Quito. 25.05.95. La polémica sobre Cuba, mantiene los ánimos
caldeados de los funcionarios del gobierno de EEUU y de sus
congresistas. De pronto, la gélida mirada que la polÃtica
exterior norteamericana mantuvo frente a la Isla durante los
últimos años de la Guerra FrÃa, se ha transformado en un
acalorado debate.
Ayer, durante la reunión del Subcomité de Asuntos
Latinoamericanos del Senado de EEUU, se expresaron dos posiciones
marcadamente divergentes.
El partido republicano -que controla el Congreso- cree que ha
llegado el momento de la ofensiva final al régimen del presidente
Castro, mientras que el gobierno del presidente Clinton considera
que los cambios en Cuba han empezado a producirse por si solos.
LAS DOS POSICIONES
Encabezada por el senador Jesse Helms, presidente de la Comisión
de Relaciones Exteriores, que presentó en el Congreso la ley
"Cuba Libre y Democrática", los republicanos creen que ha llegado
el momento de endurecer las sanciones comerciales que pesan sobre
la Isla desde 1959. Además, plantea estimular la celebración de
elecciones "democráticas libres y justas", que se realizarÃan
"bajo la supervisión de observadores reconocidos
internacionalmente"; y, una vez que se establezca un nuevo
régimen, el Senador considera que habrá llegado el momento para
que los viejos dueños recuperen las propiedades confiscadas por
la revolución, hace más de 30 años.
El senador Jesse Helms va mucho más allá y señala que Clinton
rechaza tomar medidas contra Castro, porque ha hecho "un pacto
diabólico con la tiranÃa..." El senador demócrata califica de
pacto diabólico a los acuerdos migratorios que fueron anunciados
el 2 de mayo en Washington y La Habana, y que plantean una
polÃtica de cooperación entre ambos paÃses.
Por su parte, el presidente Bill Clinton parece haber aceptado
las sugerencias que le hizo la prensa norteamericana, durante la
crisis de los balseros.
"Si la Casa Blanca ha reconocido que reforzar las relaciones
comerciales con China fueron un medio viable y eficaz para
mejorar la situación en ese paÃs, entonces ¿por qué no con
Cuba?", señalaba en aquellos dÃas un artÃculo del Washington
Post.
El presidente demócrata rechaza un fortalecimiento del embargo
por considerarlo innecesario. El subsecretario de Asuntos
PolÃticos del Departamento de Estado, Peter Tarnoff, que
participó ayer de la reunión del Subcomité aseguró que Cuba sigue
los pasos de China, Sudáfrica y HaitÃ".
A su vez señaló que Cuba tomará una serie de medidas que "antes
hubieran sido difÃciles de imaginar".
La posición del presidente Clinton se ha confirmado con un
informe elaborado por el Pentágono que sugerÃa que "al gobierno
de Washington le conviene la permanencia de Fidel en la
presidencia de Cuba, pues bajo su mando se harÃan cambios
graduales pacÃficos y las repercusiones para EEUU serÃan
mÃnimas".
El Informe añadÃa que el escenario más probable de las
transformaciones en Cuba supone la transformación gradual de las
medidas de liberalización económica... y los cambios se harÃan
evidentes en los próximos años.
La tesis de Clinton partirÃa de que la crisis económica que se
desató en la Isla con la caÃda en desgracia de sus principales
aliados -los paÃses del bloque socialista- y el histórico embargo
norteamericano, han dejado profundas huellas en la economÃa
cubana y en el ánimo de la población.
MARCHA CONTRA EL TIEMPO
Las medidas adoptadas hasta ahora por el gobierno cubano parecen
entrar en una lógica implacable, orientadas a golpear las bases
mismas del sistema socialista.
Peter Tarnoff señaló ayer, durante la reunión del Subcomité, que
"la adopción de medidas económicas "que hace pocos años habrÃan
sido impensables", se aplicarán inevitablemente en Cuba.
EN CUBA...
Por el momento, las autoridades cubanas se niegan a entrar en la
segunda fase de la reforma que afectarÃa uno de los puntales del
socialismo: el pleno empleo. El gobierno cubano se esfuerza por
encontrar medidas creativas a la crisis, que mantengan los logros
de la revolución, como por ejemplo promover las inversiones
extranjera en ciertas áreas... Se trata de una carrera contra el
tiempo. Fuentes legislativas calculan que con el apoyo
republicano, que cuenta con la mayorÃa en las dos cámaras, la
iniciativa Helms Burton podrÃa aprobarse antes de terminar el
actual perÃodo legislativo.
CONSENSO CONTRA EL EMBARGO
La 14va. Reunión de Cancilleres del Grupo de RÃo aprobó una
propuesta mexicana para condenar un proyecto que tramita el
Congreso estadounidense, encaminado a aplicar sanciones a las
empresas y paÃses que comercien con Cuba, se informó el martes
aquÃ.
El canciller mexicano José Angel GurrÃa, reveló que él planteó en
el seno de Reunión una oposición global del Grupo de RÃo, que
representa a 27 naciones del hemisferio, a la aprobación de ese
proyecto de ley impulsado por dos senadores norteamericanos.
La propuesta fue aceptada y la "troika" del Grupo de RÃo,
integrada por los cancilleres de Bolivia, Brasil y Ecuador,
deberá enviar una comunicación al gobierno y al Congreso
estadounidenses, rechazando dicho proyecto.
"Esto podrÃa implicar un precedente muy importante, se trata de
trasladar la legislación norteamericana a empresas y paÃses
soberanos", indicó GurrÃa para quien la "situación es delicada".
La pretensión no es del gobierno estadounidense y responde
únicamente a algunos miembros del Congreso y busca aplicar de
manera extraterritorial las sanciones comerciales que su gobierno
aplica a Cuba.
La misiva que será enviada por la troika a nombre del Grupo de
RÃo, deberá rechazar frontalmente el tema en mención, que
significarÃa una violación al derechos internacional. (AFP)
PUNTOS PRINCIPALES DE LA LEY HELMS
Entre enero y febrero fueron presentados en el Congreso de EEUU
(Cámara de Representantes y Senado) un total de nueve proyectos y
una resolución con el objetivo de intensificar el bloqueo a Cuba.
Sus puntos principales giran en torno al fortalecimiento de las
sanciones internacionales contra el gobierno de Fidel Castro y la
planificación a un gobierno de transición que conduzca hacia un
gobierno electo democráticamente en el paÃs caribeño.
En lo que se refiere al bloqueo, el proyecto de ley se opone a la
admisión de Cuba como miembro de organizaciones financieras
internacionales, en tanto no se celebren elecciones supervisadas
y el Gobierno cubano se comprometa a compensar a las personas de
EEUU por las propiedades expropiadas y que más tarde fueron
nacionalizadas.
Entre ellas se incluyen también los residentes de origen cubano
que al momento de la expropiación no eran ciudadanos
norteamericanos.
Otro aspecto de esta ley está dirigido a prohibir la importación
de EEUU de azúcar de paÃses que a su vez, importen azúcar cubano.
Según ella, no se permitirá la entrada o salida de los almacenes
para el consumo de EEUU de azúcares, siropes y mieles
provenientes de un paÃs que el presidente determine que ha
importado los mismos y que estos hayan sido producidos en Cuba.
Para evitar la asistencia financiera de la ex Unión Soviética
hacia Cuba, el proyecto establece la sanción inmediata a éste
paÃs, a menos que el presidente norteamericano certifique que
Rusia no está suministrando información de Inteligencia ni
proporcionando asistencia económica al gobierno de Fidel Castro.
GOBIERNO DE TRANSICION
El proyecto de ley establece una serie de requisitos a los que
debe ajustarse el gobierno de transición para contar con el apoyo
internacional. El nuevo gobierno deberá, entre otras cosas,
disolver el actual Departamento de Seguridad del Estado en el
Ministerio del Interior en Cuba, incluidos los Comités de Defensa
de la Revolución y las Brigadas de Respuesta Rápida.
Por otra parte, estará dispuesto a organizar elecciones libres,
con la participación de múltiples partido polÃticos. Además,
deberá asegurar el derecho a la propiedad privada. Y con ello que
permitir la concesión de permisos a compañÃas de
telecomunicaciones y de prensa privadas para operar en Cuba.
El proyecto establece, además, que el gobierno de transición no
debe incluir a Fidel Castro o a su hermano Raúl Castro.
Si el gobierno de transición cumple con estos requisitos, EEUU se
compromete a apoyarlo en la preparación de sus fuerzas militares
para que asuman un nuevo papel en la democracia.
Sobre estas bases se reanudarán las negociaciones, esto incluye
la devolución a Cuba de la Base Naval de EEUU en Guantánamo, la
restauración del reconocimiento diplomático y el apoyo a la
reintegración del gobierno cubano a las entidades del Sistema
Interamericano. (9A)
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Ciudad N/D
Publicado el 25/Mayo/1995 | 00:00