Guayaquil. 18 ago 98. Ecuador se enfrenta a una encrucijada
¿Qué tipo de polÃticas aplicar para lograr el ansiado
crecimiento y desarrollo socioeconómico sostenido que con el
transcurso del tiempo mejore el bienestar de la población?
¿gradualismo o shock?
El dilema a despejar surge porque en esta ocasión la situación
es diferente a las que se han presentado en anteriores cambios
de gobierno y porque los caminos seguidos hasta ahora no
condujeron a la meta señalada.
Desde que se reinstauró la democracia en 1979, la ejecución de
correctivos para sanear las finanzas públicas y estabilizar la
economÃa a pocas semanas de la transmisión de mando
presidencial, se convirtieron en costumbre. Pero la falta de
una red de apoyo social para paliar sus efectos en las clases
de menores ingresos asà como inconclusas reformas
estructurales que impideron conservar en el tiempo los efectos
de la estabilización, hacen criticable y temibles su
repetición.
Esos motivos sumados a los perniciosos efectos del fenómeno El
Niño principalmente en las provincias de la Costa, y el
reciente terremoto que semidestruyó BahÃa de Caráquez, han
sensibilizado el ánimo de las nuevas autoridades
gubernamentales y de quienes observan la situación. Tal
circunstancia hace dubitar sobre el sendero a seguir.
Si bien el drama debe tomarse en cuenta no deberÃa convertirse
en un velo que distorsione la realidad en cifras dejada por la
administración de Fabián Alarcón Rivera, de acuerdo a los
especialistas.
Un déficit fiscal que bordea el 7% del Producto Interno Bruto,
PIB,( alrededor de 1500 millones de dólares), que origina una
serie de distorsiones en la inflación, tasas de interés y tipo
de cambio, constituyen la otra cara de la moneda a tomarse en
cuenta.
Más aún el déficit de la la balanza de pagos es un sÃntoma
preocupante y podrÃa superar el 10% del PIB, algo asà como
2.400 millones de dólares, de acuerdo a las previsiones del ex
Ministro de Finazas, Jorge Gallardo.
El deterioro del precio internacional del petróleo, del que
dependen el 50% de los ingresos del Presupuesto General del
Estado, es una espada de Damocles que pende sobre la cabeza de
la nueva administración gubernamental.
A ello se suma el negativo saldo de la balanza comercial
(exportaciones versus importaciones), que para unos bordearÃa
los 300 millones de dólares.
En el campo social un creciente desempleo, que bordea el 17%
de la Población Económicamente Activa (PEA) y el deterioro del
poder adquisitivo de los salarios, son otras inquietudes a
tomar en cuenta.
La preocupación radica en que si no se corrigen las
distorsiones ahora, se corre el riesgo que la situación a
corto plazo se torne inmanejable. Además tales desequilibrios
repercuten en forma negativa en el sector real de la economÃa,
que enfrenta desde 1995 un proceso recesivo.
Para Gallardo, el gradualismo en situaciones de esta
naturaleza no funcionan y si no se restituye la confianza en
forma inmediata no habrá los flujos de capital que requiere el
paÃs para cubir el déficit de la cuenta corriente.
De igual manera piensa que si no se corrige la apreciación del
sucre, las expectativas de devaluación de los agentes
económicos no permitirán estabilizar la economÃa en el corto
plazo.
"La economÃa no perdona por lo que tarde o temprano hay que
tomar las medidas correctivas, y es mejor hacerlo al inicio y
no al final cuando la situación puede irse de las manos",
enfatizo.
Es más dijo que si se requiere quimioterapia, hay que
aplicarla porque recetar una aspirina no resuelve nada.
En ese sentido, consideró como un atajo al endeudamiento, pero
que no ssurtirá el efecto esperado con la urgencia que se
requiere.
Pero la postura de Gallardo Zavala no es compartida por
representantes del sector real de la economÃa, quienes aducen
que las drásticas medidas implantadas en ocasiones anteriores
lo único que han conseguido es empobrecer a la población.
Plan global de largo plazo
"Ni shock ni gradualismo", fue la respuesta que dio JoaquÃn
Zevallos Macchiavello, Presidente de la Cámara de Comercio de
Guayaquil, respecto al grado de dureza en las medidas que
tendrÃan que ejecutarse para subsanar los desequilibrios
macroeconómicos.
Lo que se requiere, precisó el empresario, es un plan
económico coherente a mediano y largo plazo que contenga una
estrategia global para mejorar la productividad y
competitividad de Ecuador. Solo asÃ, dijo, el paÃs podrá
enfrentar la globalización de los mercados.
"¿Cómo puede ser una industria competitiva cuando debe pagar
la luz más cara respecto a los paÃses con los que tiene que
enfrentarse en los mercados, y no cuenta con caminos,
infraestructura portuaria ni telecomunicaciones adecuadas?",
preguntó como forma de reseñar la situación actual.
En ese sentido indicó que tasas de interés adecuadas y lÃneas
de crédito de largo plazo son necesarias para desarrollar las
actividades productivas. Para Zevallos, la canalización de los
recursos del IESS al sistema financiero privado contribuirá en
el último propósito.
En ese plan el aspecto social no debe quedar olvidado. Una
reforma educativa, y el fortalecimiento de programas de salud
y empleo, son indispensables, mencionó.
Por esos mismos motivos, piensa que programas de shock no
serÃan adecuados para los ecuatorianos en estas
circunstancias. "El desempleo y la pobreza se agravarÃan con
polÃticas de esa naturaleza", remarcó.
Como consecuencia infirió que el gradualismo es más
contemplativo con las clases más necesitadas.
Mientras no se reactive el aparato productivo ni exista la
confianza requerida por los agentes económicos para invertir,
no servirá de nada ni el shock ni el gradualismo, según él.
Zevallos considera básico el tema de la confianza, "la que se
gana con hechos y no palabras".
Para el efecto, desde su punto de vista, continuar el proceso
de modernización del Estado es fundamental ya que con ese tipo
de acciones se emanan mensajes positivos a los mercados
foráneos.
En ese ámbito, mencionó que tiene que limitarse las
indemnizaciones para quienes sean retirados de las
instituciones y congelar los contratos colectivos del sector
público.
Se requiere también que el nuevo régimen esboce de manera
clara las estrategias adecuadas para lograr el equilibrio,
especialmente cerrar el desface fiscal.
Al margen de las herramientas que se apliquen en la etapa de
estabilización, no deberÃa cometerse el error de obviar
nuevamente los cambios de Ãndole estructural que han quedado
sin resolver.
En ese rubro, la expericia de otros paÃses de América Latina,
apuntan a la reducción del tamaño del Estado y su consecuente
modernización como dos de los puntos principales de las
estrategias de desarrollo seguidas por los diferentes paÃses
de América Latina.
En el caso de Ecuador, los cambios en los sectores de las
telecomunicaciones, hidrocarburos y electrificación, constan
en la agenda pendiente.
La flexibilización laboral y la reforma educativa, son otros
de los aspectos a tomar en cuenta.
Urgen reformas estructurales
Moisés Tackle Galárraga, ex Secretario General de
Planificación del Consejo Nacional de Desarrollo, Conade, está
conciente que en lo coyuntural se necesita de un plan de
estabilización, pero sostiene que de forma paralela tiene que
iniciarse una reforma estructural concertada y de largo plazo.
De nada servirán programas de estabilización, especificó, sino
se acometen reformas de fondo para el paÃs.
Bajo esa premisa sostuvo que los denominados ajustes, mejoran
temporalmente los principales indicadores macroeconómicos,
pero si no se adicionan disposiciones de Ãndole estructural,
el paÃs seguirá pobre, no crecerá y no se reducirá la
inflación a niveles tolerables de máximo el 15%.
En definitiva se mostró partidario del gradualismo. "En los
actuales momentos hay muy poco ambiente para un incremeto de
los impuestos", dijo al tiempo de anotar que lo grave del
asunto es que los gravámenes afectan a la clase media que es
el dÃnamo de la economÃa.
Por tales motivos tampoco es partidario de la eliminación de
los subsidios a las tarifas eléctiricas ni a la telefonÃa. En
cambio favorece la focalización de la ayuda para adquirir los
cilindros de gas de uso doméstico.
Desde su óptica, a corto plazo hay tres caminos a seguir:
reducir drásticamente el gasto público, renegociar los plazos
de vencimiento de la la deuda externa y reconstruir las
provincias devastadas por el fenómeno El Niño.
Sobre el primer caso dijo que "es fácil decirlo y difÃcil
hacerlo", porque los ingresos se destinan a gasto corriente,
vinculado principalmente con el pago de sueldos al sector
público. Por ende, dedujo que para lograr ese objetivo lo
ideal es disminuir la burocracia, lo que en la práctica es
complejo. "Mientras unos salen ingresan otros, como en el caso
de Petroecuador", detalló.
Los supuestos que debÃan cumplirse para que el impacto del
servicio de la deuda externa disminuya en el tiempo, esto es
un crecimiento del 5%, no se han dado, señaló respecto a la
segunda cuestión.
Por tal motivo urge renegociar los plazos de vencimiento de la
deuda, lo que de ninguna manera significa que se continúe con
su servicio, aclaró.
En el tema de la reconstrucción, el debate se centra en cómo
financiar el gasto público imprevisto. Un mayor endeudamiento
o elevar los impuestos para aumentar los ingresos del Estado,
son las dos alternativas que se presentan.
Tackle sostiene que en principio ninguna de ellas es
bienvenida, pero considera que "el camino menos malo" es el
endeudamiento a pesar que sabe que se compromete el futuro de
las generaciones venideras.
Para contrarrestar ese impacto es que se requieren las
polÃticas de largo plazo y las reformas estructurales, caso
contrario los problemas tenderán a agravarse.
Coincide con la apreciación de Zevallos en el sentido que
disminuir el gasto público es indispensable.
De manera paralela piensa que controlar las recaudaciones
tributarias, resolver la ampliación del oleoducto son otros
mecanismos apropiados.
Tamariz: Lento, pero no tanto
Una visión del sector productivo la ofrece, José Tamariz
Crespo, Vicepresidente de la Federación Ecuatoriana de
Exportadores, Fedexpor, para quien las polÃticas de shock son
traumáticas sino son administradas con el cuidado necesario.
Su inclinación por lo tanto está en las polÃticas graduales.
"Aunque con ellas la estabilización tome más tiempo, sà es
posible lograrlo", manifestó.
Los ajustes, acotó el exportador, tendrÃan que ser "lentos
pero no tanto" para que en un lapso relativamente corto surtan
el efecto requerido.
Tamariz utilizó como argumento un concepto médico para
defender su apreciación. Cuando una persona enferma acude al
doctor a destiempo, expresó, sus dolencias se han agravado, lo
que no significa que este le recete que tome todos los
medicamentos de un solo golpe. Serán dosis más fuertes, pero
suministradas en un proceso gradual, indicó.
Al comparar esa situación con la economÃa ecuatoriana, indicó
que la estabilización debe hacerse de manera gradual, pero con
un norte claramente definido que establezca hacia dónde se
conduce a Ecuador.
Conviene en todo caso, precisó, efectuar un análisis crÃtico
de lo hecho hasta ahora para que se llegue al convencimiento
de que la mayorÃa de los correctivos han estado equivocados.
En consecuencia, agregó, habrá que cambiar la medicación
porque lo aplicado hasta ahora ha provocado el deterioro de la
economÃa y un mayor empobrecimiento de la población.
En todo caso, los objetivos a perseguirse, dijo, son la
reactivación económica, el aumento de la productividad y el
fortalecimiento de la diversificación de los bienes destinados
al comercio internacional, porque tienen un efecto directo en
la generación de empleo.
Revisar el programa financiero que tiene el paÃs, es otra meta
a tomar en cuenta porque es imposible estimular la producción
o hacer actividad productiva con los costos existentes al
momento. "Quienes operan con altas tasas de interés asumen un
alto riesgo e incluso tornan vulnerable al sistema
financiero", sentenció.
Reducir el gasto público y reducir el tamaño del estado son
dos de sus propuestas que marca una coincidencia con las
anteriores opiniones. (Texto tomado de El Universo)