Guayaquil. 22 dic 98. El año que fenece deja un sabor amargo
en el campo económico. En medio de la recesión el sector
productivo espera correctivos urgentes para encarrilarse hacia
el desarrollo.

Cuando a mediados de año se proyectaba que el crecimiento de
la economía sería apenas del 1% e incluso nulo, como en su
oportunidad lo manifestaron expertos económicos y hasta lo
reconocieron las autoridades monetarias, no se creía que la
situación económica en general llegaría a ser tan crítica.
Pero evidentemente la realidad confirmó las predicciones.

A solo diez días de concluir el año, el horizonte, al menos
desde la óptica oficial, ya está definido: un crecimiento
económico del 1,5%, un déficit fiscal similar al que el
Gobierno recibió en agosto, es decir del 6% del Producto
Interno Bruto (PIB, la riqueza que el país produce), una
inflación que bordeará el 45%, tasas de interés arriba del 60%
y una notable depreciación del sucre con respecto al dólar.

Es que desde el rastro dejado por el fenómeno de El Niño, que
se tradujo en baja producción y pérdidas por más de 2.500
millones de dólares de acuerdo con las estimaciones de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal),
además del incremento de las deudas incobrables para el sector
financiero hasta la crisis externa que cerró las puertas del
financiamiento para el Ecuador, golpearon a todos los sectores
del quehacer económico.

La difícil situación se refleja a todo nivel, en la pérdida
del poder adquisitivo en las familias ecuatorianas o en el
cierre de grandes y pequeñas empresas e instituciones
financieras en el ámbito nacional.

Complicado manejo económico

"Un año complejo y de resultados malos", esta es la
calificación que otorga el ex presidente de la Junta
Monetaria, Abelardo Pachano, al año que fenece.

Recuerda que si bien al principio las expectativas fueron más
optimistas, en el camino "asomaron factores nuevos que
complicaron el manejo económico".

Esto se debe a que factores internos como el fenómeno de El
Niño causaron daños en importantes sectores productivos, pero
para otros fueron un aliciente para su mejoramiento, como en
el tema puntual del sector agrícola y camaronero,
respectivamente.

Sin embargo, 1998 estuvo caracterizado por demasiados eventos
imprevistos, indica al recordar el cierre del crédito
internacional que "aceleró el proceso de deterioro de todas
las actividades productivas y creó dificultades a la propia
programación monetaria y financiera del país".

Como producto de ello la inflación volvió a acelerarse y el
déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos (saldos
correspondientes a la balanza comercial, es decir
exportaciones e importaciones, de servicios y renta y
transferencias y que si es negativo indica que el ahorro ha
sido menor a la inversión), según Pachano bordeará el 10% del
PIB, es decir que representará alrededor de 2.000 millones de
dólares.

"Esto demuestra el gravísimo estado en que se encuentra el
sector externo de la economía y que solo se sostiene por el
nivel de la Reserva Monetaria Internacional (RMI), que es un
verdadero fondo de estabilización externa que tiene el país,
comenta.

Previsiones inciertas

Sobre lo que depara el próximo año, si bien dice Pachano solo
existen previsiones inciertas, considera que no será un año de
crecimiento importante y se conseguirá tal vez un resultado
parecido al de 1998.

A esto se suma un problema estructural en las finanzas
públicas extremadamente delicado: el 34% de la pro forma
presupuestaria informada por el Ministro de Finanzas depende
de un endeudamiento externo voluminoso.

Lo anterior, para Pachano, hace poco viable la gestión fiscal
y plantea nuevos correctivos, además de situar el problema
económico en una dimensión que conspira contra cualquier
objetivo de estabilización.

En su opinión el reto más grande que posee el Gobierno sigue
siendo el déficit fiscal y el tema saldo negativo en la cuenta
corriente de la balanza de pagos, a lo que se suma el nivel
del precio del petróleo tan deprimido en los últimos tiempos y
que hace a la situación económica bastante compleja.

No obstante, el experto da luces de esperanza al prever que la
inflación puede desacelerarse debido a la independencia de la
política monetaria y la imposibilidad de que el Banco Central
financie al Gobierno.

Respecto a los responsables de la crisis, Pachano indicó que
es un problema acumulado y lo que se requiere es
responsabilidad para hacer un planteamiento concreto en el
campo económico por medio de una programación integral.

"El país no conoce un plan económico, lo que hay es medidas
para determinados sectores, pero el programa se lo ha venido
postergando y estamos a la expectativa, como sector
productivo, que se concrete", puntualiza.

Pachano estima fundamental plantear un programa que busque un
ambiente de mayor estabilidad, con cuentas fiscales en orden
para que con ello se tenga la posibilidad de promover la
inversión y generar empleo.

Dinamizar economía

En cuanto al particular, el ex gerente general de la
Corporación Financiera Nacional (CFN), Gianni Garibaldi Uraga,
cree que la situación es realmente difícil porque "al Gobierno
del Presidente Mahuad le tocó heredar una economía en una de
las circunstancias más críticas que se han vivido en la
historia del Ecuador", comentó.

Pero esto no implica îa criterio del ex funcionarioî que al
heredar esta situación no se deban tomar medidas y decisiones
que permitan la reactivación de la economía.

Dijo que si bien uno de los considerandos del Gobierno ha sido
establecer un mecanismo orientado a esta meta, que es
positivo, solo enfoca parcialmente la problemática que se vive
en el país.

"Constituye un mecanismo de reestructuración de pasivos que
permite al aparato productivo y más que todo al sector
financiero, mejorar la estructura de sus deudas y la
presentación de sus balances, pro no conlleva ningún elemento
que dinamice la economía", aseguró.

Por tanto enfatiza además Garibaldi, que se debe reconocer que
si bien es cierto que en el Ecuador existe una cultura del no
pago, actualmente estamos viviendo una gran incapacidad de
pago lo que agrava el problema.

Como un ejemplo del deterioro existente detalló que hasta el
mes de septiembre la emisión monetaria (dinero circulante) en
el país solo contemplaba el 17% frente a una inflación cercana
del 50%, estableciendo por lo tanto una fuerza de contracción.

Para Garibaldi se debe partir de que uno de los problemas más
importantes que posee el Ecuador es que existen dos grandes
sectores económicos: el de la Costa y el de la capital de la
República.

El primero afectado tremendamente por los problemas
energéticos, políticos, que aun cuando son afines a otras
regiones del país, no puede negarse que fue más golpeado por
el fenómeno de El Niño.

A criterio del ex gerente de la CFN es menester hacer una gran
diferencia, porque en el caso de la capital se debe establecer
que el 70% de su población depende de manera directa o
indirecta del Estado y hasta la fecha, a pesar de todos las
circunstancias descritas, no ha dejado de percibir sus
emolumentos por lo que el flujo de dinero no se interrumpe.

En este panorama, opina que la actual administración no puede
esperar únicamente la reactivación fiscal tomando como base el
nuevo sistema impositivo que estará vigente a partir de enero,
es decir el impuesto del 1% a la circulación de capitales
(ICC), sino que deberían haberse tomado decisiones durante el
año que termina.

Por ello es que a más del mecanismo de reestructuración de
deudas que se ha dictado deberían haberse tomado medidas
complementarias que generen los recursos para una
reactivación, sugiere Garibaldi, "caso contrario ¿de qué sirve
que se lleven las deudas a largo plazo si no existe la
inyección para seguir trabajando?"

En este contexto planteó la creación de un bono cero cupón y
de un fondo de tesorería nacional para lograr la reactivación.

¿Cómo funcionaría?, de acuerdo con Garibaldi en la práctica el
sistema financiero y productivo aportaría con un fondo
porcentualmente calculado, con lo que el Estado crearía un
bono cero cupón sobre el plazo de la deuda externa que estaría
administrado por el Ministerio de Finanzas.

A su vez, dicha Secretaría de Estado podría emitir
certificados de tesorería por el valor final del cero cupón
que se colocarían en el mercado interno o externo y que
generaría los recursos necesarios para este objetivo.

Este sistema además de contemplar beneficios en la reducción
de la tasa de interés de la deuda externa, generando por
consiguiente una reducción de costos, disminuría la presión
fiscal y otorgaría más liquidez al Estado, comentó.

A lo anterior hay que añadir que los organismos
internacionales observan con optimismo dicho tipo de medidas y
contribuyen a estas metas con nuevas líneas de financiamiento
para la inversión productiva.

BCE, énfasis en sector productivo

Aunque Modesto Correa, presidente subrogante del directorio
del Banco Central del Ecuador, coincide en que la economía
termina con "signos poco halagadores", se muestra más
optimista sobre una reactivación en el mediano plazo.

En este sentido destacó la creación del marco legal para el
fortalecimiento de la banca y de los sectores productivos, a
pesar de reconocer que los problemas de liquidez y altas tasas
de interés quedan pendientes al menos a principios de año.

A su modo de ver, no cabe duda que el sector productivo es el
que necesita mayor fortalecimiento ya que, por primera vez
desde hace dos años, Ecuador ha sido deficitario en su balanza
comercial, es decir que sus importaciones superaron a sus
exportaciones.

"En la medida que exista un mayor aceleramiento e
intensificación para reparar los daños en el sistema vial
ocasionados por el fenómeno de El Niño se aprovechará el
potencial productivo para la generación de divisas y acortar
esta brecha", aseguró.

Correa recalca que el potencial que generan las
agroexportaciones de la Costa actualmente es superior a las
ventas petroleras, ya que "con un dólar de utilidad entre el
precio de venta y el costo de producción, las exportaciones de
la Costa generan mucho más empleo y valor agregado que las de
crudo".

Indicó que el petróleo si bien ayuda a cubrir déficit
fiscales, no es un generador de empleo en la misma magnitud
que el sector productivo agroexportador, a lo que se adiciona
una distribución mucho más sana de los recursos.

Mientras en el segundo caso es el mercado el que se encarga de
distribuir los recursos que la producción genera, en el
segundo, los recursos generados van a la caja fiscal y ayudan
a presionar el crecimiento de los gastos corrientes, por ello
"el primero le deja más beneficio a la economía", precisó.

Trabajar con gremios

De esta realidad surge la iniciativa del Banco Central de
trabajar en coordinación con el Ministerio de Comercio
Exterior Integración y Pesca, tal como lo anunció Correa.

"El Banco Central va a estar más cerca de los gremios
exportadores para conocer cuáles son los problemas en el orden
de competitividad en los mercados, del tipo de infraestructura
de apoyo para el transporte y la comercialización de los
productos y cuáles son las necesidades de apoyo técnico que el
sector aspira", dijo.

Este trabajo tendrá como fin orientar de mejor forma la
política monetaria, cambiaria y financiera hacia las
necesidades de los sectores más prioritarios, refirió.

Coordinación con Ejecutivo

Al dar a conocer las metas para el próximo año dentro de los
posibles escenarios que por el lado del Ejecutivo podrían
presentarse, manifestó que se espera un déficit fiscal del 4%
del PIB, una inflación entre el 24 y 29% y una tasa de
crecimiento económico del 2,5%.

Anticipó que se buscará una mayor coordinación con el Poder
Ejecutivo con el fin de planificar el manejo económico.

"Si bien el Banco Central es una institución autónoma, estamos
conscientes que debe haber la más idónea coordinación con los
objetivos, metas y programas económicos del Gobierno", dice.

Indudablemente para Correa, con la inestabilidad política que
ha existido en los últimos dos años con tres gobiernos
diferentes se requiere emprender un reordenamiento en lo
económico y es de esperarse que el nuevo gobierno, una vez
realizados los ajustes necesarios, presente su programa
económico anual.

Recordó que la actual administración sí presentó a la
comunidad internacional un programa económico, no obstante,
este tuvo que ser ajustado con las decisiones que en el campo
fiscal y monetario han debido realizarse entre septiembre y
diciembre de este año.

Sin embargo, lo que será la programación presupuestaria el
Gobierno ya tiene los fundamentos y los ajustes indispensables
para presentar al país su programa para los próximos cuatro
años y sus planes económicos anuales a partir de 1999,
concluyó.

Concha: Manejo fiscal con responsabilidad

A las puertas del nuevo año, no cabe duda que uno de los
principales pilares en los que deberá apoyarse la actual
administración para lograr la ansiada estabilización económica
deberá ser un presupuesto equilibrado, no obstante, el déficit
fiscal continuará siendo su talón de Aquiles.

Para el ex Ministro de Finanzas y Crédito Público, Pablo
Concha, cuando ya se conoce que entre el presupuesto de 1998,
calculado en 23,5 billones de sucres, al presupuesto de 1999
existiría un incremento de aproximadamente el 27%, la
interrogante que el país se hace es ¿dónde estarán los
ingresos reales que equilibrarán el presupuesto?

Por ello prevé que desde ya el Gobierno parte con un déficit
fiscal que debe solucionarse, "sin conocer la propuesta
definitiva que el Ejecutivo enviará al Congreso, estaríamos
hablando de una deuda flotante de arrastre de 1.100 millones
de dólares y que se traducirá en un déficit no cubierto para
el presupuesto de 1999 que podría estar entre una banda del 4
al 5%".

La intervención del Central

Frente a esta situación, Concha cree preciso cumplir lo
dispuesto en la nueva Constitución que determina la obligación
del Banco Central de presentar un informe sobre la propuesta
presupuestaria y en este sentido, se esperaría que se
pronuncie sobre un presupuesto más contractivo que no tenga el
crecimiento cercano al 30% anunciado, dijo.

A propósito de su reflexión, Concha dejó entrever lo que a su
criterio constituye una contradicción en la nueva
Constitución, ya que en el último párrafo del artículo 258
impide al Congreso Nacional incrementar el monto estimado en
los egresos o ingresos previstos en la pro forma
presupuestaria.

Califica a esta disposición como "una trampa porque si el tema
de los ingresos y los egresos presupuestarios no puede ser
punto de debate en el Congreso, entonces ¿para qué va a ser
conocida en el Congreso en pleno?"

De allí que apela a la conciencia gubernamental para que la
"pro forma sea financiada, transparente y sincerada y no
sobreestime ingresos y no oculte egresos que tienen que ver
con servicios de la deuda pública tanto interna como externa",
manifestó.

Finalmente, el ex titular del Ministerio de Finanzas, instó al
Gobierno a buscar la fórmula que le permita modificar la
facultad de incrementar el presupuesto en el 10% que le
concede la Ley de Presupuesto en la actualidad, "de esta forma
daría un mensaje de responsabilidad en el manejo de las
finanzas públicas", finalizó. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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