Quito. 24 may 95. La tendencia mundial a formar fuertes bloques
económicos pondrá en desventaja a Latinoamérica si no consolida
su unidad

El ritual del comercio mundial ha experimentado un cambio
importante desde los años ochenta hasta ahora.

La super-regulación se convirtió en liberalización. Y entonces la
clave del libre comercio está en aumentar la calidad y la
cantidad de los productos y servicios de un país, para que se
conviertan en los más buscados por consumidores de otros países.

Esa situación óptima tiene como resultado la generación de empleo
y divisas, que redunda en el bienestar de la población de un
país.

Pero la competencia entre economías por mejorar el nivel de vida
para sus habitantes exige un hábil manejo de negociaciones y
acuerdos bilaterales, regionales y multilaterales del comercio
internacional. Una habilidad que permita que esas economías,
interconectadas por la globalidad, no entren en conflicto entre
sí.

La nueva tónica de la economía mundial exige que los países
definan estrategias que integren objetivos fiscales, monetarios,
educativos y de entrenamiento, que lo hagan de acuerdo con
lineamientos básicos y reglas acordadas.

Ese fue el sentido de la reunión de cancilleres de los 14 países
que conforman el mecanismo permanente de consulta y concertación
política que terminó ayer en Quito: analizar las perspectivas de
América Latina para integrar un sólo bloque económico y
comercial.

El punto clave está en lograr, como dijo el ministro de México,
José Angel Gurría, una posición única y sólida de la región
previa a la cumbre presidencial de los siete países más
industrializados del mundo (G-7) de julio próximo en Halifax,
Canadá.

"Necesitamos unidad para ser un continente unificado y con
identidad propia para dialogar y entendernos con las demás
grandes unidades mundiales", expresó el canciller de Venezuela,
Miguel Angel Burelli.

Señaló que la integración total de la región se podría alcanzar
mediante la concentración de los diversos organismos como el
Pacto Andino, Mercosur, el Mercado Común Centroamericano, el
Grupo de los Tres y el Caricom (ver cuadro).

LOS PASOS DADOS

- El Pacto Andino es ahora una activa zona de libre comercio que
ha dado un giro de 180 grados, si se considera la política
proteccionista que los países miembros defendían hasta entrados
los años ochenta. Uno de sus logros ha sido el AEC, con un mínimo
de 5 % y un máximo de 20 %.

QUIEN ES QUIEN EN CIFRAS

Población y PIB en acuerdos comerciales en América Latina


Acuerdo Países miembros Poblac. PIB
(**) $

TLC Canadá, México, EEUU 380 6.766
*Incluyendo Chile 394 6.806

Mercosur Argentina, Brasil,
Uruguay, Paraguay 211 642

G-3 Colombia, México,
Venezuela 148 399

Pacto Bolivia, Colombia, Perú
Andino Ecuador, Venezuela 98 142

MCCA(*) Costa Rica, Guatemala,
El Salvador, Honduras,
Nicaragua. 29 26

Caricom Antigua y Barbuda,
Bahamas, Barbados,
Belice, Dominicana,
Granada, Guyana, Jamaica
Montserrat, San Cristoba
y Nieves, Santa Lucía, S
Vicente y las Granadinas
Trinidad y Tobago 7 13


(*) Mercado Común Centroamericano, Cifras de 1993.
Fuentes: FMI, BID.
(**) En millones de habitantes
($) Millones de dólares

- El Mercosur ha tenido un acelerado cronograma de implementación
y ha permitido que los mayores socios del pacto, Argentina y
Brasil, cuya rivalidad económica es conocida, bajen sus aranceles
como lo hicieron Uruguay y Paraguay, también miembros, y se
multiplique el comercio intrarregional. Este acuerdo cuenta con
un arancel externo común del 14 %.

- El G-3 es un acuerdo comercial que no incluye unión aduanera,
que empezó a operar el 1o. de enero de 1995 y al que Ecuador ha
solicitado su ingreso.

- El Mercado Común Centroamericano, que surgió en 1960, también
está tomando un nuevo giro. Uno se sus objetivos es lograr una
unión aduanera.

- El Caricom, que reúne a 13 países caribeños y que se había
iniciado en 1973, se reactivó a partir de enero de 1995.

INTEGRARSE DA BUENOS RESULTADOS

Uno de los efectos mesurables de la integración económica de la
región se puede observar en términos comerciales.

La decisión de rebajar los niveles de protección arancelaria y de
abrir las economías de la región dio como resultado el incremento
de las importaciones de 80 mil millones de dólares en 1989 a 180
mil millones de dólares en 1994, según una última información del
Banco Interamericano de Desarrollo, BID.

También las exportaciones crecieron de alrededor de 100 mil
millones de dólares a 140 mil millones de dólares. Si bien este
crecimiento se ha dado a nivel global, la mayor dinámica se ha
dado al interior de Latinoamérica, según el BID. Hacia 1993, el
comercio externo total de la región era de 300 mil millones, 20 %
de lo cual se dio dentro de la región, cuando en 1988 esta
participación fue tan solo del 13 %.

Hablar de una integración latinoamericana necesariamente
implicará el acercamiento de los bloques bajo fórmulas que acojan
los planteamientos comunes. Reuniones como la que terminó ayer,
la del Grupo de Río, contribuyen a crear lineamientos de acuerdo
para la formación de un gran bloque regional.

HACIA EL COMERCIO LIBRE EN EL 2005

El proceso de integración comercial lanzado en la Cumbre de Miami
va bien encarrilado hacia la meta de acordar una zona hemisférica
de libre comercio para el año 2005, aseguró el martes Thomas
McLarty, consejero del presidente Bill Clinton, ante un nutrido
grupo de dirigentes empresariales de todo el continente.

Tratar de acortar el período para buscar una implementación más
temprana es sin embargo muy difícil, debido tanto a las
desigualdades entre países como al hecho de que algunos de los
más importantes no quieren ir más rápido, explicó McLarty en una
intervención ante el Consejo de las Américas, organización que
agrupa a más de 300 corporaciones multinacionales.

La conferencia anual del Consejo de las Américas concluyó hoy con
una reafirmación del apoyo empresarial al objetivo del libre
comercio e incluso llamados para tratar de acortar el plazo al
año 2000, y un renovado optimismo sobre las perspectivas de
América Latina y el Caribe.

El Director-Gerente del Fondo Monetario Internacional, Michel
Camdessus, quien fue uno de los principales expositores, se
declaró confiado de que la crisis financiera de México ha sido
reducida a "un problema manejable" y estimó que ese país
resurgirá "más fuerte que antes" de esa experiencia

Newt Gingrich, líder de la mayoría republicana que controla el
Congreso de Estados Unidos, rechazó por su parte los cargos de
"neo-aislacionismo" lanzados contra su partido y declaró su
"firme respaldo" a la meta del libre comercio hemisférico.

Gingrich apoyó el plan de admitir a Chile al Acuerdo de Libre
Comercio de América del Norte (TLC), que ya une a Estados Unidos,
Canadá y México, y estimó que en última instancia "toda América
Latina" debería incorporarse a ese pacto.

McLarty, quien coordinó la cumbre que reunió en diciembre pasado
a 34 jefes de estado democráticos de las Américas y el Caribe,
respondió a las sugerencias de acelerar el proceso señalando que
los acuerdos de Miami no excluyen ir más rápido, pero puso en
duda que sea posible acortar el plazo a pesar de que -según dijo-
han habido importantes progresos en varios temas claves.

Señaló entre ellos los del combate al narcotráfico y la
corrupción, asuntos que consideró vinculados con la actividad
económica y comercial.

"Hemos tomado una posición muy firme contra el crimen, porque
está muy estrechamente entrelazado con el desarrollo económico",
indicó.

En ese campo anunció que alrededor de la mitad de los países del
hemisferio han dado ya su apoyo a un proyecto de estrategia
antinarcóticos redactado por México y Estados Unidos, que
recibirá los "toques finales" durante una conferencia convocada
para el mes de junio.

El proyecto "ofrece un plan integral para reducir
sustancialmente, y ojalá erradicar el tráfico ilegal de
narcóticos en todo el hemisferio", explicó.

A fin de junio se realizará también en Denver, Colorado, una
reunión de ministros de comercio para estudiar los diferentes
enfoques en torno al proceso de integración, y se crearán grupos
de trabajo para iniciar las negociaciones por temas específicos,
anunció Charlene Barshefski, vicerepresentante de Comercio
Exterior de Estados Unidos.

Camdessus dijo a los empresarios que el FMI puede ayudar a crear
un ambiente favorable al libre comercio "ayudando a prevenir y
resolver" los problemas financieros, pero enfatizó que no hay
sustituto para la disciplina en materia fiscal y monetaria.

La primera lección que dejó la crisis mexicana, indicó, fue que
la apertura a los mercados financieros internacionales impone una
obligación de "disciplina estricta" en cuanto a la política
económica.

ZONA HEMISFERICA, SUEÑO DE LA INTEGRACION REGIONAL

La convergencia en el proceso de integración regional es el
primer gran desafío que enfrentan los países latinoamericanos
como antesala para la conformación de la zona hemisférica de
libre comercio en el año 2005.

Lo anterior se desprende de las declaraciones realizadas ayer por
varios diplomáticos que asistieron a la décima cuarta reunión de
cancilleres del Grupo de Río, realizada en Quito.

En efecto, para el canciller uruguayo Alvaro Ramos Trigo lo
prioritario es buscar una mayor presencia política como región a
nivel de los foros internacionales con la presentación de tesis
comunes.

"Nos interesa, claro, la zona hemisférica de libre comercio, pero
antes tenemos que ver cuáles son las relaciones entre nuestros
países latinoamericanos y del Caribe", puntualizó el diplomático.
Anotó que la región deberá coordinar la creación de instancias
políticas con el propósito de tomas posiciones comunes frente a
temas importantes en la agenda internacional como el narcotráfico
o el terrorismo.

A criterio de Ramos Trigo, el Grupo de Río debe tender a
conformar espacios que le permitan negociar posiciones políticas
comunes con otros bloques a nivel mundial, para lo cual es
prioritario "mejorar los mecanismos de integración a nivel
nacional y regional y atender en forma sistemática lo que son las
demandas de coordinación de nuestras posiciones políticas".

Agregó que en la actualidad los países de América Latina realizan
grandes esfuerzos para sanear las economías y así lograr
equilibrios fiscales y financieros "a costa del sacrificio de
todos nuestros pueblos", y por otro lado se han abierto las
fronteras comerciales de la libre competencia, razones más que
suficientes para adoptar posiciones regionales concordantes
tendientes a exigir a los organismos internacionales que mejoren
las capacidades de operación.

En ese marco, el canciller de México, Miguel Angel Gurría, señaló
que los representantes de su país se hallan explicando los
motivos de la crisis financiera ante la comunidad internacional,
con el propósito de que las otras naciones tomen medidas
preventivas para evitar una crisis similar que ha repercutido en
mayor o menor grado en todos los países del Continente americano.
(3A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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