Quito. 25 mar 96. Cuando el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) inicie hoy su reunión anual en Buenos Aires,
la urgencia para celebrar niveles récord de créditos y
utilidades se verá atemperada por el incierto futuro de los
préstamos a los paÃses más pobres en el hemisferio.
Los préstamos del BID en 1995 alcanzaron los 7.300 millones de
dólares -un 38 por ciento de aumento respecto a 1994- y sus
ganancias casi se duplicaron, totalizando 720 millones de
dólares, según Enrique Iglesias, presidente de la institución.
Mientras 1995 fue "un buen año para el banco", Iglesias dijo
que el consejo de gobernadores deberá encarar problemas
financieros referidos al Fondo Para Operaciones Especiales
(FOE), un programa que brinda préstamos a largo plazo y bajo
interés a los cinco paÃses más pobres en la región, HaitÃ,
Nicaragua, Honduras, Guyana y Bolivia.
Los miembros del consejo también afrontarán el persistente
problema de la fuga de capitales y la cuestión de como
continuar promoviendo el área de Libre Comercio de las
Américas.
En 1995, el FOE otorgó un record de 795 millones de dólares en
préstamos, pero el futuro financiero después de este año está
cuestionado, apuntó Iglesias. Previno que si no se obtenÃan
fondos adicionales en el banco, o por medio de donantes
bilaterales, el BID, eventualmente, "se verá obligado a cortar
drásticamente los préstamos a esos paÃses".
"Se trata de paÃses que necesitan concesiones financieras",
añadió Iglesias, y señaló que las facilidades hacÃan los
préstamos equivalentes a "donaciones de dinero".
Iglesias dijo que no hubo "un gran deseo" entre los bancos de
las naciones miembros para recapitalizar el FOE, una
reluctancia atribuida "al problema mundial de escasez de
recursos".
Otros fueron menos diplomáticos.
Eric Olsen, quién supervisa instituciones financieras
multilaterales a través de la Oficina de Washington para
América Latina (WOLA), acusó de la crisis en ciernes a Estados
Unidos, porque no proveyó al fondo de los 20 millones de
dólares anuales que habÃa prometido.
"Estados Unidos realmente necesita cumplir con sus
obligaciones", dijo Olsen. Explicó que la importancia de la
contribución estadounidense - que el Congreso redujo a la
mitad este año - se debe a que se emplea para nivelar
financiaciones adicionales de otras fuentes.
El BID echarÃa "gasolina en el fuego" si obliga a los cinco
paÃses que se benefician con el FOE a pedir prestado de otros
programas del banco que tienen términos más estrictos, expresó
Olsen. "Sin concesiones financieras nunca van a salir de sus
obligaciones deudoras" pronosticó.
Refiriéndose al desempeño general del BID, Olsen indicó que
"1995 mostró las contradicciones internas del banco", porque
fracasó en alcanzar sus objetivos de dirigir el 40 por ciento
de sus préstamos a la reducción de la pobreza, regional y la
promoción de una mayor igualdad económica.
Olsen aplaudió los esfuerzos del banco para contrarrestar el
aumento de la pobreza y la disparidad económica, y los
calificó de sinceros "y no un mero paliativo" para aliviar el
impacto de severas medidas económicas". No obstante, lamentó
que "ni bien surge una emergencia, una gran cantidad de dinero
es desviada de esa dirección".
Iglesias admitió que el banco no logró cumplir con sus
propósitos de financiar el sector social, los cuales fueron
dispuestos por el consejo del BID en julio pasado, debido a
las crisis financieras en México y Argentina.
El banco se vio obligado a prestar 1.000 millones de dólares a
México y 750 millones de dólares a Argentina para reforzar los
sistemas bancarios domésticos sacudidos por la crisis.
Las financiaciones de emergencia a México y Argentina fueron
defendidas por Iglesias como "una iniciativa muy buena".
Apuntó que los préstamos no solamente permitieron a las dos
naciones evitar "la real posibilidad", en especial México, de
un colapso del sistema bancario, sino ayudó a sus
recuperaciones económicas.
Karen Hansen-Kuhn, directora de programas de América Latina en
el Development Gap for Alternative Policies (D-GAP), con sede
en Washington, fue menos optimista cerca del suceso de los
préstamos de emergencia.
Afirmó que en México los fondos "solo beneficiaron a los
grandes bancos" y no aliviaron la situación de los negocios
pequeños y medianos, muchos de los cuales permanecieron al
borde de la bancarrota.
Algunos crÃticos se muestran confiados que la crisis
financiera mexicana y el "efecto tequila" que tuvo en
Argentina, obligará al BID y otras instituciones financieras
multilaterales a revisar su completo apoyo a polÃticas
económicas neoliberales, las cuales obligan al aumento de las
exportaciones, la desregularización gubernamental y la
privatización de empresas públicas.
Fernando Zumbado, director del departamento de América Latina
y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), dijo que la crisis mexicana "hizo que la
gente se diera cuenta de las limitaciones del modelo
neoliberal".
Uno de los efectos más devastadores de las reformas de libre
mercado fue que provocó "el desmantelamiento del estado sin
nada para reemplazarlo", explicó Zumbado. Como resultado, los
paÃses perdieron su capacidad de regular todo, desde el medio
ambiente al flujo de capitales, acotó.
Si bien Zumbado pidió el cese de la "obsesión neoliberal por
el comercio", el BID parece estar dirigiéndose en la dirección
opuesta.
Iglesias dijo que la promoción para integrar el comercio
regional ha sido "otro gran logro del banco". Añadió que
esperaba una decisión del consejo del BID en el sentido que
para el 2005 pueda quedar establecida el Area de Libre
Comercio de las Américas.
Olsen comentó que no era una sorpresa que el BID se mostrará
reluctante en abandonar las polÃticas neoliberales y de libre
mercado. El banco está controlado por sus paÃses miembros,
explicó, "y la mayorÃa de esas naciones están manejadas por
personas que han comprado ese modelo económico".
EL INFORME
El crecimiento económico en la región disminuyó abruptamente
en 1995, cayendo a un 0,6 por ciento comparado con el 5 por
ciento de crecimiento de 1994. La caÃda refleja
principalmente las recesiones experimentadas en Argentina y
México. Sin incluir esos paÃses, la tasa de crecimiento de la
región fue de 4,2 por ciento, levemente menor al crecimiento
de 4,9 por ciento registrado en 1994. En los primeros meses
de 1995, la situación económica se vio dominada por los
efectos de la devaluación mexicana de diciembre de 1994. A
medida que avanzaba el año y se aclaraba gradualmente la
reacción local e internacional, la crisis quedó principalmente
confinada a México y Argentina.
Perú y Chile fueron los paÃses de mayor crecimiento económico
en 1995, con cifras de 7,6 por ciento y 7 por ciento
respectivamente. Las cifras de crecimiento de El Salvador y
Guyana superaron el 6 por ciento.
Se estima que la economÃa mexicana se contrajo 7 por ciento en
el año, mientras la caÃda en Argentina llegaba al 2,5 por
ciento.
Las exportaciones de la región crecieron 7,5 por ciento, pero
el consumo real disminuyó.
La mediana de la tasa de inflación cayó de 12,8 por ciento en
1994 a 10,5 por ciento en 1995, su nivel más bajo desde 1978.
El flujo total de capitales hacia América Latina y el Caribe
cayó a 30.000 millones de dólares comparados con los 44.000
millones de dólares de 1994. Los flujos hacia Argentina y
México declinaron abruptamente, mientras el ingreso de
capitales a otros paÃses de la región aumentaba levemente.
La crisis mexicana fue el primer shock adverso que enfrenta la
región luego de la implementación de las reformas económicas
iniciadas a fines de los años 80. El resultado muestra que la
región ahora es más resistente que hace una década. Se evitó
una recesión prolongada como la de comienzos de los años 80.
Sin embargo, las reformas emprendidas deben profundizarse y
ampliarse con nuevas medidas que promuevan mayor estabilidad
económica y crecimiento sostenible, facilitando que los
beneficios compartidos por todos los sectores de la sociedad.
(DIARIO HOY) (P.6-A)
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Publicado el 25/Marzo/1996 | 00:00