Quito. 28 nov 98. Con la proclamación de "una visión de futuro"
terminó ayer el Congreso de Historia, que se realizó en la
Universidad Andina, de Quito. El encuentro, que se pensó hace dos
años y coincidió con la firma de la paz, trató el tema de los
textos escolares. Dos participantes, una ecuatoriana (Rosemarie
Terán) y una peruana (Margarita Giesecke), hablan con HOY. La
página incluye un resumen de cada jornada

HAY QUE ROMPER LA BARRERA MENTAL

"Con este Congreso de Historia estoy comprobando lo que siempre he
dicho: cuando uno conoce a la otra persona, es imposible no
comenzar a apreciarla y eventualmente a quererla.

No hacíamos ningún esfuerzo por acercarnos al Ecuador, quizá por la
situación de conflicto o porque sabíamos que en los textos
ecuatorianos nos dan una determinada imagen.

La paz abre caminos para romper las fuertes barreras mentales que
creamos, a pesar de que, curiosamente, no había la frontera
demarcada. Tenemos que destruir esas especies de fortalezas vacías,
esos mundos interiores de miedos.

En el Perú hay un trabajo que hacer en ese sentido: no es una buena
actitud no hablar de otra persona -eso es lo que hacíamos- porque
eso es anularse a sí mismo. La cultura de la paz está en la
integridad, que quiere decir reconocer al otro, y, para lograrlo,
hay que reconocerse a sí mismo. Es un juego de ir y venir.

El próximo año, en agosto, tendremos, en el Perú, un encuentro
sobre la enseñanza de historia y la cultura de paz, y lo que hemos
recogido aquí (la buena predisposición, un actitud distinta,
abierta, un terreno para cultivar una nueva relación), lo
dimensionaremos en el marco del convenio Andrés Bello. Estoy muy
entusiasmada de que podamos hacer proyectos educativos concretos,
lo que nos llevará a una integración de la cultura que compartimos.

No puede ser que nos mantengamos como islas, recibiendo influencias
de uno y otro sitio, y no logremos plantear los procesos educativos
como cuestiones pertinentes a nuestros pueblos. La riqueza de este
evento -y de los que se han venido realizando desde 1996- está en
que hemos encontrado lenguajes comunes generales. El siguiente paso
es que precisemos lo que los niños tienen que recibir, para que el
próximo milenio nos superen ampliamente en lo que es vivir y
construir una cultura de paz e integración".

ECUADOR ES VALIENTE

¿Cuáles son los pasos inmediatos para cambiar los textos escolares,
fuertemente criticados por su enfoque histórico?

El Ministerio de Educación consultó con algunos historiadores si
los textos debían ser revisados, y si se debía recomendar algún
tipo de bibliografía. Quienes fuimos consultados, recomendamos que
no se adopte ninguna medida oficial para que los textos adopten una
orientación determinada. No es apropiado que el ministerio lo haga.

Sugerimos que esa secretaría de Estado plantee criterios básicos,
de tipo pedagógico, y parámetros sobre lo que deberían contener los
textos escolares. A las universidades les compete asumir ese reto.
Hay que tender puentes entre la Historia y el sistema educativo,
para lo cual historiadores y pedagogos debemos trabajar de la mano.

Que el ministerio dé ejes y no se editen textos en corto plazo,
¿demora el proceso de la nueva Historia?

El programa actual para la educación básica sí da una nueva
orientación para el tratamiento de la Historia. El programa se
detiene en la formulación del contenido, pero no se sabe cómo el
profesor va a leerlo, presentarlo e interpretarlo. Seguramente
incorporará temas tradicionales si no tiene orientaciones
concretas, pero creo que los profesores que han acudido a este
congreso ahora tienen una visión distinta, renovada, que con
seguridad aplicarán en el aula. Este es un proceso a largo plazo.
La historia tradicional tiene mucho arraigo en la memoria colectiva
y no se trata de cambiarla impositivamente, de un día a otro; se
trata de que la reflexión que se haga con los maestros contribuya
a que descubran nuevas formas de explicación.

¿Los cuestionamientos a la Historia son para rescribirla?
La Historia se rescribe constantemente. La Historia que no cambia
está al servicio del poder. No se trata de corregirla porque estén
mal descritos los sucesos, sino que desde cada presente hay una
forma distinta de aproximarse al pasado.

¿Esto despertará confusión en la identidad nacional?

La confusión existe y se ha producido en las últimas semanas, a
propósito de la firma de la paz con el Perú. La gente quiere
explicaciones, y eso nos remite a verdades a veces dolorosas e
inaceptables, pero eso es parte de la revisión de la historia
nacional. El Ecuador está enfrentando con valentía la revisión de
su Historia, y creo que es un ejemplo para otros países.

Con esta nueva forma de Historia, ¿se logrará una integración
interna y externa?

Creo que sí, porque resolver la frontera externa nos devolvió la
mirada hacia las fronteras internas, que son múltiples. Esto nos
llevará a una cultura de la paz, que habrá que definirla a medida
que nos predisponemos a vivirla. Veremos al otro y nos veremos a
nosotros mismos. Entre el Perú y el Ecuador nos conoceremos.

MARTES 24

¿Cómo entender la integración a nivel continental y una educación
intercultural que garantice el respeto a los demás?, son dos de los
interrogantes que se plantean en los sistemas educativos de los
países miembros del Convenio Andrés Bello.

Estas inquietudes fueron expuestas por representantes de Perú,
Bolivia y Chile, y recibieron como respuesta la necesidad de
revisar el papel y el espacio dedicado al estudio de la Historia.

A esta no se la debe leer solo por las batallas, los héroes, los
mitos que ayudaron a construir una identidad nacional. Es hora de
hacer otras preguntas a la historia, mirar al pasado de otra forma
y al futuro con una perspectiva distinta.

Es el momento de hacer referencia a que los países están inmersos
en el mundo y no solo recordar al vecino a propósito de una
confrontación. Y, al niño se le debe despertar la idea de
pertenencia, de familia, comunidad, región.

MIERCOLES 25

Discutir, dialogar, intercambiar experiencias, tanto de la
disciplina que imparten como de la metodología que aplican: eso es
lo que deberían hacer los maestros para lograr una educación
distinta, es decir, participativa, reflexiva, que remplace a la
educación vertical y unidireccional.

Esto implica, también, que los estudiantes sean considerados como
personas que saben y conocen, y no como simples observadores
neutrales.

Pero, para lograrlo, primero se debe partir de un proceso formativo
más profundo a los maestros, es decir que quien quiera ser
profesor, debería recibir instrucción universitaria, pues la
formación de los normalistas no es suficiente.

Pero también es necesario, para alcanzar una educación integradora
y para la paz, cambiar los textos escolares: los libros que usan
los niños deberían ser escritos por historiadores universitarios.

JUEVES 26

Cambiar los textos de Historia utilizados en la educación de los
más pequeños, y abrir una amplia discusión para poner en positivo
el pasado del país, son los pasos inmediatos que se deberán dar
para lograr una historia de integración y de paz.

Los textos más utilizados en la educación básica (LNS, Escolar
Ecuatoriana y Oscar Efrén Reyes) no cumplen con ese objetivo,
porque 'hacen una Historia Patria tradicional y centralista'.

En el LNS se plantea que los españoles 'desaparecieron' las
culturas indígenas, por lo que las reivindicaciones de la última
década no tendrían cabida.

En el Escolar Ecuatoriano, hay una anarquía en la periodización de
la historia: en la época colonial se aplica la nueva historia, pero
en la república recurre a las tradicionales biografías de los
presidentes y sus obras.

El libro de Reyes, en cambio, perdió su vigencia, aunque en su
tiempo hizo aportes.

LAS CONCLUSIONES

- La educación para la paz es consecuencia de un proceso de
integración y de respeto de las diferencias, coincidieron los
panelistas participantes en la cita.

- Si bien se ha construido una identidad nacional, esta se ha
basado en una cultura dominante, que es hora de dejarla a un lado,
y dar paso a una nueva forma de educación.

- Todo mito tiene pies de barro y se pueden desmoronar, sostuvo
Alicia Polvarini, historiadora peruana, luego de indicar que no es
necesario rescribir la historia, sino mirarla desde otro punto de
vista.

- El profesor debe enseñar a convivir en paz,y la historia debe
garantizar que esto se haga en un ambiente de armonía.

n Por la integración es necesario cambiar los textos escolares. Los
libros para niños deberían ser escritos por historiadores
universitarios. "Para la educación media lo han hecho, pero para
los más pequeños no, y eso es más necesario". (DIARIO HOY) (P.
9-A)December 8, 1998
EXPLORED
en Ciudad Quito

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