SOLO TRES LE FALLARON. Por Consuelo Albornoz Tinajero
Quito. 08.06.92. "Parece que la mujer de un general que llegó
a Ocaña, junto con una célebre pastusa -Chepita Maya- y una
italiana que estaba comprometida en matrimonio fueron las
únicas mujeres que le fallaron a Simón BolÃvar. Pero las que
no le fallaron fueron incontables" señaló a HOY el
investigador bolivariano Fernando Jurado.
"Además varias de las mujeres que tuvieron una relación Ãntima
con BolÃvar nunca más volvieron a saber nada de ningún hombre.
Por lo menos hay tres casos.
-¿BolÃvar usó a las mujeres?
-La palabra es dura, pero podrÃa decir que las utilizó.
-¿A quiénes, concretamente?
-Estoy pensando en Francisca Zubieta, esposa del general
Gamarra, en Bolivia, que dicen que era la mujer más fea de
América. De alguna manera mantuvo una relación con BolÃvar, en
la que se podrÃa vislumbrar elementos de cierta utilización. Y
otra pudo haber sido doña Carmen Miró. Cuando San MartÃn
llegó a Guayaquil, a pesar de las pocas horas que estuvo en
esa ciudad desapareció algunas con esta señora. Me da la
sensación de que ella fue puesta por BolÃvar. Pero no es algo
que resulte desusado, porque polÃticamente siempre han sido
utilizadas las mujeres.
-Pero las mujeres no son objetos pasivos...
-Claro, tampoco ha habido una utilización muy pasiva de las
mujeres. Pero Âojo! También pudo haber sido al revés, aunque
BolÃvar era muy ducho.
-¿Cómo?
-Hay testigos que declararon que damas de la alta clase limeña
visitaban a BolÃvar y sostenÃan visitas Ãntimas. ¿Qué
querÃan? ¿Pasar a la historia por haber estado unas horas con
el hombre más grande de América? Es posible, pero ¿no serÃa
acaso que también iban para pedir favores, a obtener noticias,
a ver realmente quién era BolÃvar?
-¿Qué opinión tenÃa BolÃvar de las mujeres?
-BolÃvar fue un conquistador insuperable y era muy difÃcil que
alguna mujer se le hubiera escapado de las manos si querÃa
enamorarla. Pero es curioso que a pesar de su vida relajada el
concepto que tuvo de las mujeres fue alto.
-¿No serÃa esto una contradicción?
-Siempre nos quedará la antipregunta. ¿No serÃa que no solo
BolÃvar fue un conquistador sino que también fue asediado por
las mujeres? Porque de la mayor parte de las llamadas
conquistas amorosas del libertador a mi me da la sensación que
realmente fueron asedios. El enamoramiento como un proceso
activo, buscado por él fue más bien escaso.
-¿Cómo describirÃa la relación de Manuela Sáenz y BolÃvar?
-Sus amores comenzaron en forma borrascosa. Sintieron un amor
a primera vista. Se cree que a las 48 horas de conocerse
llegaron ya a la unión total. Pero lo interesante es que
Manuela decidió convertirse en una amante integral: amiga,
secretaria, confidenta y tenedora del archivo del libertador.
Fue una relación dúctil, apasionada pero sin conflicto. No
olvidemos que no mantuvieron una relación permanente sino de
muchas lunas de miel.
-¿Hasta cuándo se amaron?
-BolÃvar era un hombre de fondo inestable y se cansó de
Manuelita. Ella no se cansó nunca de él. Cuando BolÃvar fue a
Bogotá, la llamó a su lado en 1927, luego de no verla un año
porque se sentÃa solo, enfermo, abatido, con su tuberculosis
reactivada. Parece que desde 1926 BolÃvar era impotente y
Manuela se le convirtió en un estorbo. El cortó con ella en
mayo de 1830.
-¿Ella no habrÃa aceptado su impotencia?
-No hay datos. Es posible que lo aceptara, que lo quisiera
tanto que no le hubiera importado. Pero BolÃvar estaba en una
etapa de declive orgánico y sÃquico, en el camino final y
necesitaba descansar. Lo lógico es que pensara en una
compañera a su lado que debió ser Manuela, sin embargo nunca
la invitó a irse a Londres. Ellos cortaron para siempre. Y no
es que estuvieran enojados. BolÃvar la siguió escribiendo. Yo
estoy convencido que Manuela le hubiera seguido hasta el
último. Varias personas creyeron que Manuela fue ingrata y que
debió haberle seguido a Santa Marta. Sin embargo yo creo que
fue al revés: BolÃvar fue el ingrato.
-¿Cómo era Manuela?
-Una mujer blanca, interesante, muy conversona. Dicen que
indiscreta. Quizá su indiscreción era lo que la hacÃa
antipática y fue lo que la perdió ante BolÃvar y la sociedad
bogotana. Era una mujer seductora, coqueta, servicial,
embromona, inclusive capaz de hacer bromas pesadas. Muy
desinhibida, sin complejos, sin tapujos, una mujer muy
abierta, bastante culta. Montaba bien a caballo, manejaba
armas, era valiente, impulsiva, una mujer aguerrida. Era una
mujer absolutamente normal, pero a lo mejor para la época se
la veÃa muy liberada. En la quinta de BolÃvar organizaba
espectáculos de estriptis en los que actuaban sus dos criadas
negras. Era una mujer muy apasionada. Amaba todo lo que
BolÃvar amaba y odiaba no solo lo que BolÃvar odiaba sino todo
lo que creÃa que le hacÃa daño al libertador. Además tuvo un
gran mérito: muerto BolÃvar nadie ni sus enemigos le pudieron
señalar un desliz. Fue una viuda perfecta aunque a sus 35
años le sobrevivió 26 años. Yo dirÃa que el papel de Manuela
Sáenz no ha sido valorizado en su exacta dimensión.
-¿Qué le sedujo a BolÃvar de Manuela?
-Muchos dicen que su alegrÃa. Parece que era una mujer que no
se amargaba, era dulce, hábil para la cocina.
-Pero estas son caracterÃstica de muchas mujeres...
-Cierto... Pero ahà es donde nos quedamos perplejos. Algo
debió haber tenido Manuela. A lo mejor todas estas
caracterÃsticas de personalidad, sexualidad, cultura. Manuela
era una mujer indomable, que no sentÃa miedo ante ningún
estÃmulo negativo. Fue una mujer excepcional no solo para su
época. -
BOLIVARIANISMOS
La lÃbido aumenta cuando la gente está en el poder porque es
un gran estimulante -anotó Fernando Jurado, médico siquiatra-.
Hay paÃses donde esto es muy notorio. Por ejemplo Venezuela.
Allà están publicando una enciclopedia, en 14 tomos, de la
vida sexual de los presidentes venezolanos.
"No olvidemos, entonces, que BolÃvar era venezolano y
caribeño. Además, cuando un hombre está en la cúspide es
asediado porque el poder es un mecanismo que toda mujer trata
de compartir", afirmó Jurado.
Ese gran éxito sexual que tuvieron los libertadores de alguna
manera estuvo vinculado al embrujo que produce el mulataje,
anotó.
"Casi no hubo venezolano a quien no le fuera estupendamente
bien con las ecuatorianas y en todos los paÃses bolivarianos.
En Bolivia hubo monjas que salieron del claustro por irse con
un militar de la independencia. El médico colombiano de los
ejércitos de BolÃvar era un negro retinto, el coronel
Cervelión Urbina. En Quito se casó con dos hermanas Borja.
Enviudó de la una y luego contrajo nupcias con la otra".
"La sociedad de ese tiempo se volvió loca por la presencia de
los libertadores. En esa vida colonial, tan horizontal, la
presencia de esas gentes que hacÃan una revolución tan
tremenda, que ponÃan a otros gobiernos y cambiaban la
estructura social conmocionó todo. Aquà los negros eran
esclavos pero vinieron esos negros que eran doctores, jefes,
una maravilla para el baile y para seducir".
"He investigado a BolÃvar, San MartÃn, Antonio José de Sucre y
José Ramón de Sucre. José Ramón de Sucre, un coronel, fue
primo del mariscal Sucre. Este coronel participó en todas
las batallas imaginables de Venezuela, Colombia. Ecuador, Perú
y Bolivia".
"Fue uno de los primeros diplomáticos ecuatorianos y se radicó
en Guayaquil, con medianÃa económica. Desempeñó muchos cargos
públicos y fue padre de la poeta Dolores Sucre", recordó
Jurado. (1c)