Quito. 23 occt 2001. Treinta y nueve guardaparques se encargan de la
conservación del Antisana y Cayambe Coca
La llovizna es leve pero moja. Luis Lucero (de 28 años) parece estar
acostumbrado a la vida del páramo. Abrigado con un gran panachó verde
recorre a diario la Reserva Ecológica Cayambe-Coca (Recay), ubicada a 3
600 m.s.n.m.
Su rostro joven y trigueño luce quemado y casi curtido por el intenso
frÃo; sin embargo, esto es lo de menos cuando tiene que cumplir con su
tarea. "Lo importante es evitar que ingrese gente extraña y dañe a los
animalitos; aquà hay de todo: osos, guantas, venados, cebricabras,
conejos, pumas, pájaros".
Desde hace ocho años, Lucero es uno de los 19 guardaparques comunitarios
que vigila las 24 horas del dÃa, las 4 400 hectáreas que conforman la
reserva.
Su puesto está localizado en el control de PÃo Monte, a 3 700 m.s.n.m.
Lo que le distingue del resto de sus compañeros es que fue elegido vÃa
consenso por su sector, Espiga de Oro (conformado por once comunidades),
perteneciente a la parroquia Juan Montalvo, en el cantón Cayambe, al que
cada mes le rinde cuentas de su labor: "Hasta ahora no he tenido
problemas por eso me han ratificado por tanto tiempo, me hacen
sugerencias, incluso los moradores intervienen cuando el páramo está
amenazado".
El viento en la estribación es intenso al mediodÃa. Luis se apura a
ajustar la gorra en su cabeza para evitar que se vuele: "Lo que más
tuvimos que atender este año fueron los incendios forestales, habÃa que
apagar las llamas a punta de ramas, pero a la larga se hizo; les hicimos
entender a algunos cazadores que no es legal matar a los animales. Hubo
algunos casos de sanción".
Otro de los guardaparques con perfil comunitario es Andrés Ordóñez, de 87
años, oriundo de la parroquia San Alfonso de PÃntag. Es de los más viejos
de la Reserva Antisana. Ahà son siete, dos de ellos son comunitarios.
Conoce el sector como la palma de su mano. "Desde que era guambra andaba
por los cerros, me iba lejÃsimos. Al mes se encorralaba entre 70 y 90
vacas".
Empezó en la hacienda Pinantura como villicama (cuidaban a los terneros),
luego pasó a vaquero y repuntador. Por un momento se calla y con
nostalgia fija su mirada en el Antisana. "Se ha pasado de todo".
En 1942, cuando era arriero del Estado "me fui caminando a pie con un
grupo de tumbaqueños hasta Misahualli". La misión: llevar combustible,
comida y municiones para los militares.
Su vida es la montaña, es de los pocos guardaparques que ha visto
cóndores de cerca: "Antes volaban bajito donde habÃa comida". Hace nueve
años se integró al proyecto Biorreserva del Cóndor, a cargo de la
Fundación Antisana.
En dos espacios se practica la conservación
El programa de guardaparque comunitario nació en la segunda fase del
proyecto Subir, con una ONG que labora en la reserva Cayambe Coca.
Inicialmente su papel era cuidar los recursos naturales, pero a medida
que las necesidades en el páramo crecieron y se integró la comunidad, el
guardaparque se convirtió en el representante de su pueblo.
Según Fausto Bolay, que trabaja en la Reserva Antisana hace tres años, la
comunidad es la que más conoce de los recursos naturales. Por ejemplo, la
parroquia de Oyacachi está involucrada directamente.
Sus habitantes lograron consensos con la fundación Antisana a través de
la ejecución de proyectos como la crianza de caracoles, huertos limpios,
etc.
Lo importante, coinciden los técnicos de la fundación Antisana, es que se
eliminó la caza de venados, por ejemplo.
También se elaboró un manual del Guardaparque Comunitario. La ministra
del Ambiente, Lourdes Luque, recorrió la semana pasada Cayambe Coca y
Antisana e hizo la entrega de los libros a los guardaparques.
¿Funciones?
En la nueva guÃa de guardaparques, elaborada por la Fundación Antisana,
están claras las funciones de los ecologistas comunitarios. El objetivo
es que este texto sirva para el resto de cuidadores del paÃs.
Entre los requitos qu deben cumplir están: el control y vigilancia de las
reservas, la educación e interpretación ambiental, el apoyo a la
investigación biológica de los recursos naturales del Ecuador.
Es importante que tengan iderazgo para la conformación de grupos
comunitarios de investigación participativa orientados a la ejecución de
proyectos productivos que garanticen el uso sustentable de los recursos.
(LCF) (Diario Hoy)