Cuenca. 24 OCT 2001. En el curtido rostro de Baltazar García se dibujó el
desconsuelo desde hace más de un mes. Cuando vio por la televisión el
desastre de las Torres Gemelas supo que la vida de su familia no será la
misma. Y así fue: Santos, su hijo de 23 años, dejó de remitirle las
habituales remesas de dinero y la construcción de la casa se paró.

Santos García es uno de los miles de afectados por los atentados del 11
de septiembre. Según los testimonios de los familiares que tienen hijos,
hermanos, esposos y padres en Nueva York, los despidos son masivos, más
entre aquellos que no han cumplido un año de permanencia laboral. Eso
provocó la suspensión o reducción de remesas de dinero para Ecuador.

Santos trabajaba como cocinero en un restaurante cercano a la zona de
desastre. Hace seis años dejó la pala con la que abría surcos para
sembrar papas y maíz en Cachi Galuay, ocho km al occidente de Biblián,
para ir en busca del "sueño americano". Después de pagar la deuda de su
viaje, hace un año empezó a realizar su mayor aspiración: construir una
casa decente para su familia.

Con esa idea partió "sin papeles" a los 17 años hacia EE.UU. El ver cómo
sus vecinos construían lujosas casas, compraban terrenos y vehículos lo
animaron. Es común encontrarse en un recorrido por estas zonas con
viviendas de dos y tres pisos, con ventanas de aluminio, pisos de
baldosa, columnas de piedra tallada y otros acabados, que contrastan con
las viviendas de muros de tierra y techos de tejas grises.

El joven migrante mandó el modelo y los planos para su casa, además de
remitir 1 000 dólares mensuales para que sus padres compren los
materiales y paguen a los obreros. Pero en mayo pasado les pidió que
suspendieran la obra porque bajaron sus ingresos y en estos días que
estaba por reiniciar se quedó sin trabajo.

En su casa aún quedan por colocar las puertas, ventanas, pisos y otros
acabados. Sus familiares temen que ante la difícil situación prefiera
venderla. Esa misma decisión la tomó su hermana Rosa (también vive desde
cinco años en EE.UU.) con su casa a medio construir, ubicada a pocos
pasos de la de su hermano.

El drama también embarga a la familia Lligüisupa-Muñoz, en Cachipamba a
3.5 km al nororiente de Azogues. María Guadalupe cuenta que sus hermanos
Ramiro y Florencio están enfermos, ellos trabajaban cerca del lugar de
los atentados. Incluso el primero está postrado con problemas en sus ojos
y ahora dejó de enviar los acostumbrados 100 dólares quincenales para la
mantención de sus padres Manuel (72) y Julia (70) y de su hermana que es
madre soltera de cinco hijos. Florencio también es padre de cuatro niños
que viven en La Troncal.

En Ayapamba, comunidad a un kilómetro de Biblián, María Rosario Mayancela
no deja de lamentarse porque hace tres semanas perdió todo contacto con
su hermana Martina. Tampoco le deposita los 250 dólares mensuales, para
su padre, como lo hacía desde hace dos años que ella trabaja en un
restaurante en Nueva York.

Una agencia de envíos de remesas, que funciona en Biblián, experimentó
una reducción hasta en un 20 por ciento los giros de los migrantes de
Mosquera, Morogov, Shindilíg, Guapanquina, Builchacapamba y otras
comunidades. Además en la mayoría de casos, los montos bajaron de un
promedio de 300 a 100 y 150 dólares semanales.

Esa disminución enfrenta a serios inconvenientes a las familias. Algunas
personas adquirieron electrodomésticos en almacenes que cobran a
domicilio y ahora tienen dificultades para cancelar las cuotas. Cada
almacén recaudaba un promedio de 250 dólares por día, hoy no supera los
30.

Además, el reforzamiento de los controles fronterizos tras los atentados
también provocó una disminución notoria de salida de migrantes
indocumentados. La agencia de transferencias de dinero de Biblián reporta
una disminución total de giros que se hacían hacia Centroamérica, en
especial Guatemala, para cancelar a los coyotes. A diario esos envíos
bordeaban los 20 000 dólares, pero en las dos últimas semanas no se hizo
uno solo.

Por ejemplo, Yolanda Juanasio, oriunda de Cachipamba, estuvo a punto de
emigrar a los EE.UU., pero ahora "me aconsejaron que espere hasta que se
normalice la situación".

Los migrantes solo avanzan hasta México

La familia de Gabriel Tacuri está desesperada. Hace dos meses, él llegó a
México y el endurecimiento de los controles fronterizos le impiden
avanzar. El coyote lo abandonó y su permiso de 90 días de estadía en
México está por caducarse. Sus familiares prefieren que regrese. Sin
embargo, los 10 000 dólares de deuda lo obligan a continuar intentándolo.

Álex Dalpiaz, director de la Oficina Regional de Enlace de la Casa del
Migrante para América Latina y el Caribe, confirmó que es más complicado
cruzar la frontera entre México y EE.UU. "La detención por una sospecha
criminal (no por indocumentado) puede durar varios días". Aunque hasta el
momento no hay pánico ni despliegue de militares.

Flor María de la Trinidad, representante de la Casa del Migrante en
Tapachula, México, calcula que el flujo bajó en un 60 por ciento en los
últimos 20 días, con relación a las semanas anteriores.

Según la voluntaria mexicana, incluso, los viajeros con documentos en
regla están sujetos a largos interrogatorios.

Hugo Irigoyen, representante de la Casa del Migrante en Juárez, insiste
que está sellada la frontera entre Juárez y El Paso.

Pablo Torres, director del Movimiento de Defensa del Migrante (Modemi-
Azuay), denunció que esas dificultades les empuja a los coyotes a
mantenerlos hacinados en hoteles y otros escondites.

A la espera de mejores tiempos...

Presión contra los coyotes . Según el Modemi, ante las complicaciones y
la presión de los clientes, varios coyotes devolvieron el dinero
anticipado por los potenciales migrantes. Pero antes hicieron los
descuentos respectivos por supuestos servicios y trámites. Así, si la
cantidad recibida fue de 10 000 dólares solo les entregaron 8 000
dólares.

Hay detenidos . La semana pasada, el Modemi fue notificado sobre la
detención de dos azuayos en Nicaragua, después de que un coyote los
denunció como falsificadores de documentos.

Ellos están presos. Los familiares quisieran ir a gestionar la libertad
de sus parientes, pero solo la asesoría de un abogado les costaría 3 000
dólares. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Cuenca

Otras Noticias del día 24/Octubre/2001

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el