Quito. 02.02.92. Quedaba, pues, por suscribirse el Protocolo
que, con notoria injusticia para el Ecuador, había llegado a
elaborarse, después de un intenso período de negociaciones,
que no había logrado conciliar los intereses de las Partes.

El Ecuador iba, por tanto, a suscribir un instrumento que, por
las circunstancias en que fue concebido, no podía, en forma
alguna, responder, con exactitud, a su nombre, pues, como dice
el señor doctor Luis Bossano, miembro de la Delegación
ecuatoriana, "la primera vez que actuaba el apremio
continental para dar auspicio a la solución de nuestro pleito,
hallábanos en el peor y más trágico instante de la situación
internacional de nuestro país", o sea, según el mismo
personaje "militarmente vencidos y ocupada parte de nuestro
territorio por el enemigo, y desprovistos, por entero, de la
asistencia moral de antiguos aliados y amigos". Y, sin
embargo, en aras de una solidaridad continental, cuya negación
era el mismo Protocolo, y como medio de evitar consecuencias
más funestas, que podían comprometer la existencia misma de la
nacionalidad, el canciller Tobar Donoso, con prescindencia de
sus Asesores -ya que, en el instante de la máxima
determinación, era él, únicamente, quien debía pronunciar la
última palabra- asumió la más grande responsabilidad que
registra la historia ecuatoriana.

Cinco hechos decisivos

Para apreciar mejor los trágicos caracteres del momento, cabe
señalar los hechos que hubieron de determinar la decisión del
canciller ecuatoriano, según éste hubo de expresar más tarde:

a) Peligro de que desapareciese la Mediación, que constituía
el único medio de compensar la invalidez militar del país.

Los mediadores manifestaron, en efecto, que varias veces
habían pensado en dejarla y que los nuevos problemas les
obligarían, mal de su gusto, a desatenderla, si no a cejar en
sus esfuerzos. Aún durante la Reunión, el Señor Aranha,
violentamente irritado por una Nota confidencial que le
enviamos anunciándole nuestro propósito de dejar de concurrir
a aquella, porque América sólo se preocupaba de la agresión
extracontinental y toleraba el uso de la fuerza dentro del
Continente, nos dijo que, si insistíamos en la Nota, enviaría
junto con ella al Secretario General el aviso de que el Brasil
se separaba de la Mediación.

b) Peligro serio de que el Perú, como lo habían anunciado los
Mediadores, continuase la invasión y ocupase Guayaquil, acaso
sin disgusto de aquellos, malquistados probablemente con
nosotros por la negativa de suscribir el convenio. La
ocupación de Guayaquil podía significar no sólo la asfixia
económica del país, sino la desaparición de la nacionalidad
misma.

c) Seguridad absoluta de que, pasada la Reunión, el Perú fuese
más exigente con nosotros e impusiera las condiciones que
quisiese. La Reunión era tal vez, como lo decían los mismos
Mediadores, la última oportunidad para el arreglo.

d) Imposibilidad de la defensa militar del país, reducido a
absoluta impotencia.

e) Deficiencia de los elementos económicos necesarios para la
reorganización bélica nacional. Si el sostenimiento de sólo
14.000 hombres exigía 62.000.000 de sucres, según el
presupuesto presentado al Congreso de 1941; el de 70.000,
número necesario para equipararse al Perú, habría exigido al
rededor de 350.000.000 de sucres, sin contar con la enorme
cantidad indispensable para la consecución de los elementos
bélicos, inasequible, por otra parte, mientras no se
solucionase el problema limítrofe.

Un documento histórico

A la razón, el Plenipotenciario Arroyo Delgado había hecho
conocer a la Cancillería de Quito los acontecimientos
últimamente registrados, según cablegrama que, suscrito
después de la última conferencia con los Representantes de los
Estados Unidos, a comunicó lo siguiente:

"Estrechados cada vez más Canciller por exigencias y trágicos
pronósticos Mediadores sobre inmediata ocupación e
incorporación Guayaquil y dificultad Mediadores seguir
actuando, acabado llamarlo y colocarlo siguiente situación: O
acepta acuerdo definitivo, que deja solo posibilidad
Comisiones Partes en terreno definiendo puntos desacuerdo
línea Occidente, pues, en Oriente está completa y precisa; o
abandonan gestión y Perú invade Guayaquil- Canciller hecho
esfuerzos imponderables obtener arreglo provisional, pero a
cada observación presentose mayor exigencia Perú y presión
Mediadores.- Llegado el momento Sesión clausura, debió
definirse Canciller ante absurda trágica posición y resolvió
asistencia Sesión clausura, firmar Acta Final, mejorar salvar
Mediación.- Después Sesión volverán Cancillería. Mediadores
y Cancilleres Ecuador y Perú, fin ver si llégase acuerdo,
pues, Ecuador resístese firmar por falta de instrucciones.-
Línea es Boca Capones, dejando islas sur Perú, Zarumilla,
Puyango, Cazaderos, Macará, Sabanilla, Canchis, San Francisco,
divortium aquarum Zamora-Santiago, Yaupi, Andoas, Bocas
Cononaco, Nashiño, Yasuni sigue Napo, Aguarico, Zancudo hasta
boca Güepí como descrito mi 35.- Desocupación sería plazo 15
días y aprobación Congreso 30 días. Creo urgente estudien
grave momento y comuniquen resolución Uds. para que Canciller
pueda definir".

La firma

Y, habiéndose señalado para las 10 p.m. el momento en que, por
primera vez, habrían de encontrarse las Delegaciones de los
dos Estados en disputa, en presencia de los Representantes de
los Estados Mediadores, hubo de surgir un nuevo y definitivo
inconveniente para la suscripción del instrumento que debía
poner fin al diferendo. Era que, una vez más, personajes
aparentemente secundarios habían cambiado el texto de lo que,
con grave detrimento para una de las Partes, habíase
convenido. Y, en estas condiciones, el Canciller ecuatoriano
se negó a suscribir el Protocolo si, como habíase pactado, no
se hacían, en la línea de demarcación, las rectificaciones
correspondientes y no se concedía a su país el derecho-
reconocido por el Perú, a Colombia y Brasil, en instrumentos
análogos- de navegar por los ríos que desembocan en el
Amazonas. Planteadas con tal claridad las cosas, el
Subsecretario Welles 9de los Estados Unidos) reaccionó a favor
del Ecuador , doblegando la voluntad del Canciller Solf y Muro
(del Perú), a quien, hasta este momento, se había considerado
como "hombre de granito" . En definitiva, el instrumento a
suscribirse - que en un principio, debió constar de 10
artículos- quedó concretado en 9, habida cuenta de que el
correspondiente a la Conferencia que debería realizarse en
Buenos Aires, ya no tuvo razón de ser.

Primeras reacciones

Leído y suscrito, con las formalidades del caso, el
instrumento el señor doctor Ruiz Guiñazú, Ministro de
Relaciones Exteriores de la República Argentina, hablando a
nombre de los Estados Mediadores, destacó cínicamente -según
dice uno de los personajes asistentes- que "aquellos no habían
ejercido, para lograr tales resultados, presión alguna sobre
las Partes".

Por su parte, el Canciller Solf y Muro dijo que, "gracias a la
intervención amistosa de los gobiernos de Argentina, Brasil,
Chile y Estados Unidos junto a los del Ecuador y el Perú, fue
posible celebrar un Acuerdo de Paz y Amistad, tal como
conviene a pueblos hermanos". Y concluyó como sigue:

"Lo pasado, pasó. Tócanos en el futuro vivir dentro de la
unión y de la armonía estrecha, intensificando los vínculos y
lazos que nos unen, auxiliándonos recíprocamente, y, en
consecuencia, cada vez más solidarios en este momento crucial
para América".

Para terminar, el Canciller Tobar Donoso consignó los términos
que, a continuación, transcríbense:

"Acaba de firmarse un Protocolo de Paz, Amistad y Límites
entre dos pueblos hermanos.- Lo hago, con inmenso sacrificio,
porque el Acuerdo no satisface los derechos y aspiraciones de
mi país. Sin embargo, estoy seguro de que hemos dado un paso
más hacia la paz, que debe reinar en el Continente.- Espera el
Ecuador que, durante las negociaciones que seguirán a este
Tratado, encontrará la debida correspondencia de gentileza en
el gobierno del Perú y que no le faltará tampoco el apoyo de
los gobiernos mediadores.- Mi gobierno rinde el homenaje de su
admiración a la obra perseverante y acertada de los ilustres
cancilleres de los cuatro países tan dignamente representados
aquí y aplaude sus gestiones durante la negociación.- En este
momento, no puedo menos de presentar un tributo de especial
reconocimiento al canciller interino de la República
Argentina, que intervino con eficacia en la promoción de la
Mediación. De manera especial expreso también mi gratitud al
excelentísimo señor ministro Oswaldo Aranha, sin cuya
cooperación no se habría realizado el acuerdo entre los dos
países.- Estoy cierto de que, bajo los auspicios de los
gobiernos mediadores y con la buena voluntad y espíritu de
sacrificio del Ecuador y del Perú se obtendrá una solución
satisfactoria y justa para los dos países". (3C)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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