Budennovsk. Rusia. 20.06.95. Por lo menos 800 rehenes fueron
liberados este lunes luego de permanecer cinco días en el
hospital de Budennovsk (sur de Rusia) en manos de un comando
checheno que partió a las 12H02 GMT de este lunes con siete
autobuses y 150 rehenes voluntarios para proteger su huída, y que
a última hora de la tarde había cruzado la frontera
administrativa de Chechenia.
Al mismo tiempo en Moscú, fuentes parlamentarias indicaron que
numerosos diputados de la cámara Baja (Duma, parlamento ruso),
declararon estar preparados para votar el miércoles una moción de
desconfianza hacia el gobierno, acusado de haber sido "incapaz de
garantizar la seguridad de los ciudadanos" en la toma de rehenes
de Budennovsk.
Budennovsk, ciudad de 100.000 habitantes en la región de
Stavropol, que el pasado miércoles se sumergió en el horror,
vivió en la tarde de este lunes escenas de alegría y de dolor
tras la liberación de 764 rehenes -según primer conteo oficial de
la administración local- por parte del comando checheno liderado
por Shamyl Bassaiev.
Esta operación causó 150 muertos, de los cuales 30 perecieron en
sábado durante los dos intentos de las fuerzas rusas para tomar
el control del hospital.
Este lunes un convoy integrado por siete autobuses, un camión
refrigerado con los cuerpos de 16 combatientes chechenos, y seis
vehículos de escolta de la policía rusa, abandonaron esta ciudad
al sur de Rusia con destino a Vedeno, bastión de Bassaiev, 300 km
al sur.
A bordo de los autobuses viajaban 143 miembros del comando, entre
ellos 16 heridos -según las cifras de Bassaiev- y 150 rehenes
voluntarios, conforme a los acuerdos alcanzados entre el líder
del comando checheno y el primer ministro ruso, Viktor
Chernomyrdin. La composición de los autobuses fue exigida por el
jefe del comando, inquieto por la trampa que podrían tenderle las
autoridades rusas.
Entre los rehenes figuran 13 periodistas rusos -que poco antes
firmaron una declaración en la que admitían partir a cuenta
propia- seis diputados, una decena de concejales y varios
oficiales del ministerio ruso del Interior.
En uno de los autobuses se encontraba el consejero presidencial
para los Derechos Humanos, Serguei Kovalev, constató un fotógrafo
poco antes de la partida del convoy.
Kovalev se propuso acompañar al comando para servir de "escudo
humano" y explicó a un periodista que tenía "fuertes sospechas de
que los rusos intentaran interceptar a los secuestradores durante
su viaje".
Chernomyrdin, que juega una partida difícil en este conflicto,
negoció día y noche por teléfono y con una obstinación notable
con Bassaiev, advirtiendo que las garantías de seguridad para el
comando sólo valdrían hasta la llegada a destino. Después "no se
tendrá ninguna piedad" declaró el primer ministro ruso, citado
por la agencia Interfax.
Sin embargo, la mayoría de los rusos podría considerar las
concesiones del gobierno al comando checheno como debilidades
imperdonables.
"Me doy perfectamente cuenta del peligro de mi trayecto a Vedeno,
pero no me aferro tanto a la vida en comparación con la lucha por
la libertad de mi pueblo", afirmó Bassaiev en una entrevista
concedida a la AFP.
A la espera de la liberación de los rehenes, una comisión
ministerial rusa se reunió el lunes en Grozny (capital de
Chechenia) con un allegado del presidente checheno Yojar Dudaiev,
pero las negociaciones fueron suspendidas en la tarde.
LOS DOS BANDOS FORZADOS AL DIALOGO
Grozni. Chechenia. Rusia. Las negociaciones ruso-chechenas, uno
de los puntos principales de las demandas del comando que el
pasado miércoles ocupó el hospital de la ciudad sureña de
Budennovsk con centenares de rehenes, han comenzado hoy, lunes,
en la capital chechén, Grozni.
Las negociaciones para poner fin a la guerra en Chechenia
comenzaron a las 09,46 locales (05,46 gmt) en la sede de la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE),
que interviene en calidad de mediadora.
Sin embargo, la primera reunión no dio por el momento resultados
debido a que la parte rusa exigió que primero sean puestos en
libertad los rehenes en Budiónovsk, mientras que los
representantes chechenes, que desde el primer día se
desvincularon de la acción terrorista, rechazaron semejante
condición.
La delegación chechén, que sin impedimento alguno llegó esta
mañana a Grozni, está encabezada por el Fiscal General de la
república rebelde, Usmán Imáyev, e integrada, además, por el jefe
del Estado Mayor, Aslán Masjádov, y por el jefe del Departamento
de Seguridad, Sultán Guelisjánov.
Imáyev anunció que en las próximas horas se pondrá en contacto
telefónico con el primer ministro ruso, Victor Chernomirdin.
La delegación rusa, que llegó a Grozni anoche, la encabeza el
viceministro de Nacionalidades, Viacheslav Mijáilov.
La tarea inmediata de las partes parece ser la creación de una
franja de separación de las tropas rusas y las fuerzas chechenes,
tal y como -por insistencia del comando chechén- establece la
declaración del Gobierno ruso que refrenda los compromisos de
Moscú a cambio de la liberación de los rehenes en Budiónovsk.
Otra condición, el cese de todas las operaciones militares y
bombardeos por parte de las tropas rusas, entró en vigor ayer a
las 16,00 gmt.
Sin embargo, durante esta madrugada siguieron produciéndose
enfrentamientos en distintos puntos de esta república
norcaucásica.
Varios guardaespaldas de la delegación chechén dijeron a EFE que
durante esta madrugada, pese a que Rusia anunció el alto el fuego
a partir de las 16,00 gmt de ayer, sus posiciones fueron
ametralladas por las tropas rusas.
Los ataques se produjeron en la zona del poblado de Shatói, cuya
captura Moscú anunció hace dos semanas pero que, según las
fuentes, nuevamente está en manos de los destacamentos chechenes.
La parte rusa también denunció que durante la madrugada pasada se
produjo al menos un ataque guerrillero contra las posiciones
rusas.
Cuatro guardafronteras rusos murieron y otros seis resultaron
heridos en un ataque de la guerrilla chechén contra su base,
situada en la frontera de Chechenia y Daguestán.
Tras más de cuatro horas de combate los guerrilleros se
retiraron.
Los observadores opinan que el inicio de las negociaciones no
sólo está relacionado con el ataque del comando de Shamil Basáyev
en Budiónovsk, que sin duda alguna aceleró su comienzo.
Las aseveraciones del mando ruso de que, tras su ofensiva que
comenzó hace un mes en el montañoso sur de Chechenia, las fuerzas
chechenes habían sido derrotadas y dispersadas en "grupos
insignificantes" de los que se ocuparía la policía, fueron
desmentidas por la realidad.
Horas antes de que el ataque de Basáyev pillase por sorpresa a
toda Rusia, en la madrugada del miércoles, dos columnas chechenes
de un total de 800 o hasta 1.000 hombres atacaron Grozni
simultáneamente, desde sureste y sur, demostrando que las fuerzas
rebeldes no han perdido su capacidad de desarrollar operaciones
de gran envergadura y que incluso son capaces de trasladarlas a
la profunda retaguardia de las tropas rusas.
Además, el objetivo proclamado por Basáyev, que en su primera
conferencia de prensa dijo que "lamentablemente, el traslado de
la guerra a territorio ruso es la única forma de conseguir que la
población de Rusia se pronuncie en contra de su continuación",
surtió efecto y, desde políticos hasta parientes de los rehenes y
los mismos rehenes liberados, empezaron a exigir que se ponga fin
a "medio año de carnicería".
Por último, el presidente ruso, Borís Yeltsin, que confiaba
aprovechar la tragedia de Budiónovsk para convencer a los líderes
de los siete países más industrializados del mundo (G-7) que la
sangrienta intervención del Kremlin en Chechenia fue "la única
actuación posible" y de que "esas bestias inhumanas no merecen
otra cosa", no consiguió en Halifax (Canadá) lo que quería.
Los siete líderes expresaron sus condolencias por la tragedia,
pero también le recordaron que "del círculo de la violencia sólo
se puede salir por vía pacífica".
Como resultado, según declaró hoy el jefe de la administración
presidencial, Serguéi Filátov, "todos los máximos dirigentes (de
Rusia) están en igual medida preocupados por la misma cuestión:
cómo resolver el problema chechén". (AFP) (12A)
liberados este lunes luego de permanecer cinco días en el
hospital de Budennovsk (sur de Rusia) en manos de un comando
checheno que partió a las 12H02 GMT de este lunes con siete
autobuses y 150 rehenes voluntarios para proteger su huída, y que
a última hora de la tarde había cruzado la frontera
administrativa de Chechenia.
Al mismo tiempo en Moscú, fuentes parlamentarias indicaron que
numerosos diputados de la cámara Baja (Duma, parlamento ruso),
declararon estar preparados para votar el miércoles una moción de
desconfianza hacia el gobierno, acusado de haber sido "incapaz de
garantizar la seguridad de los ciudadanos" en la toma de rehenes
de Budennovsk.
Budennovsk, ciudad de 100.000 habitantes en la región de
Stavropol, que el pasado miércoles se sumergió en el horror,
vivió en la tarde de este lunes escenas de alegría y de dolor
tras la liberación de 764 rehenes -según primer conteo oficial de
la administración local- por parte del comando checheno liderado
por Shamyl Bassaiev.
Esta operación causó 150 muertos, de los cuales 30 perecieron en
sábado durante los dos intentos de las fuerzas rusas para tomar
el control del hospital.
Este lunes un convoy integrado por siete autobuses, un camión
refrigerado con los cuerpos de 16 combatientes chechenos, y seis
vehículos de escolta de la policía rusa, abandonaron esta ciudad
al sur de Rusia con destino a Vedeno, bastión de Bassaiev, 300 km
al sur.
A bordo de los autobuses viajaban 143 miembros del comando, entre
ellos 16 heridos -según las cifras de Bassaiev- y 150 rehenes
voluntarios, conforme a los acuerdos alcanzados entre el líder
del comando checheno y el primer ministro ruso, Viktor
Chernomyrdin. La composición de los autobuses fue exigida por el
jefe del comando, inquieto por la trampa que podrían tenderle las
autoridades rusas.
Entre los rehenes figuran 13 periodistas rusos -que poco antes
firmaron una declaración en la que admitían partir a cuenta
propia- seis diputados, una decena de concejales y varios
oficiales del ministerio ruso del Interior.
En uno de los autobuses se encontraba el consejero presidencial
para los Derechos Humanos, Serguei Kovalev, constató un fotógrafo
poco antes de la partida del convoy.
Kovalev se propuso acompañar al comando para servir de "escudo
humano" y explicó a un periodista que tenía "fuertes sospechas de
que los rusos intentaran interceptar a los secuestradores durante
su viaje".
Chernomyrdin, que juega una partida difícil en este conflicto,
negoció día y noche por teléfono y con una obstinación notable
con Bassaiev, advirtiendo que las garantías de seguridad para el
comando sólo valdrían hasta la llegada a destino. Después "no se
tendrá ninguna piedad" declaró el primer ministro ruso, citado
por la agencia Interfax.
Sin embargo, la mayoría de los rusos podría considerar las
concesiones del gobierno al comando checheno como debilidades
imperdonables.
"Me doy perfectamente cuenta del peligro de mi trayecto a Vedeno,
pero no me aferro tanto a la vida en comparación con la lucha por
la libertad de mi pueblo", afirmó Bassaiev en una entrevista
concedida a la AFP.
A la espera de la liberación de los rehenes, una comisión
ministerial rusa se reunió el lunes en Grozny (capital de
Chechenia) con un allegado del presidente checheno Yojar Dudaiev,
pero las negociaciones fueron suspendidas en la tarde.
LOS DOS BANDOS FORZADOS AL DIALOGO
Grozni. Chechenia. Rusia. Las negociaciones ruso-chechenas, uno
de los puntos principales de las demandas del comando que el
pasado miércoles ocupó el hospital de la ciudad sureña de
Budennovsk con centenares de rehenes, han comenzado hoy, lunes,
en la capital chechén, Grozni.
Las negociaciones para poner fin a la guerra en Chechenia
comenzaron a las 09,46 locales (05,46 gmt) en la sede de la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE),
que interviene en calidad de mediadora.
Sin embargo, la primera reunión no dio por el momento resultados
debido a que la parte rusa exigió que primero sean puestos en
libertad los rehenes en Budiónovsk, mientras que los
representantes chechenes, que desde el primer día se
desvincularon de la acción terrorista, rechazaron semejante
condición.
La delegación chechén, que sin impedimento alguno llegó esta
mañana a Grozni, está encabezada por el Fiscal General de la
república rebelde, Usmán Imáyev, e integrada, además, por el jefe
del Estado Mayor, Aslán Masjádov, y por el jefe del Departamento
de Seguridad, Sultán Guelisjánov.
Imáyev anunció que en las próximas horas se pondrá en contacto
telefónico con el primer ministro ruso, Victor Chernomirdin.
La delegación rusa, que llegó a Grozni anoche, la encabeza el
viceministro de Nacionalidades, Viacheslav Mijáilov.
La tarea inmediata de las partes parece ser la creación de una
franja de separación de las tropas rusas y las fuerzas chechenes,
tal y como -por insistencia del comando chechén- establece la
declaración del Gobierno ruso que refrenda los compromisos de
Moscú a cambio de la liberación de los rehenes en Budiónovsk.
Otra condición, el cese de todas las operaciones militares y
bombardeos por parte de las tropas rusas, entró en vigor ayer a
las 16,00 gmt.
Sin embargo, durante esta madrugada siguieron produciéndose
enfrentamientos en distintos puntos de esta república
norcaucásica.
Varios guardaespaldas de la delegación chechén dijeron a EFE que
durante esta madrugada, pese a que Rusia anunció el alto el fuego
a partir de las 16,00 gmt de ayer, sus posiciones fueron
ametralladas por las tropas rusas.
Los ataques se produjeron en la zona del poblado de Shatói, cuya
captura Moscú anunció hace dos semanas pero que, según las
fuentes, nuevamente está en manos de los destacamentos chechenes.
La parte rusa también denunció que durante la madrugada pasada se
produjo al menos un ataque guerrillero contra las posiciones
rusas.
Cuatro guardafronteras rusos murieron y otros seis resultaron
heridos en un ataque de la guerrilla chechén contra su base,
situada en la frontera de Chechenia y Daguestán.
Tras más de cuatro horas de combate los guerrilleros se
retiraron.
Los observadores opinan que el inicio de las negociaciones no
sólo está relacionado con el ataque del comando de Shamil Basáyev
en Budiónovsk, que sin duda alguna aceleró su comienzo.
Las aseveraciones del mando ruso de que, tras su ofensiva que
comenzó hace un mes en el montañoso sur de Chechenia, las fuerzas
chechenes habían sido derrotadas y dispersadas en "grupos
insignificantes" de los que se ocuparía la policía, fueron
desmentidas por la realidad.
Horas antes de que el ataque de Basáyev pillase por sorpresa a
toda Rusia, en la madrugada del miércoles, dos columnas chechenes
de un total de 800 o hasta 1.000 hombres atacaron Grozni
simultáneamente, desde sureste y sur, demostrando que las fuerzas
rebeldes no han perdido su capacidad de desarrollar operaciones
de gran envergadura y que incluso son capaces de trasladarlas a
la profunda retaguardia de las tropas rusas.
Además, el objetivo proclamado por Basáyev, que en su primera
conferencia de prensa dijo que "lamentablemente, el traslado de
la guerra a territorio ruso es la única forma de conseguir que la
población de Rusia se pronuncie en contra de su continuación",
surtió efecto y, desde políticos hasta parientes de los rehenes y
los mismos rehenes liberados, empezaron a exigir que se ponga fin
a "medio año de carnicería".
Por último, el presidente ruso, Borís Yeltsin, que confiaba
aprovechar la tragedia de Budiónovsk para convencer a los líderes
de los siete países más industrializados del mundo (G-7) que la
sangrienta intervención del Kremlin en Chechenia fue "la única
actuación posible" y de que "esas bestias inhumanas no merecen
otra cosa", no consiguió en Halifax (Canadá) lo que quería.
Los siete líderes expresaron sus condolencias por la tragedia,
pero también le recordaron que "del círculo de la violencia sólo
se puede salir por vía pacífica".
Como resultado, según declaró hoy el jefe de la administración
presidencial, Serguéi Filátov, "todos los máximos dirigentes (de
Rusia) están en igual medida preocupados por la misma cuestión:
cómo resolver el problema chechén". (AFP) (12A)
Más en el