Guayaquil. 06 nov 98. Abril de 1998. Juan Nieto apareció
desesperado ante su familia: "Se fregó la mitad de la
bananera, El Niño se la llevó", les dijo.
Con espíritu resignado se dirigió a un banco en busca de un
préstamo para arreglar su plantación, con un interés tan alto
como la incidencia de la plaga conocida como sigatoka negra:
60%.
Seis meses más tarde, un funcionario de una exportadora le dio
una orden: "Usted debe cortar para 500 cajas"; pero señor
-interrumpió Juan-, yo tengo para venderle 1.200. Lo siento
-respondió en tono cortante el ejecutivo-, los precios están
bajos en los mercados internacionales por la crisis.
Dos días después, el banco le notificó que tiene atrasadas dos
letras del préstamo y que procederán a embargarle la finca si
no paga.
Juan, sin saber qué hacer, se sentó a meditar pero no encontró
la solución al problema.
Su historia se repite en gran parte de los campesinos que
observan impotentes cómo la agricultura agoniza en Ecuador.
Soyeros, cacaoteros, cafetaleros y arroceros en la actualidad
no tienen dinero para trabajar.
Y es que el fenómeno El Niño, la falta de créditos con tasas
bajas y plazos largos y la crisis mundial, hirieron de muerte
al sector más importante de la economía ecuatoriana, el agro.
Las torrenciales lluvias provocaron que los agricultores no
puedan en unos casos sembrar sus terrenos, y en otros, que
estos se pierdan por el exceso de agua; y en agosto, cuando se
regularizó el clima, no tuvieron dinero para iniciar las
nuevas siembras.
Reconstrucción no empieza
Otro eslabón de la cadena está en las entidades financieras.
Ellas temen no poder cobrar los préstamos que otorgaron porque
la capacidad de pago de los agricultores se redujo
notablemente, especialmente en el caso de los bananeros y los
soyeros.
De acuerdo con agricultores de Quevedo, un banco capitalino
prestó en total 100 millones de dólares para la siembra de
banano y otros productos, pero como los productores no abonan
sus haberes debió cerrar sus líneas de crédito para esos
sectores.
Además, el hecho de que aún no empieza la reconstrucción vial
del Ecuador pone en riesgo las cosechas que no podrían ser
trasladadas a los centros de abasto.
En ese contexto, el plan de ajuste (alza del precio del diesel
y la devaluación del sucres), encareció el costo de
producción.
En efecto, el combustible es utilizado en las fincas para
irrigar las plantaciones, mientras la depreciación del signo
monetario local, generó una nueva alza desmesurada de los
valores de los insumos.
Peor año bananero
En el tema bananero, el llamado de alerta lo dio José Riofrío
Sáenz, jefe de comercialización del Programa Nacional del
Banano, (PNB): "El Ecuador atraviesa por la peor crisis
bananera de los últimos cinco años debido al colapso de la
economía mundial, que hizo bajar los precios a niveles
preocupantes por la disminución de la demanda", afirmó.
Tal situación obliga a las empresas exportadoras a pagar un
precio inferior y a bajar los cupos a la compra de la fruta,
detalló.
Inclusive, productores de banano de Quevedo, Valencia, La
Maná, Ventanas, dijeron que las empresas exportadoras bajaron
hasta en 50% las órdenes de corte de la fruta, esto es, los
cupos para su entrega en las haciendas.
Para regularizar la situación el PNB les envió una circular a
las firmas exportadoras para que respeten los cupos y el
precio oficial.
Datos de la Asociación Nacional de Bananeros del Ecuador
(ANBE), indican que por el fenómeno El Niño, los precios y
otros factores desaparecieron alrededor de 120 productores y
están en riesgo de sucumbir otros 1.200, esto es, alrededor
del 30% del total. Ese porcentaje representa unas 25.000
hectáreas.
Para Simón Cañarte Terán, vicepresidente de la Asociación, por
la alta humedad en los campos los costos directos de
producción en las bananeras tuvieron un incremento de 70
centavos de dólar y, por concepto de poscosecha y transporte,
12 centavos por caja producida.
"Pero hay un punto más serio -expresó-, el costo financiero".
"Al haber bajado la productividad por hectárea, el bananero
perdió la capacidad de pago, entonces sus costos financieros
se elevaron muchísimo. Hoy vemos que este es de entre 60 a 70
centavos de dólar por caja", agregó.
Aumentan costos
Como consecuencia el costo de producción está por encima de
los 3 dólares, cuando el precio oficial de la caja de banano
es de 3,35 dólares, indicó.
A su vez, ello implica que en los actuales momentos no hay
rentabilidad en el negocio bananero.
En definitiva -explicó Cañarte-, de enero a septiembre el
fenómeno El Niño se encargó de hacer desaparecer 30 millones
de cajas del país.
Mientras tanto, el efecto de precios bajos permanecerá por
unas once semanas más.
"En septiembre tumimos un descenso en la producción del 25% y
estamos entrando a la temporada fría, por lo tanto, se viene
otra reducción de producción", aseguró el dirigente.
Jorge Luis Chapman, encargado de la hacienda Rosario, en
Quevedo, sustuvo que los ciclos de fumigación en las bananeras
pasaron de 14 a 26 en algunos casos, lo cual implica una menor
producción por hectárea, pues la sigatoka negra limita la
productividad.
Menos cajas
"El promedio de cajas por hectáreas al año estaba en alrededor
de 3.000 en fincas bien manejadas, pero en estos momentos de
2.700 a 2.600 cajas anuales, mientras la tarea de recuperar
los niveles iniciales cuesta mucho dinero", indicó.
Realmente -comentó Chapman- con la sequía, el costo del diesel
y el rubro de costos por riego se elevó desmesuradamente.
Citó como ejemplo que en una bananera de 90 hectáreas eso
significará alrededor de 4 a 5 millones mensuales.
Existe como agravante que la calidad de fruta se ha
deteriorado.
Aquello -añadió- en la parte comercial sirvió para que las
compañías utilicen las secuelas de El Niño como una pantalla
para comprar menos, es decir, a dar menos cupos.
La exigencia contempla además el corte de la fruta a las once
semanas, cuando en la zona de Quevedo se cosecha sin problemas
en trece semanas, o sea, que la mitad del banano se queda en
las plantaciones.
Soya desaparecerá
El problema de la soya también provoca preocupación entre los
productores de ciclo corto que tradicionalmente se han
dedicado al cultivo de este grano.
Si los precios continúan bajos los productores ya no la
sembrarán, por consiguiente, el Ecuador tendría que optar por
importar el producto.
A Jorge Serpa, director de la Asociación de Productores de
Ciclo Corto (Aprocico), y productor de soya, le preocupa el
impacto social de dejar de producir, pues considera que de él
viven muchas familias en la zona central del país.
"Con el precio que pagan los industriales, de 70.000 sucres
por quintal aproximadamente, es difícil mantenerse en el
negocio y dando trabajo a familias enteras en el campo. Por
eso estamos buscando otras opciones", subrayó Serpa.
La soya está afectada porque no hay competencia de precios,
solo compran tres o cuatro empresas que monopolizan el
negocio, manifestó Serpa.
Ante esa situación los agricultores ven la posibilidad de
aumentar el hectareaje de siembra de más maíz blanco para
exportar a Colombia, así como de fréjol calima y carga bello.
Mientras tanto, para vender a Venezuela se sembraría caraota
negro.
Precios del café
Al sector cafetalero le preocupa los precios del café en el
volátil mercado internacional.
Si estos bajan los productores nacionales tendrán problemas,
pues no tendrían cómo compensar los altos costos de producción
originados por el evento de El Niño.
"Es difícil convertirse en agüero y hacer vaticinios sobre el
futuro de los precios del café", dijo Pablo Delgado Alava,
director ejecutivo del Consejo Cafetalero Nacional, (Cofenac).
"Uno puede equivocarse, pero sobre lo que tenemos en la mesa
se podría decir el precio va a bajar", añadió.
En primer lugar, argumentó, Brasil anunció una cosecha de 36
millones de sacos, cifra que equivale a que tendrá un
remanente de aproximadamente 6 millones de sacos de
sobreoferta.
"Ese sobrante deberá meterlos a inventario, porque si lo
comercializan en el mercado los precios se irán al piso",
señaló.
Encambio si esa nación guarda el grano tendrán un alto costo
financiero, mencionó.
Las ventas de café de Brasil, durante el pasado mes de abril,
son las más elevadas de los últimos 20 meses.
La producción de ese mes debería colocar a ese país como
abastecedor del 25% de la demanda mundial.
Asimismo, Colombia aumentará su volumen durante la próxima
cosecha.
Si la gran cosecha es puesta a disposición del mercado sin
ningún control, bajarán los precios.
Pablo Delgado acotó que en este año se perdieron 552 hectáreas
de café solo en Manabí y se necesita invertir unos 4.000
millones de sucres para ponerlas a producir nuevamente.
El Cofenac indicó que hasta finales de 1998 el país dejará de
recibir unos 200.000 millones de sucres por concepto de las
exportaciones cafetaleras, lo cual significa que no habrá
dinero para la rehabilitación de los cafetales afectados.
La situación es grave, tanto que el Consejo Cafetalero
Nacional envió a una carta el Gobierno en la que expone la
necesidad de auxiliar a los agricultores rurales damnificados,
que tienen tanto o más derecho que los del sector urbano.
Arroz y maíz
En arroz y el maíz tuvieron suerte distinta. Los arroceros
pasan por una buena cosecha y precios estables en el mercado,
con valores que superan los 100 mil sucres por quintal. Hoy
está en cosecha la zona central, mientras en otras áreas
importantes del Guayas los arrozales tienen más de 30 días.
Los maiceros por su parte tuvieron poca producción por el
fenómeno de El Niño. Tanto así que debieron firmar un nuevo
acuerdo para la importación de maíz amarillo con los
industriales del Ecuador.
El faltante determinado por los maiceros, los avicultores y
los productores de alimento balanceado es de 120.000 toneladas
métricas entre octubre y diciembre de este año.
La producción nacional esperada es de 55.763 toneladas en el
ciclo de verano de este año, calculadas sobre un premio de
producción por hectárea de 2,2 toneladas métricas, indica un
documento firmado por los agricultores y los industriales del
país.
Dañados 50% pastos
En opinión de Rafael Wong Naranjo, presidente de la Asociación
de Ganaderos del Litoral y Galápagos, las medidas que adopte
el Gobierno en materia tributaria u otros aspectos económicos,
podrían echar por la borda todo el esfuerzo que los ganaderos
realizaron para importar vacas y procesar la leche.
"El 50% de los pastos se vio afectado de manera total por el
efecto de las lluvias, por ende debimos realizar cuantiosas
inversiones para recuperarlos; de ahí que sería inconveniente
y trágico para la agricultura que eliminen las exenciones a
los insumos que se utilizan en la actividad", relató.
La reducción del poder adquisitivo de la gente, por las
medidas económicas, motivó una reducción del consumo de carnes
y por consiguiente los precios no están tan atractivos para
los criadores de ganado, justo cuando este necesita
dinero para recuperarse, aseguró Wong.
Las estrategias para reactivar la agricultura no pueden
esperar, puesto que están por iniciarse las siembras de
invierno en la Costa. Por tanto, el Gobierno no debe apuntar
solo a la capacitación y transferencia de tecnología, sino
también al otorgamiento de crédito con tasas bajas y de largo
plazo.
Sin esas condicionantes es imposible el desarrollo económico
de un país como el Ecuador, agrícola por excelencia.
Créditos, el talón de Aquiles
Al parecer el alto costo del dinero constituye el talón de
Aquiles en el proceso productivo nacional.
Los productores agrícolas no encuentran en el mercado
financiero tasas de interés bajas y plazos largos, lo cual
hace más oscuro el panorama.
Frente a ese escenario, el presidente de la Asociación
Nacional de Exportadores de Cacao, José Carvajal Candell,
resaltó que dada la grave situación del sector el Gobierno
debe destinar los recursos de la Corporación Financiera
Nacional (CFN) a la reactivación de la producción nacional,
convirtiéndola en banca de primer piso.
"Hoy por hoy nadie encuentra en el sistema financiero privado
tasas de interés y plazos adecuados, y es grave para la
economía", enfatizó Carvajal.
Subrayó que eso provoca la venta masiva de tierras de los
pequeños agricultores, por lo tanto "exigimos que la
Corporación se convierta en banca de primer piso y a la vez
establecer inmediatamente el Fondo de Promoción de
Exportaciones (Fopex), para que todo el aparato productivo
tenga capital operativo para funcionar".
"Ese tipo de operaciones no genera inflación, dado que están
respaldados por generación inmediata de divisas, a la vez
constituyen una buena respuesta al capital golondrina",
precisó Carvajal Candell.
El aparato productivo, acotó, se encuentra sumido en la más
grande crisis de la historia contemporánea, por lo tanto se
hace urgente una reingeniería en toda la infraestructura
financiera nacional.
BNF no tiene recursos
El titular de la Federación Nacional de Maiceros (Fenamaíz),
César Herrera Santos, estimó que por la crisis al sector
agrícola ecuatoriano se requiere buscarle otras opciones, sin
embargo, continúa siendo necesario el otorgamiento de líneas
de crédito.
Precisó que el Banco Nacional de Fomento (BNF), debe "moverse
rápido" para la entrega de créditos a los campesinos, pues sin
eso la rehabilitación del agro será una utopía.
"Ya debimos estar preparando el terreno para la nueva siembra
de invierno; los insumos deben haber sido adquiridos hasta
antes de Navidad, porque de ahí en adelante los precios
tienden a subir. Pero hoy no se ha hecho nada de eso", acotó
Herrera.
En definitiva, Herrera cree que eso conllevará al Ecuador a
ser un país menos competitivo en los mercados.
El gerente general del Banco Nacional de Fomento (BNF), Marco
Soto Herrera, estimó que es difícil que el banco entre a dar
créditos a los agricultores, pero que se hace lo posible por
recuperar los créditos vencidos y conseguir líneas para la
rehabilitación.
"El Banco de Fomento ha estado paralizado, la participación de
este en el sector agrícola es solo del 3%, por lo tanto no es
gravitante en la actividad", afirmó. (Texto tomado de El
Universo)
desesperado ante su familia: "Se fregó la mitad de la
bananera, El Niño se la llevó", les dijo.
Con espíritu resignado se dirigió a un banco en busca de un
préstamo para arreglar su plantación, con un interés tan alto
como la incidencia de la plaga conocida como sigatoka negra:
60%.
Seis meses más tarde, un funcionario de una exportadora le dio
una orden: "Usted debe cortar para 500 cajas"; pero señor
-interrumpió Juan-, yo tengo para venderle 1.200. Lo siento
-respondió en tono cortante el ejecutivo-, los precios están
bajos en los mercados internacionales por la crisis.
Dos días después, el banco le notificó que tiene atrasadas dos
letras del préstamo y que procederán a embargarle la finca si
no paga.
Juan, sin saber qué hacer, se sentó a meditar pero no encontró
la solución al problema.
Su historia se repite en gran parte de los campesinos que
observan impotentes cómo la agricultura agoniza en Ecuador.
Soyeros, cacaoteros, cafetaleros y arroceros en la actualidad
no tienen dinero para trabajar.
Y es que el fenómeno El Niño, la falta de créditos con tasas
bajas y plazos largos y la crisis mundial, hirieron de muerte
al sector más importante de la economía ecuatoriana, el agro.
Las torrenciales lluvias provocaron que los agricultores no
puedan en unos casos sembrar sus terrenos, y en otros, que
estos se pierdan por el exceso de agua; y en agosto, cuando se
regularizó el clima, no tuvieron dinero para iniciar las
nuevas siembras.
Reconstrucción no empieza
Otro eslabón de la cadena está en las entidades financieras.
Ellas temen no poder cobrar los préstamos que otorgaron porque
la capacidad de pago de los agricultores se redujo
notablemente, especialmente en el caso de los bananeros y los
soyeros.
De acuerdo con agricultores de Quevedo, un banco capitalino
prestó en total 100 millones de dólares para la siembra de
banano y otros productos, pero como los productores no abonan
sus haberes debió cerrar sus líneas de crédito para esos
sectores.
Además, el hecho de que aún no empieza la reconstrucción vial
del Ecuador pone en riesgo las cosechas que no podrían ser
trasladadas a los centros de abasto.
En ese contexto, el plan de ajuste (alza del precio del diesel
y la devaluación del sucres), encareció el costo de
producción.
En efecto, el combustible es utilizado en las fincas para
irrigar las plantaciones, mientras la depreciación del signo
monetario local, generó una nueva alza desmesurada de los
valores de los insumos.
Peor año bananero
En el tema bananero, el llamado de alerta lo dio José Riofrío
Sáenz, jefe de comercialización del Programa Nacional del
Banano, (PNB): "El Ecuador atraviesa por la peor crisis
bananera de los últimos cinco años debido al colapso de la
economía mundial, que hizo bajar los precios a niveles
preocupantes por la disminución de la demanda", afirmó.
Tal situación obliga a las empresas exportadoras a pagar un
precio inferior y a bajar los cupos a la compra de la fruta,
detalló.
Inclusive, productores de banano de Quevedo, Valencia, La
Maná, Ventanas, dijeron que las empresas exportadoras bajaron
hasta en 50% las órdenes de corte de la fruta, esto es, los
cupos para su entrega en las haciendas.
Para regularizar la situación el PNB les envió una circular a
las firmas exportadoras para que respeten los cupos y el
precio oficial.
Datos de la Asociación Nacional de Bananeros del Ecuador
(ANBE), indican que por el fenómeno El Niño, los precios y
otros factores desaparecieron alrededor de 120 productores y
están en riesgo de sucumbir otros 1.200, esto es, alrededor
del 30% del total. Ese porcentaje representa unas 25.000
hectáreas.
Para Simón Cañarte Terán, vicepresidente de la Asociación, por
la alta humedad en los campos los costos directos de
producción en las bananeras tuvieron un incremento de 70
centavos de dólar y, por concepto de poscosecha y transporte,
12 centavos por caja producida.
"Pero hay un punto más serio -expresó-, el costo financiero".
"Al haber bajado la productividad por hectárea, el bananero
perdió la capacidad de pago, entonces sus costos financieros
se elevaron muchísimo. Hoy vemos que este es de entre 60 a 70
centavos de dólar por caja", agregó.
Aumentan costos
Como consecuencia el costo de producción está por encima de
los 3 dólares, cuando el precio oficial de la caja de banano
es de 3,35 dólares, indicó.
A su vez, ello implica que en los actuales momentos no hay
rentabilidad en el negocio bananero.
En definitiva -explicó Cañarte-, de enero a septiembre el
fenómeno El Niño se encargó de hacer desaparecer 30 millones
de cajas del país.
Mientras tanto, el efecto de precios bajos permanecerá por
unas once semanas más.
"En septiembre tumimos un descenso en la producción del 25% y
estamos entrando a la temporada fría, por lo tanto, se viene
otra reducción de producción", aseguró el dirigente.
Jorge Luis Chapman, encargado de la hacienda Rosario, en
Quevedo, sustuvo que los ciclos de fumigación en las bananeras
pasaron de 14 a 26 en algunos casos, lo cual implica una menor
producción por hectárea, pues la sigatoka negra limita la
productividad.
Menos cajas
"El promedio de cajas por hectáreas al año estaba en alrededor
de 3.000 en fincas bien manejadas, pero en estos momentos de
2.700 a 2.600 cajas anuales, mientras la tarea de recuperar
los niveles iniciales cuesta mucho dinero", indicó.
Realmente -comentó Chapman- con la sequía, el costo del diesel
y el rubro de costos por riego se elevó desmesuradamente.
Citó como ejemplo que en una bananera de 90 hectáreas eso
significará alrededor de 4 a 5 millones mensuales.
Existe como agravante que la calidad de fruta se ha
deteriorado.
Aquello -añadió- en la parte comercial sirvió para que las
compañías utilicen las secuelas de El Niño como una pantalla
para comprar menos, es decir, a dar menos cupos.
La exigencia contempla además el corte de la fruta a las once
semanas, cuando en la zona de Quevedo se cosecha sin problemas
en trece semanas, o sea, que la mitad del banano se queda en
las plantaciones.
Soya desaparecerá
El problema de la soya también provoca preocupación entre los
productores de ciclo corto que tradicionalmente se han
dedicado al cultivo de este grano.
Si los precios continúan bajos los productores ya no la
sembrarán, por consiguiente, el Ecuador tendría que optar por
importar el producto.
A Jorge Serpa, director de la Asociación de Productores de
Ciclo Corto (Aprocico), y productor de soya, le preocupa el
impacto social de dejar de producir, pues considera que de él
viven muchas familias en la zona central del país.
"Con el precio que pagan los industriales, de 70.000 sucres
por quintal aproximadamente, es difícil mantenerse en el
negocio y dando trabajo a familias enteras en el campo. Por
eso estamos buscando otras opciones", subrayó Serpa.
La soya está afectada porque no hay competencia de precios,
solo compran tres o cuatro empresas que monopolizan el
negocio, manifestó Serpa.
Ante esa situación los agricultores ven la posibilidad de
aumentar el hectareaje de siembra de más maíz blanco para
exportar a Colombia, así como de fréjol calima y carga bello.
Mientras tanto, para vender a Venezuela se sembraría caraota
negro.
Precios del café
Al sector cafetalero le preocupa los precios del café en el
volátil mercado internacional.
Si estos bajan los productores nacionales tendrán problemas,
pues no tendrían cómo compensar los altos costos de producción
originados por el evento de El Niño.
"Es difícil convertirse en agüero y hacer vaticinios sobre el
futuro de los precios del café", dijo Pablo Delgado Alava,
director ejecutivo del Consejo Cafetalero Nacional, (Cofenac).
"Uno puede equivocarse, pero sobre lo que tenemos en la mesa
se podría decir el precio va a bajar", añadió.
En primer lugar, argumentó, Brasil anunció una cosecha de 36
millones de sacos, cifra que equivale a que tendrá un
remanente de aproximadamente 6 millones de sacos de
sobreoferta.
"Ese sobrante deberá meterlos a inventario, porque si lo
comercializan en el mercado los precios se irán al piso",
señaló.
Encambio si esa nación guarda el grano tendrán un alto costo
financiero, mencionó.
Las ventas de café de Brasil, durante el pasado mes de abril,
son las más elevadas de los últimos 20 meses.
La producción de ese mes debería colocar a ese país como
abastecedor del 25% de la demanda mundial.
Asimismo, Colombia aumentará su volumen durante la próxima
cosecha.
Si la gran cosecha es puesta a disposición del mercado sin
ningún control, bajarán los precios.
Pablo Delgado acotó que en este año se perdieron 552 hectáreas
de café solo en Manabí y se necesita invertir unos 4.000
millones de sucres para ponerlas a producir nuevamente.
El Cofenac indicó que hasta finales de 1998 el país dejará de
recibir unos 200.000 millones de sucres por concepto de las
exportaciones cafetaleras, lo cual significa que no habrá
dinero para la rehabilitación de los cafetales afectados.
La situación es grave, tanto que el Consejo Cafetalero
Nacional envió a una carta el Gobierno en la que expone la
necesidad de auxiliar a los agricultores rurales damnificados,
que tienen tanto o más derecho que los del sector urbano.
Arroz y maíz
En arroz y el maíz tuvieron suerte distinta. Los arroceros
pasan por una buena cosecha y precios estables en el mercado,
con valores que superan los 100 mil sucres por quintal. Hoy
está en cosecha la zona central, mientras en otras áreas
importantes del Guayas los arrozales tienen más de 30 días.
Los maiceros por su parte tuvieron poca producción por el
fenómeno de El Niño. Tanto así que debieron firmar un nuevo
acuerdo para la importación de maíz amarillo con los
industriales del Ecuador.
El faltante determinado por los maiceros, los avicultores y
los productores de alimento balanceado es de 120.000 toneladas
métricas entre octubre y diciembre de este año.
La producción nacional esperada es de 55.763 toneladas en el
ciclo de verano de este año, calculadas sobre un premio de
producción por hectárea de 2,2 toneladas métricas, indica un
documento firmado por los agricultores y los industriales del
país.
Dañados 50% pastos
En opinión de Rafael Wong Naranjo, presidente de la Asociación
de Ganaderos del Litoral y Galápagos, las medidas que adopte
el Gobierno en materia tributaria u otros aspectos económicos,
podrían echar por la borda todo el esfuerzo que los ganaderos
realizaron para importar vacas y procesar la leche.
"El 50% de los pastos se vio afectado de manera total por el
efecto de las lluvias, por ende debimos realizar cuantiosas
inversiones para recuperarlos; de ahí que sería inconveniente
y trágico para la agricultura que eliminen las exenciones a
los insumos que se utilizan en la actividad", relató.
La reducción del poder adquisitivo de la gente, por las
medidas económicas, motivó una reducción del consumo de carnes
y por consiguiente los precios no están tan atractivos para
los criadores de ganado, justo cuando este necesita
dinero para recuperarse, aseguró Wong.
Las estrategias para reactivar la agricultura no pueden
esperar, puesto que están por iniciarse las siembras de
invierno en la Costa. Por tanto, el Gobierno no debe apuntar
solo a la capacitación y transferencia de tecnología, sino
también al otorgamiento de crédito con tasas bajas y de largo
plazo.
Sin esas condicionantes es imposible el desarrollo económico
de un país como el Ecuador, agrícola por excelencia.
Créditos, el talón de Aquiles
Al parecer el alto costo del dinero constituye el talón de
Aquiles en el proceso productivo nacional.
Los productores agrícolas no encuentran en el mercado
financiero tasas de interés bajas y plazos largos, lo cual
hace más oscuro el panorama.
Frente a ese escenario, el presidente de la Asociación
Nacional de Exportadores de Cacao, José Carvajal Candell,
resaltó que dada la grave situación del sector el Gobierno
debe destinar los recursos de la Corporación Financiera
Nacional (CFN) a la reactivación de la producción nacional,
convirtiéndola en banca de primer piso.
"Hoy por hoy nadie encuentra en el sistema financiero privado
tasas de interés y plazos adecuados, y es grave para la
economía", enfatizó Carvajal.
Subrayó que eso provoca la venta masiva de tierras de los
pequeños agricultores, por lo tanto "exigimos que la
Corporación se convierta en banca de primer piso y a la vez
establecer inmediatamente el Fondo de Promoción de
Exportaciones (Fopex), para que todo el aparato productivo
tenga capital operativo para funcionar".
"Ese tipo de operaciones no genera inflación, dado que están
respaldados por generación inmediata de divisas, a la vez
constituyen una buena respuesta al capital golondrina",
precisó Carvajal Candell.
El aparato productivo, acotó, se encuentra sumido en la más
grande crisis de la historia contemporánea, por lo tanto se
hace urgente una reingeniería en toda la infraestructura
financiera nacional.
BNF no tiene recursos
El titular de la Federación Nacional de Maiceros (Fenamaíz),
César Herrera Santos, estimó que por la crisis al sector
agrícola ecuatoriano se requiere buscarle otras opciones, sin
embargo, continúa siendo necesario el otorgamiento de líneas
de crédito.
Precisó que el Banco Nacional de Fomento (BNF), debe "moverse
rápido" para la entrega de créditos a los campesinos, pues sin
eso la rehabilitación del agro será una utopía.
"Ya debimos estar preparando el terreno para la nueva siembra
de invierno; los insumos deben haber sido adquiridos hasta
antes de Navidad, porque de ahí en adelante los precios
tienden a subir. Pero hoy no se ha hecho nada de eso", acotó
Herrera.
En definitiva, Herrera cree que eso conllevará al Ecuador a
ser un país menos competitivo en los mercados.
El gerente general del Banco Nacional de Fomento (BNF), Marco
Soto Herrera, estimó que es difícil que el banco entre a dar
créditos a los agricultores, pero que se hace lo posible por
recuperar los créditos vencidos y conseguir líneas para la
rehabilitación.
"El Banco de Fomento ha estado paralizado, la participación de
este en el sector agrícola es solo del 3%, por lo tanto no es
gravitante en la actividad", afirmó. (Texto tomado de El
Universo)
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