Guayaquil. 18.12.93. Entre las últimas medidas anunciadas por el
Gobierno se plantea una reducción del impuesto a la cerveza, que
según las reformas propuestas a los Impuestos a Consumos
Especiales (ICE), pagaría el 35 por ciento.
¿Qué ecuatoriano no se ha tomado un vaso de cerveza, esta rubia
bebida de moderación, para aplacar la sed o para acompañar a un
buen cebiche?
Esta gratificante sensación no la comparte la industria
ecuatoriana de la cerveza, que ha argumentado que en estos
momentos sufre una alta carga tributaria que va más allá de 103
por ciento y la constante presencia de cerveza de contrabando.
Evidencia de lo anterior, según fuentes de la industria, es el
decaimiento en el consumo de cerveza nacional que pasó de 30
litros per cápita, hace 10 años, a 18 litros, en 1993. Este año
se estima que perderá el 12% en el volumen de sus ventas, en
relación a 1992 en que perdió el 5,47%.
Retrasado crecimiento
Si la industria hubiera logrado crecer al ritmo vegetativo de la
población, es decir al 2,24% anual, durante el presente año
debería presentar ventas cercanas a los 3.391 miles de
hectolitros. Sin embargo sus ventas llegarán apenas a los 1.636
miles de hectolitros, de acuerdo con las mismas fuentes.
A nivel internacional y de acuerdo a datos de la Asociación
Latinoamericana de Fabricantes de Cerveza, ALAFACER, la industria
cervecera ecuatoriana marcha rezagada del resto de las empresas
latinoamericanas, que presentan crecimientos por encima del 5 por
ciento.
Estas cifras no alarmarían mucho si no fuera porque la industria
cervecera en el Ecuador es la primera entre las empresas que
pagan tributos al erario nacional y porque de ella dependen miles
de familias ecuatorianas.
Menos para el fisco
Una aplicación de más y más impuestos provoca una disminución de
la producción de la bebida y consecuentemente genera una menor
recaudación por concepto del ICE, estiman fuentes cerveceras.
Durante los últimos 10 años, el Fisco ecuatoriano ha dejado de
percibir alrededor de 178 mil millones de sucres, calculados
sobre la base de ventas proyectadas al ritmo de crecimiento
vegetativo.
Héctor Devia Cortés, gerente general de la Cervecería Nacional,
reveló a HOY que efectivamente el Ecuador es el país en el que
más impuestos gravan al precio ex fábrica de la cerveza, criterio
que comparte la Asociación Latinoamericana de Fabricantes de
Cerveza, ALAFACE.
Solo para comparar con un ejemplo, Venezuela paga el 16 por
ciento; Chile el 33 por ciento y Uruguay el 46 por ciento, entre
otros. En cambio en el Ecuador se pagan impuestos que totalizan
el 103,5 por ciento.
La industria cervecera sostiene que para incrementar los ingresos
fiscales, el gobierno ecuatoriano debe incentivar el consumo,
mediante una disminución en las cargas tributarias que encarecen
el precio del producto final.
Se perjudica el fisco
En las condiciones planteadas, las perspectivas del proceso de
integración presentan un peligro adicional para la industria, por
la inminente importación de productos similares provenientes de
otros países con destino al mercado nacional que, de no tributar
en la misma magnitud que los productores nacionales, afectaría
de forma importante los intereses del país.
Dicho sea de paso, los países de alto índice de alcoholismo han
incentivado el consumo de cerveza, que por su bajo contenido
alcohólico se considera una bebida de moderación, mientras que en
el Ecuador su consumo se desestimula por la pesada carga
tributaria con que se encuentra gravado, lo cual ha dado como
resultado una considerable disminución de su consumo.
Si bien los resultados de la inversión en la industria cervecera
han sido positivos (es la primera en la lista de las que aportan
al Estado), la política fiscal que se ha ejercido sobre ésta ha
afectado su desarrollo, perjudicando no solamente el avance de la
misma sino los ingresos fiscales del Estado subrayan esas
fuentes.
No se aplica la misma vara
La industria cervecera paga el impuesto a los consumos
especiales, ICE, como bebida que contiene alcohol (4% en
volumen). Esto no sucede con otras bebidas como el caso del ron,
cuyo contenido de alcohol es diez veces superior a la de la
cerveza, que paga un impuesto más bajo con relación al precio ex
fábrica.
Bajo esta consideración, si se aplica a la cerveza el sistema
impositivo de los rones, ésta pagaría aproximadamente 26 sucres
por botella y no 500 como está pagando actualmente.
La industria cervecera anota que ello no se compadece con el
espíritu de la Constitución de la República, que al referirse al
sistema tributario indica que estará enmarcado dentro de los
principios de equidad, universalidad y generalidad.
Si bien los impuestos son una obligación necesaria para el
desarrollo del Estado y el bienestar social, admiten los
empresarios de esta industria, éstos deben establecerse de manera
tal que no afecten las fuentes que generan trabajo y producción.
Disminuye la producción
La Cervecería Andina en Quito hace 20 años, y la de Guayaquil en
1987, hicieron inversiones en una maquinaria capaz de atender una
demanda que aumentaria en función del crecimiento vegetativo de
la población, tal como ha ocurrido en la mayoría de los países
latinoamericanos.
De acuerdo con esta proyección, la capacidad instalada ya debería
encontrarse copada.
En los últimos 10 años, la industria cervecera nacional ha dejado
de producir más de un millón de hectolitros y ha llegado a
presentar índices de utilización de su capacidad instalada de
apenas el 46,74 por ciento, con una capacidad productiva teórica
de 3.500 miles de hectolitros.
CAPACIDAD INSTALADA VERSUS ICE
La incidencia del ICE sobre la utilización de la capacidad
instalada de la industria cervecera, (gráfico 10), es la
siguiente:
En 1982 el ICE era del 35% y su capacidad instalada el 68%. En
1984 el ICE se eleva al al 78% , mientras el porcentaje de
eficiencia baja al 62% .
Siguiendo esa línea de análisis, al término de los próximos tres
años se estará utilizando un porcentaje inferior al 40% de la
capacidad instalada, con lo cual, y tal como sucedió en 1988 y
1989, la industria podría dejar de tener utilidad operativa.
Si observamos el cuadro adjunto, podremos deducir que si la
industria cervecera partiendo de las condiciones de 1983, hubiese
crecido al ritmo vegetativo de la población, el Estado hubiera
recibido 178.300 millones de sucres más por impuesto al consumo y
si se hubiera cumplido la proyección de un crecimiento anual del
3%, hubiera generado 209.510 millones de sucres (gráfico 15).
PROYECCION FUTURA
Actualmente la Cervecería Andina trabaja de dos a tres días por
semana en razón a la baja demanda del producto, sin que se haya
modificado la plantilla de trabajadores pues hay el optimismo que
muy pronto una política concertada entre los poderes, Legislativo
y Ejecutivo le permitirá recuperar el mercado perdido.
La industria cervecera, al comienzo de este gobierno presentó
ante las autoridades económicas un estudio basado en la ley
económica LAFFER, que teniendo en cuenta la elasticidad de los
precios e impuestos, determina una tasa impositiva total,
(incluyendo el IVA) del 35 por ciento. Esto permitiría a la
industria cervecera incrementar rápidamente sus volúmenes de
venta y al Estado recibir una mayor recaudación.
CORTOS CERVECEROS
-El patrimonio de la industria cervecera ecuatoriana es de
34.600 millones de sucres. Existen 1.600 accionistas nacionales.
- Cervecería Nacional de Guayaquil, se constituyó en 1913 con una
capacidad instalada de 2,5 millones de hectolitros
anuales.Cervecería Andina de Quito, se constituyó en 1971 con una
capacidad instalada de 1 millón de hectolitros anuales.
- La industria genera empleo directo a 740 personas que operan en
las plantas de Quito y Guayaquil. La mano de obra utilizada en
distribución alcanza a 1.610 personas que atienden a 52.000
clientes.
- La industria cervecera aporta a la economía nacional un total
de 123. 788 millones de sucres, de los cuales 66.305 millones de
sucres corresponden a impuestos, 32.500 millones de sucres a
compra de bienes y servicios y 24.983 millones de sucres a
márgenes de distribución y ventas. (9A)
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