EN FORMA. Por Thomas Halstein*
Quito. 03.02.92. ¿Cómo se hace para permanecer delgado toda
una vida? Es bien posible. En la medida en que uno conozca
su cuerpo y las trampas que tiende el organismo en cada etapa
decisiva del crecimiento. En cada perÃodo, en cada edad, hay
riesgos precisos. Estar alerta es saber evitarlos.
"Conocer el organismo, conocer las fases importantes de sus
modificaciones hormonales y controlar sus efectos secundarios
es, ciertamente, la forma más segura de evitar el aumento de
peso", explica en su libro el profesor Creff, nutricionista
del hospital Saint-Michel de ParÃs.
En efecto, el cuerpo no reacciona del mismo modo a los 15 que
a los 50. Además, nuestra existencia está marcada por perÃodos
de alto riesgo. Esos momentos clave de nuestro desarrollo
deben ser conocidos y atravesados con vigilante actitud si uno
quiere evitar que la aguja de la balanza salga disparada al
"infinito".
En la infancia
MorfologÃa obliga: la pequeña niña que nace está programada
para producir más tejido adiposo que el varón. Sin embargo,
niñas o niños son iguales frente a la herencia. El bebé con
alto riesgo es aquel cuyos padres están excedidos de peso.
Las estadÃsticas prueban que el 70 por ciento de los obesos
tienen padres con un peso respetable.
Pero no seamos fatalistas. La alimentación del bebé puede y
debe rectificar la predisposición natural. Una alimentación
equilibrada según las necesidades del niño y planificada por
el pediatra se impone. En estos casos, habrá que evitar las
papillas demasiado farináceas y los bizcochos cada media hora.
Aun cuando el bebé manifieste una neta preferencia por lo
dulce desde su nacimiento, evite estos alimentos en lo
posible. Acostúmbrelo rápidamente al sabor de lo salado dando
preferencia a las legumbres, carnes y pescados en cuanto el
pediatra lo aconseje.
En la pubertad
Primera gran modificación hormonal en la vida femenina. La
pubertad modifica el cuerpo definitivamente. En este momento,
la jovencita que pudo alimentarse copiosamente en perÃodos de
pleno crecimiento, debe comenzar a adquirir buenos hábitos
alimenticios.
Esto quiere decir una alimentación variada y equilibrada,
cuyos principios de base serán enseñados por los padres. Hay
que hacerle comprender la diferencia entre los alimentos que
se pueden consumir a voluntad -legumbres, carnes, pescados,
quesos frescos- y los otros. Hay que enseñarle a evitar las
comidas demasiado copiosas a base de pan y bizcochos que
cortan el hambre en el mal momento. Si una adolescente
continúa consumiendo caramelos, chocolates y bebidas sodas,
seguramente lo pagará a corto término con kilos de más.
En la adolescencia
Pasada la pubertad, el adolescente sigue evolucionando y, en
el caso de una jovencita, acercándose más al estadio de mujer
formada. Este es el perÃodo más difÃcil, allà donde los
factores psicológicos juegan un papel muy importante en el
comportamiento. Es la época de los primeros amores, las
primeras penas, la confrontación con la familia y, a veces, el
rechazo inconsciente a la femineidad que se traduce en
malestres, complejos y aumento de peso.
Esta es la época en que la alimentación debe ser absolutamente
regular. Habrá que practicar algún deporte pues esto ayudará
al equilibrio emocional. Por el contrario, habrá que evitar
una alimentación anárquica, la utilización de anoréxicos -para
cortar el apetito- o de diuréticos cada vez que la balanza
acusa unos kilos de más. Las adolescentes tienen tendencia a
privarse de comida durante toda la jornada para exagerar por
la noche. Son también adeptas a los bocadillos a deshora, lo
que les da la impresión de estar a dieta mientras que, en
verdad, no hay nada peor. Ninguna comida debe ser salteada y
el desayuno debe ser copioso y equilibrado.
En la cuarentena
La mujer de 40 años no corre ningún riesgo particular, en la
medida en que haya adquirido buenos hábitos alimentarios a lo
largo de su vida. Sobre todo si es activa y se impone un
mÃnimo de ejercicios o deporte. Sin embargo, es generalmente
a esta edad que la mujer se deja estar y aumenta de peso
creyendo que es ineluctable, que no se puede evitar.
Este perÃodo es, con frecuencia, el momento del divorcio, de
los problemas profesionales o familiares que la ponen tensa,
la agotan y la predisponen a engordar todavÃa más.
A esa edad, es altamente recomendada una actividad deportiva
regular, desayunos bien equilibrados -Âindispensables!- y
comidas livianas. Hay que evitar el dejarse estar, la
negligencia y el fatalismo. No compensar las dificultades de
la vida -que todos tienen- con el chocolate y los postres. El
azúcar llama al azúcar, hay que romper rápidamente ese cÃrculo
vicioso.
Controle el alcohol y sepa que los kilos son mucho más
difÃciles de perder a partir de los 50 años. No dude un
instante en ver a un médico para que la ayude a resolver sus
inconvenientes.
En la menopausia
Se trata, seguramente, de uno de los perÃodos más crÃticos en
la vida de una mujer ya que corresponde no solamente a una
fase de alteración hormonal, sino también a una época de
trastornos psicológicos. En este momento, las pequeñas
licencias alimenticias no se perdonan ya que las variaciones
hormonales -estrógenos, insulina, etc.- favorecen la retención
de grasas en los tejidos. La circulación y la facultad de
eliminación disminuyen. La mujer pierde capacidad de
actividad, se torna nerviosa, deprimida y angustiada, ya que
considera la menopausia como un sÃmbolo de envejecimiento. Es
asà que se consuela comiendo, pues se dice que es demasiado
tarde para prestar atención.
Grave eror, ya que diez kilos de más son diez años que se
agregan al organismo, un corazón que se fatiga, menos aliento
y problemas circulatorios. Más que nunca, en este perÃodo la
alimentación debe ser liviana y equilibrada. Más que nunca
hay que practicar algún ejercicio fÃsico -marcha, natación,
yoga o bicilceta-. Hay que evitar los aumentos y pérdidas de
peso repentinos y estar en contacto permanente con el médico.
Hay que tener coraje y quererse más, siempre un poco más,
aceptando la idea de que los problemas son una parte
inevitable de la vida. Aceptar el desafÃo de superarlos es
prueba de juventud.
(* Médico de ALA)
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Ciudad N/D
Publicado el 03/Febrero/1992 | 00:00