterior ante la Comisión
Anticorrupción para pedir que se le investigue todas las acusaciones que
se han hecho en su contra, especialmente las endilgadas por el
presidente del Congreso.

"De ser ciertas esas falsas imputaciones, el suscrito sería un corrupto,
razón por la que no debería ostentar la representación popular y la
dignidad de Diputado de la República por la provincia del Azuay",
ratificó. (JT)

Los pecados del presidente Hugo Quevedo

El abogado Hugo Quevedo Montero, que alguna vez dijo ser concreto en sus
declaraciones, se ha caracterizado por sus declaraciones
grandilocuentes, en las que siempre está de por medio el honor.

"Voy a demostrar la vil calumnia del diputado González, que con el
propósito de destruir a esta Función del Estado y dañar a ciudadanos
como el presidente del Congreso Nacional, se inventa denuncias. Mi único
pecado es ser un hombre del pueblo y no pertenecer a los círculos y a
los grupos económicos que han saqueado a la nación", dijo en su
intervención del martes anterior el presidente del Congreso, Hugo
Quevedo. ¿Es su único pecado?

Hugo Quevedo fue nombrado presidente del Congreso Nacional el 29 de
agosto anterior, en una accidentada y cuestionada sesión parlamentaria,
en la que la centroizquierda se unió en torno a esa figura para evitar
que sea un socialcristiano quien ocupe ese cargo. En ese tiempo la
Izquierda Democrática le respaldó para que llegara adonde está.

El presidente del Congreso es un abogado que ocupa por primera vez una
función pública, aunque su vinculación con la política es vieja. Antes
de vincularse al Partido Social Cristiano (PSC), del que fue expulsado
cuatro horas antes de su elección como presidente, fue candidato del
Frente Radical Alfarista para la prefectura de El Oro, en 1984. En 1998
llegó al PSC invitado por Jaime Nebot. Luego de su expulsión, el
socialcristiano Pascual del Cioppo lo acusó de ser abogado de
contrabandistas.

Tiene seis hijos y se ha casado dos veces. Su hijo Hugo Quevedo Junior
se ha convertido en su principal asesor en el Congreso. "Tengo formación
francesa, que se caracteriza por una extraordinaria capacidad de
síntesis. Por eso muchos se preguntan por qué no desarrollo más cuando
doy entrevistas. Es por la preparación adquirida y soy concreto,
práctico, lacónico, lo que choca con la manera de ser nuestra", dijo a
la revista Vistazo.

En diciembre pasado, a raíz de unas declaraciones del presidente del
Consejo Nacional de Modernización (Conam), Ricardo Noboa, sobre las
supuestas exigencias de los legisladores al Ejecutivo para poder llegar
a acuerdos en torno a leyes y proyectos, Hugo Quevedo respondió que "no
soportará ese tipo de insinuaciones vengan de quien vengan. En mi
calidad de presidente del Congreso Nacional, rechazo de manera
categórica y enérgica sus imputaciones, que pretenden lesionar el
prestigio de la Legislatura y atentan contra la democracia que todos
estamos obligados a preservar", declaró en ese entonces.

En esa ocasión, el editorialista de este diario, Felipe Burbano, se
preguntó si en el comunicado público del presidente del Congreso existía
ezquizofrenia o cinismo "El honor convertido en instrumento de presión
política. ¿Por qué poner el grito en el cielo cuando el propio Quevedo
llegó a la Presidencia del Congreso a repartir cuotas de poder?", decía.

A la misma majestad del Congreso apeló el martes anterior, para refutar
las imputaciones que se le hacían en la supuesta contratación con
sobreprecio para hacer calendarios. (JT)

La historia de escándalos se repite

Son hechos que están grabados en la mente de los ecuatorianos: la fuga
de los diputados implicados en la famosa "Red Peñaranda", cuyo principal
implicado no puede ser deportado al país hasta la actualidad; el
escándalo de la importación de ropa usada, con la participación del
célebre uruguayo, Jorge Sierra; los nombramientos de más de un millar
de pipones parlamentarios en la presidencia del Congreso de Fabián
Alarcón Rivera; los golpes y empellones del año pasado durante las
elecciones legislativas...

Los tres primeros escándalos han motivado voluminosos procesos
judiciales que no han concluido en nada. No se han sancionado a los
responsables.

En fin, la lista de incidentes, escándalos, pugnas, insultos, denuncias,
acusaciones, registrados al interior del Congreso Nacional es muy larga,
y se podrían llenar múltiples páginas recordando las hazañas cometidas
por muchos padres de la Patria. En este ámbito, las mútuas acusaciones
producidas la semana pasada entre el presidente del Congreso, Hugo
Quevedo, y el titular de la Comisión de Fiscalización del Parlamento,
Carlos González, con sus correspondientes implicaciones, representan,
lamentablemente, la reedición de escándalos parlamentarios de los que el
país no es un nuevo espectador.

BLANCO y NEGRO recuerda en esta edición cuatro de los mayores incidentes
registrados en el Congreso durante los últimos cinco años. En todos
ellos se ha reforzado una deteriorada imagen del Parlamento en el pueblo
ecuatoriano. (PM)

Una red tristemente célebre

Un diputado gestionaba los recursos ante el Ministerio de Finanzas, bajo
el argumento de que serían destinados a la compra de equipos de
computación para los colegios fiscales.

Cuando los recursos se habían conseguido, Luis Peñaranda entraba en
acción y, mediante coimas a las autoridades de los colegios y concursos
de precios ficticios, lograba que se le otorgaran los contratos como
proveedor de tales equipos, a precios exageradamente altos.

Así funcionaba la famosa "Red Peñaranda", según las múltiples
investigaciones iniciadas cuando fue derrocado el ex presidente Abdalá
Bucaram, el 5 de febrero de 1997. Este escándalo se concentró en el
Congreso y acaparó la atención de los medios de comunicación y del país
entero, durante varios días.

Las investigaciones emprendidas en el proceso iniciado en la Corte
Suprema de Justicia decía que los diputados implicados, entre agosto de
1996 y febrero de 1997, gestionaron ante el Ministerio de Finanzas unos
50 mil millones de sucres.

El 17 de abril de 1997, el Congreso Nacional expulsó a 13 diputados y
dos días después hizo lo mismo con cuatro más, pues se había demostrado
su participación en la red. Entre los implicados estaba Santiago
Bucaram, el hermano del ex presidente. Supuestamente, este era era el
mentalizador del negocio mientras ejercía la vicepresidencia de la
Comisión de Presupuesto.

Luis Peñaranda huyó del país a Miami. El 4 de enero de 2 000, la Corte
Suprema pidió a la Cancillería que propiciara su extradición, sin
resultado hasta el momento, pese a los anuncios del propio canciller,
Heinz Moeller. El prófugo, quien algún momento dijo estar dispuesto a
regresar al país si se le conceden garantías, se encuentra detenido en
Estados Unidos. (PM)

Vieja denuncia de piponazgo

El 17 de marzo de 1 999, el ex presidente interino de la República,
Fabián Alarcón, fue detenido cuando se encontraba en su domicilio en
Pomasqui, a las afueras de Quito, y conducido a la cárcel #4, ubicada al
norte de Quito, en donde hizo compañìa a varios de los ex legisladores
implicados en la red de Luis Peñaranda, que fueron detenidos por la
Policía.

La orden de prisión fue emitida por el entonces presidente de la Corte
Suprema de Justicia, Héctor Romero Parducci.

En el proceso instaurado en su contra, que mereció la atención
internacional, el ex presidente del Congreso Nacional fue acusado de
piponazgo (haber contratado a personas que cobraban su sueldo sin
acudir a trabajar) y despilfarro de fondos públicos al proceder al
nombramiento de un ejército de funcionarios parlamentarios cuando
presidía el Congreso.

Mientras los diputados lanzaban un sin fin de acusaciones frente a la
avalancha de asesores, secretarias auxiliares, guardaespaldas,
conserjes, empleados que aparecieron en la lista de pipones, el país
recordaba cómo el roldosista, Santiago Bucaram, celebraba su cumpleaños
con bailarinas, licor y parranda en el mismo Salón de los Presidentes
del Parlamento.

Una serie de diligencias se realizaron en el proceso judicial, pero sin
llegar a determinar nada.

Fabián Alarcón, quien fue vecino de celda del ex titular del Banco del
Progreso, Fernando Aspiazu, salió de la cárcel el 23 de julio de 1 999,
con un almuerzo especial y una sesión de ortiga a cargo de los 16
presos de la cárcel #4.

Esto, una vez pagada una fianza de 100 millones de sucres. El 23 de mayo
del año anterior, Alarcón fue sobreseído, y el tema quedó en el olvido,
más allá de que denuncias de piponazgo de tanto en tanto se escuchan en
el Congreso. (PM)

Elección entre empellones

A comienzos de agosto del año pasado, el país asistió a una exhibición
de empellones, forcejeos, gritos y desorden de diputados, policías,
camarógrafos, guardaespaldas y extras. Se trataba, nada menos, que de
la elección del presidente del H. Congreso Nacional.

Aquel día, la presidenta electa, Susana González, apenas desafiliada del
Partido Social Cristiano, hizo su juramento rodeada de un piquete de
efectivos de la Escolta Legislativa y de varias legisladoras que
respaldaron la elección, principalmente las diputadas Nina Pacari y
Cecilia Calderón.

Pero las contiendas y desafiliaciones continuaron por 30 días más, en
medio de una batalla en el Tribunal Constitucional por definir la
constitucionalidad o no de la elección de González.

Entonces llegó el 29 de agosto de 2 000, cuando en otra accidentada
sesión, la centroizquierda, con 50 votos de la ID, PRE, Pachakutik, MPD
y Nuevo País, logró elegir al diputado Hugo Quevedo como nuevo
presidente del Congreso, pese a que cuatro horas antes de su
designación, el PSC lo había expulsado por indisciplina.

La elección de Quevedo fue cuestionada debido a que él autoproclamó su
candidatura mientras se tomaba la votación por el socialcristiano, Simón
Bustamante, quien no recibió los votos necesarios.

Acto seguido, la Comisión de Excusas y Calificaciones del Congreso
resolvió desechar los pedidos de aplicación del Código de Etica contra
los diputados que dejaron las filas de sus bloques parlamentarios por
desacuerdos durante la elección legislativa. (PM)

Y se destapa la ropa usada

Durante el Gobierno interino de Fabián Alarcón, cuando se destapaba
escándalo tras escándalo por actos de corrupción del Gobierno de Abdalá
Bucaram, otra red evidenció sus tentáculos al interior del Congreso
Nacional, cuando la ropa que fue donada para los damnificados del
fenómeno El Niño, en realidad habría representado un contrabando por
varios millones de dólares.

El uruguayo Eduardo Sierra acusó al entonces mandatario de estar
vinculado con la red, aunque luego trató de retractarse. Entre tanto,
varios diputados se profirieron acusaciones mutuas sobre supuestas
participaciones en el ilícito.

El diputado socialcristiano Mauricio Salem acusó a su colega ex
roldosista, Héctor García, del ingreso de 20 contenedores "con
mercadería de todo tipo", comercializada desde los almacenes
"Comisariatos Pascuales", de propiedad de la cuñada de García.

El aludido, que presidía la "Comisión especial de control de evasión
tributaria y compañías verificadoras", respondió que Salem hace varios
años fue apresado por la Armada Nacional, por estar vinculado con el
contrabando en las Aduanas. No obstante, uno y otro rechazaron las
acusaciones.

Luego, el entonces presidente del Congreso, Heinz Moeller, desmintió la
existencia de una supuesta reunión de legisladores para mediar en las
mutuas acusaciones formuladas en el Parlamento en torno al escándalo de
las donaciones. En mayo de 2 000, se dispuso el paso a etapa plenaria de
la causa que involucra a Eduardo Sierra Casals. (PM) (Diario Hoy) (Blanco
y Negro)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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