AGUDA POLEMICA ENTRE INDUSTRIAS TURISTICA Y PETROLERA EN LA
AMAZONIA. TURISMO Y PETR0LEO, ¿INCOMPATIBLES? Por MarÃa Amparo
Lasso
Quito. 18.02.92. La industria turÃstica y petrolera ecuatorianas
están peleándose espacios en la AmazonÃa, escenario que -marcado
por una serie de intereses contradictorios- se ha convertido en
el eje del debate medioambiental actual.
Dos décadas de explotación petrolera y de otros recursos fueron
diseñando la dinámica amazónica en nuestro paÃs, caracterizada,
como ninguna otra, por graves conflictos sociales e irreversibles
daños ecológicos.
Pero es hace relativamente poco -cuando se comienza a hablar de
"ecoturismo"- que las empresas turÃsticas se inauguran como
flamantes actores en la zona.
Este nuevo tipo de turismo está dirigido a las áreas naturales
que aún mantienen un relativo equilibrio. En un principio
selectivo -para investigadores, cientÃficos, ecologistas- pero
capaz de atraer en el futuro a todas las personas sensibles a la
naturaleza, esta modalidad tiene un potencial enorme. Galápagos
es un claro ejemplo. La AmazonÃa es una mina de oro.
La confrontación de intereses con la industria petrolera allà es
clarÃsima: ¿qué pasa, por ejemplo, si un grupo de ecoturistas se
topa -en medio de las tan publicitadas exhuberancia y diversidad
biológica amazónicas- con una enorme y horrible torre de petróleo
o, lo que es peor y muy común, con un derrame?
¿Cómo pueden asÃ, las empresas turÃsticas vender un "producto mal
acabado" cuando la competencia internacional en esta materia es
gigantesca? Esta es la pregunta. "Es que les estamos dañando el
paisaje", ilustra, sin ingenuidad, un personero de Petroecuador.
Surge la polémica
El 20 de diciembre de 1991, la Asociación Ecuatoriana de
Ecoturismo hizo pública una misiva donde denunció los trabajos
de prospección y exploración petrolera de la compañÃa SEISCOM
DELTA, subconstratista de Petroecuador, dentro del área de la
reserva FaunÃstica de Cuyabeno, donde se llevan a cabo proyectos
de ecoturismo.
La tala indiscriminada del bosque, apertura de grandes trochas,
construcción de helipuertos, establecimiento de campamentos, y
otras actividades -dijo la comunicación- a más de ser ilegales,
"ponen en peligro valiosos recursos a cambio de satisfacer
intereses económicos sin la menor proyección a futuro".
Y la Asociación fue más allá. Acusó a Petroecuador de manejar
estos asuntos con secretismo y de convertirse en juez y parte al
presentar en forma unilateral los análisis de impacto ambiental
de la actividad petrolera en la zona.
Consideró que "la exploración y explotación petroleras no
planificadas e improvisadas" amenazan otras opciones futuras para
el paÃs como el ecoturismo y, finalmente, exigió a Petroecuador
una moratoria de por lo menos dos años de las actividades
petroleras en la Reserva Cuyabeno.
En este asunto puntual, Petroecuador argumentó, en primer lugar,
que el contrato con la SEISCOM para operar en la zona se
suscribió el 13 de septiembre de 1990, es decir, diez meses antes
de que se decidiera ampliar el área protegida (3 de julio de
1991). Dio a conocer además una serie de medidas técnicas que,
en la actualidad, se toman en la fase sÃsmica para minimizar el
impacto ambiental.
Pero también fue más allá. En el documento llamado "Industria
Petrolera, Medio Ambiente y Ecoturismo", de su Unidad de
Protección Ambiental, acusó a empresarios hoteleros "apoyados por
otros grupos interesados claramente identificados" de promocionar
en la AmazonÃa "un paÃs primitivo y estático", con el propósito
de fomentar "el mercantilismo de una industria que dice proteger
el medio ambiente".
Petroecuador señaló también que "existen territorios exclusivos
para la actividad turÃstica, como el grupo La Selva y el Flotel
Orellana, quienes, haciendo uso de relaciones no claras con las
comunidades, pretenden establecer feudos inaccesibles, vedados
para otras actividades de interés nacional."
Y que grupos de turismo y ecologistas (cita a Metropolitan
Touring y Fundación Natura) enfrentan a la industria petrolera
con las organizaciones indÃgenas, para conseguir sus objetivos
particulares.
Lo anterior dio paso a una respuesta directa de Metropolitan
Touring (fechada 6 de febrero 1992). Esta empresa turÃstica -una
las más importantes del paÃs- denunció lo que consideró "un
ataque virulento, calumnioso, injusto y sin fundamentos" de la
industria petrolera contra su actividad, y emitió un amplio
documento para salvaguardar "nuestro bien ganado prestigio."
Pero, ¿se puede agotar un debate como este en el intercambio de
cartas, en la confrontación institucional?
No es una declaratoria de guerra a Petroecuador
¿A qué responden estas crÃticas tan directas de las empresas de
turismo contra la industria petrolera? ¿Un genuino interés
ecológico o un interés muy particular?
Petroecuador tiene reservas. Las crÃticas se estarÃan enmarcando
en una euforia ambiental que impide jugzar desapasionadamente la
realidad y donde se corre el riesgo de politizar el tema
ecológico.
"En la punta del ovillo hay un evidente interés económico",
asegura Manuel Navarro, director de la Unidad de Protección
Ambiental de Petroecuador. "Nadie hace las cosas por filantropÃa,
sabemos que la actividad turÃstica deja elevados réditos".
Navarro considera que las crÃticas son muy ligeras y que no se
reconocen los avances en materia de cuidado medioambiental que
se están haciendo en Petroecuador, desde la unidad que dirige.
La institución petrolera tiene desde hace dos años una polÃtica
ambiental ambiciosa, que tiende al desarrollo equilibrado de las
poblaciones en su área de influencia.
Un equipo multidisciplinario especializado -antropólogos,
biólogos, arquitectos, ecologistas- está trabajando por reducir
el impacto de la actividad hidrocarburÃfera en la AmazonÃa y en
otras zonas.
Se trata de una tarea sumamente complicada, dice Navarro, desde
cambiar los hábitos del más pequeño operador petrolero hasta
conseguir que las altas autoridades asuman con seriedad el tema:
"son 18 años de una explotación mal llevada, no podemos cambiar
las cosas de la noche a la mañana". Un trabajo duro, sin duda,
con altos costos sociales, sicológicos y familiares que, en una
visión maniquea, se desconocen. "No podemos permitir que se eche
por tierra el trabajo conjunto que hacemos con las comunidades
indÃgenas, por ejemplo, sin paternalismos, buscando alternativas
mejores", dice.
En el trasfondo parecerÃa estar también la discusión y , ahora,
más de moda todavÃa, entre lo público y lo privado. La concepción
de la ineficiencia del Estado es casi un lugar común. De aquà que
cualquier acción desde el nivel estatal es vista con requemor,
más todavÃa, en el tema ecológico.
Una visión de futuro
Altos ejecutivos de la industria turÃstica dijeron a HOY que es
una visión de futuro y de paÃs la que los alienta. Varias
compañÃas -entre ellas Metropolitan Touring, Neotropic, La Selva,
Nuevo Mundo, Viajes Orión- realizan proyectos de turismo
ecológico en la AmazonÃa.
Al contrario del petróleo, el ecoturismo -dicen- es renovable y
una de las mejores opciones para el desarrollo de la AmazonÃa:
este tipo de turismo tiene una tasa de crecimiento del 25%,
provee una justificación para la conservación de áreas que de
otra forma no recibirÃan ninguna protección, expande la economÃa
de la región, ofrece fuentes de trabajo, etc...
"Ecoturismo y petróleo en la AmazonÃa no son compatibles. Ud.
tiene aquà una cabañita y una laguna ...y más allá un pozo, ya
nadie va a querer venir. Y bueno, digamos que desaparece el
ecoturismo, ¿qué va a pasar? El petróleo nos durará 15 años, ¿qué
va a hacer la gente de Shushufindi, de Coca, de Nueva Loja? El
problema es enorme."
Por lo pronto los estudios sobre el ecoturismo en América Latina
son escasos. Se conoce que el turismo, como cualquier otra
actividad, tiene también impactos medioambientales. Pero no hay
datos, aparte de los evidentes: la aculturización; el uso de las
culturas indÃgenas como mercancÃas "disfrazadas" para
extranjeros; la explotación, en ciertos casos, de mano de obra
barata; la concentración de turistas que pueden llegar a degradar
el ambiente, etc..
Para Mario Burbano de Lara, ejecutivo de Metropolitan Touring,
habrÃa que hacer una diferenciación básica: entre el turismo
profesional y el informal. De hecho, Metropolitan mantiene una
unidad de ecoturismo altamente especializada. "El ecoturismo es
una modalidad muy distinta al turismo normal y requiere de
grandes inversiones. No usamos motores de combustión sino paneles
solares; utilizamos biodigestores para el procesamiento de la
basura; podÃamos haber puesto un helipuerto en lugar de
desembarcar a los turistas 4 o 5 horas rÃo arriba, en condiciones
difÃciles, con operaciones complejas. Estamos favoreciendo al
ambiente", argumenta.
AsÃ, no se tratarÃa del ecoturismo tal como lo plantean algunos
sectores. "No es grupo de compañÃas que usan el tema ambiental
como pretexto para hacerse ricos, es una modalidad especializada
que no tiene una rentabilidad inmediata", añade.
Por el diálogo
Tanto sectores de la industria petrolera como turÃstica
manifestaron a HOY su voluntad al diálogo, que hasta ahora no se
ha dado.
Manuel Navarro de Petroecuador considera que turismo y petróleo
no son incompatibles, mientras se dialogue. "Como sociedad
ecuatoriana debemos sentarnos a conversar sobre cómo minimizar
nuestra presencia que puede resultar repugnante a la industria
turÃstica".
Pero, aclara, "no podemos pretender que, en nombre del turismo
-que lo valoramos- se bloquee el desarrollo de la actividad
petrolera, que es vital para el paÃs, pues dependemos de ella,
y desgraciadamente porque sabemos todo el costo social que
tiene."
La próxima cumbre medioambiental de junio en RÃo de Janeiro le
parece que toca los dos puntos claves: conservación y
desarrollo, "en todo quehacer hay que buscar el crecer pero
dentro de un equilibrio."
Mario Burbano de Lara acota, por su parte, que "nuestra respuesta
no es una declaratoria de guerra a Petroecuador". La industria
turÃstica ecuatoriana está pidiendo que la actividad petrolera
se sujete a normas rÃgidas de protección del medio ambiente,
normas de las que ellos no pueden quedar fuera. "No planteamos
que un petrolero no pueda botar un tabaco al piso y nosotros sÃ,
todos tenemos que someternos a la misma regla."
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Ciudad N/D
Publicado el 18/Febrero/1992 | 00:00