Guayaquil. 12 ago 98. Galápagos fue la única región que no
sintió los temblores el día de ayer. Pero en Manabí, dos
sismos, igual número de réplicas -entre las 15h05 y 15h15-,
hicieron que la población entrara en pánico.

El primer sismo se produjo a las 12h35 con una intensidad 5,7
en la escala de Richter. A las 13h59 se produjo un segundo
temblor. Fue de 7,1 en la escala de Richter y se registró a
37,1 kilómetros de profundidad. El epicentro fue localizado,
según un informe del Instituto Geofísico de la Escuela
Politécnica Nacional, a 10 kilómetros al norte de Bahía de
Caráquez; 50 kilómetros al oeste de Chone; y 55 kilómetros al
norte de Portoviejo.

Los habitantes de Manta y Bahía evacuaron sus casas sacando
solamente los colchones por el rumor de que se produciría un
tsunami (maremoto).

La provincia quedó virtualmente incomunicada. Mientras tanto
en poblaciones como Machalilla, Bahía de Caráquez, Manta, San
Jacinto y San Vicente no contaban con energía eléctrica ni
teléfonos.

Pese a la fuerza con que se sintieron los dos temblores ayer
en Guayaquil, causaron más sustos que daños en este ciudad.
Según el reporte de la Defensa Civil una parte de la pared de
una casa de construcción mixta cayó sobre un local comercial
en las calles Chile 1610 y Febres Cordero.

El local, un restaurante, quedó totalmente destruido, aunque
no hubo víctimas y causó pánico entre las 8 personas que al
momento estaban almorzando. William Arévalo, dueño del local,
y sin alcanzar a reponerse del susto dijo que ventajosamente
las personas salieron corriendo a tiempo, lo que evitó que se
produjeran pérdidas humanas, aunque las daños superarían los
20 millones de sucres.

Fue el único reporte de los efectos de los sismos en
Guayaquil. Sin embargo, desde las 15h00, a la central de la
Defensa Civil comenzaron a llegar los informes de otros
cantones y provincias.

Las noticias más dramáticas vinieron desde Manabí. El local
del Cuerpo de Bomberos de Bahía se derrumbó. Igual pasó con 40
casas especialmente en la calle Bolívar, en la que se
partieron las veredas. El edificio Cabo Coral también está
totalmente cuarteado. Un balance preliminar igualmente
menciona que el edificio del Banco del Pacífico está
cuarteado, el sistema de agua potable fue suspendido, los
servicios eléctrico y telefónico resultaron averiados por la
caída de repetidoras y postes de energía.

La gente ha evacuado a zonas abiertas, en especial a los
parques: Indio Cara, Manuel Nevares y el Malecón. Y muchas
personas heridas trataban de llegar al hospital local ubicado
en Leonidas Plaza, al ingreso de Bahía. En la ciudadela Jorge
Loma, construida a partir de los derrumbes de El Niño, no hubo
novedades pese a lo frágil de sus construcciones. Las casas
que se cayeron en el centro son las más viejas. También se
cuarteó una de las paredes laterales en uno de los grandes
edificios del Malecón.

Radio Sucre informó que las lomas del sector, especialmente
desde donde saltan los parapentes y alas deltas, se
cuartearon.

La mayor tragedia habría ocurrido en Chone. Aunque las
autoridades no lo confirmaron, una fuente radial informó que
un bus de la cooperativa Chonera, con 36 personas en su
interior, habría sido sepultado por el derrumbe de un cerro.

Al hospital de Portoviejo ingresaron heridos, contusos o con
crisis nerviosa. Y la gente estuvo la tarde fuera de sus
casas, en parques y explanadas. En Manta la población estaba
alarmada y aterrorizada. En el barrio residencial Altamira, en
las afueras de Manta, la gente permanecía en las calles. Se
reportan dos casas caídas en la zona de Tarqui.

Los balnearios de Bahía y Canoa son los que más daños
materiales han reportado por los sismos. En Canoa, al norte de
Bahía, 60 casas -la mayoría de caña guadua-se desplomaron. El
percance produjo una cifra aún no precisada de víctimas.

Ayer el Gobierno decretó la alerta amarilla en la Costa y
Pichincha, mientras las réplicas sísmicas no cesaban en el
Litoral.

UN BALANCE DE LOS DAÑOS

Bahía sin luz, agua y teléfonos * Conforme una evaluación
preliminar de la Cruz Roja y la Defensa Civil, los dos
movimientos telúricos echaron abajo los postes eléctricos y el
sistema telefónico colapsó. También el Hospital de Bahía se
vino abajo.

Casas destruidas en Manta * Además de las viviendas destruidas
en la zona de Tarqui, varios ventanales de edificios del
puerto fueron destrozados. Otros efectos de los dos sismos
fueron: tres personas con traumas, el pánico entre los
moradores, los postes de luz arrancados, el fluido eléctrico y
el servicio telefónico afectados .

Deslaves en Montecristi * Los sismos provocaron deslizamientos
de tierra de poca intensidad en Montecristi. Allí, además, se
produjo con anterioridad el hundimiento de los cerros.

Temor en Quito * Aparte de la preocupación de los ciudadanos,
algunos edificios de la avenida González Suárez presentan
agrietamientos en su estructura. Algunas personas optaron por
una evacuación momentánea a los parques La Carolina, Alameda y
El Ejido.

Tres heridos en Portoviejo * Los tres afectados presentan
contusiones leves en la cabeza. Igualmente hubo pánico entre
los moradores, que prefirieron buscar mayor seguridad en
sitios abiertos.

Montecristi: el riesgo aumenta por las grietas
La tierra sigue agrietándose en Montecristi. Las laderas de la
parte izquierda, donde se halla ubicado el barrio Kennedy,
presentan zanjas de hasta metro y medio de ancho, que
diariamente se abren a razón de entre 10 y 15 centímetros.

Los habitantes de la zona de desastre, que sobrepasan los
25.000 especialmente en la parte baja, no quieren evacuar.
Ello no sucedió con las 73 familias de la parte alta, que
salieron hace un mes y medio.

El área afectada comprende cinco Has. Las casas, en su mayoría
de construcción mixta, fueron edificadas en forma de escalera
para aprovechar la topografía del terreno. Ahora presentan
rajaduras en el piso y las paredes. Allí es imposible vivir.

La abundancia de agua provocó que el manto freático,
tradicionalmente el más rico de todo el cantón, en la
actualidad se halla completamente lleno. El líquido sale en
forma de cascadas, ojos de agua y vertientes que, sin perdonar
nada, brota en los patios de viviendas de gente humilde y de
la clase media. La calle Chimborazo, al pie de la escalinata,
tiene la apariencia de un amasijo de hierro retorcido.

Más abajo, a un kilómetro de distancia antes de llegar a la
vía Montecristi-Portoviejo, el barrio San José también está
amenazado por el fenómeno natural. Pero más de 100 familias se
resisten a salir. La excusa es la misma de siempre: no tienen
adónde ir.

Los temblores sucesivos agravaron la situación. Y los dos de
ayer causaron la caída de tres viviendas laderas abajo y el
colapso de otras 80 de la parte alta que, por fortuna, estaban
deshabitadas .

La administración municipal, preocupada por los
agrietamientos, invitó a técnicos de la Espol, quienes
arribaron a la zona y monitorearon las grietas y las
edificaciones afectadas. Entre otras, éstas fueron sus
recomendaciones: el monitoreo diario y la medición de los
boquetes, el taponamiento de éstos con arcilla para evitar la
entrada de agua, pues las lluvias y lloviznas continúan en la
zona. También sugirieron la realización de drenajes en la
corona del deslizamiento, que se ubica en una planicie en la
parte alta de la ladera izquierda del cerro. También es
prioritaria la limpieza del cauce de la quebrada de El
Riecito, al costado derecho del deslizamiento y el canal de
coronación del lado izquierdo.

Rosendo Delgado, tejedor de sombreros de paja toquilla, dice
que todos en Montecristi conocen que están en constante
peligro, pero las autoridades no hacen nada por solucionar en
parte este problema. Delgado anteriormente ya salió del sitio,
"pero ya como vi que había calmado volví, pero otra vez tengo
que salir porque, según unos geólogos, el agua que está debajo
de la superficie empuja la tierra.

Al igual que la gran mayoría de los moradores de San José, el
tejedor de sombreros confiesa que no tiene un sitio para
mudarse. Además, no dispone de los recursos económicos
suficientes como para afrontar otro cambio forzoso de
domicilio.

Testimonios de la tragedia

Manta: daños en el diario Metropolitano

EL TECHO SE DESPLOMO Y DESTRUYO EQUIPOS

Las instalaciones del diario Metropolitano de Manta fueron
semidestruidas por los dos temblores de tierra de la tarde de
ayer. Así lo dijo el editor jefe, Orlando Gómez, quien precisó
que otras instalaciones quedaron inutilizadas. El matutino
había programado lanzar su primera edición de 7.000 ejemplares
el próximo lunes con motivo de la inauguración del Gobierno de
Jamil Mahuad.

El techo del décimo piso donde funcionaba la redacción se vino
abajo y destruyó los escritorios, equipos de vídeo y varios
computadores. Los periodistas no resultaron heridos puesto que
cuando se registraron ambos sismos, el lugar estaba vacío y el
personal había salido a tomar el almuerzo.

El pánico se instaló en las oficinas y calles

PEDRO ANDRADE, MORADOR DEL SUR DE MANTA

El movimiento fue bastante fuerte y prolongado. Y en los 35
años que habito en este puerto nunca viví situación similar,
pues no existió un movimiento sísmico de tanta magnitud, dijo
Pedro Andrade, un residente de la parta sur de Manta. En
general en los edificios altos como estos de la zona de la
playa El Murciélago se sintió el movimiento muy fuerte y hubo
un pánico moderado, pues la mayoría de los residentes en las
torres de departamentos se hallaban en sus trabajos a la hora
de los dos movimiento. El pánico, en cambio sí se sintió en
los puestos de trabajo. "Quienes estuvimos allí nos asistimos
mutuamente y una parte de los trabajadores y vecinos salieron
en estampida hacia las calles. Lo primero que yo hice es
observar el mar pero la marea estaba baja y lo que más nos
preocupo fue el sonoro ruido de la estructura de los edificios
vecinos". (Texto tomado de El Comercio)

EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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