Quito. 31 mar 98. Reducir la pobreza, reconstruir la Costa,
estabilizar la economía, descentralizar el Estado y modernizar
los sectores eléctrico, petrolero y de telecomunicaciones, son
los principales puntos de la agenda pendiente que deja este
régimen interino, que quien resulte electo para dirigir los
destinos del Ecuador deberá enfrentar.

Esos temas surgieron de consultas realizadas a especialistas
en materia económica, quienes consideran que Ecuador ya no
soportaría otro diferimiento para establecer las bases del
desarrollo sostenido porque el deterioro socioeconómico de la
población ha tocado fondo.

Ese sentir no es exclusivo de los expertos, pues los
ecuatorianos comunes y silvestres están cansados de programas
de ajuste que se suceden uno tras otro en los diferentes
gobiernos, y que lo único que han conseguido es empeorar sus
condiciones de vida.

Así por ejemplo, el nivel de desempleo en el país se
incrementó del 5,4% de la Población Económicamente Activa
(PEA), en que estaba en 1979 a una tasa de 9,3% durante 1997,
de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos.

Una situación similar se presenta con el subempleo ahora
agravado por la emigración del campo a la ciudad como
consecuencia del fenómeno El Niño.

Otro indicador que refleja el quebranto del nivel de vida de
la población es la inflación, pues al elevarse los costos de
bienes y servicios y mantenerse casi constante los ingresos
disminuye su poder adquisitivo. Esta evolucionó de un promedio
anual del 10,3% en el primer año a 30,7% en el segundo, según
cifras de la misma institución.

Mientras tanto, el crecimiento de la economía se redujo del 5%
en 1979 a 2,5% en 1997.

Para los observadores, la situación descrita es el resultado
de que a los denominados "paquetazos económicos", no les han
sucedido reformas estructurales que redefinan el tamaño y
papel del Estado y establezca políticas orientadas a la
producción.

Resolver desestabilización

Bajo esas circunstancias, Walter Spurrier, director de la
publicación Análisis Semanal, afirmó que quien quiera que
asuma la presidencia de la República deberá enfrentar primero
la desestabilización macroeconómica.

Desde ya se aprecia, sostuvo, que esta administración dejará
mal el país, pues la inflación ha repuntado mientras que la
balanza comercial ha caído; por ende, se requerirá un severo
plan de ajuste que ya no debería ser necesario después del que
se ejecutó en 1995.

Para el experto, el fondo del problema radica en el déficit
fiscal, que es consecuencia de que desde 1996 los gobiernos
gastan demás. Dentro de esa temática, el perfeccionamiento del
Sistema de Rentas Internas y la profesionalización de las
aduanas serán fundamentales para mejorar los ingresos del
Fisco.

Como segundo punto de la agenda que este régimen deja
pendiente, Spurrier mencionó la reconstrucción de la
infraestructura vial y la organización de los créditos que
este mandato no supo utilizar.

En el caso de la reparación de las carreteras, debe
considerarse que su costo será alto y que como el tráfico no
es muy pesado, el cobro de un peaje como resultado de una
concesión resultaría demasiado elevado.

Entrar a fondo en la modernización del Estado, constituye el
tercer reto de quien resulte electo como nuevo mandatario,
según el analista.

En los últimos gobiernos îdetalló Spurrierî el Conam estuvo
aislado porque no tuvo el apoyo de los presidentes para
cumplir su labor. Esa debería incluir la focalización de la
administración pública a sus áreas primordiales, esto es
elevar su capacidad técnica, administrativa y reguladora del
Estado; y, permitir la inversión privada en los sectores
eléctrico y petrolero.

Spurrier sostiene que la agenda pendiente es complicada, pero
que los temas mencionados sí tienen solución.

Lamentablemente dijo, solo una pequeña élite está consciente
que el rediseño del papel del Estado es indispensable, razón
por la que a los gobiernos les resulta difícil implantarlo
porque causa mucha resistencia. "Cualquier presidente que pone
en práctica un programa de esa naturaleza encuentra la
oposición hasta de sus propios diputados, con lo que su tarea
se obstaculiza", remarcó.

Jácome: Reducir pobreza

Quien dirija el país en los próximos años deberá tomar en
cuenta dos aspectos fundamentales, de acuerdo a Luis Jácome,
director de la Unidad de Estudios de Cordes, (Corporación de
Estudios para el Desarrollo).

El uno es la herencia económica que deja este régimen y el
otro se vincula con los temas que independientemente deben
ejecutarse para que Ecuador entre en una etapa de estabilidad,
crecimiento y reducción de la pobreza expandida en los últimos
tres años.

Dentro del primer aspecto se destacan el déficit fiscal, la
inflación, la disminución del nivel de actividad de la
producción y la descomposición social, aspectos que
difícilmente pueden atacarse simultáneamente porque siempre
habrá un costo social. La salida en esas circunstancias,
recalcó, es aplicar políticas de focalización.

En el segundo caso, mencionó a la modernización, cuyo
diferimiento generó una mala imagen internacional para
Ecuador. A ello se suman los atrasos en el servicio de la
deuda externa con el Club de París. "Entonces, el nuevo
régimen heredará una crisis de credibilidad con la comunidad
internacional", precisó.

Jácome también piensa que el legado por administrar es difícil
porque es el resultado de un conjunto de choques exógenos que
el Gobierno actual no sabe ni quiere enfrentar, pese a que no
son nuevos.

Así por ejemplo: citó el exceso de lluvias, la crisis asiática
y el derrumbe del precio del petróleo, son factores que se
arrastran desde 1997, pero "este régimen no quiso ver nada de
ello y ahora se sufren las consecuencias de que no se
efectuaran los ajustes apropiados en el momento oportuno".

En resumen, dijo Jácome, el nuevo gobernante tendrá que buscar
mecanismos para que la economía crezca por lo menos en niveles
del 5% anual y concretar programas para la reducción de la
pobreza. Y de manera complementaria, adicionó, establecer una
especie de contrato con los diferentes estamentos de la
sociedad para dar estabilidad a las reglas del juego a los
agentes económicos.

Reconstrucción vial

Para Omar Maluk Salem, decano de la facultad de Ciencias
Humanísticas y Económicas de la Espol, lo prioritario será
reponer la infraestructura vial perdida por el fenómeno El
Niño. La alternativa, desde su punto de vista, está en el
sistema de concesión.

Avanzar con la modernización de los sectores eléctrico,
telefónico y seguro social, especialmente con lo que tiene que
ver con los fondos de pensiones, abarcan su segundo
planteamiento.

"Yo creo que las condiciones están dadas", especificó al
referirse a tales aspectos e indicó que no habrá crecimiento
económico sino se toma ese tipo de decisiones.

Su tercera propuesta involucra la flexibilización laboral para
que la movilidad de la mano de obra sea mayor a la actual.

Fomentar la productividad y desarrollo de nuevos productos
para diversificar la oferta exportable, representa su cuarta
inquietud. "Un gobierno que se ponga como meta aumentar el
número de productos exportables y desregule la economía
eliminando o focalizando los subsidios saldrá adelante, opinó.

Maluk además considera importante que como solución a la
inestabilidad de las tasas de interés se fomente la apertura a
la inversión extranjera en el sector financiero, se promuevan
las fusiones entre los bancos. "Ese es el camino para resolver
todos los problemas que tiene la banca que se arrastran desde
hace muchísimo tiempo", precisó.

Acosta: Habrá que construir la Costa Ecuatoriana

"Un ejemplo de lo que no se debe hacer es este gobierno",
sostuvo Alberto Acosta, consultor del Instituto
Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis), respecto
al plan que tendrá que ejecutar quien ostente el poder.

Su afirmación implica que deberá evitarse que las políticas de
estabilización por aplicar constituyan parches que luego
tienen que ser remendados con el consiguiente perjuicio a la
población de menores recursos.

Por tanto, aseveró Acosta, urgirá concretar un paquete global
que incluya las líneas de apoyo a la actividad productiva y de
construcción de la infraestructura, es decir "no una
estabilización tradicional, sino con bases para la
reactivación productiva".

Si el nuevo gobernante, añadió Acosta, sienta las bases de la
estabilización y simultáneamente emprende la reactivación
productiva habrá logrado que el país se encamine por la senda
del desarrollo socioeconómico sostenido.

Como otro punto por tomar en cuenta, Acosta mencionó que "no
habrá que reconstruir la Costa sino construirla".

Explicó que como consecuencia del fenómeno El Niño, ahora se
sabe cuáles son las ciudades de esa región propensas a las
inundaciones, lo que sirve de base para prevenir situaciones
similares a futuro y evitar que un evento de esa naturaleza
encuentre al país descuidado.

Así también no se podrá obviar dijo, un punto crítico: la
evasión tanto tributaria como arancelaria, porque ese rubro
representa una nueva fuente de financiamiento para el Fisco.

Retomar el tema de la deuda externa también es inaplazable
para Acosta, porque no hay que olvidar que a la siguiente
administración le corresponderá pagar el capital de ella,
acorde a la renegociación de octubre de 1994.

Aprovechar las consecuencias de la paz con el Perú, concebir
una estrategia para participar en la globalización de los
mercados mundiales, forman parte de la agenda pendiente, dijo.

Por último, el experto piensa que aplicar una política laboral
que parta de la unificación salarial es también imperativo.

Evolución al crecimiento

Evolucionar de la aplicación de programas de estabilización a
otro de crecimiento, es para Vicente Muñoz Scaldaferry,
presidente ejecutivo de Financorp, el punto más importante de
la agenda del próximo conductor del país.

Ese rubro dijo, quedó pendiente en los tres últimos gobiernos.

Para Muñoz la única forma de cumplir esa agenda será abordar
reformas estructurales relacionadas con el gasto público, la
descentralización y las áreas que tienen que cumplir roles
importantes tanto en la prestación de los servicios como de la
reactivación de la economía.

Citó como ejemplo a la seguridad social, el sector petrolero,
la energía eléctrica, las comunicaciones y la infraestructura
de carreteras.

Después de que en los últimos cinco gobiernos se concretaron
recetas estabilizadoras, de acuerdo al banquero, hoy la meta
que le queda al futuro dirigente es una sola: la reactivación
económica con miras a elevar el crecimiento, mejorar el nivel
de vida de la población.

En ese sentido advirtió, la tarea que tendrá que ejecutar será
histórica y prácticamente equivale a "irse de cacería con una
sola bala, no se puede fallar". (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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