PERIODO DE REELECCION EN DEMOCRACIA

Quito. 23.06.92. Edmundo Ribadeneira, profesor de la Facultad
de Artes, maestro desde 1944, fue el secretario general de la
Casa de la Cultura cuando Oswaldo Gayasamín fue el presidente.
Juntos participaron de una misma política cultural.

El problema de esa época consistía en cambiar lo que hasta ese
momento era el término "cultura", dice Ribadeneira; una
palabra tradicional, que designaba las cualidades sublimes del
intelectual ecuatoriano que pertenecía a un grupo de élite,
básicamente económico.

La nueva política, absolutamente empírica, tanto en su teoría
como en su acción práctica, comenzó a expanderse por todo el
país. Se trataba de una nueva actitud con las masas populares
del Ecuador. Las grandes caravanas de artistas, bailarines,
teatreros, músicos recorrían todos los rincones en los que el
pueblo podía descubrirlos como actores de un solo arte
nacional.

Otro punto se centró en abrir las puertas de la institución a
los jóvenes artistas que se encontraban en todo lado. Al mismo
tiempo, los teóricos de cafetín que hacían y deshacían del
término "cultura", desaparecían de la institución.

Ribadeneira recuerda con algo de nostalgia actos valiosos y
que deben perdurar. "Lo que ya no se hace, por lo dificultoso,
son los viajes, las caravanas para extender los actos
culturales, los festivales, los bailes, el teatro que llegaba
a todos los lugares para que se los mirara y se homogenizara
una política auténtica de la cultura nacional".

El profesor Ribadeneira, director de la Escuela de Teatro de
la Facultad de Artes, posteriormente decano de la mismo y
luego vicerrector de la Universidad Central, consolidaba su
nombre de escritor con obras como "La moderna novela
ecuatoriana", "Novela Italiana de la segunda postguerra",
"Encuentro con el hombre", "Capítulos de la memoria", "La
reforma universitaria", "Recopilario", "Universidad arte y
sociedad", "El destierro es redondo", entre otras.

En diciembre de 1979, en la presidencia de Jaime Roldós, se le
engargó la condución de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
"Bejamín Carrión".

El 30 de agosto de 1984, Ribadeneira fue reelegido en este
cargo para un nuevo período de cuatro años, decisión tomada
por voluntad de los presidentes de los núcleos provinciales de
la entidad -12 activos en ese tiempo- con la excepción del
Guayas. Secretario fue Pedro Barreiro.

"Su gestión de labores con respecto al período anterior se
mostró eficiente, responsable y fraterna" esto consta en el
acuerdo al que llegaron los presidentes de las núcleos el día
en el que fue reelegido. "El país puede ostentar con orgullo
de la Biblioteca Nacional digna de ese nombre, museos
nacionales de primera de categoría, una radiodifusora y una
editorial al servicio de toda la institución".

Los núcleos que lo eligieron se sintieron identificados con su
reelección como lo textualizan así "Porque en coincidencia
feliz, los núcleos han podido desarrollar programas académicos
y físicos sin precedentes. Porque el profesor Ribadeneira,
fiel a la memoria del maesro Benjamín Carrión, se opuso,
decididamente a la pretención de crear un Ministerio de la
Cultura condicionado a la desaparición de la Casa de la
Cultura. Infatigable luchador por la unidad de la institución.

Y porque con empeño y decisión logró rescatar la plena
autonomía de la Casa".

Preguntado sobre el diseño del nuevo edificio de la
institución, dice: "No. No fue idea de ninguna otra persona.
El verdadero diseñador del proyecto arquitectónico de la Casa
de la Cultura fue René Denise Zaldumbide, hijo de un
diplomático francés, ganador de un concurso para este
proyecto; murió en Caracas recientemente", afirma Ribadeneira.

"Fueron muchas las obras-dice Ribadeneira. La Casa de la
Cultura en mi presidencia adquirió renombre, no únicamente a
nivel nacional o local. Es más, se la llegó a conocer en el
extrajero y, a su vez, la cultura internacional tuvo mucha
acogida. Inmagínese, vinieron dos orquestas filarmánicas y dos
sinfónicas; se dio el festival latinoamericano de música, que
exhibía los mejores artistas del continente; teatro, música,
títeres...".

En el teatro Bolívar se presentó la Orquesta Sinfónica de
Bamberg y en el Teatro Sucre "La ópera de tres centavos" de
Bertolt Brecht. También se mostró al Ballet Nacional
Folclórico "Pirin", de Bulgaria, que era, o es, el conjunto
mundialmente reconocido que realiza bailes típicos de los
Balcanes. Ciclos de cine popular chino, soviético,
nicaragüense... Se organizó la primera Bienal Nacional de
dibujo.

"Existe una sabiduría que mucha falta le hace al país: todo lo
que se hace hay que hacerlo con amor", dice.

Con respecto a las nuevas elecciones anota que "el
administrador, escritor, pintor, o el hombre de cultura debe
equilibrar fuerzas, ordenar criterios, aptitudes, deseos, para
hacer las cosas provechosas".

Considera que el gobierno que mayor aporte brindó a la cultura
fue el de Febres Cordero. "Teatros, estadios, obras
internacionales: fue un gobierno de cultura.

"Yo he sido un hombre de izquierda, pero por servir
públicamente en ese período me conseguí muchos enemigos".
EXPLORED
en Ciudad N/D

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