AUMENTAN LAS AMENAZAS AL MEDIO AMBIENTE EN AMERICA LATINA
RÃo de Janeiro. 16.12.91. Las amenazas al frágil ecosistema
latinoamericano se han multiplicado este año y comprenden
desde un adelgazamiento en la capa de ozono en el sur del
continente, a la quema de la selva amazónica.
Mientra RÃo se prepara, paradójicamente, para ser sede de la
mayor conferencia mundial de la historia sobre medio ambiente
-la llamada Eco-92-, los ecologistas advierten a los gobiernos
que deben actuar con rapidez si quieren evitar desastres y
preservar la inmensa riqueza natural de la región.
En favor de los ambientalistas existe una creciente
preocupación por la ecologÃa en América Latina, expresada a
través de una mayor cobertura de los temas en la prensa, el
desarrollo de grupos de presión y nuevos organismos
gubernamentales para el medio ambiente.
Desde que Chile retornó al régimen democrático hace dos años,
los derechos verdes han reemplazado a los derechos humanos en
las preocupaciones de los activistas.
En Argentina, la prensa ha aumentado el espacio concedido a
las cuestiones ecológicas, y al menos un periódico local
publica un Suplemento Verde.
Colombia lanzó su primer plan en agosto con un proyecto para
crear un Ministerio del Medio Ambiente y presupuestó con ese
fin 972 millones de dólares para los próximos cuatro años.
Por primera vez el medio ambiente es un capÃtulo fundamental
en el plan de desarrollo, dijo Armando Montenegro, director
del instituto nacional de planeamiento.
Los cambios también están llegando a la industria. Los
brasileños pueden comprar ahora productos verdes que
comprenden desde polvo de lavar hasta papel reciclado, y la
mayor parte de los vehÃculos nuevos del paÃs traerán incluidos
convertidores catalÃticos para reducir las emanaciones de
gases tóxicos a partir del año próximo.
Pero los ecologistas deben enfrentarse a una serie de penurias
tan diversas como la región misma.
Entre ellas se incluyen desde la contaminación que provoca la
guerrilla colombiana al dinamitar con frecuencia oleoductos e
inundar los rÃos con petróleo, hasta los pescadores mexicanos
que involuntariamente arrastran delfines al recoger las redes
con atún.
También hay que contar a los narcotraficantes. Las
plantaciones de coca y los laboratorios de cocaÃna están
causando un daño irreparable a selvas y rÃos, señaló el
presidente colombiano César Gaviria.
Los desechos industriales constituyen asimismo un gran
problema en Chile y Argentina. Según los ambientalistas, hay
en Chile plantas de celulosa que inundan los rÃos con desechos
quÃmicos, que matan a los peces y a otras especies de la vida
marina.
En Argentina, el gobierno tuvo que apresurarse a preparar un
proyecto de ley que prohÃba la entrada de desechos del
extranjero, luego de que empresarios locales intentaron
importar excrementos humanos de Francia.
La contaminación ambiental, agravada por las emanaciones de
una gran cantidad de vehÃculos viejos o en mal estado, ha
transformado a muchas ciudades de América Latina en una nube
de gases. En el distrito federal de México, cada año se lanzan
al aire cinco millones de toneladas de plomo, monóxido de
carbono y otros contaminantes.
No habrá milagros o varitas mágicas que hagan desaparecer la
contaminación ambiental de la noche a la mañana, dijo el
subsecretario de ecologÃa de México, Sergio Reyes Luján este
mes, y explicó que aunque todas las medidas contra la
contaminación tuvieran éxito, ésta solo se reducirÃa 37.5 por
ciento en tres años.
Asomándose por encima del resto de las cuestiones verdes está
el futuro de la selva amazónica, la mayor selva tropical del
mundo y una parte crucial del ecosistema planetario.
En Brasil, donde se encuentra la mayor parte de la AmazonÃa,
el tema ha tomado un sesgo polÃtico, enfrentando a hacendados,
taladores de madera y polÃticos contra conservacionistas y un
presidente deseoso de aparecer con una imagen favorable en
vista de la cumbre de RÃo del año próximo.
Gilberto Metrinho, gobernador del estado de Amazonas y blanco
de ataque de los ambientalistas del mundo entero, se ha hecho
famoso por sus fuertes argumentos contra la ecologÃa.
Hay que cortar los árboles más grandes de la selva para dar
lugar a que crezcan los pequeños, dijo este año.
Pero Mestrinho es enormemente popular entre su electorado
local, que quiere un rápido desarrollo económico, y goza
además del apoyo de los militares, quienes sostienen que en el
extranjero se está usando el tema ecológico como pretexto para
despojar a Brasil de la AmazonÃa y colocarla bajo control
internacional.
Hasta el momento, los ambientalistas parecen llevar las de
ganar en el gobierno. El presidente Fernando Collor de Mello
ha eliminado exenciones impositivas para los granjeros que
hacÃan desmonte y designó a un conocido ambientalista, José
Lutzemberger, como secretario de Medio Ambiente.
En la práctica las cosas son más confusas. Los cientÃicos del
Instituto Nacional para Investigaciones Espaciales (INPE) aún
están tomando fotografÃas satelitales para estudiar qué
cantidad de selva se destruyó este año.
Los ecologistas sospechan que la cifra mostrará que la
destrucción se aceleró tras un perÃodo de tregua en 1990,
provocado principalmente por fuertes lluvias.
Los presidentes latinoamericanos, entretanto, culpan a las
naciones más industrializadas de la mayorÃa de los problemas
ambientales del planeta.
La gran mayorÃa de los problemas ambientales grandes que
afronta el mundo de hoy fueron causados por el modelo
económico de los paÃses industrializados, declaró el Grupo de
RÃo en una declaración emitida este mes en la cumbre de
Cartagena.
Es urgente que las naciones más ricas de la tierra se preparen
a adoptar polÃticas que no empeoren los problemas ecológicos y
cooperen en este sentido con los paÃses en desarrollo,
declaró.
Pero no todos los desastres ecológicos de América Latina son
obra del hombre. En agosto, el volcán andino Hudson de Chile
entró en erupción despidiendo cientos de miles de toneladas de
ceniza en una zona de la Patagonia argentina tan grande como
Yugoslavia.
Medio millón de ovejas murieron como consecuencia de ello y
los conservacionistas sostienen que también fueron afectadas
otras especies, tales como liebres y ciervos.
RÃo de Janeiro. 16.12.91. Las amenazas al frágil ecosistema
latinoamericano se han multiplicado este año y comprenden
desde un adelgazamiento en la capa de ozono en el sur del
continente, a la quema de la selva amazónica.
Mientra RÃo se prepara, paradójicamente, para ser sede de la
mayor conferencia mundial de la historia sobre medio ambiente
-la llamada Eco-92-, los ecologistas advierten a los gobiernos
que deben actuar con rapidez si quieren evitar desastres y
preservar la inmensa riqueza natural de la región.
En favor de los ambientalistas existe una creciente
preocupación por la ecologÃa en América Latina, expresada a
través de una mayor cobertura de los temas en la prensa, el
desarrollo de grupos de presión y nuevos organismos
gubernamentales para el medio ambiente.
Desde que Chile retornó al régimen democrático hace dos años,
los derechos verdes han reemplazado a los derechos humanos en
las preocupaciones de los activistas.
En Argentina, la prensa ha aumentado el espacio concedido a
las cuestiones ecológicas, y al menos un periódico local
publica un Suplemento Verde.
Colombia lanzó su primer plan en agosto con un proyecto para
crear un Ministerio del Medio Ambiente y presupuestó con ese
fin 972 millones de dólares para los próximos cuatro años.
Por primera vez el medio ambiente es un capÃtulo fundamental
en el plan de desarrollo, dijo Armando Montenegro, director
del instituto nacional de planeamiento.
Los cambios también están llegando a la industria. Los
brasileños pueden comprar ahora productos verdes que
comprenden desde polvo de lavar hasta papel reciclado, y la
mayor parte de los vehÃculos nuevos del paÃs traerán incluidos
convertidores catalÃticos para reducir las emanaciones de
gases tóxicos a partir del año próximo.
Pero los ecologistas deben enfrentarse a una serie de penurias
tan diversas como la región misma.
Entre ellas se incluyen desde la contaminación que provoca la
guerrilla colombiana al dinamitar con frecuencia oleoductos e
inundar los rÃos con petróleo, hasta los pescadores mexicanos
que involuntariamente arrastran delfines al recoger las redes
con atún.
También hay que contar a los narcotraficantes. Las
plantaciones de coca y los laboratorios de cocaÃna están
causando un daño irreparable a selvas y rÃos, señaló el
presidente colombiano César Gaviria.
Los desechos industriales constituyen asimismo un gran
problema en Chile y Argentina. Según los ambientalistas, hay
en Chile plantas de celulosa que inundan los rÃos con desechos
quÃmicos, que matan a los peces y a otras especies de la vida
marina.
En Argentina, el gobierno tuvo que apresurarse a preparar un
proyecto de ley que prohÃba la entrada de desechos del
extranjero, luego de que empresarios locales intentaron
importar excrementos humanos de Francia.
La contaminación ambiental, agravada por las emanaciones de
una gran cantidad de vehÃculos viejos o en mal estado, ha
transformado a muchas ciudades de América Latina en una nube
de gases. En el distrito federal de México, cada año se lanzan
al aire cinco millones de toneladas de plomo, monóxido de
carbono y otros contaminantes.
No habrá milagros o varitas mágicas que hagan desaparecer la
contaminación ambiental de la noche a la mañana, dijo el
subsecretario de ecologÃa de México, Sergio Reyes Luján este
mes, y explicó que aunque todas las medidas contra la
contaminación tuvieran éxito, ésta solo se reducirÃa 37.5 por
ciento en tres años.
Asomándose por encima del resto de las cuestiones verdes está
el futuro de la selva amazónica, la mayor selva tropical del
mundo y una parte crucial del ecosistema planetario.
En Brasil, donde se encuentra la mayor parte de la AmazonÃa,
el tema ha tomado un sesgo polÃtico, enfrentando a hacendados,
taladores de madera y polÃticos contra conservacionistas y un
presidente deseoso de aparecer con una imagen favorable en
vista de la cumbre de RÃo del año próximo.
Gilberto Metrinho, gobernador del estado de Amazonas y blanco
de ataque de los ambientalistas del mundo entero, se ha hecho
famoso por sus fuertes argumentos contra la ecologÃa.
Hay que cortar los árboles más grandes de la selva para dar
lugar a que crezcan los pequeños, dijo este año.
Pero Mestrinho es enormemente popular entre su electorado
local, que quiere un rápido desarrollo económico, y goza
además del apoyo de los militares, quienes sostienen que en el
extranjero se está usando el tema ecológico como pretexto para
despojar a Brasil de la AmazonÃa y colocarla bajo control
internacional.
Hasta el momento, los ambientalistas parecen llevar las de
ganar en el gobierno. El presidente Fernando Collor de Mello
ha eliminado exenciones impositivas para los granjeros que
hacÃan desmonte y designó a un conocido ambientalista, José
Lutzemberger, como secretario de Medio Ambiente.
En la práctica las cosas son más confusas. Los cientÃicos del
Instituto Nacional para Investigaciones Espaciales (INPE) aún
están tomando fotografÃas satelitales para estudiar qué
cantidad de selva se destruyó este año.
Los ecologistas sospechan que la cifra mostrará que la
destrucción se aceleró tras un perÃodo de tregua en 1990,
provocado principalmente por fuertes lluvias.
Los presidentes latinoamericanos, entretanto, culpan a las
naciones más industrializadas de la mayorÃa de los problemas
ambientales del planeta.
La gran mayorÃa de los problemas ambientales grandes que
afronta el mundo de hoy fueron causados por el modelo
económico de los paÃses industrializados, declaró el Grupo de
RÃo en una declaración emitida este mes en la cumbre de
Cartagena.
Es urgente que las naciones más ricas de la tierra se preparen
a adoptar polÃticas que no empeoren los problemas ecológicos y
cooperen en este sentido con los paÃses en desarrollo,
declaró.
Pero no todos los desastres ecológicos de América Latina son
obra del hombre. En agosto, el volcán andino Hudson de Chile
entró en erupción despidiendo cientos de miles de toneladas de
ceniza en una zona de la Patagonia argentina tan grande como
Yugoslavia.
Medio millón de ovejas murieron como consecuencia de ello y
los conservacionistas sostienen que también fueron afectadas
otras especies, tales como liebres y ciervos.
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