Quito. 29 oct 2001. Gustavo Pinto está en contra de la aplicación de un
solo mecanismo para la restructuración de las deudas en todos los casos
La idea de refinanciar las deudas vinculadas e impagas, por diez años
cambia el semblante de Gustavo Pinto, quien considera que el esquema por
aplicarse debiera ser más real; con plazos más cortos e intereses más
altos.
Para él, los sectores que deben recibir trato especial son el florÃcola y
el camaronero, golpeados por problemas climáticos y de mercado. Hasta
ahora, la propuesta del ministro mantiene enfrentadas a las cámaras de
Costa y Sierra, que miran el problema en forma diferente.
Ustedes han mostrado oposición a la restructuración de deudas, propuesta
por el ministro de EconomÃa, Carlos Julio Emanuel, ¿cuál es su argumento?
El ministro, en su proyecto inicial, propone que se vuelva a crear un
sistema de restructuración de deudas, un sistema universal, general para
todos, con 10 años de plazo, dos años de gracia e intereses
preferenciales y que sirva para todas las deudas de los bancos.
Esto es imposible de aplicar; el primer esquema hace tres años, fue
obligatorio para los bancos y era una herramienta supuestamente para
salvarlos; de ahà nacieron los Certificados de Depósitos, que arrastraron
a todo el sistema bancario.
Pero, habÃa que dar un respiro a los clientes de la banca... SÃ, pero
paralelamente a la reprogramación, se creó la garantÃa al 100% para
todos los depositantes, dos medidas que afectaron al sistema bancario,
porque si las carteras fueran buenas, o sea, si el total de las deudas
fuera cobrable o si fuera cuestión de tiempo no hubieran quebrado los
bancos. El problema es mucho más profundo, porque hay un monto de deudas
incobrables, vinculadas, sin garantÃas, o que se manejaron mal.
Sin embargo, el sistema productivo requiere esos capitales para seguir
operando, ¿cómo conjugar la necesidad e capital frente a los problemas
que han acumulado los bancos?
Lo que proponemos es manejar el proceso en cuatro grupos, con tratamiento
diferente cada uno. Primero, aquellas empresas que aplicaron al final al
sistema del último esquema de restructuración y hasta ahora, no les
contestan los bancos cerrados.
El otro grupo, empresas que tienen deudas incobrables o que la empresa ya
no existe o que está subgarantizada, pues no hay más cosas para entregar
en garantÃa, ahÃ, lo sano es liquidar la empresa.
Tercero, hay aquellas deudas que están impagas, hay que ejecutar las
garantÃas, inmediatamente. Finalmente, hay un grupo de empresarios de
flores, camarones, etc., que han tenido problemas climáticos, precios
bajos, etc., ellos también deben tener también una opción de
restructuración, pues están haciendo cosas por mejorar.
¿Por qué no hubo la misma presión y propuesta, cuando el ministerio de
EconomÃa estuvo a cargo de Jorge Gallardo?
No habÃa propuesto un esquema de restructuración, no se habló de esto,
siempre estuvimos reclamando estos casos que aplicaron a la
restructuración y no habÃan contestado, siempre estuvimos presionando al
superintendente, al directorio de la AGD para que contestasen; hace falta
la voluntad para resolver en forma más ágil.
Al margen del manejo del Gobierno, ¿cómo explicar la conducta del
empresario ecuatoriano que no paga las deudas?
Con los problemas que hubo, se dañó el negocio; es normal que intervenga
el Gobierno (en la restructuración de deudas) pero sin regalos, lo ideal
es que sea una ayuda normal, real, que no acaba beneficiando al Gobierno
o a las empresas.
Una aplicación reiterativa de estos esquemas no provocarÃa que a la
larga, no pagar las deudas, ¿sea un buen negocio?
Ese es el efecto, si es que cada par de años el Estado entra y
restructura, no pagar las deudas se convertirá en un excelente negocio,
pero parecerÃa que ahora es con los bancos, pero luego será más grave y
se tornará en una cadena de no pagos, por eso hay que aplicar un esquema
claro.
Entonces, ¿cómo debiera ser esa ayuda?
Los casos deben analizarse uno por uno, de acuerdo con su flujo de
dinero. Se debe poner a tasas reales no subsidiadas, tampoco las actuales
porque son infladas, debieran ser 10%; es caro para el mercado mundial,
pero es razonable para lo que pueden absorber las empresas. Los plazos
también deben ser menores, de acuerdo con las condiciones actuales del
mercado.
Los reparos que ustedes manejan no conjugan con el sentir de las Cámaras
de la Costa, ¿por qué no hay consenso entre empresarios?
Bueno, asà es la democracia, no tenemos por qué estar de acuerdo en todo,
creemos que es mucho más práctico tomar caso por caso y creemos que ya
estas soluciones universales se han aplicado y no han dado los
resultados, se trata de resolver el problema dentro de los parámetros
generales.
El desacuerdo, ¿podrÃa darse porque los empresarios serranos tienen una
menor carga de deuda?
No es un problema geográfico, el fenómeno de El Niño afectó a todas las
empresas, pero el mercado se redujo tremendamente en la Costa, la
afectación fue directa a todas las actividades, no hubo en los últimos
años, ninguna industria fuertemente afectada por la crisis, aunque la
mancha blanca no afectó a las flores, el invierno tan fuerte se llevó
varias hectáreas, el cierre de los aeropuertos en Estados Unidos, el
nivel de precios, es 20% y 40% más bajo que el año pasado, etc.
Todos estos factores no tienen nada que ver aspectos geográficos, estas
empresas usan bastante capital y es normal estar endeudado, el crédito es
para eso.
Entonces, ¿cuál es el escollo para finiquitar este problema
definitivamente?
La Agencia de GarantÃa de Depósitos (AGD), el ente encargado por el
Estado no ha realizado la gestión de cobro y no lo hará. Han venido
hablando que si el personal, las tecnologÃas, pero la verdad es que la
gestión de las carteras es muy pequeña, claro ahà están esas carteras
atrancadas que de calificación C, sean D o E, se volverá más complicado,
habrá garantÃas que ya no existen y otros problemas que ya se han
generado.
La ficha
- Gustavo Pinto, ha mantenido por varios años la Presidencia de la Cámara
de Industriales de Pichincha.
- Como empresario, ha estado atento a los problemas nacionales y ha sido
un opositor de las medidas económicas radicales. (Diario Hoy)