Medellín. 13.06.95. La escultura destrozada de "El Pájaro" era el
único rastro que quedó del atentado terrorista, ocurrido el
sábado en la Plaza San Antonio, de Medellín.

El estallido de 10 kilos de dinamita colocados bajo la escultura
del famoso escultor colombiano Fernando Botero, mató a 29
personas, dejó más de 200 heridos y convirtió una fiesta popular
en una noche de horror.

Los dos millones de habitantes de esta ciudad sometidos hace
apenas un año y medio a la fatídica época del "narcoterrorismo",
miraban nuevamente imágenes terribles de cadáveres y sangre.

De la noche a la mañana, el país pasaba de la euforia por la
captura de Gilberto Rodríguez Orejuela, el máximo jefe del cartel
de Cali, a la consternación. Las cartas de felicitación al
presidente colombiano Ernesto Samper, se confundían con las notas
de pesar. Y, mientras la gente entierra a sus muertos, todos se
preguntan: ¿quién pudo cometer esta barbarie? ¿cuál es la nueva
guerra que enfrenta Colombia? ¿qué misterio esconde el pájaro de
Botero?

Las versiones

A 48 horas del atentado, las versiones sobre las motivaciones del
atentado son apenas especulaciones. Sin embargo, las autoridades
han descartado de plano que haya sido una reacción a la captura
de Rodríguez Orejuela.

El gobierno colombiano dijo que prefiere no adelantar
interpretación alguna sobre ese acto "demencial". Sin embargo, en
el transcurso del día, fue tomando cuerpo la idea de que el acto
pudo haber sido organizado por milicias ligadas a bandas de
narcotraficantes, y que dicen ser parte de la guerrilla
colombiana.

La versión fue tomando cuerpo luego de que el domingo en la noche
la prensa diera a conocer tres comunicados contradictorios.

Una nota que llegó a un canal de televisión aseguraba que la
acción terrorista era obra de las "Milicias Bolivarianas", una
especie de célula urbana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia, formada por jóvenes que alguna vez pertenecieron a
la organización del extinto narcotraficante Pablo Escobar.

Las autoridades creen que el atentado se puede atribuir a las
pandillas que pululan en los barrios marginales de la ciudad de
Medellín o a las Milicias, que pese a hacer decirse parte de las
FARC, habrían actuado sin su consentimiento. Los altos mandos de
la Policía de Medellín declararon que manejan la hipótesis de que
hayan sido milicianos inexpertos los autores del atentado. "

Horas más tarde, a través de dos comunicados de la cadena
Caracol, las comandancias generales de las organizaciones
guerrilleras negaron cualquier vinculación con el atentado.

A su vez, el tipo de arma utilizada y la nota que reivindica el
acto da lugar a pensar que se trataba de grupos con poca
experiencia.

Las notas que atribuían a la organización terrorista el atentado
señalan que este estaba dirigido contra la escultura "El Pájaro"
por tratarse de "una representación de la exageración opresora y
burguesa, que tuvo un costo de 850 mil dólares".

El texto difundido por la televisión señalaba que el objeto
directo del atentado era la escultura de Fernando Botero, padre
del actual ministro de Defensa y destinatario simbólico de la
acción y que continuarán los ataques contra todas las obras del
célebre y cotizado escultor y pintor colombiano.

Es posible que no hayan medido las consecuencias de la explosión,
pues cada balín y tuerca se convirtió en una bala", dijo un
oficial no identificado. La bomba contaba con fulminantes como
iniciador y mecha lenta, y contenía metralla.

Tras la pista del Pelusa

De cualquier manera, la clave podría no estar lejos, ya que las
autoridades detuvieron el mismo sábado a un joven que, con toda
evidencia, está relacionado con el atentado, ya que fue apresado
cerca al lugar de la explosión con varias latas de café que
contenían pólvora y negra y metralla.

Este joven de 18 años y profesión zapatero, dijo que quien colocó
la bomba es un sujeto de nombre Pelusa, y en cuya identidad está
la clave el atentado. La bomba estalló precisamente cuando el
joven era interrogado por la policía en una comisaría cercana al
lugar del atentado.

Por el momento, la policía ha distribuido "retratos hablados" de
tres presuntos terroristas descritos por testigos.

En un discurso conmovedor, el alcalde de Medellín, Sergio Naranjo
Pérez, dijo que la ciudad no puede regresar a los años en los que
quedó a merced del narcoterrorismo, que mató y mutiló a
centenares de personas.

48 HORAS DESPUES

- Unas pequeñas manchas de sangre esparcidas sobre el adoquinado
piso y la destrozada escultura "El Pájaro" son los únicos rastros
que este lunes quedaban en la Plaza de San Antonio de la bomba
que explotó el sábado en la noche en el centro de esta ciudad, y
mató a 28 personas e hirió a 205 más.

Este lunes los habitantes de Medellín, la segunda ciudad en
importancia en Colombia, continuaban en estado de conmoción por
un acto terrorista que no se repetía desde que hace unos años el
extinto narcotraficante Pablo Escobar hizo de los actos con
explosivos una práctica usual.

Aparte de los numerosos curiosos que se agolpan alrededor de los
restos de la escultura, resulta difícil adivinar que ese lugar
fue escenario de uno de los atentados criminales más violentos
que recientemente hayan ocurrido en Colombia.

Los humildes artesanos, que fueron los grandes afectados con este
hecho de violencia, vivían a su manera el drama, y preparaban
para hoy los funerales de las 28 víctimas, mientras exigían
justicia y ayudas para enterrar a sus muertos.

En la Plaza, mientras tanto, el gran pájaro de bronce del
reconocido pintor y escultor colombiano Fernando Botero, bajo el
cual se escondió el mortal explosivo de 10 kilos de pólvora negra
y metralla, quedó totalmente destruido.

Sólo quedó en pie la base de hormigón reforzado con barras de
hierro, sobre el cual descansaba la paloma de generosas
proporciones -característica de las obras de Botero- y que
irónicamente era un mensaje a la paz.

Las otras dos esculturas del mismo autor, un gran dorso desnudo
de un guerrero y una mujer gorda desnuda acostada, que también
adornan la amplia plaza, no sufrieron daño alguno.

La plaza de San Antonio, ubicada en pleno centro de Medellín,
había sido puesta en servicio a principios de año. Fue construida
para ofrecerle a los habitantes de esta cálida ciudad un espacio
para espectáculos públicos gratuitos.

Cuando en la noche del sábado se realizaba un bazar amenizado por
grupos musicales, fue que explotó la bomba. En su mayoría
vendedores callejeros de comestibles fueron los que resultaron
muertos en esta criminal acción que la policía de Medellín sólo
atina a calificar de "demencial".

El pesado bronce de la escultura mermó el impacto del explosivo y
el hecho de que hubiera explotado en una zona abierta hizo que la
tragedia no hubiera sido mayor, toda vez que la plaza se
encontraba altamente concurrida, señalaron los expertos en
explosivos.

Los autores del atentado, que aún no han sido plenamente
identificados, desafiaron abiertamente a la policía de esta
ciudad, toda vez que la plaza se encuentra a menos de 100 metros
en diagonal del cuartel general de ese cuerpo armado.

Además la plaza está las 24 horas vigilada por tres agentes de
una institución privada provistos de perros guardianes, pero cuya
misión -como lo declaró a la AFP uno de ellos- es la de prevenir
atracos y ahuyentar a los vagos y drogadictos.

Cerca de 48 horas después de perpetrada la criminal acción, los
dos millones de habitantes de esta ciudad sometidos hasta hace
apenas año y medio a violentos atentados en una época que fue
conocida como el narcoterrorismo, vuelven a retomar su rutina en
medio de un interrogante común: quién pudo cometer esta barbarie?
(AFP-EFE-HOY) (2A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 13/Junio/1995

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el