Guayaquil. 27 dic 98. Los ríos y esteros que se ubican junto a
ciudades como Guayaquil, Quito,
Cuenca, Quevedo, Esmeraldas, Ambato, Riobamba
y Latacunga, prácticamente han muerto.

A pesar de los esfuerzos de entidades públicas y privadas, el
Estero Salado sigue en su proceso de contaminación. Las
descargas domésticas y de industrias van a parar a sus aguas,
las que, según estudios, están infectadas del vibrio cholerae
(bacteria salmonella-shigela, estreptococos y otras bacterias
aerobias)

JAIME CEVALLOS
Redactor

QUITO.- El final del siglo XX marca también la hora fúnebre de
los ríos ecuatorianos que llegan al próximo milenio en medio
de un panorama sombrío matizado por la contaminación de sus
aguas que antes fueron vida y hoy son muerte.

Ahora nadie mira con cariño al río Machángara que es el fiel
testigo del crecimiento de la capital: los abuelos contaban
sus historias de las aguas límpidas y cristalinas que ya
tienen matices de leyenda, como las que se repiten sobre el
estero Salado, el Cutuchi, Ambato, o quizá en todas las
cuencas hidrográficas del país.

Según un estudio elaborado en 1995, y que reposa en el
Ministerio del Medio Ambiente, los ríos y esteros que se
ubican junto a ciudades como Guayaquil, Quito, Cuenca,
Esmeraldas, Ambato, Riobamba y Latacunga, se convirtieron en
los receptores de aguas residuales y "prácticamente han
muerto".

"Poseen alta carga bacteriana, estreptococos fecales, químicos
tóxicos y metales pesados como son el plomo, zinc, azufre,
entre otros", dice el documento.

Héctor Espín, funcionario del Ministerio de Desarrollo Urbano
y Vivienda (Miduvi) y que al momento colabora con Medio
Ambiente, señaló que aunque ese estudio se realizó hace tres
años, la situación no ha cambiado y más bien tiende a
agravarse.

"Yo no diría que los ríos han muerto, más bien cambiaron de
vida, se han degradado", sentenció.

Agregó que en el Ecuador la generalidad ya habla de ríos
contaminados pero hay casos que son muy críticos, como el del
estero Salado a donde va a parar parte de la descarga
doméstica e industrial de Guayaquil.

Según el informe de Medio Ambiente, la Dirección General de la
Marina Mercante realizó un análisis en ese lugar y encontró el
vibrio cholerae (bacteria salmonella-shigela, estreptococos y
otras bacterias aerobias).

"Entre 1997 y 1998 el Miduvi y el Municipio de Guayaquil
efectuaron un programa de seguimiento en el estero Salado",
dijo Espín al enfatizar que el cabildo ya tiene una unidad de
medio ambiente que contribuirá a mejorar la situación.

Indicó que más inconvenientes se presentan en el río Guayas,
que por su extensión y caudal se autodepura aunque se preveía
que para 1995 no soportaría más las descargas de Guayaquil.

Riesgo en cadena

Espín manifestó que el problema de los ríos genera un riesgo
en cadena que a la postre implica el poner en peligro la salud
de la población.

Subrayó que hay casos como el del río Cutuchi, que al pasar
por Latacunga capta todos los desechos de esa ciudad y
posteriormente sus aguas van a un canal que sirve para regar
alrededor de ocho mil hectáreas cultivadas con hortalizas.

Pero este inconveniente no sucede simplemente en Cotopaxi,
sino que se va repitiendo en otras provincias del país. Un
ejemplo lapidario es el informe emitido recientemente por el
Director Regional del Litoral del Ministerio de Medio
Ambiente, Marcel Vivar Feraud, que hablan de las agresiones al
río Quevedo, "que es un afluente importante del Babahoyo que
descarga sus aguas en el golfo de Guayaquil, principal
estuario de agua, de vital importancia para millones de
personas y para bastos sectores productivos".

Feraud constató esto el 12 de diciembre cuando visitó la
ciudad fluminense, donde apreció que en el malecón de Quevedo
existe un botadero de basura, y a pocos metros de ese sitio
los pobladores lavan su ropa y pescan.

"Los desechos livianos son esparcidos por las riberas del río
con las mareas mientras que los pesados se sedimentan con el
tiempo".

Además en el río Quevedo se utiliza dinamita para la pesca y
materiales de construcción y palizadas van cambiando su curso.

Pero si esto sucede en el centro del Litoral, al Norte, en el
río Esmeraldas la situación también es grave porque en este
lugar se presentan problemas de contaminación generados por
industria maderera, existe un puerto petrolero y muchas
ocasiones se han producido derrames y deshechos de los buques
tanqueros y domésticos, aguas servidas que van a parar al río
Teaone.

Aumento de enfermedades

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió un
informe el pasado 3 de octubre con motivo del Día del Agua que
revela que en el país existen altas tasas de morbimortalidad
ocasionadas por enfermedades consideradas hídricas, como son
el cólera, fiebre tifoidea y paratífica, shigelosis, diarrea
con sangre, intoxicación alimentaria y parasitosis.

Sin embargo para esta entidad internacional ese no es el único
problema del Ecuador, puesto que la alta contaminación química
de los ríos generada por el abundante uso de plagicidas,
"metales pesados como mercurio, cianuro de potasio en las
zonas mineras, escapes de bióxido de azufre y óxido nitroso en
las industrias" se producen patologías denominadas silenciosas
como son los males neurológicos, respiratorios y digestivos.

Adicionalmente los niveles de contaminación de los ríos pueden
causar problemas genéticos, en el embarazo e incluso el
cáncer.

El problema de los ecuatorianos es complicado en cuanto al
agua que consumen. De acuerdo con cifras proporcionadas por la
OPS y la Asociación Ecuatoriana de Ingeniería Sanitaria, el
69,7% de la población de nuestro país tiene cobertura de agua
potable y el 41,7% de alcantarillado. (61,4% en la zona urbana
y 10,4% en el sector rural).

Plan contra
contaminación

QUITO.- "Mientras más crece la población, hay más
contaminación", es la frase con que Héctor Espín resume el
problema de contaminación de los ríos, que según este
funcionario se podría paliar en cuatro años con un plan del
Ministerio de Medio Ambiente, a un costo de 2 millones de
dólares.

Explica que la idea es efectuar una campaña de prevención
educando a la población e impulsando una gestión
descentralizada en la que quien contamine pague.

La idea es recoger todas las experiencias para elaborar un
sistema nacional de reglas bajo la regulación del Ministerio
de Medio Ambiente, dijo.

Cuenca y una acción positiva
RICARDO TELLO
Redactor

CUENCA.- Imágenes antes extrañas para los cuencanos se están
volviendo más comunes en los últimos años: pescadores
artesanales con pequeñas cañas esperando por sus truchas.
Aunque el repoblamiento de estos peces en los ríos de Cuenca
es parcial, nada se hubiera conseguido sin la ejecución de los
Planes Maestros de Alcantarillado y Agua Potable de la Empresa
Municipal de Agua y Teléfonos (Etapa).

Los planes maestros incluyeron la construcción de redes y
colectores paralelos a los ríos que atraviesan la ciudad, para
conducir las aguas con desechos líquidos de las viviendas,
hasta una planta de tratamiento de aguas residuales, en el
sector de Ucubamba, diez kilómetros al norte de la ciudad.

"Los 42 kilómetros de interceptores en las márgenes de los
ríos impedirán que las aguas residuales generadas en el área
metropolitana contaminen los recursos hídricos asegurando un
medio ambiente sano para las futuras generaciones", explica la
ingeniera Verónica Vintimilla, directora de la Unidad
Ejecutora de los Planes Maestros de Etapa.

Este nuevo procedimiento entró en funcionamiento en abril de
este año, cuando se empezaron a captar los 135 mil metros
cúbicos de agua que tienen de capacidad cada una de las
lagunas de oxigenación de las aguas residuales.

Las lagunas de tratamiento de las aguas, a un costo de 26
millones de dólares, conforman el quinto grupo del gran
proyecto de los Planes Maestros de Agua y Alcantarillado, cuyo
costo total bordea los 74 millones de dólares, financiados por
Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco del Estado, y una
contraparte de Etapa.

Sin embargo, la descontaminación no es total.

Existe un componente contaminante integrado por las industrias
que lanzan su descarga a los ríos de la ciudad, por lo que
Etapa incluyó en una ordenanza municipal de uso de suelos,
regulaciones de control ambiental -que arranca con la
clasificación de las industrias de acuerdo a su cumplimiento o
no de las regulaciones-, y la regulación de las descargas.

"En la primera fase de aplicación, hemos identificado ya a 218
de las 219 industrias existentes en la ciudad", señala Pablo
Lloret, director de la Unidad de Gestión Ambiental de Etapa.

Tan solo 28 empresas de estas tiene caudales contaminantes
iguales a cero; el resto diferentes niveles de contaminación
con las que se deben trabajar, agrega.

Etapa realiza monitoreos de las aguas, incluidas las de la
laguna de La Josefina y algunas del Cajas, y los informes los
entregan gratuitamente a las empresas censadas.

Las sanciones que establece la ordenanza van desde los 10 a
100 salarios mínimos vitales de acuerdo al grado de
contaminación, hasta la clausura de las fábricas. (Texto
tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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