Quito. 21.05.95. Después del aluvión de medidas económicas que
sacudieron la Isla en 1994, el programa antirecesivo cubano ha
entrado en una situación de estancamiento cargado de tensiones.
La situación actual recuerda la lenta reacción frente a la crisis
que se desató en Cuba luego del derrumbe de la Unión Soviética.

Si bien los anuncios no falta, el gobierno ha dejado pasar los
primeros cuatro meses del año sin intentar nada.

Los economistas aconsejan profundizar las reformas, para
garantizar el despegue económico. Las autoridades se tornan
cautelosas en un intento por disminuir el impacto social de las
futuras medidas.

La clave parece estar en que esta nueva fase le toca el turno a
uno de los ejes de la revolución: el pleno empleo.

El gobierno de Cuba conmemoró el viernes pasado el centenario de
la muerte en combate de José Martí, héroe nacional y artífice de
la independencia. En estos tiempos de grandes cambios, Martí ha
sustituido en la propaganda oficial a otras figuras lejanas y
ajenas como Marx y Lenin. No solo como figuras políticas, sino en
la orientación misma de la economía.

La opción por Martí puede dar respuesta a varias preguntas que se
hacen analistas, economistas, políticos y simples observadores,
dentro y fuera de la Isla: ¿hacia dónde va Cuba?.

"Socialismo con mercado", "revolución sin socialismo",
"capitalismo", son algunas de las fórmulas que se escuchan en las
calles de La Habana. La polémica política se desplazó a la
economía.

Moreno Frajinals, autor de un importante estudio sobre la
economía cubana, dijo hace unos años que para el 2000, Cuba sería
"un país capitalista pobre, sin cambios políticos".

Sin embargo, las autoridades de la Isla insisten en que las
actuales reformas económicas se toman en aras de adaptar al país
al nuevo mundo y para "salvar la patria, la revolución y el
socialismo".

Fuentes especializadas aseguran que después de varios años de
caída en picada, la economía cubana llegó a la "fase final de su
etapa recesiva", al registrar un ligero crecimiento del Producto
Interno Bruto de 0,7% en 1994.

Los resultados se atribuyen a la apertura del país a los
capitales foráneos y a un paquete de medidas aplicadas con el fin
de eliminar el desequilibrio en las finanzas internas.

POLEMICOS RUMBOS

Desde mediados de 1993, Cuba legalizó la tenencia de divisas,
permitió el trabajo por cuenta propia, elevó las tarifas,
estableció nuevos impuestos, eliminó gratuidades, abrió el
mercado agropecuario regido por la ley de oferta y demanda.

A menos de dos años de la primera medida, los cubanos acceden a
un mercado agropecuario que, aunque a altos precios, tiene una
oferta apreciable.

"Por lo menos se puede pagar en pesos", dijo una mujer de 41 años
que aseguró no pertenecer al 20% de lo cubanos que poseen divisas
del extranjero o un trabajo remunerado en dólares.

Mientras el cambio oficial se mantuvo uno por uno, el dólar que
llegó a pagarse a 120 pesos en el mercado subterráneo, descendió
a 35 en marzo como resultado de la escasez de ambas monedas.

Según trascendidos, alrededor de 10% de las familias dispone del
70% de los más de 11 mil millones de pesos que circulan por las
calles y 6% de las cuentas de ahorro cubre 70% del dinero
depositado en bancos.

Especialistas de varios centros de estudios proyectan que "el
bienio 1995-96 seguirá siendo severo con mejorías graduales
sensibles a partir de entonces". Este año, los expertos proyectan
un crecimiento de 2% con respecto a 1994.

Por el momento, "el gobierno cubano se debate en una
contradicción entre la necesidad de introducir fórmulas liberales
para reanimar la deteriorada economía y el empeño de salvar el
paradigma socialista de la primacía del Estado", comentó un
profesor de economía de la Universidad de La Habana.

Por el momento, es el propio Fidel Castro quien dirige la
reforma. En el centenario de Martí, que intentaría desprender su
imagen de los líderes del socialismo clásico. El Diario Gramma en
su edición de hoy señalaba que "no se puede ser cubano verdadero
si no se es martiano, y no se es martiano si no se es fidelista".

CAPITALES AL CAMPO

Los ricos campos cubanos se abren ahora a la inversión extranjera
en un intento gubernamental de generar el anhelado despegue de
las producción agropecuaria y responder así a uno de los mayores
problema de los años de crisis: la alimentación.

En una búsqueda de inversionistas que sufraguen los gastos en
fertilizantes, pesticidas y combustibles, un grupo negociadore
cubano se reunió con 227 empresarios, de España, Italia, Canadá,
Alemania y Francia.

A criterio de los especialistas, Cuba es un escenario atractivo
gracias a la fertilidad de los suelos, la disponibilidad de agua
y la existencia de sistemas de canales magistrales y técnicas de
irrigación avanzadas.

Entre las ventajas se encuentran la electrificación de más del
90% del territorio nacional y la amplia red ferroviaria, de
carreteras y terminales marítimas que favorecen cualquier
proyecto de exportación e importación.

Además, la Isla dispone de productos considerados de primera
calidad mundial, como los puros habanos, café, miel de abejas y
cítricos, pero cuya comercialización suele verse afectada por
problemas de calidad en la presentación del producto y su
empaque.

LA PROVISION DE ALIMENTOS

Un Congreso de economistas abogó en febrero último por disminuir
loa actuales niveles de importación de alimentos que, según se
informó, constituyen junto a la de los derivados del petróleo el
70% de todas las importaciones del país.

"Con el peso muerto de las importaciones crecienttes de alimentos
y energía, es imposible despegar" aseguró Arturo Guzmán, director
de Instituto Nacional de Investigaciones económicas.

Datos de la Junta Central de Planificación aseguran que para 1989
la Isla importaba 79% de los cereales, 99 de los frijoles, 21 de
las carnes, 44 de los pescados, 38 de la leche y sus derivados y
94 de las grasas.

La disponibilidad de calorías diarias para la población bajó
considerablemente. Aunque la disminución no es exacta, no se hizo
pública, investigadores del Instituto de Nutrición e Higiene en
alimentos llegaron a asegurar que el descenso de calorías pudo
pasar de 2550 en 1985 a 1500 en 1994.

El gobierno reconoció la existencia de un déficit de
micronutrientes básicos como calcio, fósforo y ácido fólico a
consecuencia de los bajos niveles de consumo de productos lácteos
y huevo.

A su vez, estudios sociológicos destacaron la baja oferta de
alimentos en los establecimientos estatales como el elemento de
la crisis que mayor efecto estresante tenía en la familia cubana.
Satisfacer las necesidades alimentarias se convirtió a mediados
de 1994 en una de las principales líneas estratégicas del
gobierno de la Isla, que condujo a la apertura de unos 200
mercados agropecuarios en todo el país.

Sin embargo, a mediados de abril, Gramma reconoció que la
apertura de los mercados no produjo un despegue acelerado de la
producción de alimentos como se esperó en un inicio.

Las causas habría que encontrarlas en la crisis del campo, que se
extiende más allá del llamado período especial en tiempos de paz
y que provocó el éxodo hacia las ciudades y el envejecimiento del
campesinado.

Según los expertos, el estímulo al duro trabajo agrícola
requeriría de remuneraciones monetarias acordes con esa labor, la
obtención de ganancias, la posibilidad de vivienda y de tener
garantizado el autoconsumo familiar.

El grupo negociador busca capital para reactivar la
infraestructura arrocera, la industria de piensos para la
alimentación animal y la producción de conserva a partir de
ganado porcino.

A juicio de las autoridades, "el socio extranjero recuperará el
capital invertido a corto plazo" y aunque se priorizaría la
exportación y las demandas del sector turístico "la población se
beneficiaría indirectamente" pues los ingresos se reinvertirían
en el desarrollo agrícola.

EN SINTESIS

-Desde la legalización del dólar y del trabajo por cuenta propia
aprobados en 1993, los cubanos vieron el aumento de precios y
tarifas, la aparición de nuevos impuestos y la eliminación de un
grupo de prestaciones gratuitas.

-El costo de la vida en 1994 aumentó considerablemente.

-Entre los anuncios que parecen inminentes se encuentran la
aprobación de una ley de inversiones extranjeras, y sobre todo,
la ampliación del trabajo por cuenta propia a nuevos oficios.

-Esta última medida serviría de contrapeso parcial a la anunciada
reducción de la fuerza de trabajo en las empresas del Estado,
amparada por una legislación promulgada el pasado año.

-Según el gobierno, el exceso de fuerza de trabajo en la empresas
es uno de los males de la economía cubana más criticados hoy y se
espera que entre 500 mil y 700 mil personas pierdan su puesto en
los que se denomina el "reordenamiento" de la economía cubana.

-Además de los mercados de libre formación de precios
-agropecuario e industrial- y el trabajo por cuenta propia, las
autoridades han vuelto sus ojos hacia ciertos mecanismos
financieros, crediticios, contables y económicos en general.

-Según fuentes oficiales, el programa de saneamiento financiero,
que logró achicar el déficit fiscal en 72% durante 1994 y redujo
sensiblemente el exceso de circulante, puede ser reversible.

-Especialistas califican de endeble el 0,7% de crecimiento del
PIB, logrado en 1994, tras cuatro años de caída.

-La agricultura y la industria azucarera, las dos columnas
tradicionales de la economía continúan demasiado debilitadas para
soportar el golpe de la recesión.

-Según varios especialistas, la recuperación económica del país
pasa por un reforma empresarial que active la industria, y el
debate se centra en si es posible lograr esa recuperación sin
pasar antes por la racionalización del empleo.

DESEMPLEO EN LA MIRA

La fuerza laboral cubana está bajo la mirilla implacable de la
eficiencia. Las autoridades enfrentan uno de los más graves
problemas de la maltrecha economía: las abultadas plantillas del
aparato estatal.

Según varios especialistas, la racionalidad y la eficiencia en la
producción cubana supondría dejar fuera de sus actuales plazas a
cerca de 700 mil trabajadores, de los 3,5 millones activos. Para
los próximos meses, el gobierno enfrentará el posible despido de
más de 500 mil trabajadores.

El propio Fidel Castro advirtió recientemente sobre el peligro de
que la introducción de mecanismos capitalistas en la sociedad
cubana pueda atentar contra las conquistas básicas de la
revolución.

Las autoridades intentan realizar el proceso de la manera "más
pausada posible, sin grandes traumas. Se trata de un complejo y
delicado fenómeno político. Durante 35 años los cubanos han
estado acostumbrados al denominado "empleo total" en el que el
trabajador recibe su salario trabaje bien o no.

Los primeros en recibir el impacto de la nueva política serán los
empleados de 32 ministerios y otras dependencias burocráticas
adscritas al aparato de Estado. Se calcula que en los próximos
días, unos 11 mil funcionarios de esas instituciones dejarán sus
puestos.

Su momento llegará para los obreros que laboran en plantas
fabriles paralizadas o semiparalizadas y cuyo "gigantismo"
importado de la ex Unión Soviética, ha demostrado su
ineficiencia.

DESPIDO U ORDENAMIENTO

"Algunos dicen que sobran miles de trabajadores, que unos 600 mil
van a ser racionalizados, y no es así", declaró al diario Gramma,
Pedero Ross Leal, secretario general de la Central de
Trabajadores de Cuba (CTC). Ross prefiere hablar de un
"reordenamiento laboral".

Las autoridades dicen que las alternativas para los que pierdan
el empleo serán el trabajo por cuenta propia o la agricultura, en
medio de un plan gubernamental que prevé la entrega de tierras en
usufructo gratuito a las familias que decidan irse al campo.

Más de 170 mil personas trabajan por su cuenta en 130 actividades
económicas.

A su vez, las autoridades proponen la diversificación de las
formas organizativas y de propiedad al punto de prever la
cooperativización de algunos servicios.

Las autoridades aseguran que "nadie quedará abandonado a su
suerte". Según fuentes oficiales, la asistencia social se elevará
de 97 millones de pesos (igual en dólares) en 1994 a 154
millones.

Por el momento, la variante más generalizada es la de despido,
con 60% del salario percibido. Las personas en esa situación
(actualmente 140 mil) son luego objeto de varias ofertas de
trabajo. Si las rechazan en su totalidad dejan de percibir el
subsidio.

La búsqueda de un mercado laboral flexible donde el Estado no
asuma la total responsabilidad del empleo llevó a variantes como
la del trabajo por cuenta propia, aprobada por el gobierno en
septiembre de 1993.

Las autoridades apuntan a incorporar a unos 500 mil trabajadores
a este sistema, aumentar el rango de las actividades permitidas y
extender la autorización a profesionales.

El resto de "disponibles" o "desocupados" deberá buscar acomodo
en sectores productivos como la agricultura, el turismo, la
minería o, a juicio de expertos, quedará en proceso de rotación,
dentro de una "bolsa laboral".

OPINA LA GENTE

- "Si no es capitalismo, yo no sé que será. La vida se hace cada
vez más difícil, no hay seguridad de empleo y cada día hay más
gente queriendo poner negocios privados, dijo un profesor de
preuniversitario".

- Un estudiante de filosofía de la Universidad de La Habana
comentó que durante años se quiso igualar los conceptos de
socialismo y de propiedad estatal cuando habría que privilegiar
la propiedad social.

- Encuestas realizadas en la Isla arrojan que mientras más del
30% de los ciudadanos se pronunciar en favor de la empresa
privada, casi la mayoría defiende las dos conquistas básicas del
socialismo: salud y educación gratuita.

- "Se acabó el paternalismo", comentan algunos por las calles al
referirse a los años en que era posible "vivir del cuento" o, lo
que es lo mismo, ganar un salario sin un trabajo real que lo
respaldara. (10A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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