Quito. 4 dic 2000. Los violadores del espacio público tienen hasta el 31
de diciembre para reparar los daños en las aceras.

Bertha Domínguez pasa todos los días frente a la farmacia de su barrio y
lo tiene que hacer caminando por la calle porque la acera está ocupada
por autos.

En varias ocasiones tuvo que esperar que los autos de la calle pasen
primero para evitar ser atropellada. A sus dos sobrinos les aconsejó no
circular por ahí. "Mejor se dan la vuelta a la manzana y así elimino mi
angustia", señala con algo de ironía. Y es que ella y los vecinos de la
avenida Amazonas, entre el monumento al Labrador y la avenida Gaspar de
Villarroel, han visto proliferar en los últimos años los estacionamientos
de farmacias, restaurantes, hoteles, supermercados y tiendas frente a los
locales.

En las horas pico de congestionamiento y atención al público, resulta
imposible caminar por las aceras de esos locales. A lo largo de toda la
avenida Amazonas se han indentificado 65 roturas de bordillo, 50
ocupaciones ilegales de aceras y 70 barreras arquitectónicas.

La avenida Eloy Alfaro es la que bate récords al contabilizar 246 roturas
de bordillos, 105 ocupaciones ilegales de aceras y 71 barreras
arquitectónicas.

Solo en la zona norte de Quito esas infracciones suman, nada más y nada
menos, que 2 887 en las avenidas antes mencionadas más la Diego de
Almagro, América, Diez de Agosto, Seis de Diciembre, La Prensa, República
y Shyris.

No se toman en cuenta aquí sectores como San Carlos, Kennedy, Quito
Tenis, entre otros, donde ocurre lo mismo en menor proporción.
Lo cierto, según el administrador de la zona norte, Juan Vélez Andrade,
es que no hay respeto por las disposiciones municipales, por el
transeúnte ni fundamentalmente por los discapacitados, que requieren
facilidades para movilizarse en la ciudad sin el apoyo de otras personas.

Vélez está dispuesto a sancionar a los infractores y para ello fijó un
plazo límite que se cumple el 31 de diciembre. Si hasta esa fecha no han
restablecido las aceras y bordillos se cerrará el local y deberán pagar
multas y hasta podrán perder el permiso de funcionamiento.

Para él no hay justificativo, por más comercial que luzca el
establecimiento, para tomarse las veredas y hacer allí verdaderas playas
donde los choferes consideran que su vehículo tiene derecho a ocupar el
espacio reservado para los transeúntes.

Bertha Domínguez espera que la situación en su barrio cambie, porque así
se haría un mejor trabajo de prevención de accidentes.

Además, dice que no se ha hecho nada por parte del Municipio, pero cree
que si hay sanciones, podría pasar un tiempo para que de nuevo se vuelvan
a instalar los estacionamientos frente a los locales.

La cultura urbana

- La dirección general de Planificación del Municipio del Distrito
Metropolitano trabaja en un plan de ordenamiento territorial para mejorar
la calidad de vida de la población, y entre los capítulos de ese proyecto
está el ordenamiento del uso de las aceras y bordillos.

- El espacio público no está bien entendido entre los ciudadanos. Según
Juan Vélez, administrador de la zona norte, hay comités de vecinos que
cierran una calle como si la potestad sobre ese espacio fuera
absolutamente suya.

- En casi todas las veredas de la avenida Amazonas, donde se construyeron
rampas para los discapacitados con silla de ruedas, los autos se
estacionan y obstaculizan el paso.

- La Policía está en la obligación de sancionar a los propietarios de los
automotores que cometen este tipo de infracciones y garantizar que esos
espacios estén desocupados.

- Otra violación recurrente de los propietarios de locales comerciales es
la instalación de vallas que identifican un supuesto parqueadero privado.
(OP)

Los peatones son la prioridad

Las aceras y bordillos son espacios o superficies totalmente libres de
tránsito vehicular, donde el peatón tiene prioridad.

Un documento del Municipio de Quito con el diagnóstico de la situación,
señala que el uso de las aceras para cualquier otra actividad que no sea
el tránsito peatonal, entorpece y contamina visualmente los espacios
públicos.

"Un ejemplo de la invasión de estos espacios es su uso como zonas de
parqueadero público. El auto pasa a tomar prioridad en lugar del peatón,
interrumpe su circulación, maltrata el espacio que no fue pensado
técnicamente con ese fin, incrementa la contaminación visual y rompe el
orden establecido en el espacio urbano", dice el texto.

Los bordillos delimitan el espacio vehicular del peatón, ordenan la
circulación y lo protegen de los automotores. Un bordillo bien realizado
impide la invasión vehicular. El máximo que se puede afectar para uso
exclusivo de ingreso vehicular a los inmuebles es del 30% del total del
frente del lote en cada vía. (OP)

Comerciantes y religiosos en disputa

Un grupo de 100 comerciantes, arrendatarios del Centro Comercial La
Merced, en Quito, salieron la semana pasada a las calles para gritar en
contra de la comunidad mercedaria. Según ellos, los sacerdotes pretenden
sacarles de sus lugares de trabajo y hacerles firmar contratos de
arriendo con cláusulas que facilitarían su posterior desalojo.

Portando pancartas que decían: "Curas, déjennos trabajar", "Queremos pan
para nuestros hijos", "Solidaridad con los comerciantes", etc., la gente,
poco a poco, se aglutinaba en las afueras del lugar. Entre tanto, el
padre Luis Rodríguez, encargado de la administración de los
177 locales comerciales, manifiesta que nunca les pidió salir de allí.
"Buscamos legalizar su permanencia firmando sus contratos de
arrendamiento y ellos no quieren", explicó. (MHE) (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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