UP DENUNCIA MASACRE A EEUU
WASHINGTON,07.07.91.- El presidente de la Unión Patriótica de
Colombia, cuyo máximo lÃder, y candidato presidencial,
Bernardo Jaramillo fue asesinado hace más de un año, denunció
ante varios organismos y funcionarios en Estados Unidos el
asesinato, en los últimos dos meses, de 61 miembros de esta
organización polÃtica opositara al gobierno del presidente
César Gaviria.
Carlos Romero Jiménez, actual presidente de la UP, dijo que en
Washington trató de interesar a sus interlocutores
norteamericanos del Congreso y del Departamento de Estado en
el apoyo de una solución polÃtica negociada al conflicto
colombiano.
Igualmente, les planteó sus inquietudes sobre lo nefasto que
puede ser para Colombia la ayuda militar norteamericana. Pidió
a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la
OEA, el urgente envÃo a Colombia de una misión de expertos
para examinar la real situación de los derechos humanos en su
paÃs.
"Hemos dicho a la Comisión que en los últimos dos meses (en
Colombia) han asesinado 61 compañeros nuestros y han
desaparecido 13. Hemos pedido que la OEA envÃe una misión a
Colombia y visite los lugares y sitios donde se han producido
estas masacres, para emitir un concepto sobre la observancia
de los derechos humanos en nuestro paÃs", explicó.
En conferencia ofrecida antes en la sede del organismo privado
de defensa de los derechos humanos "Washington Office on Latin
America (WOLA)", el dirigente habló del "record mundial de
1.500 compañeros perdidos en 5 años, incluyendo dos candidatos
a la presidencia".
"Hay algunos detenidos, pero no existe ni un solo condenado
por estos delitos", afirmó."En Colombia, los militares juzgan
a los civiles. No los civiles a los militares", agregó al
referirse a una propuesta de su partido sobre la necesidad de
lograr "un control civil sobre las fuerzas armadas, pues una
de las grandes fallas de la vida polÃtica es la falta de
control civil sobre los militares".
Romero Jiménez fue recibido también en Nueva York por altos
funcionarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a
quienes "trataremos -señaló- de interesarlos en apoyar una
solución negociada al problema colombiano".
Este mismo interés trató de conseguir en Washington en
entrevistas por separado que sostuvo con congresistas y con
tres altos funcionarios del Departamento de Estado.
"Fue un simple intercambio de ideas. No hemos pedido ninguna
respuesta al gobierno norteamericano, pero le hemos dejado la
inquietud", respondió el dirigente al referirse al eco
gubernamental que tuvieron sus planteamientos.
"Ellos -agregó- consideran que la ayuda militar la dan porque
se trata de un gobierno democrático que está amenazado. Le
hemos replicado que esa ayuda democrática no es tal, pues se
convierte en una herramiento contradictoria y
contraproducente", explicó.
Al respecto dijo que la ayuda militar está otorgada para
apoyar la guerra contra los narcotraficantes, pero que
finalmente parte de esta ayuda se "ha convertido en una
herramienta para enfrentar la insurgencia guerrillera, que ha
terminado afectando seriamente a la población civil", por
bombardeos o réplicas violentas.
"La cooperación de Estados Unidos con Colombia debe existir,
incluso debe ser mejorada, pero nos gustarÃa que esa
colaboración no fuese en el terreno militar y que se
concentrase en la ayuda netamente económica", indicó.
"La presencia de ayuda militar norteamericana -que este año
pasará de 100 millones de dólares- en Colombia no hará más que
acentuar la guerra y eludir la posibilidad de buscar una
solución negociada al conflicto. Esta ayuda tiene aspectos
negativos muy serios", agregó.
"No es cierto que los militares norteamericanos puedan ayudar
a los militares colombianos en la lucha contra la guerrilla.
Los militares colombianos son expertos en esta lucha. Son
profesores y pueden dar lecciones a los norteamericanos como
combatir a los guerrilleros", puntualizó el dirigente. (AFP)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 07/Julio/1991 | 00:00