Quito. 9 mar 98. Emigraron a los Estados Unidos en busca de
oportunidades y consiguieron el éxito a base de trabajo y una
buena dosis de sacrificio. Ellos son algunos de los
ecuatorianos que lograron el sueño americano...

Por Carlos García

Seguramente me dirán aquel refrán: médico, cúrate a ti mismo y
haz aquí en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos
oído haz hecho en Cafarnaúm", les dijo Jesús a quienes,
admirados de su sabiduría se habían reunido en la sinagoga a
escuchar su palabra. "Yo les aseguro que nadie es profeta en
su tierra", añadió, dejando sentado casi dos mil años atrás,
una verdad que parece ser el caso de un grupo de ecuatorianos
que a base de enormes sacrificios lograron alcanzar aquello
con que la mayoría de inmigrantes sueña al llegar a los
Estados Unidos: el sueño americano. Y no solo eso, han
conseguido ser reconocidos como pilares y ejemplos positivos
de las comunidades en las que residen.

Pese a que no hay cifras oficiales al respecto, se calcula que
en territorio estadounidense residen actualmente cerca de un
millón de ecuatorianos, siendo Nueva York la ciudad que
alberga a la mitad de éstos...

En medio de toda esa inmensidad existen historias de
superación, que hablan de un posible primer general
ecuatoriano en la Fuerza Aérea norteamericana, de un ingenioso
propulsor de una industria de colchones y de un proveedor de
comidas rápidas que llegó a abastecer de alimentos a las
tropas norteamericanas durante la guerra del Golfo Pérsico,
entre otras muchas historias dignas de ser contadas.

Ideas de exportación

Napoleón Barragán, empresario oriundo de Bilován, provincia de
Bolívar, es el dueño de Dial-A-Mattres, un próspero y original
negocio de colchones que actualmente tiene un volumen de venta
anual de 75 millones de dólares, incluyendo 20 millones en
franquicias y ventas hechas por distribuidores. El negocio
consta de 300 empleados, una red nacional de distribuidores y
franquicias, y está considerada entre las empresas líderes en
venta de colchones cuyos dueños son hispanos.

Todo comenzó cuando a su llegada a los Estados Unidos en 1969,
luego de trabajar en fábricas de plásticos, alfombras y
zapatos; y su esposa como demostradora de productos Avon,
pudieron ahorrar lo suficiente, abrieron una tienda de muebles
en el condado de Queens en Nueva York.

La vida transcurría normalmente para esta pareja, hasta que un
día, Napoleón vio en el periódico algo que le atrajo la
atención: era un anuncio de "Dial-A-Steak", un negocio de
comidas al que se le podía hacer pedidos por teléfono las 24
horas al día durante los siete días de la semana. De allí
concibió la idea de que podría vender colchones, ofreciendo un
servicio rápido y completa garantía al consumidor a través del
teléfono.

Consiguió dos líneas 800 -gratis para quien realiza la
llamada- y la aceptación fue tal, que pronto se vio en la
necesidad de solicitar más números telefónicos, y ampliar su
local comercial para almacenar miles de colchones de todas las
marcas, cuya entrega se efectuaba a cualquier hora y a
cualquier lugar de la ciudad.

Así nació Dial-A-Mattres, cuyo éxito se extendió a casi todos
los estados de los Estados Unidos y a algunos países de
Europa, teniendo planes de instalar sucursales en Centro y
Sudamérica. Lo interesante del negocio de Barragán -además de
su sistema que parece ser la clave de su éxito-, es que en
éste trabajan sus cuatro hijos, quienes están asumiendo parte
de la dirección de su empresa. Además, la publicidad de
Dial-A-Mattres se realiza en la cadena más importante del
país.

Abriendo fronteras

Delgado Travel es un empresa de correo no estatal, ampliamente
conocida. Su propietario Héctor Delgado salió de Manta rumbo a
Nueva York, con muchas ilusiones y muy poco dinero. Ingresó a
la universidad, pero para poder pagar sus estudios trabajaba
seis meses del año y los restantes seis los dedicaba a
estudiar. En esa época vivía en casa de su tía, lo que le
permitía ahorrar el dinero de la renta.

Una vez terminada su carrera de negocios, Héctor instaló una
pequeñísima oficina de bienes raíces, donde apenas cabían dos
escritorios, el suyo y el de su hermano Frank, quien fue su
socio y su apoyo desde el inicio. Al principio sus ingresos le
alcanzaban nada más que para pagar el alquiler de su oficina,
pero luego comenzó a vender pasajes aéreos y más tarde a
ofrecer el servicio de correo, que es a lo que hasta ahora se
dedica y con lo que ha logrado salir adelante.

Su éxito es tal que su mercado ha logrado traspasar las
fronteras de manera que su negocio que al principio era de
tipo familiar, ha logrado con el tiempo convertirse en una
gran empresa con más de 20 oficinas en Nueva York y Nueva
Jersey, agencias en Chicago, Miami y más de 60 en Ecuador y
Colombia.

Pero eso no es todo: actualmente, Delgado Travel, abarca el
ramo de giros al exterior, pasajes aéreos a cualquier parte
del mundo, correo, telefónica y una cadena de radios: Grupo
Radial Delgado, especializada en noticias de países
latinoamericanos.

Ésta no es la única empresa exitosa de este tipo que existe en
la comunidad ecuatoriana en los Estados Unidos. J&B Travel, es
el nombre de la empresa que Jorge Mawyin, ex futbolista
ecuatoriano instaló hace varios años en Queens, Nueva York. El
negocio de Mawyin comenzó en una pequeña oficina desde la que
se mandaba cartas y paquetes a Ecuador; luego éste prosperó, y
en la actualidad está compuesto de 10 oficinas en Nueva York y
Nueva Jersey, tres en Chicag, y 30 oficinas en Ecuador.

Alimentos a lo grande

Gonzalo Armendáriz llegó a Nueva York en plan de estudiante.
Iba con una beca para especializarse como piloto de
helicópteros. Pero decidió quedarse en los Estados Unidos
cuando vio la oportunidad de progresar en un negocio de
comidas cuya propietaria era su suegra. El negocio, de comida
mexicana, estaba ubicado en el área de Greenwich Village. Más
tarde lo vendieron y se mudaron a Brooklyn donde compró una
pequeña industria de comidas congeladas que al principio solo
vendía al menoreo.

La gran oportunidad de Armendáriz llegó cuando el gobierno de
los Estados Unidos le otorgó una licitación para producir la
comida necesaria para alimentar a las tropas americanas
apostadas en el Golfo Pérsico; tuvo que mudarse a un local más
amplio y contratar a docenas de empleados. Las jornadas en esa
época eran de hasta 24 horas debido a la demanda. Luego de
terminado el conflicto y el contrato, el gobierno de George
Bush le otorgó un diploma de honor.

Anteriormente, Mexi-Frost, como se llama el negocio había
trabajado con la NASA, proveyéndoles de los alimentos que
requerían los astronautas para sus viajes espaciales.

Además, durante el conflicto de 1995 entre Ecuador y Perú, la
empresa de Armendáriz abasteció voluntariamente al ejército
ecuatoriano que se hallaba en la frontera sur. Sin embargo, no
todo es trabajo para este empresario, pues de vez en cuando
colabora con programas de teatro y otras actividades
artísticas en calidad de voluntario.

Y si de comida hablamos, se dice que "no hay como la de la
propia tierra". Recordando eso, aunque sin pensar en la
magnitud que alcanzaría su proyecto, Héctor Burgos abrió hace
relativamente poco tiempo un negocio de importación y
distribución de alimentos ecuatorianos. Así nació Casa América
un amplio mercado donde se puede encontrar café, gaseosas,
granos, mariscos, jugos y cerveza ecuatorianos. Pero la cosa
no se queda allí, también es el propietario de El Dorado, un
restaurante de especialidades ecuatorianas; de una
distribuidora de discos de música nacional y próximamente
abrirá una panadería donde la especialidad será el pan de
Ambato.

De inventos e inventores

Víctor Guerra es un ingeniero que ha logrado el éxito gracias
al invento de una máquina que actualmente es muy usada en la
fabricación de colchones alrededor del mundo. Sus clientes son
industrias alemanas, chinas, filipinas, polacas,
latinoamericanas y de casi todos los estados de la Unión
americana. Sus competidores son grandes corporaciones que cada
año sacan al mercado diferentes tipos de maquinarias para la
fabricación de colchones y cubrecamas. Lo loable de Guerra es
que ha sabido sacar su negocio adelante prácticamente solo.
Sin más apoyo que el que pueden darle su esposo y su hijo; y
sin necesidad de invertir grandes sumas de dinero en
publicidad o colocación del producto. Varias de sus máquinas
han sido vendidas en Ecuador en fábricas donde se confeccionan
colchones con técnica americana.

Médicos y militares

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos, tiene actualmente en
sus filas a un coronel que de seguir con su carrera, podría
ascender próximamente a general. Se trata de Bernardo
Villacís, un médico guayaquileño, quien luego de obtener su
título en la Universidad de Guayaquil, y de haber trabajado
como interno en Caldas, Colombia, viajó a Nueva York, donde
revalidó su título y en 1974 ingresó como residente del ala de
pediatría del hospital Maimonides de Brooklyn. Más tarde,
llegó a ser Jefe Residente de la misma área, para luego
radicarse en Texas donde tomó cursos de medicina de vuelo y de
inmunología en el Hospital de San Antonio. Fue allí cuando se
enlistó en las filas de la Fuerza Aérea, donde fue ascendiendo
en sus grados militares, hasta llegar a ser lo que es hoy,
Coronel, habiendo recibido varias condecoraciones militares,
siendo la más importante la Medalla de Defensa Militar.

Así mismo, Carlos García, luego de terminar la secundaria en
una academia militar del estado de Virginia, pasó a la Fuerza
Aérea de los Estados Unidos, donde actualmente tiene el rango
de Top Sargeant. Él ha escrito los libros que hoy son la base
de la instrucción que se sigue en todas las bases aéreas de
los Estados Unidos y se encuentra cumpliendo su servicio en
Corea del Sur.

Galo Rosas es un médico graduado en Ecuador, que luego de
ravalidar su título ha llegado a ocupar el cargo de instructor
de obstetricia y ginecología del Colegio de Medicina de Nueva
York, y es el encargado del departamento de esta especialidad
en el Lincoln Medical and Health Center, en el condado de el
Bronx.

Sobre rieles

El sistema de trenes de Nueva York es uno de los más
complicados y de los que mayor mantenimiento requieren para su
buen funcionamiento. Pues bien, uno de los jefes de
mantenimiento y control de trabajos para todo este sistema es
Luis Alberto Romero, un ingeniero ecuatoriano, que hace poco
fue el responsable de vigilar la construcción de un nuevo
túnel en la calle 63, que une Manhattan con Queens. Romero
lleva ya más de 25 años en la empresa de trenes, donde otros
30 ingenieros ecuatorianos cumplen diversas funciones, y
quienes han formado la Sociedad de Ingenieros Ecuatorianos del
Sistema de Trenes de Nueva York.

Noticias a la ecuatoriana

Hay varios ecuatorianos en los medios informativos
norteamericanos, Bolívar Arellano y su hijo Juan, forman parte
del staff del New York Post como fotógrafo y editor de ese
periódico. En Noticias del Mundo, el fotógrafo deportivo es
Pedro Mena y el editor deportivo Mario Concha, ambos
ecuatorianos. Y Rosario Cisneros, también ecuatoriana, tiene
un programa de televisión llamado Abriendo Brechas, que se
transmite ocasionalmente en Ecuador y en Honduras (Texto
tomado de La Revista Vistazo #734)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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