Guayaquil. 19 nov 98. Los países de la Comunidad Andina de
Naciones (CAN) y el Mercosur están en el tramo decisivo de las
negociaciones para ampliar su comercio. En ese marco, el
Centro de Formación para la Integración Regional (Cefir),
promovió en Ecuador y Uruguay talleres entre empresarios sobre
los avances de las negociaciones después de la última cita en
Montevideo, donde los cancilleres de los bloques establecieron
un nuevo marco de discusiones. El coordinador Bruno Podestá
del Cefir, organismo auspiciado por la Unión Europea (UE) y el
Grupo de Río, habla sobre el tema.

Usted ha planteado tener en cuenta el costo de la no
integración. ¿Cuál es ese costo?

Ese es un ejercicio interesante. La pregunta es: ¿dónde se
ubica uno cuando hay un proceso de integración como en este
caso entre la Comunidad Andina y el Mercosur? El país, el
empresario, se plantean si les irá mejor o peor, si venderán
más o menos, si perderán o ganarán. Pero hay otra manera de
mirar las cosas. Plantearse qué ocurre con el país, finalmente
con las empresas, si no se integra a esos procesos. En el
mundo está pasando lo que se llama a veces exageradamente
globalización de la economía. Dentro de ese proceso general
los países se agrupan para protegerse y diferenciarse de
terceros. Pero también es para posicionarse mejor, en términos
comerciales, económicos y políticos.

¿Cómo hacerlo en términos políticos?

En un foro grande como la Organización Mundial de Comercio
(OMC), por ejemplo. Un interés de la CAN o el Mercosur es
lograr una vocería conjunta, coordinar posiciones antes de ir
solos a una negociación. Ese es el elemento político.

¿Y el costo de no integrarse en economía y comercio?

Yo puedo saber cuánto me cuesta integrarme, cuál sector puede
cerrar, o sufrir, aunque a veces hay sorpresas, porque un
sector que esperaba lo peor, por ahí encuentra un nicho de
mercado diferente. Hay innumerables ejemplos. Aunque no todo
se puede prever, si no me integro tengo que quedarme con un
mercado más chiquito. ¿Qué hago después si todos mis vecinos
se integran? No tengo a quien vender.

¿Cree que se está tomando en cuenta lo social?

Todo el tema social del empleo, seguridad social, migraciones
laborales es importante. Pero los países en general no hacen
estudios de costo beneficio, ni en términos sociales ni en los
económicos y comerciales, que suelen ser los primeros
argumentos que guían los procesos de integración.

¿Los países caminan a ciegas en las negociaciones?

Estos procesos son muy rápidos, muy dinámicos y digamos,
estamos simultáneamente en varios escenarios. Está el tema
andino, el hemisférico con el ALCA (Area de Libre Comercio de
las Américas), el del Mercosur, el de la OMC. Entonces no hay
tiempo, no hay gente, ni equipos para hacer estas reflexiones
y estudios. En el tema social, la cosa es más complicada,
porque prevalece una visión de la integración en términos casi
estrictamente comerciales.

En la última reunión de negociaciones de los ministros de los
países de CAN y el Mercosur, en Montevideo, se estableció un
acuerdo marco para un posible acuerdo. ¿La percepción del
Cefir es que hay un trayecto recorrido que finalice en un
acuerdo entre ambos bloques o que persistirán las
dificultades?

Destaco dos cosas. Uno, que, en efecto, desde un punto de
vista económico -para señalar una limitación- la
interdependencia comercial es muy baja de un esquema
subregional al otro. Las exportaciones andinas a Mercosur,
solo son el 3,6 por ciento de su venta externa. Si a eso le
quitamos el petróleo de Venezuela, la cifra que queda es menor
a1 por ciento. Esto no alimenta a una relación mas dinámica,
sin embargo el potencial puede ser considerable. El segundo
elemento a favor es el política: hay un interés de las
instancias políticas más altas de las dos regiones en que esto
se lleve adelante.

¿Ese es el avance de la cita de Montevideo?

Sí, porque el paso se facilitó el viernes de la semana pasada
(6 de noviembre): las negociaciones empiezan a aterrizar en el
plano técnico. ¿Qué va a pasar? Difícil saberlo, pero me sumo
a los optimistas porque esto tiene de todo para caminar, y más
adelante esperan otros escenarios como el ALCA.

¿Cree que las diferencias de las estructuras económicas y
grados de desarrollo de los países de uno y otro grupo pueden
dificultar las negociaciones?

Si uno razonara así, la UE no existiera, porque está Alemania,
pero países como Irlanda, España, Grecia, Portugal se han
visto beneficiados. Las diferencias en las estructuras
económicas no son un obstáculo sino una característica a
trabajar para avanzar y lograr mejores vasos comunicantes para
que haya beneficios colectivos más o menos equiparables.

Ecuador, entre otros temores, tiene el de perder preferencias
otorgadas por países como Brasil...

Es un lío técnico que ya no es un obstáculo. No conozco
detalles de tal o cual producto y mal podría entrar a ese
nivel. Pero el tema de respetar el patrimonio histórico está
aclarado: los privilegios comerciales logrados en el pasado
serán respetados. Eso era un obstáculo hasta el viernes 6.

La CAN y Mercosur son los dos grandes bloques comerciales de
América del Sur. ¿Su acercamiento sería dar pasos en el
proceso de integración americana?

Bueno, hablamos de un acuerdo de libre comercio, no más. Si
queremos entender la integración latinoamericana en el perfil
del ideal bolivariano, estamos lejos. No creo que nadie tenga
en mente eso como algo realizable a mediano plazo. Pero es un
gran paso el hecho de lograr un acuerdo de libre comercio.

¿Y ayudará a sacar más provecho en el ALCA?

No hay recetas para ver si pasamos el examen para andar en lo
del ALCA

¿Es viable el ALCA en los plazos fijados, aun con el
proteccionismo de EE.UU. en materia agrícola?

Ese es un problema. En la relación de EE.UU. con la Unión
Europea, es un problema. Si uno ve la relación Mercosur-Unión
Europea, igual, sobre todo porque está vinculado con la
temática social. En el caso europeo, por ejemplo, no hay un
sustento solamente de cifras económicas, sino que está
vinculado con un tema social, interno, igual que nosotros.

¿Cuál es la salida?

No se sabe, pero si uno ve lo que ocurre en el mundo, hay una
presión cada vez más grande por enfrentar este problema y
bajar las protecciones. Por eso mencionaba que sería bueno un
ejercicio en el cual uno vinculara el tema de las agendas de
ALCA, el Mercosur, las relaciones Comunidad Andina-Mercosur
con la Unión Europea; Estados Unidos-Unión Europea, alrededor
del tema agrario. Efectivamente ese es un tema que puede
truncar un poco los niveles de avance de los cronogramas.

¿Tomará más tiempo de lo previsto?

Hay un terreno en el que hay que reconocer que no hay muchas
opciones. El acuerdo del Gatt va en esa dirección. Son muchas
décadas de esfuerzos hacia la desaparición de los aranceles.
Lo importante es lo ocurrido en América Latina en ese sentido.
Mientras hace 20 años la participación de Latinoamérica en el
Gatt era mínima, ahora en la OMC su presencia es masiva. El
otro camino hubiera sido el decir: nosotros no nos metemos,
nos protegemos, no participamos y habría sido un error.

Aun allí, la UE respecto a la CAN, por ejemplo, asume
posiciones paternalistas con las preferencias arancelarias
pero al mismo tiempo pone trabas...
No quiero emitir un juicio sobre eso. Si uno ve las relaciones
internacionales, efectivamente hay mecanismos de cooperación.
Y del otro lado está la relación comercial y económica en la
cual, evidentemente, hay más peleas, más defensa de
posiciones. Claro, si se junta todo no siempre habrá
coherencia.

"Los procesos son muy rápidos, muy dinámicos. Si un país no se
integra, tendrá que quedarse en un mercado más pequeño."
(Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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