Amsterdam (Holanda). 16 mar 96. La empresa aeronáutica
holandesa Fokker anunció ayer, viernes, la quiebra de dos de
sus principales divisiones, lo que supone el mayor despido
colectivo en la historia reciente de Holanda y la desaparición
de su industria aeronaútica nacional.

Tras duras y angustiosas negociaciones con un posible
comprador (la coreana Samsung) que llegaron hasta la
madrugada, la dirección de Fokker y el Gobierno holandés
tuvieron que darse por vencidos y declarar la quiebra de
Fokker Aircraft (que fabrica los aviones) y Fokker
Administration (sede social).

El director de Fokker, Ben van Schaik, que desde hace dos
meses luchaba por salvar todo lo posible de la empresa,
anunció que la decisión ha sido dramática. "Es un día negro
para nuestra industria y para todos los holandeses".

El anuncio de quiebra de las divisiones principales de Fokker,
que el pasado 23 de enero habían obtenido la suspensión de
pagos, supone que cinco mil 664 trabajadores sobre un total de
siete mil 900 han perdido su empleo, en lo que ya es el mayor
despido colectivo de los últimos 50 años en los Países Bajos.

Los trabajadores recibirán hoy en sus domicilios las cartas de
despido, pero unos 950 de ellos podrán integrar en las
divisiones de Fokker aún competitivas, como "Fokker Espacio",
o "Fokker Electrónica", que fueron excluidas de la suspensión
de pagos.

Estas divisiones, que emplean a dos mil 500 trabajadores,
seguirán funcionando normalmente bajo el nombre de Fokker
Aviación, en lo que pretende ser un intento por mantener una
"nueva empresa segura que buscará nuevos socios industriales o
financieros", según Van Schaik.

Además, unos 350 empleados de Fokker Aviation continuarán
trabajando para concluir los 70 aviones que componen la
cartera de pedidos, ya que ningún cliente ha anulado sus
compromisos, aseguró Van Schaik.

Los despedidos, que cobrarán sus salarios hasta el próximo 22
de marzo, podrán beneficiarse de una ayuda estatal de 30
millones de florines (18 millones de dólares) así como de 5,2
millones de florines (tres millones de dólares) del Fondo
Social Europeo.

Oficinas de empleo se preparan para aluvión de demandas

Las oficinas de empleo en toda Holanda están preparadas para
recibir un aluvión de demandas, y varias asociaciones de ayuda
han instalado líneas telefónicas gratuitas para ayudar a las
familias de los trabajadores de Fokker a encontrar un nuevo
trabajo.

Un abatido trabajador de Fokker admitía ayer a la televisión
holandesa que había sido difícil entender lo que ocurría.
"Todos confiábamos en que evitarían el cierre, no sé cuál será
ahora mi futuro. El Gobierno ha permitido que tirasen a la
papelera nuestro orgullo nacional".

Con esta drástica medida "cae el telón" para la empresa
fundada en 1910 por el pionero holandés Anthony Fokker, que
marcó la historia de la aviación y que desde los años 50 era
escaparate de la industria aeronáutica holandesa en el mundo.

Según Ben van Schaik, "se intentó hasta esta madrugada
encontrar una solución que evitase cerrar Fokker Aircraft,
pero no lo conseguimos".

Desde que el 23 de enero obtuvo la suspensión de pagos, tras
el abandono por su propietario mayoritario, la empresa alemana
DASA (Daimler Benz Aerospace), que sufre también una grave
crisis, Fokker ha vivido con la espada de Damocles sobre su
cabeza.

Ultimo crédito

El Estado holandés le otorgó el 26 de enero un crédito puente
de 255 millones de florines (160 millones de dólares) para
poder encontrar un candidato interesado en adquirirla pero
hasta ayer, día en que vencía el crédito, no hubo respuesta
positiva de ningún comprador interesado.

La suerte de Fokker se jugaba a tres únicas cartas, las tres
de ellas marcadas de negro: la empresa coreana Samsung, la
canadiense Bombardier y la china AVIC, además de la magra
posibilidad de continuidad en solitario, mediante créditos de
entidades privadas.
Tras las negativas canadiense y china, Van Schaik esperaba que
en el último momento Samsung comprara Fokker y acabara con la
angustiosa incertidumbre.

La compañía coreana siguió un cortejo "fúnebre" a Fokker hasta
el último minuto. Pero a las 5h00 de la madrugada del viernes
envió un fax evasivo, que cortaba todas las esperanzas de la
empresa.

El último vuelo de un gigante

La empresa aeronáutica Fokker era uno de los constructores
aeronaúticos más antiguos del mundo, y su final concluye el
sueño de su fundador, Anthony Fokker, una figura histórica de
la aviación mundial.

Fokker NV nació hace 78 años por iniciativa de Anthony Fokker
(1890-1939), un ingeniero aeronaútico holandés, auténtico
pionero de la aviación.

Su primer modelo voló en 1911, cuando su fundador sólo tenía
21 años, pero el constructor no tuvo ningún apoyo para
desarrollar sus atrevidos diseños y decidió emigrar a la
vecina Alemania.

La validez de los diseños se reveló durante la Primera Guerra
Mundial, cuando el biplano "D-7" y el triplano "DR1" se
convirtieron en armas temidas por los pilotos de Francia y
Reino Unido.

Ambos aeroplanos disponían de ametralladoras sincronizadas que
disparaban a través de las palas de la hélice, con lo que
hicieron célebre al piloto alemán Erich von Richtoffen, el
legendario y temido "Barón Rojo".

Durante la guerra, sus fábricas en Berlín produjeron más de
siete mil aviones, pero con la derrota de Alemania y el parón
en la industria de armamentos, Anthony Fokker quedó condenado
al paro.

Entonces desmanteló parte de sus instalaciones y trasladó todo
lo que pudo a Holanda. En 1919 la fábrica adoptó el nombre
Fokker NV y comenzó a producir para la recién fundada
aerolínea holandesa de bandera KLM.

Poco después, en 1923, Anthony Fokker fundó una filial en
Nueva York, la Atlantic Aircraft Corporation, que tuvo un
rápido éxito.

Cuando falleció su fundador en 1939, la empresa atravesaba ya
un difícil momento, y tuvo que enfrentarse a la fuerte
competencia de los fabricantes estadounidenses
McDonnell-Douglas, Lockheed y Boeing.

En la Segunda Guerra Mundial las factorías de Fokker fueron
bombardeadas y destruidas. Después, el Estado holandés decidió
reconstruir la compañía para dotar al país de una industria
aeronáutica nacional con presencia en el mundo.

En este contexto se enmarca el F-28, el primer reactor
fabricado por Fokker en 1967, y uno de los aviones de
pasajeros más conocidos y con más éxito de la empresa
holandesa.

Pero hacia 1969 las dificultades de un mercado cada vez más
competitivo, impulsaron a Fokker a buscar socios comerciales
en EEUU y Alemania.

La nueva aventura germana de Fokker fracasó en 1969 por
completo y en 1981 la empresa buscó la colaboración de
McDonnell-Douglas aunque sin resultados.

Los últimos años de la empresa están llenos de grandes
sobresaltos: en 1984, decidió continuar por sí sola y
desarrollar los nuevos modelos F-50 y F-100.

Pero Fokker calculó mal los gastos de desarrollo y el tiempo
de construcción, lo que la situó al borde de la quiebra en
1989, cuando Holanda decidió adquirir el 49 por ciento de su
capital.

A principios de los años 90 se inició la negociación con DASA
(Daimler-Benz Aerospace). Sin embargo, los malos resultados de
1994 forzaron una gran reestructuración con el recorte de
plantilla de 13 mil a ocho mil trabajadores.

DASA decidió el 22 de enero pasado cortar los créditos a su
filial, ante las pérdidas aún mayores de 1995 y tras la
negativa del Estado holandés a inyectar más dinero en Fokker.
Después de esa medida se produjo la quiebra. (EFE) (Diario
HOY) (6A)
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