Quito. 25.05.95. La gran mayoría de gente piensa que el
mercado de valores está reservado exclusivamente para los
grandes y sofisticados inversionistas y que incursionar en él
requiere de una gran preparación. Nada más equivocado, si
tomamos en consideración que este mercado existe en el mundo
desde el siglo pasado y es una gran alternativa para obtener
rendimientos más interesantes que los del sistema financiero
tradicional.

Para saber en forma más concreta quiénes y de qué modo
invierten en las Bolsas de Valores, hemos realizado un sondeo
entre las principales Casas de Valores a fin de obtener un
perfil de sus clientes.

LA ACTITUD AL INVERTIR

Para José Mantilla, gerente de Interinvest, la actitud inicial
del cliente al llegar a una Casa de Valores es en muchos casos
de desconocimiento total sobre sus funciones como tal y sobre
el mercado de valores. Concepto que corrobora Juan Acosta de
Combursátil, institución donde es muy frecuente que los
clientes pregunten cuánto se les va a pagar por determinada
inversión.

Según Mantilla, el cliente llega básicamente para tratar de
conocer qué es lo que puede hacer a través de una Casa, porque
alguien le dijo que a través de una de estas instituciones ha
obtenido rendimientos interesantes. En la gran mayoría de
Casas de Valores, los inversionistas llegan sea por
recomendaciones de otros clientes o por contactos personales o
comerciales de sus funcionarios. Son muy pocos los que se
acercan a las Bolsas de Valores para pedir un listado de
instituciones y escoger de entre ellas aquella con la que
trabajarán.

"La montaña va a Mahoma" según Ramiro Crespo, gerente de
Investbolsa, al señalar que en su caso más que el cliente
llegue a la Casa de Valores, son sus funcionarios quienes van
en busca de un inversionista confiable y creíble, porque en
este negocio la gran parte de las órdenes se ejecutan
telefónicamente . Además se espera que sea un cliente que
conozca sobre la actividad bursátil y a quien se le pueda
enseñar los riesgos que corre para tomar las mejores
decisiones, a fin de minimizarlos dentro del retorno
esperado.

Por el lado del cliente emisor que necesita fondos, debe ser
de la misma manera confiable, el común denominador entre
inversionistas y emisores es la credibilidad y el conocimiento
de lo que están haciendo, señala Crespo.

Igual forma de mercadeo tiene Investunión, cuya gerente
Natalie Celi señaló que quien llega a esta institución lo hace
influenciado por una publicidad atractiva y generalmente para
negociar un documento de renta fija, de ahí que para
promocionar productos más interesantes se realizan visitas a
los clientes.

Todo se podría resumir en los conceptos vertidos por Víctor
Abboud de Inversiones Dogo: "no pienso que sea un mercado
donde un cliente busca a la Casa de Valores, muchos de los
clientes no aceptan hablar con un funcionario sino con los
gerentes, esperando de este modo un trato más personalizado".

La mayor parte de clientes personales que acuden a una Casa de
Valores quieren probar, son profesionales de clase media que
comprenden el concepto de sociedad anónima con el concurso de
capitales, y que por su tipo de actividad confían en la
administración profesional de una Casa de Valores y de las
empresas en las cuales se recomienda invertir. Es gente que
confía pero se preocupa por cualquier rumor, creen que
fácilmente pueden perder su inversión. Es muy raro el
inversionista que llega y ordena la transacción sin pedir
previa asesoría.

LA INFORMACION UNA VENTAJA COMPETITIVA

La información que los clientes solicitan gira alrededor de:
quiénes conforman la administración de la empresa, qué tipo de
empresa es, en qué sector está, su posición, balances,
política de dividendos y de aumentos de capital, monto que
representan estas transacciones del total, monto negociado,
rentabilidad de la acción y utilidad.

Los profesionales de una Casa de Valores proporcionan
recomendaciones sobre las inversiones, sin embargo la última
palabra la tiene el mismo cliente. En este punto vale la pena
cuestionarse si la información con que cuentan las
instituciones es suficiente y oportuna para que el cliente
pueda tomar la decisión que más le convenga. Ante ésto, los
operadores entrevistados señalaron que desgraciadamente el
mercado aún se encuentra falto de información, a pesar de la
cada vez mayor apertura que presentan las instituciones para
mostrar sus libros al público.

Todavía existe un poco de celo en la entrega de información,
hay casos en que inclusive se debe llegar a instancias de
gerencia general a fin de poder recopilar información y así
satisfacer las demandas de los clientes. Que el funcionario de
una empresa no esté autorizado a proveer de información es muy
perjudicial para un mercado en desarrollo como el ecuatoriano.

Frente a ésto, la política por la que gran parte de Casas de
Valores optan es tener acciones de las empresas que operan en
Bolsa, lo cual les da derecho como accionistas para pedir
información.

La gente tiene la idea de que en un mercado tan fluctuante
como el ecuatorIano se corre excesivo riesgo en las
inversiones, pero no toman en cuenta que justamente en
mercados como éste es donde se encuentra el negocio.

Por otra parte, la función de una Casa de Valores es el
asesoramiento sobre cuándo comprar y vender, se requiere así
de un contacto estrecho con los clientes. En este sentido los
operadores coinciden en señalar que se debería comprar cuando
las tasas de interés están bajando y vender cuando suben, sin
embargo el inversionista vende cuando las tasas prácticamente
han llegado al piso y las acciones están caras y
simultáneamente cuando las tasas suben, deciden comprar.
Comportamiento que se debe a la falta de conocimiento y a la
búsqueda de mayores rendimientos en términos nominales, sin
tomar en cuenta el retorno real. El ecuatoriano tiende a ver
lo que ha pasado y no lo que va a suceder para la toma de sus
decisiones de inversión. No existen períodos determinados para
comprar o vender acciones, quizá el único claro es cuando
existe una marcada liquidez y es propicio comprar, Así mismo
hay que señalar que en los períodos posteriores a la
repartición de dividendos hay muchos inversionistas que desean
vender sus inversiones, por lo cual hay una sobreoferta de
acciones.

Toda información que puedan proporcionar a sus clientes es una
ventaja competitiva importante para las Casas de Valores.

LOS CLIENTES DE LAS BOLSAS

Sobre los tipos de clientes que acuden a las Casa de Valores,
pueden hacerse algunas clasificaciones. Una de ellas es según
el grado de conocimiento del mercado, así tenemos:

a. Institucionales o Corporativos que saben exactamente lo que
quien, tienen una clara idea de lo que constituyen las
operaciones en Bolsa qué y a qué rendimientos comprar. No
necesitan una guía. Dentro de este grupo se pueden encontrar
administradoras de fondos tanto nacionales como extranjeras,
otras Casas de Valores y empresas.

b. Sofisticados, que tienen portafolios en acciones y quieren
mejorar su rentabilidad con otras opciones distintas a los
típicos certificados de inversión. Requieren de una guía más
específica, cada compra o venta debe ser respaldada por
información detallada de la empresa. Realizan un manejo
especulativo de su portafolio, porque son capitales que pueden
tomar riesgos elevados.

c. No frecuentes o esporádicos que quieren negociar sea en
renta fija o en acciones, tienen algo específico para hacer.
Requieren de una explicación vaga de los precios, no desean
informarse más a fondo de lo que está pasando. Quieren hacer
liquidez con alguna acción que poseen o a su vez tienen
excedentes para ser colocados.

Otra clasificación podría ser según el objetivo de la
inversión. Así para Víctor Chiriboga de Portafolio, en Bolsa
invierten básicamente 2 tipos de agentes: el especulador y el
inversionista que busca a través de la asesoría de una asa de
Valores una correcta diversificación de sus inversiones. Esto
se aplica tanto para el caso de nacionales como de
extranjeros.

El segundo tiende siempre a comprar, no es un cliente
vendedor, porque al diversificar sus inversiones eventualmente
podría estar pensando en salir de determinada acción o
instrumento financiero, pero lo que está buscando es balancear
su cartera de inversiones. Si participa en un proceso de venta
generalmente trata de comprar otra acción que le rinda un poco
más.

El otro tipo de inversionista permanente no especulador es el
rentista, una persona natural que tiene un cierto capital y
quiere asegurarlo para tener un futuro y lo coloca en las
empresas que se le aconseja o que él mismo conoce. Realiza su
inversión, permanece con ella y se deshacerá el momento que
tenga alguna necesidad de liquidez o alternativa de mayor
rentabilidad.

El especulador por su por parte está siempre dispuesto a
comprar y vender, todo depende de la rentabilidad que obtenga.
De este modo el cliente institucional o corporativo,
generalmente invierte para mantener su inversión en un
portafolio por poco tiempo comprando y vendiendo
constantemente las acciones, lo que busca es una rentabilidad
alta y un retorno muy rápido de su capital.

¿COMO ACTUAN LOS CLIENTES INTERNACIONALES?

El segmento de clientes internacionales que atienden las Casas
de Valores ecuatorianas lo constituyen básicamente
inversionistas institucionales, fondos internacionales que
buscan especular en un mercado donde los precios de las
acciones en relación a similares de los países vecinos están
completamente subvaluados con lo cual se presenta una
magnífica oportunidad para diversificar inversiones.

Los fondos internacionales invierten con más tranquilidad, por
la misma experiencia que tienen, mayoritariamente en acciones,
lo cual justifica en gran medida el crecimiento del mercado
bursátil local .

Según Alba Villareal, operadora de Valpacífico este tipo de
cliente tiene mucha facilidad para pedir la información a las
empresas inscritas en Bolsa y evaluarlas, chequea
minuciosamente la información, rara vez hacen preguntas del
análisis numérico pero son muy interesados por el movimiento
diario haya o no un evento trascendental . Saben que es un
mercado en crecimiento y que por ende hay la posibilidad de
hacer muy buenas compras. Los administradores de fondos tienen
en general un sistema de no vender, son compradores y guardan
sus carteras, es muy difícil que vendan acciones, no
especulan, solamente venden si consideran mala a la empresa
para las utilidades Valores ecuatorianas lo constituyen que
ellos desean obtener.

Al tratarse de inversionistas institucionales, fondos mutuos
en especial, su visión es de largo plazo, pueden entrar o
salir de las inversiones dependiendo de los precios, pero
normalmente salen otras inversiones del mismo tipo.

¿QUIEN INVIERTE EN ACCIONES?

Según el sondeo realizado en las distintas Casas de Valores,
las operaciones en acciones están orientadas a inversionistas
que quieren formar un patrimonio, clientes individuales que
tienen un excedente de dinero, del cual no dependen para
vivir, y que buscan otra alternativa de inversión, siendo
conscientes del riesgo de invertir en renta variable y a largo
plazo.

Lupe Monge, subgerente de Filancasa fue muy precisa en señalar
que el cliente que invierte en acciones es un cliente
básicamente joven, de 28 a 40 años, y que los clientes
corporativos que eventualmente participan en el mercado
accionario son las instituciones del sistema financiero y
bursátil que arman los portafolios de los propios clientes.
Los clientes que invierten en renta variable son básicamente,
personas naturales que siguen las recomendaciones de la propia
Casa, puesto que en gran parte son conocidos de sus
personeros.

Contrariamente, el cliente mayor es un típico inversionista en
renta fija, quien busca un rendimiento mensual y un menor
riesgo para su capital.

Es interesante subrayar el concepto vertido por Juan Acosta,
en el sentido de que quien es accionista (muy minoritario) de
un banco considera en muchos casos que esto le otorga una
serie de privilegios adicionales como tasas de interés
especiales o sobregiros, y siente una gran frustración cuando
esto no se da.

LAS PRINCIPALES PREGUNTAS Y DUDAS

Las preguntas más frecuentes que los clientes individuales
realizan a sus operadores de Bolsa se refieren a la
valoración, en el sentido de por qué sube o baja determinado
título. La lógica, según Abboud, señalaría que cuando un
precio baja, se debe a que previamente se han repartido
utilidades en efectivo o se ha aumentado el capital repartido
utilidades en acciones (porque el patrimonio sigue siendo el
mismo y hay más acciones en el mercado) ... aunque a veces
sucede lo contrario, porque el hecho que una compañía haya
repartido buenas utilidades eleva el precio por la confianza
que esto genera en la comunidad financiera.

Otra consulta frecuente hace referencia al tema impositivo, en
este punto los inversionistas presentan un desconocimiento
casi absoluto sobre los impuestos que los diferentes tipos de
inversiones pagan.

Las Casas de Valores se encuentran en un proceso de formación
y de segmentación clara de su mercado, puesto que como en
cualquier otra actividad, es muy difícil abarcar todas las
opciones de operación. Así, para operar en renta fija se
señala como imprescindible un excelente conocimiento de la
forma en que se está manejando el entorno macroeconómico y las
finanzas del país mientras que para renta variable se debe
conocer el funcionamiento y futuro de las empresas dentro del
contexto económico general. Cada Casa de Valores debe ir
optimizando sus ventajas competitivas y los clientes deben
saber aprovecharlas de la mejor manera.

*Texto tomado de: revista EKOS #15 (pag. 59-62)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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