Quito. 27 mar 96. No hay una sola vitrina limpia en Ibarra.
Todas, absolutamente todas tienen, por lo menos, una
propaganda electoral -calcomanías, afiches, carteles- con el
nombre, la foto y la promesa de alguien.
Para los ibarreños se trata de personajes cotidianos de los
que saben todas sus historias y con los que se cruzan a diario
en la calle, en el parque o en la iglesia. Sus nombres se
repiten de boca en boca, mucho más que los de los
presidenciables que -pese a la huella amarilla de los
socialcristianos en los postes, el arco iris de Freddy Elhers
en algunas paredes y la promesa verde de Paz en una que otra
vitrina- no han logrado ser la mayor preocupación de la gente
de la "ciudad blanca".
En Ibarra lo que se pelea con fuerza son las dignidades
seccionales.
Aunque el abanico de candidatos es variado, los nombres que
más suenan son los de aquellos que representan a la Izquierda
Democrática (Luis Mejía Montesdeoca para la reelección en la
prefectura y Mauricio Larrea para la alcaldía) y a la alianza
denominada "Izquierda Unida" (Marco Tafur -socialista- para la
reelección en la alcaldía y Antonio Posso -del MPD- para la
prefectura).
En las calles la gente tiene opiniones distintas y las expresa
en todos los tonos. Muchos reclaman "gente nueva para la
ciudad". Se han cansado -dicen- de las "mismas familias" que
han gobernado tradicionalmente la provincia. Otros prefieren
los mismos que "aunque roban hacen obra".
Hay nombres que no se borran de la memoria: "si Enrique Ayala
se lanzara a diputado, ganaría otra vez", dice un ciudadano.
Otros, como los de Fernando Acosta y Antonio Rosales,
candidatos a la alcaldía o Carlos Rodríguez, aspirante a la
prefectura, se mencionan poco.
La ciudad y la provincia se mueven -según las personas
consultadas, entre ellos algunos de los candidatos- entre la
"izquierda moderada" y la "izquierda radical". La derecha,
aparentemente, no tiene mayor entrada, excepto por uno que
otro candidato a diputado.
Los nombres de Elhers, Paz y Frank Vargas suenan al mencionar
la candidatura presidencial.
EL REGRESO DE LA CLASE MEDIA: MARCO TAFUR
Cansancio. Para algunos, la fuerza que adquirió el socialismo
desde hace ocho años que se mantiene al frente de la alcaldía
de Ibarra -rompiendo el tradicional poder de la ID en esta
instancia- es más bien el resultado del "aburrimiento de ver
las mismas caras" que de un cambio en las tendencias
ideológicas de la gente.
Marco Tafur, actual alcalde socialista, reconocido por su
"obra enterrada": el agua potable y el alcantarillado, no
acepta el argumento. Para él -que aspira a la reelección- el
fenómeno se explica a partir del "surgimiento de las clases
medias y de las bases" a las que se enorgullece en pertenecer.
"Con la nueva izquierda estos sectores han retomado el poder
controlado tradicionalmente por las clases altas, los
hacendados y ciertas familias poderosas de la provincia",
señala el alcalde, cuya principal preocupación es ganar para
dar continuidad a su obra.
El segundo socialista en la alcaldía, después de Alfonso
Pasquel asegura que la ID se ha debilitado en la provincia y
destaca, para probarlo, el hecho de que en el 94, por primera
vez a los 16 años, ese partido no alcanzó ni una sola
diputación.
EN BUSCA DEL MUNICIPIO PERDIDO: MAURICIO LARREA
A Mauricio Larrea, candidato a alcalde por la ID, le molesta
que su principal contendor, Marco Tafur, se haya olvidado que
gran parte de su obra la hizo con dinero que él consiguió para
la provincia.
Larrea asegura que, "peleando" como diputado logró, para
Imbabura 7 mil 500 millones de sucres, de los cuales mil 500
los entregó al alcalde Tafur.
No acepta, tampoco, que la "izquierda unida" represente
necesariamente a las clases medias y bajas y reclama de ellas
su apoyo. "No se trata de un problema de estratos", asegura.
Larrea tiene proyectos concretos para la alcaldía. Quiere
convertir a Ibarra en un lugar turístico por excelencia e
incentivar el comercio en la ciudad. Quiere crear un servicio
interconectado de atención de emergencias médicas y crear
empleo para los "hombres, mujeres y jóvenes" ibarreños.
Quiere, también, incentivar la inversión externa en la ciudad
y recuperar las ruinas arqueológicas de Caranqui,
supuestamente lotizadas por Tafur. Y quiere, sobre todo,
recuperar el mando de Ibarra para la ID.
"¿QUIEN ES EL CACIQUE?": LUIS MEJIA
Hay quien lo acusa de ser el "cacique" de la provincia. De
manejar "como su hacienda" al Consejo Provincial. Otros lo
critican por practicar los que denominan "la política del
regalo" y repartir, como parte de su campaña para su segunda
reelección, "sillas y máquinas de escribir", con dinero del
Consejo. Mucha gente, sin embargo, lo reconoce por su obra y
por sus gestiones para conseguir fondos para la provincia.
Más de 16 años en funciones públicas -ocho de ellos como
prefecto de Imbabura y otros ocho como diputado- y el hecho de
ser dueño de varios medios de comunicación de la provincia,
han hecho de Luis Mejía Montesdeoca, uno de los hombres más
conocidos de Imbabura.
Eso y lo que él interpreta como el reconocimiento de la gente
a su obra, le han llevado a candidatizarse de nuevo. Mejía,
que tiene proyectos ambiciosos en caso de ser reelegido, no
acepta las críticas de cacicazgo. "Ellos -dice en referencia a
la izquierda radical- presentan los mimos cuadros. Se han
mantenido en la alcaldía el mismo tiempo que yo en la
prefectura y me acusan de cacique", se defiende.
La única crítica que lo tiene sin cuidado es la de usar sus
periódicos y sus emisoras para promocionarse. "Son míos, sería
tonto que no los use", dice el prefecto-candidato.
"AL RESCATE DE IMBABURA" :ANTONIO POSSO
A Antonio Posso le enorgullece hablar del espacio que ha
ganado el MPD en Imbabura desde hace dos años. "Hoy somos la
primera fuerza política en la provincia", asegura y se muestra
-exactamente igual que su contendor- absolutamente seguro de
contar con más del 60% de la votación que lo llevará al sillón
de la prefectura. "Solo en Ibarra le doy tres a uno", asegura
el candidato del MPD, al referirse a Luis Mejía.
Posso -rector, desde hace 8 años, de la Universidad Técnica
del Norte- acusa a su contendor de practicar la misma
política clientelar que ha llevado a cierto candidato a
diputado en el Oriente a "entregar un zapato antes y otros
después de la elección".
El se ha propuesto "rescatar a Imbabura del abandono". Quiere
ejecutar un Plan Integral de Desarrollo de la provincia, en
coordinación con todos los gobiernos seccionales (aunque sean
de partidos opuestos).
Se califica como "luchador", "incansable" y "convencido
revolucionario, no sectario" y se ubica dentro de una "nueva
generación de políticos".
En caso de ganar la prefectura, ya tiene en carpeta su primer
proyecto: "lo primero que haré será una fiscalización de lo
que se ha gastado en el Consejo para campaña electoral", dice.
(DIARIO HOY) (P. 9-A)
Todas, absolutamente todas tienen, por lo menos, una
propaganda electoral -calcomanías, afiches, carteles- con el
nombre, la foto y la promesa de alguien.
Para los ibarreños se trata de personajes cotidianos de los
que saben todas sus historias y con los que se cruzan a diario
en la calle, en el parque o en la iglesia. Sus nombres se
repiten de boca en boca, mucho más que los de los
presidenciables que -pese a la huella amarilla de los
socialcristianos en los postes, el arco iris de Freddy Elhers
en algunas paredes y la promesa verde de Paz en una que otra
vitrina- no han logrado ser la mayor preocupación de la gente
de la "ciudad blanca".
En Ibarra lo que se pelea con fuerza son las dignidades
seccionales.
Aunque el abanico de candidatos es variado, los nombres que
más suenan son los de aquellos que representan a la Izquierda
Democrática (Luis Mejía Montesdeoca para la reelección en la
prefectura y Mauricio Larrea para la alcaldía) y a la alianza
denominada "Izquierda Unida" (Marco Tafur -socialista- para la
reelección en la alcaldía y Antonio Posso -del MPD- para la
prefectura).
En las calles la gente tiene opiniones distintas y las expresa
en todos los tonos. Muchos reclaman "gente nueva para la
ciudad". Se han cansado -dicen- de las "mismas familias" que
han gobernado tradicionalmente la provincia. Otros prefieren
los mismos que "aunque roban hacen obra".
Hay nombres que no se borran de la memoria: "si Enrique Ayala
se lanzara a diputado, ganaría otra vez", dice un ciudadano.
Otros, como los de Fernando Acosta y Antonio Rosales,
candidatos a la alcaldía o Carlos Rodríguez, aspirante a la
prefectura, se mencionan poco.
La ciudad y la provincia se mueven -según las personas
consultadas, entre ellos algunos de los candidatos- entre la
"izquierda moderada" y la "izquierda radical". La derecha,
aparentemente, no tiene mayor entrada, excepto por uno que
otro candidato a diputado.
Los nombres de Elhers, Paz y Frank Vargas suenan al mencionar
la candidatura presidencial.
EL REGRESO DE LA CLASE MEDIA: MARCO TAFUR
Cansancio. Para algunos, la fuerza que adquirió el socialismo
desde hace ocho años que se mantiene al frente de la alcaldía
de Ibarra -rompiendo el tradicional poder de la ID en esta
instancia- es más bien el resultado del "aburrimiento de ver
las mismas caras" que de un cambio en las tendencias
ideológicas de la gente.
Marco Tafur, actual alcalde socialista, reconocido por su
"obra enterrada": el agua potable y el alcantarillado, no
acepta el argumento. Para él -que aspira a la reelección- el
fenómeno se explica a partir del "surgimiento de las clases
medias y de las bases" a las que se enorgullece en pertenecer.
"Con la nueva izquierda estos sectores han retomado el poder
controlado tradicionalmente por las clases altas, los
hacendados y ciertas familias poderosas de la provincia",
señala el alcalde, cuya principal preocupación es ganar para
dar continuidad a su obra.
El segundo socialista en la alcaldía, después de Alfonso
Pasquel asegura que la ID se ha debilitado en la provincia y
destaca, para probarlo, el hecho de que en el 94, por primera
vez a los 16 años, ese partido no alcanzó ni una sola
diputación.
EN BUSCA DEL MUNICIPIO PERDIDO: MAURICIO LARREA
A Mauricio Larrea, candidato a alcalde por la ID, le molesta
que su principal contendor, Marco Tafur, se haya olvidado que
gran parte de su obra la hizo con dinero que él consiguió para
la provincia.
Larrea asegura que, "peleando" como diputado logró, para
Imbabura 7 mil 500 millones de sucres, de los cuales mil 500
los entregó al alcalde Tafur.
No acepta, tampoco, que la "izquierda unida" represente
necesariamente a las clases medias y bajas y reclama de ellas
su apoyo. "No se trata de un problema de estratos", asegura.
Larrea tiene proyectos concretos para la alcaldía. Quiere
convertir a Ibarra en un lugar turístico por excelencia e
incentivar el comercio en la ciudad. Quiere crear un servicio
interconectado de atención de emergencias médicas y crear
empleo para los "hombres, mujeres y jóvenes" ibarreños.
Quiere, también, incentivar la inversión externa en la ciudad
y recuperar las ruinas arqueológicas de Caranqui,
supuestamente lotizadas por Tafur. Y quiere, sobre todo,
recuperar el mando de Ibarra para la ID.
"¿QUIEN ES EL CACIQUE?": LUIS MEJIA
Hay quien lo acusa de ser el "cacique" de la provincia. De
manejar "como su hacienda" al Consejo Provincial. Otros lo
critican por practicar los que denominan "la política del
regalo" y repartir, como parte de su campaña para su segunda
reelección, "sillas y máquinas de escribir", con dinero del
Consejo. Mucha gente, sin embargo, lo reconoce por su obra y
por sus gestiones para conseguir fondos para la provincia.
Más de 16 años en funciones públicas -ocho de ellos como
prefecto de Imbabura y otros ocho como diputado- y el hecho de
ser dueño de varios medios de comunicación de la provincia,
han hecho de Luis Mejía Montesdeoca, uno de los hombres más
conocidos de Imbabura.
Eso y lo que él interpreta como el reconocimiento de la gente
a su obra, le han llevado a candidatizarse de nuevo. Mejía,
que tiene proyectos ambiciosos en caso de ser reelegido, no
acepta las críticas de cacicazgo. "Ellos -dice en referencia a
la izquierda radical- presentan los mimos cuadros. Se han
mantenido en la alcaldía el mismo tiempo que yo en la
prefectura y me acusan de cacique", se defiende.
La única crítica que lo tiene sin cuidado es la de usar sus
periódicos y sus emisoras para promocionarse. "Son míos, sería
tonto que no los use", dice el prefecto-candidato.
"AL RESCATE DE IMBABURA" :ANTONIO POSSO
A Antonio Posso le enorgullece hablar del espacio que ha
ganado el MPD en Imbabura desde hace dos años. "Hoy somos la
primera fuerza política en la provincia", asegura y se muestra
-exactamente igual que su contendor- absolutamente seguro de
contar con más del 60% de la votación que lo llevará al sillón
de la prefectura. "Solo en Ibarra le doy tres a uno", asegura
el candidato del MPD, al referirse a Luis Mejía.
Posso -rector, desde hace 8 años, de la Universidad Técnica
del Norte- acusa a su contendor de practicar la misma
política clientelar que ha llevado a cierto candidato a
diputado en el Oriente a "entregar un zapato antes y otros
después de la elección".
El se ha propuesto "rescatar a Imbabura del abandono". Quiere
ejecutar un Plan Integral de Desarrollo de la provincia, en
coordinación con todos los gobiernos seccionales (aunque sean
de partidos opuestos).
Se califica como "luchador", "incansable" y "convencido
revolucionario, no sectario" y se ubica dentro de una "nueva
generación de políticos".
En caso de ganar la prefectura, ya tiene en carpeta su primer
proyecto: "lo primero que haré será una fiscalización de lo
que se ha gastado en el Consejo para campaña electoral", dice.
(DIARIO HOY) (P. 9-A)
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